Carta Campesina

CARTA CAMPESINA

“Juntemos nuestras manos para que brote el fruto de nuestros campos”

Carta campesina
Compañeros (as):

Sus manos laboriosas que se funden con la herramienta acerada, hacedora de porvenir, se hacen vida en la brega cotidiana en el campo; entonan los cánticos, que con la musa de la fatiga abonan de sudor el surco, para que un pueblo mitigue el hambre con el fruto fresco de tu esfuerzo.

Amas tu terruño donde la hembra pare los hijos del futuro. Ese amor germina en el vientre de la madre naturaleza, llenando de grandeza el campo colombiano.

Gracias hermanos por el pan que del grano de su colosal hazaña nos posibilita la soberanía alimentaría. El campo y ustedes en el tiempo y el espacio tejen surcos de historia, que nuestra memoria se niega a recordar; valor infinito que no queremos ver.

La tierra y familia te han querido quitar sistemas, gobiernos y mentes homicidas; porque no aman la vida, ni entienden por qué se fusionan hombre, mujer y montaña en una actividad que produce bien.

La sangre derramada hoy y ayer no deja de ser la osadía del verdugo aquel que vende la patria sin entender que por amor a la tierra el campesino morirá una y otra vez.

Que deuda tan grande para saldar se tiene y que dolor inmenso se siente por maltratar a hermanos que sin aliciente sigue preñando de esperanza el campo.

No somos nadie para anular vuestro empeño de ser feliz en tu terruño; para matar tus sueños; para liquidar tu aliento y llenar de desconcierto la armonía de hombre, flora y fauna.

Tienen razón cuando se quejan y se enojan, porque así no son las cosas. El que ama la libertad ve en el campo un jardín donde flórese el amor, la vida y la esperanza en un mañana mejor.

Compañeros y compañeras les debemos una disculpa, pero te queremos en la lucha. Es triste que quienes te animamos ayer, hoy con saña cruel los llenemos de angustias y sin medir consecuencias los comprometamos en un conflicto que distrae la lucha. ¿Cuál es vuestra culpa? Ninguna. Somos victimas de la intolerancia e insensatez entre revolucionarios. Son Ustedes los llamados a convocar y propiciar espacios de reflexión con autoridad moral que obliguen a retomar el uso de la palabra por encima del fusil, para entender y dirimir diferencias entre revolucionarios.

No hay que perder los ánimos, la nuestra es su causa. Sigan haciendo camino al andar porque vuestro ejemplo sigue vigente. Estamos corrigiendo lo que nos corresponde, con la ilusión de que todo sea como lo exige el deber histórico, revolucionario y nuestro compromiso con los explotados y desposeídos de Colombia.

Con afecto de hermanos de clase y dentro del propósito libertario nos seguiremos encontrando en la lucha.

Ejercito de Liberación Nacional
Frente de Guerra Oriental

Julio 4 del 2007