Comunicado Nº 17

COMUNICADO 17

…El pueblo, y más las futuras generaciones, no podrán vivir esclavos y será entonces cuando de nueva cuenta nos pondremos en marcha, y aunque estemos lejos los unos de los otros no nos perderemos de vista y llegado el momento nos volveremos a reunir. Guarden sus fusiles, cada cual donde lo pueda volver a tomar...
(Rubén Jaramillo, 1918).


A los pueblos de Morelos
A los pueblos de México.
A los pueblos del mundo.

Con la misma lógica colonial que clasificó a los antiguos habitantes de este continente como seres diabólicos y sin razón, el pensamiento liberal inició la articulación en México de un sistema político sustentado en el concepto de soberanía popular y nacional, que se redujo en la práctica a una democracia de pocos, con pocos y para pocos. Un sistema que desde su origen, y para garantizar la dominación de la minoría gobernante y de todos sus descendientes, cerró las puertas al ejercicio de la democracia directa y desconoció los derechos y la cultura de los pueblos originarios.

No obstante, liberales progresistas, neoliberales reaccionarios y hasta izquierdistas “modernos”, en pleno siglo XXI, pretenden convencernos de las supuestas bondades y ventajas de la democracia representativa y de la centralidad del poder; como si los de abajo no supiéramos, por nuestra propia y amarga experiencia, que la delegación del poder en unos cuantos gobernantes y politicastros ha sido una de las principales fuente de la corrupción reinante en nuestro país, la cual se ha desbordado a niveles nunca antes vistos.

Así como en el pasado fue impuesta la pretendida modernidad capitalista, actualmente los señores del poder y del dinero, y sus partidos políticos, de derecha o de izquierda, pretenden seguir sosteniendo, amparándose en la “ley” y en las instituciones estatales, un sistema de gobierno que sólo ha conducido a nuestro país al despeñadero de la crisis, la inseguridad, la violencia y la corrupción, como lo muestra la descomunal expansión de la industria del narcotráfico -y del secuestro y venta de menores (para su explotación sexual)- así como la violenta disputa entre cárteles asociados y protegidos por mafias dentro de los distintos niveles de gobierno, de lo cual dan cuenta los miles de “levantones” y ejecuciones que se han venido sucediendo a lo largo y ancho del país, bajo la égida federal panista.

No es casual que funcionarios gubernamentales estadounidenses definan acertadamente a México como un “Estado fallido”, pero no debemos pasar por alto que el desbordamiento criminal está siendo utilizado por el gobierno estadounidense y el gobierno de Calderón para mantener al Ejército Federal en tareas policiales, a fin de inhibir la protesta y la creciente lucha social ante la fraudulenta y torpe gestión del gobierno calderonista y, sobre todo, ante el impacto social que en nuestro país está produciendo la crisis mundial capitalista, que tiene como epicentro a la economía estadounidense. Y no debemos soslayar este hecho, porque la intervención del Ejército Federal en la guerra de las drogas lejos de significar la disminución del clima de inseguridad en el país, ha profundizado y expandido la violencia, al golpear sólo a algunos cárteles -y capos- de la droga, y favorecer a otros.

Pese a todo, es necesario resistir y sobrevivir a la negra noche capitalista, como lo hicieron las generaciones que nos precedieron, creando formas alternativas de lucha y de organización ante la oleada doctrinaria y represiva de la clase política, asumiendo que este complejo sistema nos ha condenado a la muerte, como lo muestra una vez más el secuestro y brutal asesinato de dos de nuestros hermanos indígenas de La Montaña de Guerrero, hace apenas unos cuantos días.

Hemos descubierto que como pueblos tenemos que construir alternativas para contrarrestar la ideología que difunde la clase dominante, a través de sus medios de comunicación, de su política y su cultura. Y que ya no podemos dejar en manos de los señores del poder y del dinero nuestro destino y nuestro entorno, a riesgo de nuestro propio aniquilamiento.

Hemos descubierto que los partidos políticos oficiales, y los gobernantes que de ellos han surgido, nunca podrán representar las voces y necesidades de nuestros pueblos, ya que se encuentran sujetos a los intereses del gran capital y a los propios. Y que solo se ponen vestiduras de pueblo en tiempo de elecciones y se montan en las luchas que surgen en defensa de las necesidades populares.

Hemos visto que estos partidos, han sido fieles servidores de sus amos (los señores de poder y del dinero) y han legislado desde la mezquindad y la abundancia, desoyendo las múltiples voces del pueblo, justificando la organización y ejecución de acciones represivas y el establecimiento de puntos de control en territorio morelense, facilitando recursos y prebendas a líderes de organizaciones ultraderechistas que se movilizan para proteger al sistema de dominio y apropiación capitalista.

Toda la infraestructura que desarrolla actualmente el gobierno de Morelos: internacionalización del aeropuerto, carreteras, bases policiacas y militares, ampliaciones comerciales, habitacionales e institucionales y rescates al gran capital, etc., no representa beneficio alguno para el grueso de nuestra población sino mas bien responde a los intereses de las empresas del capitalismo-neoliberal, hoy en crisis.

El desarrollo del que tanto se jactan los de arriba y sus modernos encomenderos (partidos y gobernantes) sólo trae como consecuencia la desigualdad, la exclusión, la injusticia, el individualismo, la pobreza extrema, la criminalización de los más pobres e, incluso, su asesinato o la condena a vivir en los cerros de basura que produce el desenfrenado consumismo mercantil-capitalista.

En realidad, la reestructuración económica y política que promueven los encomenderos neoliberales sólo tiene como propósito intensificar el saqueo de nuestros recursos naturales, la conculcación de los derechos laborales y la cancelación de los derechos constitucionales a la alimentación, la educación, la salud, la vivienda, la cultura, etc.

Hemos aprendido que solo organizados lograremos la defensa y la racional administración de nuestros recursos naturales: agua, tierra, aire, bosques, etc., así como la construcción y defensa de una nueva economía popular, cimentada en nuestros campos de cultivo, a fin de avanzar en la conquista de nuestra soberanía alimentaria, y en la lucha por nuestra efectiva liberación.

Es necesario impulsar la recuperación de la pluralidad de memorias, a fin de entender y combatir las atrocidades, y la guerra sucia contrainsurgente, que el sistema político ha instrumentado a lo largo de la historia; atrocidades y guerra sucia que el bloque gobernante pretende reeditar contra nuestro pueblo en un intento por contrarrestar los efectos de la crisis económica. Asimismo, es necesario controlar el miedo e iniciar un proceso de construcción de gobiernos y economías populares que, desde abajo, rescaten los principios de dignidad, autonomía, respeto, reconocimiento, solidaridad y compromiso colectivo, y den paso a una verdadera transformación social.

A 197 años del sitio de Cuautla, impuesto por el ejército colonial realista, contra el ejercito insurgente encabezado por nuestro generalísimo José María Morelos y por los jefes rebeldes Hermenegildo Galeana, Mariano Matamoros y Nicolás Bravo. Y a 178 del asesinato de nuestro general Vicente Guerrero que luchó por consumar la libertad, la independencia y la soberanía de nuestra nación, es necesario estar alertas ante la doble moral de la ultraderecha que reza todos los domingos por la salvación de su alma y, al mismo tiempo, hace lo imposible por profundizar el infierno de la esclavitud neoliberal en que nos pretenden mantener a los de abajo.


COMANDO JARAMILLISTA MORELENSE 23 DE MAYO
CJM-23M

¡¡¡CONTRA EL NEOLIBERALISMO, EL PODER POPULAR!!!
¡¡¡POR EL SOCIALISMO: VIVIR, LUCHAR, VENCER!!!
¡¡¡SER PUEBLO, HACER PUEBLO, ESTAR CON EL PUEBLO!!!

TENDENCIA DEMOCRÁTICA REVOLUCIONARIA - EJÉRCITO DEL PUEBLO
TDR-EP


Campamento revolucionario, Cuautla Morelos, a 1 de Marzo del año 2009.