República Mexicana, 13 de septiembre de 2007

AL PUEBLO DE MEXICO
A LOS PUEBLOS DEL MUNDO
A LOS ORGANISMOS NO GUBERNAMENTALES DEFENSORES DE LOS DERECHOS HUMANOS
A LAS ORGANIZACIONES SOCIALES, POLÍTICAS Y REVOLUCIONARIAS
¡HERMANAS, HERMANOS, CAMARADAS!


Una vez más nos hemos visto obligados a responder con acciones político-militares ante la permanente agresión hacia el pueblo en general y en particular hacía nosotros con la detención-desaparición de nuestros compañeros Edmundo Reyes Amaya y Gabriel Alberto Cruz Sánchez, crimen de lesa humanidad perpetrado por fuerzas federales y de Oaxaca el 25 de mayo del presente año, hecho que intentan negarlo con absurdas “investigaciones” en el sistema carcelario, cuando todo el pueblo sabe que a los detenidos-desaparecidos los tienen en cárceles clandestinas o en el campo militar número 1.

El asesinato de luchadores sociales, de los defensores de los derechos humanos, de los opositores políticos; el hostigamiento permanente a activistas de derechos humanos y las permanentes amenazas de muerte y la aberrante práctica de violación sexual hacia éstos y sus familiares; la criminalización de toda expresión de inconformidad y manifestación de lucha fuera de los marcos corporativistas; la práctica de la desaparición forzada y la tortura física y psicológica en contra de los luchadores sociales constituyen crímenes y terrorismo de Estado, componentes de la Guerra de Baja Intensidad (GBI) que el gobierno de ultraderecha ha intensificado encabezado por quien usurpa la presidencia del país y se hace llamar jefe supremo de las fuerzas armadas para justificar el derroche de despliegue policíaco-militar para granjearse legitimidad.

Es el gobierno de Felipe Calderón el responsable directo del desastre económico, político y social que vive el país. Él en persona y la cúpula gobernante conformada por políticos, militares, clérigos y oligarcas que lo apoyan son los responsables de que hoy asumamos una posición de autodefensa, porque es Calderón quien directamente ha dado la orden de reeditar las prácticas de la guerra sucia, siendo el menos indicado de hablar en nombre de la democracia cuando llegó a los Pinos por medios fraudulentos violando la ley y en contra de la voluntad popular. Porque es él quien se opone a que se presenten con vida a nuestros compañeros al abrogarse el papel del máximo general de las fuerzas armadas.

Hablar de democracia en nuestro país es falso, vivimos un remedo de ella porque la cúpula gobernante sólo la concibe dentro del mezquino interés mercantil y la defensa a ultranza del actual Estado de derecho oligárquico, que busca por todos los medios la protección de los intereses de un puñado de grandes empresarios que tienen secuestrado al país, y son éstos quienes a través de sus confederaciones y cámaras patronales exigen mano dura, es decir, un baño de sangre, la represión y la instauración de una dictadura militar con “rostro” civil.

Hay quienes condenan y descalifican nuestro accionar de autodefensa colgándonos el epíteto de delincuentes y terroristas, pero callan y guardan silencio ante el terrorismo de Estado y el proceder de la ultraderecha, avalando en los hechos la reedición de la guerra sucia y la institucionalización del fascismo, llegando al descaro de exigir el castigo y todo el peso de la ley en nombre de la democracia y un estado de derecho oligárquico. Pero hay que decir que quienes asumen dicha actitud, unos son cómplices por convicción o por conveniencia, otros simplemente lo son con su silencio que en política significa aprobación y defensa del actual Estado policíaco-militar que anula de facto las garantías y derechos constitucionales.

Estos hipócritas hombres de la política, de negocios y algunas plumas que defienden el sistema no se pronuncian y condenan de igual manera contra las atrocidades y crímenes políticos y de lesa humanidad que perpetra el gobierno calderonista, ¿Será porque este sistema les otorga prebendas de todo tipo que les permite llevar un estilo de vida con salarios “míseros” que apenas les alcanza para comprar camionetas Gran Cheroke blindadas?
Los únicos terroristas, los grandes delincuentes no están en el pueblo, en las filas de los revolucionarios. A dichos delincuentes y terroristas búsquenlos en las diferentes estructuras de este gobierno y en los cuerpos policíaco-militares, en el grupo de oligarcas que lucran con el país y que pugnan por la instauración de un Estado policíaco-militar, con esos fines impusieron a Calderón en un proceso electoral fraudulento.

Las acciones quirúrgicas en ductos de PEMEX son una variante de acciones político-militares de autodefensa ante una agresión que hemos sufrido, acción lógica de respuesta ante las prácticas de guerra sucia, ante el terror de Estado, ante el impulso del paramilitarismo desde el gobierno calderonista como una burda imitación al gobierno del fascista de Uribe, tratando los problemas político-sociales sólo como un problema de seguridad nacional que se resuelve desde su lógica con medidas policíaco-militares, es decir, con medidas fascistas.

Nuestro accionar de autodefensa no obedece a un acto propagandista, para lograr notoriedad, o para buscar desestabilidad política, ésta última ya existe y es promovida por los mismos grupos de poder económico y político que están en disputa por tener hegemonía dentro del Estado. Mucho menos son acciones desesperadas o criminales. Es una respuesta que nos hemos visto obligados a emprender ante el riesgo inminente de que asesinen impunemente a nuestros compañeros, que han estado sometidos a brutales sesiones de tortura para que proporcionen información a inteligencia militar con el único fin de aniquilarnos física y políticamente.

Falso resulta sostener que se está destruyendo el patrimonio nacional, quienes lo hacen se rasgan las vestiduras y hablan falsamente a nombre del patrimonio nacional y del pueblo, mañosamente omiten que PEMEX es un patrimonio del país y del pueblo sólo de manera formal porque en los hechos está al servicio de la oligarquía nacional y extranjera. Los grandes recursos financieros que de esta empresa se generan sólo hacen usufructo el grupo de oligarcas que impusieron a Calderón en los Pinos, recursos dilapidados por toda laya de funcionarios y políticos corruptos que han hecho grandes fortunas económicas a la sombra del poder.

No es con el incremento de la militarización y el exceso de presupuesto en el rubro de seguridad nacional, al CISEN y a los grupos de inteligencia militar y policíaca como detendrán el creciente descontento popular en nuestro país, porque éste es consecuencia directa de la política económica neoliberal y las medidas fascistas impulsadas por la ultraderecha, por ello, constituye una falacia argumentar que se requiere reforzar las diferentes estructuras de inteligencia civil y militar. Hacerlo así es hacer eco a las pretensiones y exigencias de la ultraderecha, fortalecer el monstruo de las fuerzas armadas que le ha dado vida Calderón, monstruo que hoy actúa sin control e impunemente deteniendo arbitrariamente, asesinando, desapareciendo y torturando a luchadores sociales, defensores de los derechos humanos y a los revolucionarios.

Hemos insistido una y otra vez que no somos partidarios ciegos de la violencia, amamos sobre todo la vida y la paz, pero ante la ofensiva fascista no podemos permanecer en la indiferencia, la indefensión y la sumisión, hacerlo así sería capitular y dejar en el abandono a nuestro pueblo, allanarle el camino a la ultraderecha para que siga perpetrando sus crímenes de lesa humanidad para borrar físicamente toda expresión de inconformidad y oposición política ya sea progresista o revolucionaria. En eso consiste el peligro de permitir la profundización de la guerra sucia, con ello nadie estará a salvo de la represión, de los crímenes de lesa humanidad.

Para quienes aún consideran que nuestro accionar desatará la represión y la criminalización de la lucha social, insistimos una y otra vez que es una apreciación equivocada porque desde el arribo de la ultraderecha al poder la violencia desde el Estado se ha venido incrementando, llegando a constituirse con el actual gobierno calderonista en política de gobierno y práctica fascista como método para contener el descontento popular que amenaza con desbordarse en estallido social.

La represión ya existía antes de nuestro accionar, es absurdo sostener que por nuestra acción de autodefensa se desatará la persecución a luchadores sociales y defensores de los derechos humanos. El gran pretexto para militarizar el país y para criminalizar toda expresión de protesta y lucha social fue el invento del combate a la delincuencia y al crimen organizado, la sobredimención de este fenómeno inherente al sistema económico y al régimen neoliberal impulsado fanáticamente por la ultraderecha. Luego entonces sostener lo primero simplemente es insostenible. La violencia siempre ha sido y ha venido de parte del Estado, los revolucionarios sólo hacemos el uso legítimo de la autodefensa.

En todo este tiempo hemos sido sumamente prudentes y pacientes, esperando y dando lugar y espacio para que sean presentados con vida nuestros compañeros, actitud política menospreciada y mal interpretada como sinónimo de debilidad, cuya única respuesta de este gobierno y el séquito de funcionarios ha sido “ni los veo, ni los oigo”, mientras que a nuestros compañeros se les sigue martirizando en el potro de la tortura para satisfacer los bajos instintos de los altos funcionarios que componen el gabinete de seguridad.

Tan prudentes hemos sido que en Veracruz pospusimos nuestro accionar para que quienes aún creen en la lucha electoral se expresaran libremente y para que no se nos tomara como pretexto y argumento para justificar el alto abstencionismo político que significa el rechazo al régimen político y económico, un desconocimiento tácito de la “joven” democracia que vive el país.

Por eso resulta inaceptable la sugerencia de “conducirnos” por medios menos radicales, sin hacer uso de la autodefensa, pero el pueblo debe saber que esa etapa a pesar de nuestra voluntad política fue agotada con la emisión de comunicados de las diferentes estructuras estatales de nuestro partido en donde pedimos la presentación con vida de nuestros compañeros y cuya respuesta siempre fue la indolencia gubernamental y el incremento de operativos contrainsurgentes que buscaban aniquilarnos a toda costa.

Para una parte importante de nuestro pueblo sí hay justificación histórica y concreta para la organización e impulso de un cambio profundo a través de una nueva revolución, la violencia de “los de abajo” siempre es el último recurso al que recurre el pueblo para generar los grandes cambios en el país, y hoy todo indica que un estallido social sí es posible y existen las condiciones tanto objetivas como subjetivas. Estallido social que sólo los medrosos y quienes tienen compromisos con el régimen temen sobremanera.

Esquizofrénico resulta el argumento del autoatentado sostenido por algunos políticos que ven moros con tranchete en donde no los hay, suponiendo coincidencias sospechosas de nuestro accionar cuando hay temas de relevancia, aduciendo además que no “nos han tocado”. Omiten que hemos sido más que prudentes y que pedimos a nuestro pueblo la oportunidad de cambiar de táctica ante los crímenes de lesa humanidad que se estaban cometiendo, porque la desaparición, SIN COMILLAS, de nuestros compañeros es un hecho real y concreto que vivimos no sólo nosotros, sino también varios luchadores sociales con diferentes posiciones políticas.

Hipócritas y demagógicas resultan las declaraciones de quien usurpa la presidencia del país y se presenta como el gran demócrata, porque precisamente este gobierno está empeñado en cerrar paso al campo de las ideas progresistas, porque mientras invoca a la discusión política, a la lucha en el campo de las ideas, dentro del marco de la ley y las instituciones promueve la guerra sucia, el terrorismo de Estado y deja manos libres a la cúpula militar y policíaca para cometer crímenes de lesa humanidad, en la lógica de que todo se justifica en aras de defender los intereses oligárquicos.

Nuestra demanda y los motivos de nuestro accionar es legítima, no es algo que no esté al alcance del actual gobierno, ¡PRESENTEN VIVOS A NUESTROS COMPAÑEROS! y las acciones de autodefensa pararán. No aceptamos por ningún motivo el argumento que la desaparición física de nuestros compañeros es producto de pugnas y ajustes internos entre revolucionarios, eso es una calumnia montada y difundida desde los órganos de inteligencia militar para encubrir la responsabilidad de este gobierno.

No culpen a inocentes de nuestras acciones, no vinculen con nosotros a quienes no tienen compromiso con nosotros, no inculpen o criminalicen a quienes se solidarizan con la exigencia de la presentación con vida de los detenidos-desparecidos, no inventen supuestos vínculos o voceros en investigadores y académicos que asumen un trabajo dentro de su profesión académica. Hacerlo sólo confirma la ruta hacia el fascismo que está adoptando este gobierno.

Si el gobierno de Calderón se empeña en impulsar una nueva ofensiva represiva contra el pueblo organizado o no organizado, todos, progresistas y revolucionarios debemos cerrar filas contra el terrorismo de Estado, contra la reedición de la guerra sucia, que sólo podremos enfrentar con la combinación de todas las formas de lucha.


¡VIVOS SE LOS LLEVARON, VIVOS LOS QUEREMOS!
¡A EXIGIR LA LIBERTAD DE TODOS LOS PRESOS POLITICOS Y DE CONCIENCIA DEL PAIS!
¡POR LA PRESENTACION DE TODOS LOS DETENIDOS DESAPARECIDOS!

¡POR LA REVOLUCION SOCIALISTA!
¡VENCER O MORIR!
¡POR NUESTROS CAMARADAS PROLETARIOS!
¡RESUELTOS A VENCER!
¡CON LA GUERRA POPULAR!
¡EL EPR TRIUNFARA!
COMITÉ CENTRAL
DEL
PARTIDO DEMOCRÁTICO POPULAR REVOLUCIONARIO.
PDPR
COMANDANCIA GENERAL
DEL
EJÉRCITO POPULAR REVOLUCIONARIO
CG-EPR

Año 43
República Mexicana, a 13 de septiembre de 2007.