Montañas centrales de México, junio de 1997

De: Capitán Insurgente "Gildo"
Miembro del Comando Central de las Milicias Insurgentes - Ricardo Flores Magón (CC MI-RFM).

A: Los libres pensadores comprometidos con el Pueblo

Maestros (permítanme llamarles así como una muestra sincera de respeto):

Me dirijo a Ustedes enviándoles un respetuoso saludo. Me fue encomendada la tarea de poner a su disposición documentos generados por nuestra organización, éstos han sido distribuidos por nuestras brigadas de diversas maneras y en muchos sitios de este nuestro querido y maltrecho México.

Los documentos que pongo a su alcance fueron también, en su momento, entregados a diversos medios de "prensa independiente", ninguno de los cuales ha publicado su contenido o dado a conocer su existencia. Aclaramos que no cometimos el inocente error de creer que lo harían y fundamentar en ello su difusión, tan solo les informo cuál ha sido el pasado inmediato de ellos.

Hoy los compartimos con Ustedes y asumimos nuevamente lo dicho en ellos y las acciones que bajo estos argumentos se han realizado. La difusión de nuestras palabras por medio de sus espacios queda a merced de su conciencia y su compromiso con la verdad, sin embargo si el hecho de darnos voz en espacios públicos como los suyos, implica el riesgo de perder esas valiosas trinchera de conciencia, no sientan responsabilidad alguna por no hacerlo.

Acompaña a estos documentos la presente carta, en la que espero existan más coincidencias que distancias.

Maestros:

Ustedes han manifestado reiterada y públicamente su desacuerdo con la vía armada como senda para llegar a un cambio democrático en este país, nosotros compartimos parcialmente esta visión, en tanto no vemos a la respuesta popular armada como la forma única de transito a un sistema mas justo, libre y democrático, pero disentimos de su visión en cuanto a la posibilidad de derrotar al enemigo histórico sin las armas cuando este fundamenta su poder en ellas.

Me parece un exceso afirmar contundentemente, como en algunas ocasiones lo han hecho Uds., que la historia nos demuestra que las armas no son el camino. En todo caso nos demuestra que ni por si solas, ni en todas las ocasiones son el camino, en esto estaríamos totalmente de acuerdo. También quizá estaríamos de acuerdo en el hecho de que demasiada sangre ha corrido ya en este país y que la guerra no es el camino deseable, pero yo le pregunto ¿cual es la vía cuando el mantenimiento del partido de estado se fundamenta en los cientos de muertos (de los miles si los contamos a lo largo del tiempo que lleva en el poder) pertenecientes a las organizaciones sociales opuestas a este?

Ustedes han afirmado que ni Lucio Cabañas, ni Genaro Vásquez, ni aún Zapata pudieron lograr sus objetivos con las armas en la mano, olvidando los múltiples factores tanto internos como externos que determinaron su derrota y asumiendo de manera implícita que las armas por si mismas fueron la causa de ella.

No podemos afirmar que porque Juan metió un pie en un hoyo y se rompió una pierna cuando caminaba por una vereda viendo hacia el cielo, no se debe caminar por las veredas porque uno se rompe las piernas ¿cierto?. Ustedes no son sofistas, porqué caer en las trampas de éstos.

Creo que así como de manera limpia disparan sus argumentos contra todo aquello que consideran inadecuado, deben reconocer que en relación a este punto hay muchos argumentos en pro y en contra. Considero que todos los compañeros que han caído combatiendo, muriendo con la esperanza de que otros vivan mejor, merecen, al menos, un análisis más riguroso de las posibilidades del camino que ellos intentaron desbrozar con su sangre.

Celebro vuestra actitud antibelicista pues ella no se advierte como resultado del miedo o los intereses, creo sinceramente que, como sus trabajos de tantos años, son resultado de un amoroso sentimiento de solidaridad humana.

Recuerden, me siento incomodo al decírselo a Ustedes, la historia, o mejor dicho los hechos que registra la historia los construimos cotidianamente todos, los procesos históricos no son determinísticos, son tan sólo el resultado de un abanico previo de eventos posibles, en el que la acción de los pueblos y los individuos aumenta o disminuye las probabilidades de un destino u otro, la teoría política no existe por si sola pues la praxis es su fuente nutritiva. Lo que no funcionó en un espacio-tiempo específico no necesariamente es inútil en otro.

Nosotros apostamos a los sueños como teoría, y a la esperanza como praxis, sin ellos la humanidad es nada, y esto no es de ningún modo apostar a la inocencia y al sacrificio estéril, conocemos bien al enemigo que enfrentamos, no nos hemos tragado el cuento del fin de las ideologías y asumimos la responsabilidad que nos toca en la construcción del futuro. No queremos ser un grupo bien organizado y con bellas ideas al cual lo desorganizó un puñado de balas ante las que no existe argumento u organización pacífica que detengan.

Reciban un saludo solidario de aquellos que caminan hacia el mismo rumbo por sendas que se antojan paralelas, nuestra organización esta conformada por comités de mujeres y hombres libres, que asumen de manera personal la responsabilidad del universo entero. Desafortunadamente no vemos hoy como derrotar a las armas sin armas.

Su labor de modernos tlamatinis, de heroicos iluminadores de rostros en tiempos tan obscuros, no merecen menos que nuestro saludo solidario, ojalá y llegue pronto el día en que nuestras sendas puedan ser una en la construcción de ese nuevo México justo, libre y democrático.

Por último pido disculpas por los delitos contra la gramática y la ortografía que se perpetraron en esta carta, espero tener el tiempo para aprender a no cometerlos más.

"la palabra como medio para unificar tendencias, la acción como forma de cambiar y establecer la vida".

"Instruir al cerebro para hacer efectivo el golpe del brazo; armar el brazo para proteger contra las armas las concepciones del cerebro"


PATRIA O MUERTE


Capitan Gildo
Comando Central
Milicias Insurgentes Ricardo Flores Magón
Montañas Centrales de México
Junio de 1997