Hoy y siempre... Comandantes Camilo y Manuel... Presentes

HOY Y SIEMPRE... COMANDANTES CAMILO Y MANUEL... PRESENTES... PRESENTES... PRESENTES...

"Son los sueños todavía
los que tiran de la gente
como un imán que los une cada día.
No se trata de molinos
No se trata de un Quijote,
algo se templa en el alma de los hombres,
una virtud que se eleva por encima
de los títulos y nombres"
Gerardo Alfonso.

La impronta que los Comandantes Camilo y Manuel dejaron en la historia del Ejército de Liberación Nacional, hace que su vida y obra sea ejemplo a seguir no solo para los que hacemos parte de este proyecto de construcción de poder del pueblo y para el pueblo, sino también para todos aquellos que desde distintos escenarios viven y luchan por una Nueva Colombia, donde la PAZ CON JUSTICIA SOCIAL sea una realidad y no simplemente un eslogan publicitario ó promesa electoral por años incumplida.

Camilo y Manuel con su ejemplo y con su trabajo cotidiano con la clase popular nos legaron que la razón de ser de nuestro proyecto es el PUEBLO, ambos trabajaron incansablemente por la concientización, organización y unidad de los sectores populares, de ellos aprendimos que el movimiento insurgente es mucho más que la cuantificación de hombres y armas, somos un proyecto de vida y libertad, somos la sumatoria de muchos esfuerzos, sueños y luchas, por eso estamos presentes en cada huelga obrera, en cada lucha campesina e indígena, en cada movilización popular, en cada tropel estudiantil.

Camilo asumió que el deber de todo cristiano es hacer la revolución, por eso aportó en la construcción de una plataforma mínima que fuera el referente de un movimiento de Unidad Popular, se recorrió la patria difundiendo la propuesta del FRENTE UNIDO como espacio aglutinador de la clase popular e instrumento del pueblo para construir su poder y confrontar políticamente el proyecto de dominación y explotación capitalista.

Su compromiso con el pueblo desató la ira de los detentadores del poder, quienes lo estigmatizaron desde la alta jerarquía eclesiástica, los monopolios de la información y por supuesto los organismos de seguridad del Estado. A pesar de la persecución en su contra, Camilo no desistió en su propósito de contribuir a la Unidad de la Clase Popular y respondió categóricamente a sus detractores.

"Estoy convencido que es necesario agotar todas las vías pacíficas y que la última palabra sobre el camino que hay que escoger no pertenece a la Clase Popular, ya que el pueblo, que constituye la mayoría, tiene derecho al poder. Es necesario más bien preguntarle a la oligarquía cómo va a entregarlo; si lo hace de una manera pacífica, nosotros lo tomaremos igualmente de una manera pacífica, pero si no piensa entregarlo o lo piensa hacer violentamente, nosotros lo tomaremos violentamente"

Cuando Camilo considera que las vías legales estaban agotadas, se integró a la lucha política y militar como combatiente del Ejército de Liberación Nacional, cumpliendo una de las tareas a él asignadas cayó en combate el 15 de febrero de 1966.

Treinta y ocho años después de la caída en combate del Comandante Camilo podemos afirmar que su obra está por hacerse, que hoy más que nunca los poderosos utilizan el Terrorismo de Estado para defender a sangre y fuego sus privilegios; los imperialistas y burgueses no están dispuestos a permitir que el pueblo construya su poder, por eso la Rebelión y al uso revolucionario de las armas sigue siendo un derecho legitimo para enfrentar la opresión.

Manuel igual que Camilo asumió que la forma de amar eficazmente al pueblo es luchar junto a él por su liberación, por eso siempre estuvo al lado de los obreros y los pobres en España, Francia, Republica Dominicana y finalmente Colombia.

Su compromiso con los explotados llevó a que él y los también sacerdotes españoles Domingo Laín y José Antonio Jiménez Comín fueran expulsados de varios países, entre ellos Colombia, a donde regresaron en octubre de 1969 para seguir el camino de Camilo e integrarse a nuestra organización y llevar su compromiso con el pueblo HASTA LAS ULTIMAS CONSECUENCIAS.

Manuel poco a poco fue asimilando las contingencias de la vida guerrillera, su capacidad organizativa, carisma y fraternidad lo llevaron a jugar un papel preponderante en la reorganización de nuestro proyecto de liberación con posterioridad a la Operación Anorí.

Su convicción por la Unidad trascendió los marcos de nuestro ELN, en marzo de 1979 compartió durante tres meses en las montañas de Córdoba con la Comandancia del Ejercito Popular de Liberación, desde 1987 y hasta el día de su muerte el 14 de febrero de 1998 fue un incansable trabajador por la UNIDAD del pueblo y sus organizaciones insurgentes.

Camilo y Manuel nos dejaron él legado político de ESTAR JUNTO AL PUEBLO como condición necesaria para LUCHAR y VENCER, como posibilidad real de ser expresión del pueblo en armas, al fin y al cabo ellas representen los intereses de las mayorías que se resisten al hambre, la exclusión y la represión.

Hoy tiene plena vigencia lo expuesto por Manuel años atrás.

"A los revolucionarios de estos años nos tocó atravesar el gran desierto sin que el agua esté segura, pisando terrenos arenosos, en que muchas cosas que considerábamos verdaderas y seguras se vuelven resbalosas, no son tan verdaderas y seguras; también que el saber que el final del desierto no esté tan cerca, pero sin embargo el afán es de ese convencimiento, no renunciaremos a la Revolución, no renunciaremos al Marxismo, no renunciaremos al Socialismo, lucharemos para que el Socialismo refleje lo que en su esencia es, democracia y humanismo, por ello va esta REVOLUCIÓN".

NI ENTREGA NI RENDICIÓN... JUNTO AL PUEBLO VENCEREMOS.

SOMOS REVOLUCIÓN... CONSTRUIMOS PODER... VENCEREMOS