El Estado burgués en descomposición

Junio de 1975

HACIA UNA JORNADA NACIONAL DE MOVILIZACIÓN Y LUCHA

EL ESTADO BURGUÉS EN DESCOMPOSICIÓN

Domingo Menna

El huracanado movimiento de masas que está sacudiendo las bases mismas de este sistema en descomposición, ha terminado por sembrar la alarma general en las clases dominantes en nuestra Patria. La crisis de la burguesía argentina es tan profunda que afecta no solamente a un sector, la camarilla gobernante, sino a toda la clase explotadora. Los recientes cambios en el gobierno y los que sobrevendrán a cortísimo plazo, las últimas medidas económicas, las fisuras en el partido peronista y el desmoronamiento acelerado del frente burgués evidencian con gran crudeza la profundidad de esta crisis. Crisis evidentemente de carácter nacional que afecta los cimientos mismos del sistema capitalista dependiente y en modo alguno sólo parte de él, como plantean los sectores liberales, populistas o reformistas; la debacle afecta los cimientos del edificio, toda su estructura, y no una dependencia, uno de sus pisos simplemente.
La lucha de clases, el movimiento de masas ha tomado un giro claramente político-revolucionario; el desarrollo impetuoso de la lucha armada ha llevado al rojo vivo las contradicciones, a tal punto que ningún sector, y mucho menos la camarilla gobernante, tiene hoy un plan coherente para el país. Ningún partido burgués o pequeño burgués puede ya hallar una salida para el sistema capitalista.
Los aventureros y ladrones que por ahora están en el gobierno han tomado conciencia de ello y en consecuencia prácticamente han renunciado a la tarea de estabilizar o sacar adelante la economía del país -del punto de vista burgués, se entiende!- Han renunciado a todo plan. Ahora solo pretenden "durar" lo máximo posible como para llenarse desvergonzadamente sus bolsillos, latrocinio que abarca desde el Poder Ejecutivo al jefe de la Policía Federal compromete a innumerables funcionarios menores.
Cuán grande será el desconcierto que hasta las FEAA. contrarrevolucionarias han perdido la coherencia, la unidad de la época de Onganía. Saben perfectamente que son los únicos que pueden "salvar" al país del "caos" en que se encuentra. Están absolutamente claros que hay que dar un golpe. Pero... ¿y después ... ? Son pocos los que se arriesgan hoy a tomar con las manos una brasa encendida. Para dar un golpe hay que tener cierto plan, y no lo tienen. Por supuesto. siguen conspirando; la situación general del país los llama" a tomar las riendas.
Todos los intentos reaccionarios, todas las maniobras para contener las energías de nuestro pueblo, han fracasado rotundamente: primero Cámpora, luego Perón, los cientos de crímenes de las bandas fascistas como las Tres A, la participación del Ejército contrarrevolucionario en Tucumán, etc. Este es otro factor importante de la crisis y vernos que hasta los fundadores de las bandas criminales se ven obligados a tratar de ponerles un "freno" ¡López Rega condenando a las Tres A! ¡Esto sí que es paradójico! El fundador jefe tiene que decirle a sus muchachos que paren la mano. El Almirante Massera y Cía., que alentaban y encubrían a las Tres A, de repente se ven condenados a muerte junto a Videla y Manrique.
La burguesía que había apoyado de hecho a las Tres A, no sólo que ha comprobado el fracaso de las mismas en sus objetivos, a pesar de la saña feroz en la ejecución de bárbaros asesinatos, sino que ahora tiene miedo, pues como ha ocurrido otras veces en la historia estas bandas de criminales a sueldo toman vuelo, se empiezan a independizar y como un boomerang, golpean a quien les dio vida, medios y una siniestra misión a cumplir.
López Rega pide vacaciones y se piensa ir "unos días" a España, seguramente por dos motivos: por las presiones en su contra de la oposición y de las FF.AA. y, de paso, para hacer nuevas Inversiones a su cuenta.

EL PROLETARIADO INDUSTRIAL, PUNTA DE LANZA
DE UN PODEROSO ASCENSO DE MASAS

Una gran masa proletaria ha dicho basta. Decenas de miles de obreros de todo el país han manifestado su tajante repudio al gobierno antipopular y reaccionario y su política propatronal, hoy expresada en el exorbitante alza del costo de la vida y enfrentan decididamente el descarado ataque al pueblo todo consumado por la camarilla lopezregista.
La prensa burguesa, los medios masivos de comunicación, no publican, ni remotamente, la verdadera demisión de la protesta proletaria. No conocernos aún la magnitud de esta rnovilización, pero decenas de fábricas en Córdoba (automotrices y metalúrgicas) no
sólo han sido paralizadas, sino que la agitación y la lucha se extendió a otros sectores populares, principalmente en la zona de Ferreyra, en Santa Fe, los obreros de Fiat~ Bahco y otras fábricas importantes han marchado hacia la legislatura provincial, siendo brutalmente reprimidos (se admite la existencia de once heridos, uno de ellos de bala), pese a lo cual, con valor y fortaleza, obligaron a la policía a replegarse; en Buenos Aires, numerosos establecimientos industriales -Ford, General Motors, Wobron, Eaton, Armetal, entre otras- han visto detenida la producción.
Esto es nada más que la manifestación avanzada de lo más esclarecido de la clase obrera argentina, es decir del proletariado industrial altamente concentrado que con sus paros y movilizaciones está reflejando el odio y la indignación que ganan a los más amplios sectores del pueblo argentino. Empleados, amas de casa, trabajadores no proletarios, semiproletarios, pequeños productores, pequeños y medianos comerciantes, etc., agredidos por las medidas económicas del gobierno reaccionan en cada lugar de trabajo, en cada punto de reunión, en casas de comercio, en ómnibus, en trenes, etc.
Este movimiento que se produce por decenas y cientos de miles transmite, valga la expresión, a su vanguardia un sentimiento de concentrada indignación que brota y desborda.
Imaginémonos por un instante a un dique que se rompe; el aluvión que se libera es tan grande, que supera geométricamente a las fuerzas acumuladas y que haciéndose eco de las necesidades de todo el pueblo dirigirá sus golpes contra las fuerzas centrales del enemigo, es decir, el gobierno.

SITUACIóN REVOLUCIONARIA Y ACCIONES
DE MASAS CONCRETAS

El efervescente estado de las masas de nuestra Patria, el empeoramiento de su situación en virtud de las nuevas medidas económicas (a las que han tenido que apelar como tabla de salvación), la situación internacional y el carácter de la crisis política general que se ha plasmado en nuestro país, constituyen la suma de condiciones objetivas que hace revolucionaria la situación argentina, a causa de la imposibilidad de una salida coherente a esta crisis por parte de la burguesía.
Las movilizaciones se han extendido a la mayor parte del territorio nacional.
Las bases proletarias han rebasado totalmente a las direcciones burocráticas, por ello hasta la misma burocracia vacila y la situación la hace permeable a las presiones.
Ante este tremendo y gigantesco incremento de fenómenos políticos-revolucionarios, ante la disposición de las masas para presentar batalla, es imperiosa la necesidad de unir energías y desplegar esfuerzos organizativos para centralizarlas a fin de concretar jornadas nacionales de movilización Y lucha alrededor de tres puntos concretos:
El escollo más grande que tenemos para lograr un paro nacional es la falta de un organismo nacional que convoque a jornadas de movilización. No obstante ese déficit, existen corrientes como el Movimiento de Acción Sindical, el Movimiento Sindical de Base, la Juventud Trabajadora Peronista, la Intersindical, dirigentes obreros reconocidos, sindicatos combativos y clasistas, comisiones internas, cuerpos de delegados y agrupaciones de base con capacidad de convocatoria y que hoy levantando reivindicaciones tan sentidas por las masas, tienen la posibilidad concreta de impulsar medidas efectivas que canalicen el sentimiento vivo y pujante de las más amplias capas populares, presente en todos los rincones del país.
Por ello es obligación de todos los dirigentes obreros y organizaciones populares concretar una reunión nacional para trazar un plan de lucha y llamar a un paro nacional combativo. Todo ello es factible. Se debe trabajar tesoneramente para lograrlo. Así se darán importantes pasos de avance organizativo en el terreno de la lucha sindical y democrática.
Por entre la impotencia de la burguesía, que ha perdido su rumbo, el proletariado y el pueblo comienzan ya a transitar un camino nuevo, libre del engaño y las falsas ilusiones que sembrara el nacionalismo burgués. A través de la movilización y el combate, cada vez con más firmeza, nuestro pueblo marcha decidido, con fe en las posibilidades de triunfo de una verdadera revolución.

LA CRISIS DE LA BURGUESÍA LAS LUCHAS DEL PUEBLO

Mientras la clase obrera y el pueblo argentino avanzan victoriosos por el camino de la lucha, la burguesía y su reaccionario gobierno se debaten en la más profunda crisis. El reciente plan económico de Celestino Rodrigo ha sido destrozado por las luchas populares. El gabinete, con todos sus reaccionarios y fascistoides ministros se ha visto obligado a renunciar, la presidente, aislada y sin el apoyo de nadie no hace más que acumular odio por parte del pueblo.
Las FEAA. contrarrevolucionarias, sin un plan coherente inmediato al cual recurrir para dar una salida al decrépito capitalismo argentino, contener las luchas populares y derrotar a la guerrilla no están, dispuestos a tomar en lo inmediato las riendas directas del Estado.
En esta inmejorable situación para el desarrollo y fortalecimiento de las fuerzas populares y revolucionarias, el pueblo firmemente acaudillado por el proletariado industrial ha demostrado su inagotable capacidad de lucha, ha acumulado nuevas y ricas experiencias, ha comprobado una vez más que luchando sin claudicaciones se pueden lograr importantes conquistas.
En lo sucesivo. los enfrentamientos entre explotados y explotadores se seguirán generalizando, se harán más agudos y profundos.
Es probable que la burguesía se incline próximamente a establecer un gobierno de transición, de características cívico-militares, integrado por representantes de los partidos burgueses y respaldado por los militares.
Nuestro pueblo no ha de dejarse engañar por cualquier nueva trampa que quieran tenderle las clases dominantes. Los gobiernos de la burguesía siempre se proponen la explotación y el engaño de las masas desposeídas.
Cuanto más decidida sea la lucha de la clase obrera y el pueblo contra la burguesía y su gobierno de turno, menos posibilidades tendrá ésta de reacomodarse, de dar alguna solución a su desastrosa situación actual.
Cuanto más agudos y enérgicos sean los enfrentamientos mayor experiencia y energía acumulará nuestro pueblo, y mayores concesiones arrancará a sus explotadores.

FORTALECER AL ERP

Cuanto más aguda es la lucha de clases en la Argentina, más imperiosa es la necesidad de incorporar nuevos y nuevos contingentes de obreros, estudiantes, campesinos, hombres y mujeres patriotas a las filas del Ejército Guerrillero.
El enemigo, acorralado por la fuerza de las masas, recurrirá inevitablemente al uso contra ellas de su Ejército, de sus fuerzas represivas, intentando defender a sangre y fuego sus privilegios y sus riquezas. Sólo un poderosísimo Ejército Popular, de características regulares, logrará la derrota definitiva de las fuerzas enemigas, respaldará eficazmente la lucha de las masas, cristalizándolas en la liberación de zonas en el campo, en la construcción y desarrollo de órganos de poder popular, en inimaginables formas de poder local. Las luchas populares y la guerrilla irán ganando terreno al enemigo, disputando encarnizadamente el poder político en nuestro país.
El ERP, es el embrión de ese Ejército Regular y es deber de todo patriota dispuesto a empuñar el fusil sumarse a sus filas, entregar su capacidad y energía al combate por la liberación definitiva del pueblo argentino.