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Declaración de las FARN sobre el asesinato de Roque Dalton

DECLARACIÓN DE LAS FARN SOBRE EL ASESINATO DE ROQUE DALTON (Extracto)

“Es evidente que durante todo este proceso de lucha ideológica intensa a nivel de Dirección Nacional, los elementos militaristas, débiles en lo ideológico y en lo político, comienzan a impulsar diversas maniobras que les permitían impedir, mediatizar o sustituir los mecanismos de lucha ideológica.

Sabiendo que la misma concepción militar estaba en cuestionamiento, y que su primera tarea a nivel del Estado Mayor consistía en presentara plazo fijo un documento sobre la concepción militar, a fin de que fuera discutido y aprobado por la militancia de la organización en el seno de SU estructura política; toman una serie de medidas aceleradas en relación a preparar las condiciones de la insurrección’ y van militarizando cuanto pueden a su alrededor.

“Socavan las bases políticas impulsando campañas de desprestigio personal de dirigentes que no comulgan con sus ideas, ‘reclutan’ con criterios policíacos a miembros de base a los cuales les encargan tareas de ‘vigilancia política’ contra sus propios compañeros y responsables de célula; mantienen y crean redes de verdaderos ‘orejas’ en el seno de la organización que les informan sobre las opiniones y criterios que se vierten en la lucha ideológica, lanzan asimismo una intensa campana contra el ‘revisionismo interno’ identificando esa desviación con las posiciones políticas que buscan el acercamiento a las masas y la combinación de todas las formas de lucha útiles al proceso revolucionario.

Este proceso de maniobras y medidas no revolucionarias, los va llevando necesariamente a definirse como una camarilla que constituye un doble poder y que se refugia en el ‘Estado Mayor’ del ERP, desde el cual comienza a funcionar en forma paralela a la Dirección Nacional. A pesar de todas sus maniobras y esfuerzos, la discusión se les vuelve insostenible, sus argumentos políticos no tienen la solidez capaz de convencer a los sectores más politizados y por el contrario, los argumentos de la otra tendencia van ganando terreno y no pueden ser rebatidos por las bases que ellos conducen ni por ellos mismos; la estrecha apertura que se han visto obligados a permitir, comienza a generar cuestionamiento y amenaza con derrotarlos a pesar de todos sus esfuerzos y maniobras.

A nivel de la Dirección, se ha suspendido la lucha ideológica con la negativa rotunda de la camarilla de permitir que la Dirección, en un último esfuerzo de cumplir con sus funciones, elabore seriamente y por escrito un documento en el cual se plasmen responsablemente las dos concepciones y que sea la base de la lucha ideológica que oriente la discusión de la militancia. A pesar de ello, se elaboran documentos cuya discusión sacude a la militancia, esto los obliga a deslizarse más y más por la pendiente de la maniobra la calumnia y la deshonestidad.

Incapaces de reconocer su derrota ideológico-política, cegados por la desesperación del inalcanzable triunfo de sus posiciones por medio de un proceso correcto de lucha ideológica, y trasladando la imagen de su propia situación al resto de la organización, van creyendo que, de la misma forma en que en sus sectores la camarilla es la única que entiende, comparte y defiende su ‘concepción’ por medio de un método de sometimiento militar de las bases en relación a dicha concepción ‘tiene’ que existir en los otros sectores de la organización, un núcleo o cabeza pensante que sea la fuente de concepción que se les opone: de esa aberración no es nada difícil pasar a pensar en la solución de ‘neutralizar’ esa cabeza para que el resto de la organización, a la que consideran incapaz, no consciente y ‘manejada’ por el seguidismo (como ellos manejan a su base) se sienta débil y sea permeable a sus imposiciones.

Este papel de ‘cabeza pensante y gestor de la concepción’ se lo adjudican al compañero Roque Dalton en quien consideran tener su ‘máximo adversario’ como el único ‘capaz’ por sus cualidades teóricas, de ser la fuente y sostén de la concepción.

Grave error de apreciación de la camarilla militarista, que aislada del desarrollo político de amplios sectores de la organización, no fue capaz de comprender que si bien el compañero Roque Dalton compartía y defendía esa concepción no había desempeñado en su gestión desarrollo y defensa, el papel fundamental y decisivo que en su mente desviada le quería adjudicar. Total incompresión del proceso de elaboración y maduración de una linea y una concepción que por su envergadura no podía provenir de un individuo, sino que constituía la síntesis del esfuerzo elaborativo, experiencia y práctica procesada y el aporte de muchos colectivos de la organización ligados al trabajo de masas.

Con la idea preconcebida de ‘deshacerse’ (políticamente por el momento) del compañero Roque Dalton como un paso que les permitiría avanzar en sus posiciones, planifican aceleradamente maniobras de provocación constantes, tendientes a propiciar una oportunidad de eliminarlo de las discusiones, y de paso que diera lugar al impulso de otra maniobra: la de involucrar a algunos miembros de la Dirección Nacional en el ‘complot’ que habrían de adjudicarle contra el Estado Mayor del ERP.

Este plan se pone en marcha por medio de intentos de neutralizar una serie de cuadros intermedios, impulsando acusaciones y campañas de desprestigio personal contra los responsables políticos, en forma descarada y de provocación arrogante. Así mismo se intensifica la militarización acelerada de la militancia, a través de convocatorias constantes al activismo militar de acciones espectaculares y de gran envergadura.

Cierran la llegada a sus bases de los miembros de Dirección Nacional que tienen posiciones contrarias a las suyas y presionan intensamente por visitar al resto de sectores que no han caminado bajo su conducción directa. Alegando razones de fuerza mayor y necesidad por el volumen de las actividades militares planificadas, concentran en sus manos todos los recursos económicos y militares de la organización.

Lanzan la tesis insurreccional corto-placista y blanquista, pretendiendo centrar la lucha ideológica en torno de decir si o no a dicha tesis, negando rotundamente la necesidad de la discusión a nivel de la concepción estratégica, con el argumento de que ello indica tendencias intelectualizantes desviadas de la práctica concreta, y de paso, utilizando la aceptación o rechazo, a sus tesis insurreccionales como un termómetro para ‘medir’ el grado de decisión o vacilación de la militancia.

Elevan a la calidad suficiente y necesaria para ser miembros de ‘vanguardia’, la exclusiva participación en combates militares y el hecho formal de ser profesionales en el seno de la organización. Convierten la tesis de construir el partido de vanguardia de la clase, en la de construir el ‘Partido de la insurrección caracterizándose dicho partido por ser un partido en guerra, en el cual predomina lo militar sobre lo político.

13 de abril: se provoca una situación en la que el compañero 'Pancho' es forzado a un comportamiento que la camarilla juzga de ‘rebeldía militar’ y es capturado de inmediato en forma violenta y grosera. Dos horas después, es capturado el compañero Roque Dalton acusado de haber incitado a ‘Pancho’ a observar la actitud de rebeldía, asimismo se decreta el arresto para los miembros de la Dirección Nacional que ocasionalmente se encontraban presentes al momento de las capturas y en menos de 24 horas se procede al Consejo de Guerra contra los compañeros Momentos antes de realizarse el ‘Consejo de Guerra’, el cual estará a cargo de la camarilla que ha efectuado la provocación y los arrestos y va a montar la farsa erigiéndose como jueces y partes todopoderosos de la situación, el resto de miembros de la Dirección Nacional exigieron una reunión de emergencia con objeto de impedir los irracionales sucesos que se avecinaban. En dicha reunión uno de los miembros de la camarilla se autonombra ‘jefe político de la organización’, niega a la Dirección Nacional reunida en pleno su capacidad y autoridad para impedir al Estado Mayor la realización de un Consejo de Guerra, niega a la Dirección Nacional su derecho de apelar a las bases en defensa de los compañeros y lanza amenazas directas de muerte contra los miembros de la Dirección Nacional que pretendan en cualquier forma oponerse a lo acordado por el Estado Mayor.

14 de abril: El Consejo de Guerra’ se lleva a cabo y en él, miembros de la camarilla acusan a Roque Dalton como instigador de la conducta ‘en rebeldía’ de Pancho y como conjurado contra el Estado Mayor, pidiendo su ajusticiamiento inmediato. La defensa es tomada por un miembro de la Dirección Nacional y consigue que el Estado Mayor, constituido en tribunal por autonombramiento, decida resolver penas de arresto contra los compañeros acusados.

Creímos entonces de buena fe, que el peligro más grave había pasado y que la camarilla respetaría sus propios acuerdos en relación con los compañeros juzgados, considerando que el problema interno en el seno del ejército no debería incidir en el proceso de lucha ideológica que estaba pendiente en las bases de la organización. Sin embargo, la camarilla se sabía ya incapaz de permitir y sostener tal proceso hasta sus últimas consecuencias sin salir derrotados.

16 de abril: Se emite un boletín del Estado Mayor en que informa de las capturas, el Consejo de Guerra y las penas de arresto decretadas contra los compañeros. En la misma fecha, un sector de la organización denuncia las maniobras de un miembro del Estado Mayor que ha pretendido personalmente desconocer a la Dirección Nacional y asumir la conducción política del sector, solicitando que se le destituya por SU actitud.

17 de abril: Se realiza la última reunión de Dirección Nacional del viejo ERP en la cual la camarilla toma por asalto el poder político, disolviendo el organismo de Dirección con el pretexto de que algunos miembros de ella formaban parte de una fracción oportunista de derecha jefaturada supuestamente por Roque Dalton, y argumentándose que la camarilla y sus bases constituían la ‘mayoría política’ de la organización.

Dan por terminada la lucha ideológica decretando el triunfo de sus posiciones y abriendo un nuevo proceso de sometimiento con relación a los sectores que les son adversos.

A partir de ese día, la discusión política se suspende en el seno y en el resto de la organización de las bases por ellos conducidas, pretenden someter bajo amenazas de expulsiones, destierros y ajusticiamientos, toda oposición y divergencia con la línea de la mayoría política.

20 de abril: En un esfuerzo por no romper la unidad orgánica del ERP, los sectores que ahora constituimos la Resistencia Nacional, hacemos un llamado a todas las bases de la organización para celebrar un Congreso o evento en que se defina en forma total la línea y la concepción estratégica. Este documento ni siquiera es dado a conocer a la militancia por parte de la camarilla, la cual pasa a una nueva fase de maniobras: revelan internamente la identidad del compañero Roque Dalton (que en el seno de la organización era conocido como Julio Delfos Marín), señalándolo como un revisionista de derecha y agente procubano infiltrado en el ERP. No logrando que esta acusación afecte a la militancia y la incline en su favor, en días posteriores lanzan su cobarde acusación de ser un agente de la CIA, motivo por el cual la organización entra en ‘emergencia militar’ el ejército asume la dirección total de la organización por medio de su estado mayor para salvar al partido, decretando que en tales condiciones no es posible abrir ni la lucha ideológica, ni mucho menos un evento como el Congreso, mientras el ejército no garantice la total depuración de la infiltración realizada, según ellos, por el compañero Roque Dalton.

1º. de mayo: Es en estas circunstancias que los responsables políticos de lo que ahora constituye la Resistencia Nacional, en consulta total con nuestras bases, realizamos una reunión de emergencia y acordamos la separación orgánica de la camarilla militarista que, habiendo violado todo principio leninista de conducción, todo principio revolucionario, carecía de solvencia moral y revolucionaria para continuar en cargos de dirección en el seno de nuestra organización. El documento de separación también es ocultado a las bases y la camarilla asume bajo su personal responsabilidad todos los hechos que se suceden posteriormente.

8 de mayo: La respuesta ciega e irracional de la camarilla militarista enquistada en el seno del ERP, fue la de asesinar sin ninguna consideración a los miembros de la Resistencia Nacional. En esta fecha, se prepararon tres atentados criminales, todos los cuales, a pesar de la saña con que son impulsados, resultan fallidos y no les permiten consumar sus criminales planes contra miembros de la Resistencia Nacional.

9 de mayo: Apresuradamente y para justificar sus acciones criminales del día anterior, elaboran un comunicado firmado por el Estado Mayor en el cual condenan a muerte o al exilio a todos los que consideran responsables políticos de la Resistencia Nacional.

10 de mayo: Impotentes y rabiosos por la frustración de los asesinatos que pensaban cometer en miembros de la Resistencia Nacional, ceban su furia contra los compañeros capturados y asesinan irresponsablemente a Pancho y Roque Dalton.

16 de mayo: En un acto de desesperación y de ceguera política que ha recibido total repudio de la conciencia revolucionaria nacional e internacional y la condena de la historia, se hunden para siempre en el abismo de la ignominia al declarar públicamente ser los autores del asesinato de Roque Dalton sobre cuya memoria pretenden lanzar el lodo de la calumnia y la infamia.”
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FUENTE: Excélsior 10 y 11. Marzo de 1980