Ante la profundización neoliberal y represiva... organicemos la rebelión popular

A UN AÑO DE GOBIERNO APRISTA:

¡ANTE LA PROFUNDIZACION NEOLIBERAL Y REPRESIVA…
…ORGANICEMOS LA REBELION POPULAR!


INTRODUCCIÓN

Ha pasado un año de gobierno aprista y se hace imprescindible hacer un análisis que nos permita comprender el camino que va desarrollando la nueva plataforma de poder político conformado luego de las últimas elecciones presidenciales. Todo esto inscrito sin lugar a dudas en medio de los cambios del capitalismo en el Perú y el reacomodo y avance de las fuerzas del campo popular.

Concluida la dictadura fujimontesinista, producto de la presión popular, los sectores populares esperaban cambios sustanciales en lo que, hasta ese momento, había sido uno de los más extremistas regímenes neoliberales de América latina. No obstante, el régimen de Alejandro Toledo sirvió de continuidad al modelo implantado a sangre y fuego en 1992 con el shock económico más salvaje de la historia moderna en el mundo. Así pues, se demostraba que la dictadura era en realidad el esfuerzo de la burguesía peruana (que no alcanza el carácter de burguesía nacional) por reorientar el conjunto de la sociedad, acabando con el tibio intento de confección de un estado de “bienestar” establecido en la constitución de 1979. No se trataba pues de un gobierno sino del inicio de una reconfiguración total del Estado, reduciéndolo y casi extinguiéndolo salvo en sus instancias represivas. Así se vendieron empresas públicas de carácter estratégico como Petro Perú, Entel Perú, etc. acabando además con derechos sociales ganados en jornadas heroicas de luchas de nuestro pueblo.

Las iniciales expectativas de cambio que el fujimorismo generó en el pueblo rápidamente fueron quedando atrás ante lo contradictorio de sus resultados. Se había desmontado en gran medida los aparatos estatales pero no había sectores productivos que recibieran a esa masa de trabajadores. El campo fue abandonado a su suerte y se desarrolló una modernización “estética” del país con grifos nuevos, centros comerciales, etc. en donde nunca se puede comprar nada ante la escasa o nula capacidad de gasto que tenemos los peruanos, no pudiendo siquiera cubrir las necesidades básicas de un ser humano.

Se había golpeado a los insurrectos, dejándose vía libre para explotar aún más a los humildes. Los ricos y sus medios de comunicación aliados al dictador presentaban a un país de bonanza donde sólo había sub empleo, sub alimentación y desgracia por todas partes. La caída de la dictadura implicó una rebelión de las capas populares fundamentalmente en contra de esta situación. Claro está, además de una reacción de indignación ante la obscena corrupción evidenciada por el régimen a través de videos y audios. Y también era el pedido, el reclamo y la exigencia de acabar con la impunidad de la muerte, de la tortura y la necesidad de cambiar el conjunto de los mandos militares superiores de las fuerzas armadas y policiales al haber sido pieza fundamental del sistema narcoterrorista implementado.

Y sin embargo nada cambió. Una vez más se desperdició una oportunidad para iniciar un proceso real y profundo de democratización. El poder burgués empezó a reacomodar sus fuerzas empezando por un trato amable con la corrupción fujimorista y una marcada orientación por legitimar la impunidad contra los militares asesinos y corruptos que hicieron fortuna y se llenaron de sangre las manos durante los noventas.

Nada cambió pues, en el Perú y en América latina, hace mucho se ha establecido un partido único del poder. Se piensa que Fujimori, Toledo o García son “distintos” y eso es falso. Son sectores o tendencia o matices del mismo gran partido burgués. Fujimori con la Constitución del '93 y el desmembramiento del movimiento popular, Toledo con la firma del TLC como hito, en un ambiente aparentemente “democrático” y García buscando concretizar el Tratado, aplacando para ello con el repunte popular.

Toledo pasó a institucionalizar las reformas capitalistas del fujimorismo; pero los sectores populares habían ya dado un paso adelante en términos de reorganización y las luchas populares se multiplicaron, adquiriendo nuevas dinámicas y apareciendo nuevas organizaciones populares y sociales que expresaban en su caminar la esperanza y tragedia de nuestro pueblo. Un claro ejemplo de esto último es la organización que han venido asumiendo las comunidades afectadas por las mineras que, en una muestra de justicia, han desalojado a los campamentos mineros. Nuevamente el pueblo rompía el sentido común instaurado por el fujimorismo respecto a que toda forma de acción directa y uso legítimo de la violencia era “terrorismo”. Esto si duda representa un avance importante en la lucha del pueblo peruano al cuestionar –con su accionar- el monopolio del ejercicio de la violencia por parte del Estado.

Así mismo el proceso de adecuación fujimorista para encajar al Perú en la orbita hegemónica de los Estados unidos como potencia única en la tierra fue desarrollada con mayor profundidad bajo el régimen de Toledo.

Es en este contexto en que se enmarca la llegada de Alan García al gobierno.

Alan García es el resultado de la recomposición del poder pero al mismo tiempo expresión de sus limitaciones. El mismo hecho de que no haya ganado la candidata natural de los sectores más reaccionarios de la derecha peruana evidencia una incapacidad por trasmitir al pueblo y seguir legitimando un discurso y un modelo agotado, así como su incapacidad de generar recambios políticos encarnados en personas. Por ello tuvieron que optar por su anterior “enemigo populista”, Alan García, que se enfrentaba en segunda ronda electoral a la candidatura del señor Ollanta Humala quien expresaba en su momento el ansia de transformación de vastos sectores postergados jamás beneficiados con las “bondades del capitalismo” en su versión neoliberal.

Alan García llega al gobierno hablando contra el abuso de las “services” que se han convertido en el modo “normal” de contratación de trabajadores. Lo cual implica un mecanismo que se han dotado los regímenes neoliberales para librarse del pago y cumplimiento de los derechos de los trabajadores.

Según el clima político García ha ido acercando y distanciando su discurso de la opinión pública hablando del “pacto social” y hablando en términos de una social democracia moderna europea (capitalista siempre claro), planteando algunos impuestos mínimos a las empresas mineras y planteando “evaluar” la implementación del TLC.

Pero para quien conoce la historia del APRA y la historia particular de García sabe que un asesino y corrupto como el, representante de un partido que desde hace mucho dejó de ser popular, caracterizado por componendas entre su dirigencia con los sectores más reaccionarios de la sociedad a la par que mantenían una parafernalia “antiimperialista” pues no le resulta extraño la traición a los principios y a las promesas, por grandes o pequeñas que estás pudieran ser.

EL FRACASO HISTÓRICO DEL APRA

Surgida a finales de los años 20 del siglo pasado, el APRA canalizó en sus inicios el ansia de vastos sectores populares para lograr una transformación profunda del país. Sobre todo cuando –muerto nuestro Amauta, José Carlos Mariátegui- la izquierda nucleada en el PC de Eudocio Ravines optó por una política seguidista y sectaria provenientes del estalinismo instaurado como ideología del poder, tras la muerte de Lenin.

Muchos fueron, de esta manera quienes vieron en el APRA una alternativa para la transformación y actuaron en consecuencia. En 1932 y 1948 de desarrollaron estallidos insurreccionales promovidos por el pueblo aprista de aquel entonces. Insurrecciones que fueron traicionadas por las esferas más elevadas de la dirigencia de dicha organización encarnada en la figura del “Jefe”.

Una inicial historia cargada de heroicidad, clandestinaje y combatividad dieron paso sin embargo a un proceso de transformación que acabó haciendo de este partido, un partido más de la burguesía; expresión de clases medias ansiosas por lograr un espacio dentro y fuera del Estado pero articulados en ultima instancia a los designios del Imperialismo al cual decían combatir. Basta recordar el pacto del APRA con Odría para que no nos sorprenda su actual acercamiento con el fujimorismo. Si eso no bastara, recordemos que cuando Fernando Belaunde accedió al gobierno por primera vez lo hizo estando a la izquierda del APRA quien para ese entonces se oponía a la tímida reforma agraria planteada por Belaunde. Y recordar también que fue el APRA quien planteó un impuesto especial, en los años sesentas, para combatir a la guerrilla del Comandante Luís de la Puente Uceda, así como se planteó la pena de muerte para los guerrilleros de aquella gesta. ¿Resulta nuevo entonces o sorprende la reactivación mediática por parte de Alan García de la pena de muerte para “terroristas” en el Perú?

De ninguna manera sorprende. No sorprende la actitud de desprecio por el pueblo de quien en su primero gobierno ordenó aniquilar a más de 300 prisioneros políticos en la cárcel del Frontón frente a las costas de Lima. No sorprende la actitud de aquella persona que mandó a crear el comando paramilitar Rodrigo Franco. No sorprende esta actitud del canalla que desarrolló una política de arrasamiento de comunidades que aun hoy exigen justicia.

Ya lo dijimos antes y lo reiteramos ahora. El APRA es un proyecto histórico en bancarrota hace muchísimo tiempo. Es, independientemente de gente honesta que puede haber en su interior, una plataforma anti popular y mafiosa. Y quien dirige esa maquinaria es un asesino y un ladrón quien, más temprano que tarde, tendrá que soportar el castigo que tanto el pueblo peruano, como la historia, le tienen reservado.

ANALISIS DEL PRIMER AÑO DE GOBIERNO APRISTA: PROFUNDIZACION DEL PROCESO NEOLIBERAL.

La llegada del APRA al gobierno y las condiciones particulares de su arribo (47% de la población en contra) determinó en primer lugar, que todos los factores de la derecha peruana hicieran un solo bloque tras el gobernante para darle soporte mediático e internacional. De esto se desprende que, teniendo el APRA una sólida estructura nacional (con la que no contaba el Toledismo ni ningún otro partido de la derecha) pueda ser este el momento preciso para profundizar un conjunto de reformas económicas en función de articular al país a una dinámica capitalista mundial tutelada por los Estados Unidos. ¿En qué se resume todo el marco económico aprista? En dos áreas:

1: Agro exportación costera

2: Extracción primaria de minerales.

Debemos decir que ambos elementos no son invención del aprismo sino la continuidad de los ejes económicos explicados anteriormente. Al articularse nuestro país a la dinámica norteamericana nos convertimos en un país que brinda aquello que los Estados Unidos necesitan para su economía. Es por ello que en este ultimo año (y años atrás ya) se viene dando un “boom” agro exportador de ciertos productos costeños que sin embargo no redundan en ninguna mejora sustancial para la vida de los ciudadanos que generan esa riqueza. Cierto es que en ESOS lugares el empleo ha aumentado pero no la calidad de vida ni mucho menos las condiciones estructurales de los lugares que expresan ese “boom”.

En nuestro país la población que trabaja en la agricultura y forma parte de la Población Económicamente Activa (PEA) fluctúa alrededor de los 5.2 millones de personas. De estos, solo son asalariados el 14% y apenas el 12,9% del total tiene posibilidad de acceder a la seguridad social. La precariedad laboral es utilizada como mecanismo de competitividad y promoción de ventajas competitivas con lo cual únicamente se enriquecen los empresarios, mientras los campesinos de las zonas agro exportadoras mantienen un nivel de vida paupérrimo. Es singular saber que durante el llamado “boom” agro exportador el sueldo de un ejecutivo se incrementó hasta en 65% mientras que el de los obreros y obreras del campo aumento apenas un 0.5%. Sumando a esto un régimen tributario con menores obligaciones, con menores derechos para los trabajadores en la parte laboral y con menos contribuciones por parte de los empleadores para el pago de seguridad social.

El saqueo permanente de nuestros minerales y el “crecimiento económico aprista”.

Durante los últimos años el precio de los metales se ha incrementado de manera importante; esto debido sobre todo a que China ha aumentado su demanda lo que lleva a elevar el precio de los metales, trayendo como consecuencia un incremento de las ganancias que no ha tenido un correlato con el desarrollo de los pueblos donde estas empresas están asentadas. Así pues, además de causar daños gravísimos al medio ambiente, las mineras no invierten ni pagan impuestos que puedan ser utilizados para el desarrollo de esos pueblos; más aun cuando sabemos que la minería es una actividad económica de duración específica luego de la cual queda la desolación.

El alza del precio de los metales ha llevado al estado a un nivel de bonanza pocas veces visto en los últimos años. La importante acumulación de reservas que se observa (21,000 millones de dólares) ha dado lugar a que el Estado se capitalice pero, dada su naturaleza neoliberal, se niega a invertir estos recursos en beneficio de vastos sectores sociales; no en el sentido de repartir la dádiva del “chorreo” sino como un legítimo derecho del pueblo de disfrutar de su riqueza. El “cambio responsable” ni ha sido cambio ni ha tenido ninguna responsabilidad. El gas de Camisea es entregado a capitales foráneos, bajo la burla de decir que “el gas bajo suelo es del estado” pero una vez extraído es parte de la empresa privada (transnacional) que la extrae y distribuye. Así comprobamos que nuestro gas, vendido en Chile, es más barato para los chilenos que el que compramos los peruanos.

Se nos pinta como “crecimiento económico” lo que no es más que enriquecimiento de unos cuantos grupos de poder a la par que la miseria campea en el interior.
Como vemos se sigue la misma línea colonial de desarrollo basado en la extracción primaria y adecuada al circuito capitalista mundial. Lo cual a lo largo de la historia nuestra ha demostrado más de una vez la capacidad de producir mucha gente pobre y concentrar la riqueza en poquísimas manos. Aumento de empleo en zonas costeras (costa norte) son parte del diseño estratégico del la burguesía peruana continuando con la tradición de dar espaldas al mundo andino amazónico.

García Pérez proponía una reforma profunda del sistema tributario para la minería así como el impuesto a las sobre ganancias mineras a la par que la renegociación de los convenios de estabilidad. Toda aquello fue cambiado en su gobierno por el denominado “aporte minero” es decir, ya no era un impuesto sino un “aporte” un “óbolo” y además explícitamente establecido en el D.S. 071-2006-EM (Energía y Minas) como de carácter “voluntario, extraordinario y temporal”. Es decir, una vez más el Estado peruano, con el corrupto de García a la cabeza se postra frente a los empresarios.

En materia de empleo se publicita un supuesto aumento del mismo No obstante lo cierto es que las estadísticas manejadas por el gobierno buscan presentar como “éxito” lo que no es sino el incremento del sub empleo, vale decir el aumento de empleo sin condiciones sociales mínimas y sub pagados, sin contratos y con absoluta precariedad y “flexibilidad”. Además, ante la incapacidad del Estado y de los grupos de poder económico aumente la generación del auto empleo, que no se expresa en producción sino en servicios.

Así mismo hay que añadir que entre el 60 y 65% de la población en el Perú no cuenta con ningún tipo de seguro. Y ese porcentaje de la población es quien se encuentra sub empleada ganando sueldos que ni siquiera llegan a cubrir el mínimo legal establecido. Ese es el “crecimiento económico aprista”.

El gobierno aprista no tiene un plan integral de desarrollo nacional. No hay ninguna orientación ni coherencia en lo que se refiere a inversiones en infraestructura que busquen articular el país tanto productiva como social y culturalmente. El “plan estratégico” de la derecha es el mismo de siempre: El saqueo de cuanto puedan y el desarrollo de la costa norte y de Lima. Lo demás y los demás, no existen.

Es bueno recordar los que nos dice a este respecto la constitución de la Organización Internacional del Trabajo (OIT):

“existen condiciones de trabajo que entrañan tal grado de injusticia, miseria y privaciones para gran número de seres humanos, que el descontento causado constituye una amenaza para la paz y armonía universales…”.

Nos preguntamos: ¿Son aceptables las condiciones en que trabajan millones de peruanos, con jornadas que para nada respetan las 8 horas establecidas y por el contrario abarcan 10, 12 y hasta 14 horas de trabajo sin tener derecho a ningún beneficio social? ¿No generan acaso dosis terribles de descontento y amenazan la paz y armonía de la que nos habla la constitución de la OIT? El modelo capitalista neoliberal profundizado por García Pérez es esencialmente violento.

El TLC

La firma del Tratado de Libre Comercio forma parte de las vigas maestras de las “políticas de Estado” de la derecha peruana, invariablemente vino avanzando primero con Toledo quien entre gallos y media noche aprobó la referida ley en el congreso y que el Gobierno aprista va venido desarrollando y promoviendo hasta casi el nivel de la súplica al gobierno de los Estados Unidos.
Aun falta la firma del congreso de los EE.UU. sin embargo ya sabemos lo que trae consigo el TLC:
* Que nuestros estados se vean imposibilitados de desarrollar y promover políticas de desarrollo productivo y social
* Ceder soberanía nacional y empequeñecer aun más el mercado interno de nuestro país.
* Entregarnos a uno de los más grandes mecanismos de dominación político-económica.
* Entrega de nuestros recursos naturales y de nuestros bosques para el dominio, control y privatización de los mismos a manos del imperialismo. Mercantiliza el medio ambiente.
* Sacrificar a los pueblos y las naciones originarias en aquellas áreas de interés para las transnacionales.
* En la salud nos imposibilita de producir medicamentos genéricos haciendo más caro el casi imposible acceso a la salud por parte de los sectores populares.
El TLC es dejar al Perú en manos de los EE.UU y de un muy reducido número de empresarios agro exportadores de la costa.

El gobierno de Alan García ha hecho hasta lo imposible por que el congreso de los Estados Unidos firme el acuerdo. Sectores demócratas aun demoran esa firma pues el Perú no cumple un conjunto de requisitos en materias laborales, entre otras.

Derechos Humanos

Es en esta área donde podemos decir que el gobierno aprista ha desarrollado una ofensiva mediática y jurídica importante. Pena de muerte a violadores de niños y “terroristas”, retiro del Perú de la CIDH (anhelo fujimorista). Al mismo tiempo la implementación de leyes de “terrorismo agravado” y otra ley que estipula que no serán sancionados los miembros de las FF.AA. y FF.PP. que empleen sus armas en protestas sociales. Todos estos mecanismos desarrollados para criminalizar la protesta social ante el aumento y profundización de la misma; ya no reducida a pequeños espacios de vanguardia sino con importante movilizaciones de masas importantes no solo de carácter regional sino inclusive nacional.

Así como aumentaron las movilizaciones aumentó también el ejercicio represivo del régimen, estigmatizando a las organizaciones políticas y sociales que cuestionaban la implementación del modelo económico y social vigente. Muertos en Anchash, en Casapalca, en la selva peruana. Unas fuerzas armadas reafirmando su esencia represiva, columna vertebral de la defensa del sistema establecido.

Así mismo destaca que las recomendaciones establecidas por la Comisión de la Verdad (CVR) sigan siendo ignoradas, más aún, que García Pérez sólo reconozca y reivindique a miembros de las Fuerzas Armadas que cayeron durante el conflicto armado y no a aquellos sectores sociales que cayeron producto del accionar de los organismos armados del Estado.

Se archivó así mismo el expediente del caso de la masacre del Frontón donde estaban implicados García Pérez, Agustín Mantilla y el Almirante (AP) Luis Giampietri, hoy vicepresidente del Perú.

La impunidad es otro tema específico que tiene como elemento central la defensa de aquellos miembros de las fuerzas armadas con responsabilidad en abusos a los derechos humanos. Su esencia delincuencial lo lleva a montar mantos para tapar sus fechorías.

El cierre de un canal de televisión en Ancash que daba cobertura a las movilizaciones populares de aquella región. Muestra la mentira de “libertad de expresión” en el Perú de García. La libertad de prensa no es más que libertad de empresa, de aquellos oligopolios comunicacionales, que ven en las movilizaciones populares solo el accionar de “grupúsculos” y que recuerdas día al día a García el mantener las líneas maestras del programa macroeconómico. Aún esta pendiente la tarea, de parte del movimiento popular, de dotarse de eficientes armas de propaganda, de tal forma que se pueda seguir ganando terreno en el campo del imaginario social.

El desborde popular ha llevado a que el gobierno reedite una política iniciada en su primera gestión. Implicación de agencia privadas de Seguridad en el seguimiento y espionaje de activistas de derechos humanos y ambientales, como fue el caso del seguimiento y hostilización escandalosos al Padre Marco Arana, defensor de la comunidad en su enfrentamiento contra la empresa minera por contaminación ambiental. Así como el caso sucedido el día 12 de junio del presente año cuando miembros de la policía y de la empresa de seguridad FORZA (constituida por ex miembros de la Marina de guerra) detuvieron en operativo conjunto a 13 campesinos que reclamaban la falta de pagos de una obra de agua potable. Es el retorno del paramilitarismo en Perú por parte del gobierno que creó el Comando Rodrigo Franco.

El movimiento cocalero no ha tenido mejor suerte. “Colombianización” de la erradicación de la hoja de coca, fumigaciones sin ninguna política de sustitución rentable que asegure una vida digna a los campesinos, así como el ametrallamiento de zonas donde la policía “supone” existe producción de estupefacientes, son claros ejemplos de cómo la represión sigue siendo la única política para este sector.

Corrupción

Un año después, nada se ha hecho en este terreno que no sea retroceder. Se constata que para el aprismo la mejor política anticorrupción es aquella que no se hace. Se ha seguido la línea de debilitar la actuación de la procuraduría anticorrupción, con el claro objetivo de sellar su pacto con el fujimorismo. Otra muestra de esto es la participación de por lo menos dos connotados fujimoristas en el gobierno alanista, Rafael Rey y Luis Giampietri. De otro lado, las denuncias contra funcionarios apristas por beneficiarse del erario público –ya una práctica congénita del aprismo- han sido hechos del día a día.

Agustín Mantilla negociando nada más y nada menos que un puesto en el Tribunal Constitucional. Agustín Mantilla fue el segundo del APRA cuando su jefe estaba en Francia.

La compra de patrulleros para la Policía Nacional con una licitación en donde hubo una sola empresa ofertante resulta ser un caso más de la mafia aprista obrando desde el gobierno para enriquecerse ilícitamente.

Política Internacional

El Gobierno es uno de los principales aliados del imperialismo en esta región. Principal enemigo de los procesos populares que se desarrollan en Bolivia, Venezuela, Ecuador, etc. Al mismo tiempo es el socio más sólido que tiene el paramilitar Álvaro Uribe para dar continuidad a su política de guerra y muerte en Colombia.

El gobierno de Alan García no ha mantenido una posición seria y firme ante el gobierno de Chile con relación a la defensa de límites marítimos; por el contrario, hay un uso mediático de este problema para distraer la atención de la población de los reales problemas por los que atraviesa nuestro pueblo. Por ello no ha sido casual las declaraciones casi diarias del ministro de relaciones exteriores del régimen aprista, José García Belaúnde, con el mero fin de llenar titulares en su intento de diluir la confrontación social.

Terremoto

Como es sabido, la noche del 15 de agosto las ciudades de los departamentos de Ica y Huancavelica se vieron fuertemente afectadas por un terremoto que arrasó con la ciudad de Pisco, gran parte de Chincha y otras localidades de Huancavelica (específicamente la provincia de Castrovirreyna). Hemos sido testigos de dolorosas escenas de dolor y el pesar ciertamente, así como el luto nos ha llenado el alma de pena y de rabia. Rabia porque si bien es cierto nuestro país está situado en el cinturón de zonas sísmicas producto de nuestra cercanía a las placas de Nazca y si bien son impredecibles estos fenómenos no menos cierto es que este trágico hecho nos ha demostrado la gran mentira del “crecimiento” aprista (y antes toledista y antes aun, fujimorista). Nos ha demostrado así mismo la pantomima y remedo de Estado que hoy se muestra incapaz de atender una tragedia focalizada a una zona poblacionalmente no muy extendida. El Estado neoliberal peruano no cuenta con un sistema serio capaz de responder a este tipo de tragedias. El “crecimiento” o el “milagro” neoliberal peruano no ha podido hacernos contar con cosas mínimas. No tenemos hospitales de campaña, no tenemos capacidad ¡ahora mismo! de hacer llegar y de transportar la ayuda internacional que ha llegado para paliar, de alguna forma, la miseria y necesidades que ha dejado, a su paso, este terremoto. La prédica neoliberal nos llevó a demonizar todo lo que implique planificación. No hay ambulancias, los muertos han estado por muchísimo tiempo expuestos, a la intemperie pues ni siquiera contábamos con ataúdes para aproximadamente 500 víctimas fatales. ¿Y si el terremoto hubiera sido en zonas de mayor población? El capitalismo, el neoliberalismo extremo ha sido desnudado una vez más con este terremoto. No contamos con helicópteros para transportar ayuda; la ayuda humanitaria se ha repartido de forma desordenada y la corrupción aprista una vez más se ha hecho presente.

Frente a esto un García Pérez altanero, como quien camina por su chacra, ha repartido regaños e insultos pero ninguna solución. A las muertes directas producidas por el terremoto han seguido las causadas por el frío y la desprotección de los damnificados. ¡Ningún Estado observan los pobres para solucionar sus problemas! Pero si se decreta el toque de queda y los militares salen a reprimir la angustia natural y justificada de gente que no tiene agua y abrigo y que además lo han perdido todo.

Agregaremos a esto el olvido de las poblaciones indígenas de Huancavelica. Una vez más el olvido por parte de un Estado construido desde la costa, de espalda a los andes, “criollo” enfrentado a lo indio. No cuentan los pueblos de los andes, sólo los de la costa “agroexportadora” en tanto sirva a sus intereses mercantiles. Importa más al gobierno aprista lograr que los empresarios cuenten con motores eléctricos para la irrigación de sus terrenos que el pueblo cuente con agua potable.

No dice nada el régimen aprista sobre la estafa de Telefónica quien debe más de una explicación al país por haber dejado incomunicado a muchos sectores del país la noche del sismo producto de sus defectuosas instalaciones. Telefónica es una de las empresas más rentables en el Perú. Compró la antigua Compañía Peruana de Teléfonos a un irrisorio precio que en menos de dos años recuperó.

Y para colmo de males, Alan García, el gobierno aprista, la derecha, nombran a Julio Favre coordinador del comité de reconstrucción de las zonas afectadas. Favre es uno de los “empresaurios” caracterizado por sus posiciones ultra reaccionarias además por estar vinculado a la violación de derechos humanos en el norte de Lima organizando bolsas monetarias que eran ofrecidas a la Marina de Guerra del Perú para la eliminación de dirigentes populares y miembros de las organizaciones de izquierda y alzadas en armas. ¿Y qué es lo que observamos ahora? Pues sin importarles la tragedia de todo un pueblo ha empezado ya la repartija para la “reconstrucción” de las ciudades destruidas. La privatización de la empresa de agua potable viene siendo reclamada por los sectores más extremistas.

En medio de esta tragedia el MRTA envía sus condolencias a los familiares de las víctimas de este terremoto trágico, reafirmando al mismo tiempo nuestro compromiso de luchar sin descanso contra ese terremoto cotidiano que es el capitalismo; terremoto social, silencioso pero mucho más letal que convierte en “damnificados” permanentes a millones de peruanos a los que, sin necesidad de sismo alguno, les es imposible acceder al agua potable, a viviendas dignas, a una alimentación que asegure el desarrollo pleno de las potencialidades humanas. Diariamente mueren cientos de niños por causas perfectamente curables de haber un sistema de salud preventivo por parte del Estado. Contra el terremoto capitalista el MRTA lucha y luchará sin tregua.

Por ello planteamos la necesidad de afirmar la organización popular para exigir la reconstrucción planificada y con participación popular de las ciudades devastadas. Así como la respectiva fiscalización de los recursos destinados para dicho efecto.

PLATAFORMA DE LUCHA

No existe crecimiento si los seres humanos de carne y hueso no mejoran sus condiciones materiales y espirituales de vida. Lo que vemos en el Perú de hoy es más de lo mismo, es el fujimorismo alanista. Es el intento de la burguesía peruana de institucionalizar cambios capitalistas demoliendo al movimiento social.

Pero las fuerzas sociales se reconstituyen, y cuando se habla de la “bonanza” y de “crecimiento” el Perú real se estremece desde las regiones, desde las comunidades, desde los maestros, los mineros, las ciudades de la selva y del sur andino exigiendo su puesto en la historia, reclamando y exigiendo la construcción de un país que rompa el ciclo histórico de exclusión en el que han vivido durante siglos.

El Capitalismo ha decidido olvidarse del interior del país. Solo existe y existirá la costa, y sobre todo la costa norte para la modernización. Los andes solo serán grandes minas de tajo abierto o cerrado o apenas un paisaje folclórico.

Las grandes movilizaciones populares de julio nos demuestran que Alan García y el actual modelo son vulnerables, que aun nos falta construir plataformas de unidad del pueblo, espacios democráticos de articulación de experiencias y luchas con perspectiva de poder. Superando viejos errores como el sectarismo y el hegemonismo.

Entregamos este documento reafirmando nuestra voluntad de lucha histórica; con la absoluta certeza y convicción que nuestra lucha es justa y que con nuestro pueblo lograremos construir un país, una sociedad democrática, donde se respete la diversidad, la ecología, donde la economía esté al servicio del ser humano y donde el Estado sea un instrumento para lograr el bienestar colectivo. Desterrando para siempre la opresión, la miseria, el racismo y podamos culminar el reto de construir la nación peruana.

Reafirmando nuestra apuesta por el socialismo como alternativa y necesidad histórica avanzamos creyentes más que nunca en la viabilidad del autogobierno del pueblo.
Por lo expuesto el Movimiento Revolucionario Tupac Amaru (MRTA), los y las tupacamaristas hacemos llegar a nuestro pueblo la siguiente Plataforma, como un aporte para la unidad del movimiento popular y revolucionario:

1.- Refundación de la república. Concretemos la segunda independencia superando la república criolla, colonial, excluyente, centralista que dominó por siglos y apostando por un estado ético, respetuoso y promotor de los derechos humanos. Para ello proponemos la convocatoria a una nueva Asamblea Constituyente que ponga fin a la carta impuesta por la dictadura neoliberal y donde sea el propio pueblo el que ejerza el PODER CONSTITUYENTE, que recoja y promueva los valores históricos de nuestro pueblo así como el respeto de las formas comunitarias de convivencia y organización de la vida social.

2.- Defensa de la soberanía nacional, traducida en una política latinoamericanista en donde los pueblos decidan autónomamente sobre su futuro. Para ello un primer paso es exigir el retiro de las bases militares y de cualquier forma de presencia militar norteamericana de nuestro país y de América Latina, de tal forma que los pueblos ejerzan su soberanía sin amenazas de ninguna índole, diseñando así una política de justicia social. En este sentido, planteamos:

a. La nacionalización de los recursos hidrocarburíferos, gasíferos y mineros.
b. Defensa de nuestros recursos naturales, específicamente defensa del agua, de nuestros bosques y biodiversidad, incluida nuestra hoja de coca.
c. Defensa de la Amazonía.
d. Respeto, defensa y promoción de la diversidad cultural y étnica.
e. No al TLC. Por una economía integradora latinoamericana, en beneficio de los pueblos, proponemos el ingreso del Perú al ALBA.

3.- Iniciar el proceso de convocatoria a un espacio de articulación de los sectores populares, sociales y políticos enfrentados al neoliberalismo. En ese sentido, propulsemos una Asamblea Nacional Popular que asuma las funciones de un Estado Mayor del Pueblo, constituyéndose en la instancia más amplia de centralización y conducción de las luchas populares y los movimientos sociales.

4.- Inclusión de los sectores dignos, patrióticos y honestos de las Fuerzas armadas y policiales a una plataforma popular por la liberación nacional. A los militares herederos del ejército popular de Cáceres y la resistencia a la invasión chilena junto a los obreros, campesinos, indígenas, desempleados, mujeres, a un gran frente articulador de la luchas antineoliberales en Perú.

5.- Por el respeto irrestricto de los derechos humanos: Juicio y sanción a criminales de guerra; libertad a los luchadores sociales.

6.- Reconstrucción planificada de las ciudades devastadas por el terremoto con participación popular y fiscalización social de los recursos destinados para dicho efecto.

Hay espacio para la esperanza.

¡CONTRA EL HAMBRE Y LA REPRESIÓN APRISTA… EL PUEBLO VENCERÁ!

¡SIN LUCHAS… NO HAY VICTORIAS!

¡COMANDANTE NESTOR CERPA CARTOLINI… VIVE, VUELVE, VENCERÁ!

¡CON LAS MASAS Y LAS ARMAS… PATRIA O MUERTE… VENCEREMOS!

MOVIMIENTO REVOLUCIONARIO TÚPAC AMARU
DIRECCION ESTRATÉGICA

Agosto, 2007