Al X Seminario Internacional del Partido del Trabajo de México

A LOS DELEGADOS Y PARTICIPANTES DEL X SEMINARIO INTERNACIONAL DEL PARTIDO DEL TRABAJO DE MEXICO: “LOS PARTIDOS Y UNA NUEVA SOCIEDAD”:

Reciban de las FUERZAS ARMADAS REVOLUCIONARIAS DE COLOMBIA EJÉRCITO DEL PUEBLO, (FARC-EP) -organización alzada en armas-, un revolucionario y bolivariano saludo.

Es nuestro deseo que de los trabajos de este evento salgan conclusiones y compromisos que nos permitan combinar todas las formas de lucha contra el enemigo común, que indudablemente, sigue siendo el imperialismo liderado por el gobierno de los Estados Unidos de América en criminal complicidad con los gobiernos oligárquicos de nuestros respectivos países, quienes pretenden imponer un orden fascista y una estructura de súper explotación del trabajo y de los recursos naturales de nuestros pueblos a cargo de sus organismos financieros internacionales y sus transnacionales amparadas por las Fuerzas Armadas yanquis.



La unidad es necesaria más que nunca, pues el imperialismo arremete contra los pueblos de Afganistán e Irak, y amenaza a Irán, a Corea, a Cuba, a Venezuela, a Colombia, y a cualquier pueblo y gobierno que se niegue a ser su colonia.

Las FARC-EP, como organización político militar, han sido víctimas de toda una artillería de infamias desde el momento mismo de su nacimiento con el ánimo de desacreditarnos e impedir que el ejemplo de nuestra organización Revolucionaria pueda ser retomado más allá de nuestras fronteras. Pero sobre todo, a las FARC-EP, nos ha tocado resistir la presión al interior de Colombia y en el campo internacional sobre la vigencia o no de la lucha armada. Para nosotros no se trata de una discusión teórica. Es el Estado colombiano y sus gobiernos quienes han impuesto a nuestro pueblo esa forma de confrontación. De nuestra parte, se ha respondido y se responde a la agresión, siempre con la firme voluntad de conseguir la paz con justicia social.

Hoy la confrontación abarca todo el territorio nacional y el presidente de Colombia, Álvaro Uribe Vélez (AUV), pretende regionalizarlo involucrando a países vecinos que históricamente se han mostrado proclives a la neutralidad. Es una estrategia que en última instancia solo le resultará benéfica a los designios imperiales de G. W. Bush, en su intención de plagar de bases militares a América Latina, de acuerdo a sus planes geoestratégicos y geopolíticos de dominación.

En nuestro país el gobierno fascistoide de AUV recurre a los allanamientos masivos en campos y ciudades, capturando a cientos de ciudadanos acusados de guerrilleros que posteriormente a largos meses de cautiverio, son encontrados inocentes; acusa a los defensores de derechos humanos de cómplices de la subversión; utiliza a la prensa de la oligarquía para que sólo presente los partes de guerra autorizados por el ejercito oficial, pretendiendo con esto desinformar a nuestro pueblo sobre la realidad de la confrontación; legaliza a sus paramilitares, sicarios del régimen culpables de cometer los más atroces crímenes contra los opositores políticos y la población civil colombianos, cobijándolos con amplio manto de impunidad; extradita a revolucionarios a las mazmorras del imperio, acusándolos de infamias cuando el único delito que han cometido es el de rebelarse contra un estado asesino, ejemplo de lo anterior son los caso de Simón Trinidad y Sonia, integrantes de nuestra organización y presos en los EU; secuestra a sus opositores en otros países para torturarlos y recluirlos en sus cárceles de Alta Seguridad, tal como lo hizo con Rodrigo Granda al secuestrarlo en el centro de la capital de Venezuela; desarrolla espionaje y operativos policíacos, utilizando sus representaciones diplomáticas, para amedrentar a cientos de refugiados políticos y personas solidarias que desde el exterior denuncian la sistemática violación de los más elementales derechos de los colombianos; y por si esto no fuera suficiente, este aprendiz de dictador, pretende la prolongación de su infamia con la reelección presidencial, en la que esta empecinado, desde tiempo atrás.

Sin embargo, el pueblo colombiano se apresta ya a derrotar sus absurdas pretensiones. Sí la mayoría quisiera que se descarte la búsqueda de la solución política, que se profundice la crisis social, que sigan vendiendo el patrimonio público y la dignidad a pedazos, que aumenten los impuestos y se reduzcan las pensiones, que sigan fumigando y bombardeando, que continúen las detenciones masivas para los pobres; sí el pueblo quisiere todo esto, votaría para reelegir al dictador Uribe, pero no será así, el pueblo colombiano continua firme en sus luchas sociales y políticas; pues el rechazo a los postulados del TLC es muy amplio, el fracaso de la guerra uribista y las amañadas elecciones presidenciales continuaran polarizando a los colombianos entre las poderosas minorías que respaldan la reelección con su violenta estrategia neoliberal como bandera y las inmensas mayorías víctimas de las políticas oficiales. La perspectiva política y electoral obliga a los colombianos a escoger: o mantener el rumbo actual hacia las tinieblas del fascismo y la devastación, o buscar los albores de la reconciliación y la reconstrucción nacional.

Así como ha fracasado el Plan Colombia y su componente militar el Plan Patriota, engendro neocolonial dirigido a reestablecer la hegemonía estadounidense, la expoliación de nuestros recursos humanos y naturales de la amazonía y el reposicionamiento de las oligarquías, también por esa misma senda transitaran las indignas pretensiones del uribismo.

La unidad de todas las fuerzas que se oponen a la reelección, a la estrategia de guerra total, sobre la base de priorizar la salida política al conflicto social y armado, en el entendido que la paz de Colombia la vamos a construir cimentándola sobre la justicia social, con sólidos principios de soberanía, de costumbres políticas transparentes e incluyentes y que en conjunción con el respeto integral a los derechos humanos por parte del Estado son las bases sobre las cuales se debe construir un Nuevo Gobierno de Reconstrucción y Reconciliación Nacional.

Ante el riesgo de más guerra con centenares de muertos y heridos del pueblo, más desplazados y exiliados por la violencia estatal y paramilitar, más desempleados, más impuestos, más corrupción administrativa y legitimación de la política terrorista del Estado, más pobreza y miseria generada por el modelo neoliberal uribista, llamamos a los trabajadores y desempleados en sus diferentes expresiones y formas organizativas, a los campesinos, estudiantes, intelectuales comprometidos con las causas el pueblo, a los oficiales subalternos y suboficiales del ejército inconformes a conformar el nuevo Gobierno Pluralista, Patriótico y Democrático de Reconstrucción y Reconciliación Nacional, garante de la paz con justicia social, por la defensa de nuestra soberanía y definitiva independencia en respuesta a la cruza fascista paramilitar de AUV.

Con este afán seguiremos combatiendo en campos y ciudades, creando Milicias Bolivarianas, células del Partido Comunista Clandestino Colombiano, Movimiento Bolivariano por la Nueva Colombia y organizando las masas en cuanta organización popular nos sea posible.

Persistiremos por conseguir el canje o intercambio de prisioneros de guerra en poder del gobierno y de nuestra organización alzada en armas; igualmente mantenemos invariable disposición de buscar salidas políticas y dialogadas hacia la paz definitiva y duradera con un nuevo gobierno que exprese igual disposición.

El futro de Colombia será socialista, en paz, con soberanía y justicia social.

Una vez mas reafirmamos nuestro saludo revolucionario y bolivariano a todos aquellos quienes allende nuestras fronteras están convencidos de la posibilidad real de construir un nuevo orden mundial sin excluidos, donde reine el respecto por la soberanía de las naciones, la conservación del ecosistema y por sobre todo sin explotadores ni explotados.

Nuestros votos por la unidad de las luchas populares latinoamericana, siempre guiadas por el faro bolivariano de constituirnos en una gran nación.

Por nuestra parte, cuenten todos con nuestra solidaridad sincera en el desarrollo de las luchas de los pueblos en cualquier parte del mundo.

Estamos seguros que eventos como el organizado por el Partido del Trabajo de México, nos ayudan a clarificar ideas, intercambiar experiencias, examinar nuestras propias fuerzas y las del conjunto, estudiar y denunciar las tácticas del enemigo, pero sobre todo vincular nuestras respectivas luchas sobre la base de la necesidad de la unidad para golpear y vencer al gigante.

Fraternal y combativamente, a 41 años de lucha:

Comisión Internacional de las FARC- Ejército del Pueblo

Montañas de Colombia, Marzo 2006