Manifiesto del Sureste Mexicano

MANIFIESTO DEL SURESTE MEXICANO

Al pueblo de México:
A la prensa nacional e internacional:
A la prensa local:

El Ejército Revolucionario Insurgente Popular es la expresión armada del pueblo y para el pueblo, conformado por campesinos e indígenas, sectores populares y sociales progresistas, que son explotados por el gobierno neoliberal al servicio del capital trasnacional.

El Ejército Revolucionario Insurgente Popular es la expresión armada del pueblo en lucha, que se levanta para oponerse a la política antipopular, represiva y entreguista del actual Estado que ha venido usurpando el poder mediante elecciones fraudulentas y basadas en una pequeña minoría.

El ERIP es una respuesta de defensa y contra ataque del pueblo en lucha a las fuerzas represivas militares y policiacas del mal gobierno neoliberal que intenta socavar la lucha por su liberación por medio del terror, asesinato, persecución, encarcelamientos, desaparición selectiva y masiva. En la actual situación de Chiapas y de otras regiones del país existe un fuerte proceso de militarización y una guerra de baja intensidad, que desarrolla tanto el gobierno chiapaneco como el federal. Ante esto, el ERIP se ha preparado y surge para salvaguardar y defender los derechos de los mexicanos para establecer una nueva sociedad, una nueva democracia, conformando así un gobierno democrático y popular.

Ante ello hacemos un llamado a todos los mexicanos(as) a buscar la unidad de acción obrera, estudiantil, campesina, indígena y popular. Por lo que los convocamos a acelerar e intensificar las diferentes formas de lucha hasta lograr el derrocamiento total del sistema del mal gobierno neoliberal.

Saludamos a nuestros hermanos y hermanas del EZLN, EPR, ERPI y FARP. Reconocemos la justa lucha revolucionaria armada que inició el EZLN, y que ha continuado con el EPR, ERPI y FARP, quienes han empleado a los hombres y mujeres del pueblo y sus armas para oponerse al régimen neoliberal del PRI-Gobierno, en defensa de los sueños anhelados y más nobles demandas del conjunto de las clases sociales explotadas y marginadas del país.

Saludamos el heroísmo patriótico, decidido y honesto, y les manifestamos nuestra solidaridad y modesto apoyo al mismo tiempo que nos sumamos en el sureste, centro y norte del país para contribuir en el caminar del proceso revolucionario hasta lograr la transformación de México, que anuncia el avance de los desposeídos, explotados y olvidados de siempre, y el triunfo inobjetable de las justas causas de los mexicanos.

Este 1 de mayo del 2000 nuestro Ejército Revolucionario Insurgente Popular coincide y reivindica la lucha del proletariado mexicano y de todos los explotados del mundo. Hoy, ante la necesidad del pueblo mexicano por lograr su liberación, nos manifestamos:

Al pueblo de México que padece la opresión, explotación y dominación del Estado mexicano que tiene carácter burgués y pro imperialista; en otras palabras, su función como aparato político, administrativo, jurídico, represivo e ideológico es la de asegurar la existencia, la reproducción y la ampliación del capital subordinado. Y de esta forma garantizar la explotación y la dominación que ejerce la gran burguesía en alianza estrecha con capital extranjero sobre el resto de las clases sociales.

Estos enemigos del pueblo acaparan la propiedad de las enormes riquezas del país: las grandes industrias, los medios de comunicación, transporte, las cadenas comerciales, las enormes extensiones de tierra rural y urbana, los yacimientos minerales y de petróleo, las costas y aguas marinas.

La gran burguesía y las grandes empresas privadas que posee y disfruta, lo que hasta hoy siguen en manos del Estado, está avalada y sujeta principalmente del imperialismo gringo para saquear la riqueza de México, explotar a los millones de asalariados de las industrias, fábricas y del campo, arrebatarle de muchas maneras hasta el último excedente de su trabajo al campesino e impedir que otras capas sociales de nuestro pueblo trabajador e incluso de pequeños y medianos empresarios y comerciantes así como de auténticos pequeños proletarios rurales progresen y mejoren su nivel de vida; es el imperialismo internacional (gringo), a través de la gran burguesía y del Estado, que nos domina, quien dirige en su propio beneficio los destinos del país provocando con su explotación y saqueo capitalista todos los sufrimientos y carencias de nuestro pueblo.

Sin embargo, el otrora poderoso Estado Mexicano o burgués y su sistema político presidencialista autoritario se encuentra inmerso en un profundo e irreversible proceso de descomposición. La crisis del Estado es producto de varios factores que se entrecruzan entre sí, la acumulación del descontento popular provocado por la aplicación de las políticas económicas populistas y neoliberales, aunque más por estas últimas; el resquebrajamiento de los aparatos corporativistas como el partido de Estado, las centrales obreras campesinas y populares oficiales, los programas de ayuda asistencial; la falta de genuina representación de los partidos políticos legales, la desmedida corrupción de los funcionarios gubernamentales de primer nivel y de los altos mandos del ejército y de las distintas corporaciones policiacas, la ausencia del estado de derecho, la demagogia galopante de la camarilla en el poder, el incremento incontrolado del narcotráfico; la enconada lucha entre las distintas fracciones del grupo gobernante (caso Colosio, Francisco Ruiz Massieu, Villanueva Madrid) que ha llegado hasta el asesinato de sus miembros; los fracasos electorales cometidos por el gobierno, el despertar político de amplios sectores sociales de la población, la formación de organizaciones independientes para exigir la solución de reivindicaciones inmediatas, el surgimiento de movimientos revolucionarios guerrilleros, la militarización de la mayor parte del territorio nacional.

Todo esto es contrario a lo que señalan los discursos demagógicos y los datos estadísticos oficiales propagados por el Estado burgués y proimperialista encabezado por Zedillo.

Dado que el mal gobierno nos ofrece democracia y cuando ésta sólo existe para ellos y no para el pueblo que lucha para su liberación; nos ofrecen justicia y sólo ellos se adueñan, poseen y usufructúan la gran industria, las mejores tierras, las instancias de las procuradurías de justicia y los recursos naturales más valiosos del suelo y del subsuelo del país, dándose el lujo de venderlos al extranjero, privatizarlos o destruirlos (el caso más reciente es la venta de la CFE); sólo ellos pueden disfrutar del producto, del sudor y sangre que exprimen hasta la última gota a obreros y campesinos e indígenas. ¿Quiénes son? Los Madrid Hurtado, Salinas de Gortari, Hank González, los Azcárraga, los Zedillo, los industriales, banqueros y terratenientes, los únicos que tienen la libertad en México. Libertad de explotar, ultrajar, asesinar, reprimir, encarcelar a luchadores sociales y enriquecerse cada vez más a costa de los trabajadores sociales.

¿De qué paz, justicia y democracia nos hablan? Cuando ésta nunca ha existido para el pueblo, más hemos sufrido, durante 507 años, guerras de exterminio, muerte lenta desde la llegada española, y continúan los genocidios pasando por Porfirio Díaz, Carranza, Obregón, hasta la masacre del 2 de octubre de 1968, los bombardeos a los indígenas de Chiapas en enero de 1994, las masacres de Acteal, Aguas Blancas y El Charco en Guerrero, y El Bosque en Chiapas el 10 de junio de 1998.

De esta manera la crisis del Estado y del presidencialismo autoritario crean las condiciones propicias para que las fuerzas revolucionarias y democráticas llevemos diversas formas de lucha, con el propósito de conquistar el poder político, donde indudablemente la lucha armada debe desempeñar el papel principal en la realización de dicho objetivo.

Contrariamente a lo que señalan los discursos demagógicos y los datos estadísticos oficiales, propagados por el Estado burgués-proimperialista encabezado por Ernesto Zedillo, el país sigue hundido en una crisis económica, política y social que se acrecienta día con día, situación que para las masas oprimidas se ha venido manifestando en los altos niveles de desempleo que actualmente alcanzan una cifra superior al los quince millones de trabajadores, la disminución drástica del poder adquisitivo del salario en un 75 por ciento durante la última década y como consecuencia el aumento del nivel de pobreza en que viven más de 70 millones de mexicanos.

Por su parte, la gran burguesía nacional y extranjera sigue acrecentando su riqueza, sus ganancias, en medio de la crisis dado que ésta ha descansado fundamentalmente sobre las espaldas del pueblo mexicano. Y para garantizar las ganancias de la burguesía, el gobierno de Zedillo, en alianza con el imperialismo norteamericano, ha respondido con enormes inversiones para fortalecer el aparato policiaco-militar que, bajo el pretexto de combatir la delincuencia y el narcotráfico, tiene como meta principal contener y reprimir, mediante una abierta militarización del país, los brotes de descontento social que tienden a generalizarse y a la lucha armada de las clases explotadas del campo y la ciudad, representadas en estos momentos por el EZLN, EPR, ERPI, ERIP y otros grupos que aún no se manifiestan públicamente.

Por estos motivos, el pueblo de México necesita dar una respuesta contundente que resuelva por la vía revolucionaria esta crisis que estamos padeciendo y que dé solución en el mediano y largo plazo a las demandas de las masas trabajadoras. En este sentido, nos pronunciamos y convocamos al pueblo a luchar por las demandas básicas inmediatas.

Primero: Exigimos inmediatamente al PRI-gobierno neoliberal, que retire su ejército y sus policías de nuestros pueblos, regiones y comunidades. También exigimos el castigo a los grupos paramilitares de Chiapas.

Segundo: Exigimos inmediatamente la liberación de todos los presos políticos y cese la represión y la persecución de los luchadores sociales en todo el país. Así como la solución de todas las demandas económicas, políticas y sociales de nuestro pueblo en lucha y el cumplimiento de los acuerdos de San Andrés Larrainzar.

Tercero: En caso de tener una negativa de parte del gobierno, nuestras fuerzas guerrilleras iniciarán a operar, dando respuesta al mal gobierno neoliberal; así mismo le decimos al gobierno de Chiapas que no permitiremos más asesinatos, represiones, persecuciones y encarcelamientos a luchadores de nuestro pueblo en lucha. A cada represión que venga del mal gobierno, tendrá una respuesta y le decimos a nuestro pueblo en lucha por su liberación, que hoy no estarán solos, tendrán nuestro modesto apoyo en su caminar.

Por todo lo anterior, manifestamos:

¡Basta de confianzas y aceptación de las promesas del mal gobierno! ¡No más oportunidades a los explotadores! ¡Que la caída de un presidente o gobernador no cambia en nada nuestra situación de parias! ¡No seamos más promotores o cómplices de falsas esperanzas!

Todas las afrentas, todos los crímenes contra nuestro pueblo, sólo terminarán con la transformación total del sistema político, económico y social que padecemos, con una revolución democrático-popular de nueva democracia, que destruya el poder de los grandes explotadores, que destruya todo su aparato de Estado.

Y esta revolución no será posible sólo con la movilización y resistencia civil pacífica. Finalmente es necesario recurrir a la lucha revolucionaria armada porque los que detentan el poder jamás abandonarán sus privilegios voluntariamente, tendremos que derribarlos por la fuerza, destruir su viejo estado y construir la nueva sociedad de la alegría, de la verdadera esperanza, del poder de los obreros, campesinos, indígenas y de todas las clases populares.

Lo nuevo se irá conquistando, construyendo, ahí mismo donde cae lo viejo, zona por zona, región por región, del embrión del nuevo poder, del nuevo estado, nacerá la Nueva República, nuestra verdadera patria. A pesar que el enemigo se siente fuerte, no lo es tanto, sólo son unos cuantos miles y los supermillonarios, 24 familias. En cambio, nosotros somos millones y millones de mexicanos, con espaldas y brazos acerados por el trabajo de siempre, templados y acostumbrados a las grandes jornadas y sacrificios. ¡Que venga pues la lucha larga!, la resistiremos sin doblegarnos, pues nuestra fuerza y paciencia es infinita cuando está bien conducida.

Son los cantos de fusiles libertarios que ya se extienden hacia todos los rincones, donde hay un brazo fuerte, una frente digna y consecuente y las manos de hombres y mujeres dispuestas a empuñarlos.

Que las fanfarrias triunfalistas del gobierno burgués-neoliberal sólo truenan en sus palacios y rebotan sus paredes gruesas a su oídos ebrios. Que los gritos de la falsa esperanza sólo aturden al vacilante y desmoralizan al cretino pacifista; pero se ahogan, se pierden ante el rumor que sale de la selva, que baja de la sierra y se anida en los valles y ciudades.

Que estas voces frescas de lo nuevo se reproduzcan por doquier por millones y con alas de volantes, pintas, carteles, periódicos independientes, que cubran los cielos, nublen y oscurezcan a la prensa reaccionaria; que haya más propaganda y prensa independiente, en verdaderas jornadas revolucionarias.

Que hablen las acciones de masas organizadas, de las movilizaciones, plantones, caravanas, huelgas, tomas de tierra, por mejores salarios, vivienda, educación, salud; contra la represión, por la libertad de los presos políticos; contra la carestía, por justicia, libertad y democracia. Con organizaciones democráticas y revolucionarias, locales, regionales, nacionales, si son pequeñas que crezcan; si no las hay, construyámosla; son nuestros más apreciados instrumentos de combate, las más grandes trincheras de los que nunca nos dejarán solos, porque son las masas populares al fin los únicos héroes que hacen la historia. Barco, timón y vela; puerto, mar y océano; luz, sol, trueno, punta, lanza y escudo, canteras inagotables en la lucha revolucionaria.

Que surjan más y más los ejércitos del pueblo, apoyémoslos donde estén creciendo, al de los pobres, del pueblo para el pueblo, que vivan con el pueblo, que coman y vistan como el pueblo, que caminen juntos para lograr su liberación y que jamás se separen del pueblo. Como el de Morelos, el de Zapata; Villa; Lucio Cabañas; como el de Jaramillo; como el de Florencio, el Güero Medrano; como el del EZLN, EPR, ERPI y ERIP. Porque sin armas nuestro pueblo en lucha siempre seremos víctimas de la represión, de fraudes y de farsas, de la paz sanguinaria del mal gobierno, de treguas que no son tanto y más bien son celadas disfrazadas, porque aunque no lo queramos, el poder nace del fusil.

Hermanos y hermanas, obreros, campesinos, indígenas, maestros, estudiantes y clases populares, apoyemos donde esté naciendo la construcción de una organización superior, sólida y poderosa de los mejores hijos del pueblo, que conjunte a los que luchan todas las horas, todos los días, todos los años de su vida, a los que sirven, aprenden y dirigen al pueblo.

Convocamos al pueblo y a todas sus organizaciones en lucha, a que recojamos las más valiosas enseñanzas de nuestras luchas libertarias. De la independencia de 1810, de la liberación de 1847-1864, del movimiento armado de 1910-1917, como también asimilemos las grandes experiencias de las grandes revoluciones del mundo. Sintetizadas y enriquecidas por los grandes revolucionarios de la historia mundial: Carlos Marx, Lenin, Mao Tse Tung y Ernesto Che Guevara.

Hacemos un llamado a todo el pueblo oprimido y explotado a unirse al movimiento revolucionario, bajo distintas formas de lucha, con el propósito de cambiar el régimen que nos aplasta, y para construir un gobierno popular de nueva democracia que lleva a la práctica un programa revolucionario.

¡No más falsas esperanzas; si no, iniciar la guerra popular!
¡Nos solidarizamos y apoyamos al EZLN, EPR, ERPI y FARP,
y si los atacan abramos frentes de lucha!
¡Construyamos el poder obrero, campesino, indígena y popular!
¡Viva la revolución de nueva democracia!
¡Muera el gobierno antipopular!
¡Viva la lucha revolucionaria popular!

Los revolucionarios nunca estarán solos,´
un mar de pueblo siempre estará con ellos.

¡Saludos! A estudiantes en la lucha de la UNAM,
a los trabajadores del SME,
y a todas las organizaciones sociales y progresistas.
Adelante.

¡Revolución o muerte!
¡El pueblo armado vencerá!

COMANDANCIA GENERAL DEL ESTADO MAYOR REVOLUCIONARIO DEL EJERCITO REVOLUCIONARIO INSURGENTE POPULAR

Chiapas, México, mayo del 2000