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La revolución democrática nacional y el Partido Comunista del Perú

¡Proletarios de todos los países, uníos!

¡Proletarios, naciones oprimidas y pueblos del mundo, uníos!

LA REVOLUCION DEMOCRATICA NACIONAL Y EL PARTIDO COMUNISTA DEL PERU.

Setiembre del 2006.

LA SOCIEDAD PERUANA CONTEMPORANEA.

Para dirigir y desarrollar la revolución peruana y comprender el papel del Partido Comunista del Perú, marxista-leninista-maoísta, es obligación y el deber de los comunistas, estudiar correctamente sobre el carácter de la sociedad peruana contemporánea, para concretamente transformarlo, mediante la revolución democrática nacional.


1. LA NACIÓN PERUANA.

El Perú, nuestra patria, es uno de los países de la América del Sur, un país subdesarrollado, atrasado, del tercer mundo. Su condición de país atrasado, es secuencia de la acción de la conquista española, que cortó todo un pujante desenvolvimiento económico, agrícola y trabajo social colectivo, convirtiéndolo en colonia feudal de España.

El desarrollo natural de nuestra historia, se trunca repentinamente en el estadio medio de la barbarie por que en América en su conjunto, tanto el Norte, Centro y Sur, este estadio no fue superado en ninguna parte hasta la conquista de América por los europeos. Nuestros antepasados los incas, habían desarrollado la economía agrícola colectiva y habían ya domesticado algunos animales; ya sabían labrar los metales, pero todavía el hierro, por lo que no podían aún prescindir de sus armas e instrumentos de piedra. Este desarrollo natural y fructífero se desenvolvió hasta 1532, fecha donde fue conquistado el Tahuantinsuyo. En 1534, capturan y condenan a muerte al último inca Atahualpa. Hasta este momento los incas no habían llegado todavía a la civilización.

La conquista española cortó prontamente todo el posterior desenvolvimiento independiente.

La nación peruana, geográficamente se caracteriza por tener tres regiones naturales, la costa, la sierra y la selva, y el mar peruano que abarca todo el litoral de la costa con una extensión de 200 millas mar adentro, que nos permiten no solo la comunicación mediante los puertos marítimos con el mundo, sino también nos ofrece un variado de fauna y flora; los puertos sirven además para el desarrollo del comercio tanto de importación y exportación de mercancías, y principalmente para la exportación de materias primas hacia los países imperialistas.

Actualmente el Perú limita por el Norte con el Ecuador, por el Nor Este con Colombia, por el Este con Brasil, por el Sur Este con Bolivia, por el Sur con Chile y por el Oeste con el Océano Pacífico.

Esta ubicación geográfica del Perú en América, ofrece ciertas ventajas y desventajas a la revolución del pueblo peruano. Lo ventajoso es que todos los países colindantes son países del tercer mundo, con quienes se pueden hacer una alianza antiimperialista; la relativa lejanía de Europa, un continente de potencias imperialistas, países que no son blancos principales de la revolución peruana.

Lo desventajoso, es que es un país colonia de la súper potencia hegemónica única, ubicado en América del Norte cercana a nuestro país, por lo que es amenazado constantemente la misma nación y la revolución peruana.

Cuenta con una población de mas de 27 millones 947 mil habitantes.

Existen minorías nacionales, con un distinto nivel de desarrollo de civilización y propias historias.

La nación peruana, en el curso de su desarrollo histórico y de civilización, no fue lo mismo que en el resto de las naciones en el mundo, como en Europa y Asia. Mientras en Europa y el Asia ya se desarrollaban el feudalismo, en América y en el Tahuantinsuyo se desenvolvía la humanidad en el estadio medio de la barbarie de la comunidad primitiva.

La comunidad primitiva del Tahuantinsuyo y peruana, no se desarrolló naturalmente, por el contrario tuvo una desintegración radical con la conquista del Perú. Antes del estadio superior de la barbarie, es decir, antes de la civilización, el incanato fue conquistado de manera tan brutal, luego imponiéndose la feudalidad con una explotación de los nativos conquistados, con un estilo y métodos más crueles que el propio esclavismo. La crueldad del esclavismo, en su desarrollo natural tiene un significado de opresión menos cruel que los españoles han impuesto en la feudalidad colonial; una actitud racial degenerada de explotación con un espíritu de genocidio y de exterminio, sin que las vidas de los indígenas tengan valor y precio por lo menos como en el mismo esclavismo.

Los incas, que habían desarrollado fructíferamente la agricultura y los trabajos sociales con espíritu colectivos primitivos, fueron despojados, saqueados, asaltados, explotados y exterminados por los depredadores españoles.

La ciencia alcanzada hasta esa época, fue derrumbada a cambio de nada bueno, por que no se desarrolló en realidad, ni siquiera la agricultura en forma eficiente y progresiva.

Desde la desintegración del incanato y su transformación en sociedad de clases feudal, hasta la independencia de España en 1821, han transcurrido aproximadamente 300 años de feudalismo y ser colonia de España. De la época del sedentarismo del estadio medio de la barbarie, sin el traspaso natural por el esclavismo, se entró impositivamente por España al feudalismo y ser su colonia.

Durante la época del incanato, se desarrolló una agricultura colectiva socialista primitiva; se desarrollaron la construcción de canales de irrigación, de la cerámica, la textilería, los caminos de herradura con una visión política, militar y de comunicación, los puentes colgantes, las construcciones de fortalezas a base de piedras talladas.

Con la época feudal, historia de su civilización, la agricultura floreciente incaica se derrumbó, sin ser remplazado por una economía que sirva a los intereses de la nación. En este tiempo, surgieron pensadores, científicos, hombres de letras, artistas, revolucionarios, estrategas políticos y militares en la época de la independencia.

La nación peruana, el pueblo peruano, siempre ha luchado por su emancipación y libertad, y tiene un espíritu revolucionario desde tiempos feudales; en la época de la independencia y la vida republicana se desenvolvieron levantamientos campesinos, de obreros, en contra del sistema de explotación feudal y burgués, en contra de los gobernantes caudillos militares y civiles que nunca han dado solución al problema del campesinado, el problema de la tierra, un problema centenariamente no solucionada y el problema de la nación, un problema latente que la burguesía no pudo solucionar con la guerra de la independencia. El solamente pasar de colonia de España, a ser un país semicolonia y semifeudal dependiente económicamente de otras potencias capitalistas de Europa como Inglaterra principalmente, no fue en realidad alcanzar la independencia económica del Perú, así como otros países en América, sino, convertirnos en su semicolonia y semifeudal, para luego expandir su capitalismo en nuestro país; era el momento de la libre competencia; en esta época del desarrollo del capitalismo, éstos exportaban mercancías a los países subdesarrollados a cambio de materias primas baratas. El capitalismo europeo, ya no era revolucionario, sino expansionista y reaccionaria. El capitalismo inglés que financiaba política, económica, militar y logísticamente la guerra de la independencia, la revolución burguesa en América, eran conscientes en verdad, en no lograr la verdadera emancipación, la ansiada independencia político, económico, militar y cultural de las naciones sur americanos, sometidos por la España feudal y colonizadora, sino, su objetivo era derrotar a España, para luego expandir su capitalismo, para exportar mercancías a los países subdesarrollados de América del Sur.

El Perú y otras naciones se han independizado de España, pero, en el caso del Perú, quedó económicamente dependiente de los ingleses como semicolonia y semifeudal. Superamos la condición de ser colonia, pero no nos emancipamos de la feudalidad. Una revolución burguesa, tiene la responsabilidad de barrer con la feudalidad y desarrollar el capitalismo, de esta manera resolver el problema de la tierra y la nación. Pero, en el caso de América del Sur, la guerra de la independencia no fue una revolución burguesa para derrotar a la feudalidad y desarrollar el capitalismo, de esta manera resolver el problema de la tierra y la nación, sino, para derrotar a la corona española, para luego en colusión con las fuerzas feudales por sus relaciones comerciales opriman y constriñan a la burguesía nacional naciente. Por esta razón, hasta hoy son dos tareas pendientes, dos problemas nacionales no resueltos, que hoy históricamente le corresponde cumplir al proletariado peruano mediante su Partido Comunista, dirigiendo una guerra popular prolongada. Desde 1895, por el desarrollo del capitalismo a su fase superior el imperialismo, por la exportación de capitales, por el nuevo reparto del mundo, por la nueva concentración de la producción, en el Perú predomina la economía de los yanquis gracias a la explotación del cobre y el petróleo, desplazando a Inglaterra. Desde esa época es predominantemente sometido a los intereses de los Estados Unidos. Junto a ese desarrollo de la industria moderna del imperialismo, surge el proletariado industrial clasista, con una lucha política más consciente y da un salto en su organización política e ideológica, y asume ser una clase para la lucha, para transformar la sociedad, para conquistar el poder mediante la revolución. El desarrollo industrial contemporáneo, potencia al proletariado, hasta alcanzar la forma orgánica de Partido Comunista del Perú, fundado el 7 de octubre de l928 por José Carlos Mariátegui, con una ideología proletaria, con claras bases marxistas-leninistas, para desarrollando una lucha armada, conquistar el poder y peruanizar a nuestro país.

En el momento actual internacional, donde se desenvuelven guerras de conquistas, guerras de bandidajes y de rapiña principalmente encabezados por el imperialismo yanqui, violando todo ordenamiento jurídico y la soberanía nacional de los pueblos oprimidos, es por el nuevo reparto del mundo, por la partición y el nuevo reparto de las colonias, de las semicolonias y semifeudales y de las “esferas de influencia” del capital financiero. Este capital financiero, es el capital que los países imperialistas exportan a los países subdesarrollados, a los países dependientes y eternos deudores para sojuzgarlos y estrangularlos adueñándose de sus materias primas. En estas condiciones objetivas, siendo la base económica del imperialismo principalmente yanqui ser monopolista, parasitario, en descomposición, agonizante y última etapa del capitalismo, es hegemónica única y gendarme mundial desde 1991, fecha hasta donde se concebían en el mundo dos superpotencias imperialistas: el imperialismo yanqui y el social imperialismo soviético. Hoy, el imperialismo yanqui desenvuelve como parte de su carácter monopolista la globalización, expandiendo parasitariamente su dominio de explotador y opresor a nivel mundial en beneficio de la aristocracia, de la oligarquía financiera imperialista de los Estados Unidos, mediante sus principales tentáculos del Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, la Organización Mundial del Comercio, la OTAN y la ONU.

A partir de 1991, después del desmembramiento y desintegración de la URSS, como súper potencia social imperialista, y el fracaso del revisionismo ruso, se generó un cambio en la correlación de fuerzas en el mundo. El imperialismo yanqui alcanza superioridad estratégica y se abre paso para comandar la ofensiva general imperialista contra la revolución proletaria mundial. Como gendarme mayor, desenvuelve campañas políticas, económicas, militares, psicológicas, culturales, educativas, etc., en todo el planeta contra la revolución proletaria internacional; pregona el fracaso del socialismo, la caducidad del marxismo, la utopía del comunismo, la invalidez de la dictadura democrática popular, de la dictadura del proletariado.

Todos estos hechos, en la política mundial determinan que el enemigo principal de las naciones oprimidas y pueblos del mundo sea el imperialismo yanqui. Además, en el contexto internacional, hay que ver, que el repliegue de la revolución proletaria en el mundo se da con la restauración del capitalismo en China en 1976, cuando muere el presidente Mao. En estas circunstancias el revisionismo chino usurpa el poder de la clase, del pueblo, del partido y del ejército socialista.Todo este acontecimiento, es responsabilidad del presidente Mao y del PCCH. El proletariado internacional, pierde la base de apoyo internacional proletaria, en ideología, en política, en educación, en lo militar, en lo cultural, en la logística revolucionaria, lo que significa una gran pérdida, un repliegue temporal de la revolución mundial. La ofensiva general de la revolución en el mundo, en 1976, cede a la ofensiva general imperialista encabezada por las dos superpotencias de aquel momento, concluyéndose en 1991 en una sola superpotencia hegemónica única, el imperialismo yanqui, después del hundimiento de la superpotencia social imperialista soviético. Por tanto, de 1991 para adelante, el imperialismo yanqui, desenvuelve y encabeza la ofensiva general imperialista contra todo lo que es revolución, motejándolo de “terrorista”, contra toda persona, familia, clase, organizaciones, partidos políticos o naciones que son opuestos en teoría y práctica al sistema imperialista y contra aquellas que aprueban también en teoría y práctica la necesidad de la revolución en contra del sistema imperialista.

En 1992, el 5 de abril, en nuestra patria sucede un siniestro autogolpe de Estado, planificado, controlado y dirigido por la CIA, preparando condiciones para una cuarta reestructuración de la constitución política de 1993, para luego firmar el paso de país semicolonia y semifeudal a ser colonia del imperialismo yanqui.

El repliegue de la revolución proletaria mundial no significa que no haya la existencia y desarrollo de la situación revolucionaria proletaria mundial. Las condiciones revolucionarias existen acrecentadas y en desarrollo desigual en cualquier país sin excepción. En estas circunstancias la revolución en el mundo y el comunismo son metas inalterables y es necesidad histórica y mundial.

En el Perú, como parte del proletariado internacional, en estas condiciones políticas mundiales, en difíciles y complejas situaciones, se viene desarrollando la guerra popular prolongada dirigido por el PCP, marxista-leninista-maoísta.

Actualmente en el Perú el hambre, la miseria, la explotación y desocupacíón es más que antes y en un creciente desarrollo de más situación y condiciones para desarrollar la revolución.

El Estado peruano se desenvuelve en una aguda crisis política y económica, del cual el gobierno aprista no podrá salvarlo, por el contrario, lo acentuarán por que son reaccionarios y pro-imperialistas y principalmente norteamericano.

Nuestro país, un país atrasado, colonia, semicolonia y semifeudal atraviesa por una aguda crisis política, económica, cultural y social; en medio de esta realidad, las clases dominantes descargan sobre el pueblo peruano una opresión y explotación más fascista, más genocida y más vende patria como lacayos representantes de ser colonia de la superpotencia yanqui. Además, las clases dominantes están ahogando en el hambre y la pobreza, en la desocupación, en el bandolerismo, el alcoholismo, en la drogadicción, en la prostitución a las amplias masas populares; y al ser vende patrias no defienden, ni tienen en realidad un espíritu nacionalista y llevan a la desintegración de la sociedad peruana, dejando al país a merced de la voracidad de los grandes monopolios de la oligarquía financiera principalmente norteamericano, que en su desenfreno de superpotencia hegemónica única imponen a sangre y fuego la globalización, sembrando la inestabilidad en toda América latina y sembrando opresión y constreñimiento a la burguesía nacional peruana y americana y en todos los países del tercer mundo.

Esta grave crisis que afronta nuestro país y el pueblo peruano, es producto de ser colonia; por que, como colonia tenemos que estar sometidos al vil despellejamiento del imperialismo yanqui, a la voracidad de los intereses de los monopolios financieros que se reparten el mundo y controlan a nuestro país.

Hoy, el APRA con Alan García, representan los intereses de la gran burguesía compradora y de la gran burguesía burocrática, y, como el Perú es colonia, tienen que desenvolverse en los intereses de los grandes monopolios yanquis. Además, cumplirá con la política antiterrorista de Bush, como su fiel sirviente, y se desenvolverá como un gobierno pro-imperialista y antipopular, carentes de planes que sirvan al pueblo y la nación; se agudizarán las pugnas y contiendas de facciones y grupos políticos por el dinero y el poder en los diferentes niveles, y que, ante el rechazo incesante del pueblo recurrirán y se sostendrán cada vez más en el imperialismo yanqui. Este gobierno, no puede actuar fuera del contexto del Tratado de Libre Comercio. Hará, todo lo posible por firmarla a nivel de Estado. Ese convenio ratificará su condición de colonia, ratificará sumisión y la venta de todos los peruanos a ser esclavos. Estos primeros meses, en el objetivo del APRA, será como centro, la firma del Tratado de Libre Comercio con los yanquis. Este Tratado, es la imposición de su plan de hegemonía continental del imperialismo yanqui, con el objetivo de expandir y profundizar la globalización, que implicará la desintegración más despiadada de la economía nacional, la pérdida de la soberanía nacional, la pérdida de la soberanía de los Estados latinoamericanos y del tercer mundo. Concretamente en América Latina, van organizar la zona mas grande de libre comercio del mundo, con 850 millones de habitantes, entregando a los grandes monopolios, el control de todos los recursos naturales, de todas las riquezas del sub suelo, tierra, aire, agua, etc.

Colin Powell: planteó, “nuestro objetivo es garantizar para las empresas norteamericanas el control de un territorio que va del polo Ártico hasta la Antártida, el libre acceso sin ningún obstáculo o dificultad a nuestros productos, servicios, tecnología y capital en todo el hemisferio”. Una afirmación descarada y prepotente.

El imperialismo yanqui, hoy está planteando, generar un gran mercado con reglas jurídicas únicas que sirvan a los monopolios yanquis, y esto significa la destrucción de la industria nacional, que serán ahogados, sometidos por los monopolios imperialistas; y el propio Estado en vez de apoyar a las industrias peruanas, los obstaculizará y dará mayor prioridad a sus amos yanquis. Por lo tanto en este gobierno del APRA, se cerrarán las fuentes de trabajo, y aumentarán el desempleo, la desocupación, el hambre, la miseria, la pobreza. El problema del campesinado, que en el fondo es el problema de la tierra no será solucionado, por el contrario el gamonalismo, la feudalidad, la servidumbre se encuentran más fortalecidos y es la base social de penetración imperialista, en nuevas circunstancias y mayormente reaccionarizados y antipopulares.

Este siniestro plan del imperialismo yanqui, el Tratado de Libre Comercio, abarca la salud y la educación, una educación al servicio de los yanquis y no al servicio de la nación y del pueblo peruano.

Las clases dominantes, ofrecen al Tratado de Libre Comercio como el “plan dorado”, mediante el cual dicen superar la pobreza y el atraso, que en realidad es agrandar la economía de los explotadores.

Otro de los problemas que sufre el pueblo peruano es la creciente desocupación y sub-empleo; también la invalidez y negación completa de los derechos laborales conquistados por el proletariado, el campesinado, los intelectuales, estudiantes, trabajadores y el pueblo en décadas de luchas reinvincativas, y éstas, con el APRA y Alan García a la cabeza, no avizoran nada bueno, sino mayor amordazamiento, represión y negación.

El Estado peruano, hoy con el APRA, soportará y profundizará la aguda crisis política y social. Este Estado, dictadura de grandes burgueses y terratenientes feudales, irán abandonando sus obligaciones con el pueblo; y el pueblo siente mejor que antes que el Estado no soluciona sus necesidades básicas de alimentación, educación, vivienda, agua, luz, defensa del territorio y la nación, defensa de los recursos naturales y condiciones ecológicas dignas. Todos estos abandonados del Estado a sus obligaciones para el con el pueblo, es producto de ser colonia y por la parasitaria aplicación de la globalización, imponiendo la siniestra y el descarado neoliberalismo a través de privatizaciones y concesiones.

Así, este gobierno, al no poder cumplir con sus promesas, por que no pueden mover un bledo sin la inversión y el “apoyo” de sus amos, irá en creciente desprestigio ante las masas y se irán socavando así mismo perdiendo autoridad política y moral.

Este gobierno, en la práctica es la desesperanza de las masas, por que no representan los intereses del pueblo y solo existirá para reprimirlos y degollarlos con excesivas jornadas de trabajos gratuitos y agobiarlos crecientemente con la pesada carga de impuestos en beneficio de las grandes burguesías y terratenientes, y principalmente de los grandes monopolios yanquis. Todo esto, conduce y conducirá a que la rebelión se justifique. En estas nuevas condiciones políticas internacionales, el Perú, nuestra nación es un país atrasado, un país sub-desarrollado y del tercer mundo, y su carácter es colonial en relación al imperialismo yanqui principalmente, y semicolonia y semifeudal en relación a las demás potencias imperialistas; por lo que la contradicción principal en nuestro país es: el imperialismo principalmente yanqui, el Estado peruano y colaboracionistas por un lado, y las clases oprimidas y constreñidas y las amplias masas populares por el otro.

Comprender el carácter de la sociedad peruana contemporánea, nos llevará a definir correctamente sobre los blancos de la revolución peruana, las tareas de la revolución, las fuerzas motrices, el carácter de la revolución, las perspectivas, la doble tarea de la revolución peruana y el papel del Partido Comunista del Perú, marxista-leninista-maoísta.

2. LA SOCIEDAD FEUDAL DEL PERU.

Cuando en el continente europeo y asiático, específicamente hasta 1532, ya se desarrollaba de 2,500 a 3,000 años la feudalidad, pasando naturalmente por la sociedad esclavista, en América, la sociedad inca, se encontraba en la edad de piedra de la comunidad primitiva, específicamente en el estadio medio de la barbarie; miles de años de retrazo en la evolución y desarrollo del hombre y la sociedad.

La conquista del Perú, duro 12 años, desde 1532 a 1544. Esta conquista fue una época sangrienta, de genocidio y exterminio de los nativos incas. Frente a este desorden político, económico y social reinante, la Corona española adopta controlar a su nueva colonia conquistada, estableciendo el sistema de gobierno virreinal a partir de 1544. El Rey de España controla mediante los virreyes a la colonia peruana imponiendo orden político, económico, militar, religioso, juridico, social y cultural. Esa sociedad feudal y colonial, es la época del virreinato que señala el comienzo del difícil y complejo proceso de formación de una nueva economía ajena al desarrollo del Tahuantinsuyo, porque España introdujo una organización política y económica feudal, sobre las ruinas y los residuos de una economía socialista primitiva incaica.

La debilidad de imperio español en la colonia peruana imponiendo la feudalidad, residió precisamente en su carácter y estructura de empresa militar y eclesiástica antes de una estructura política y económica.

El desarrollo político, económico agrario principalmente, cultural y militar del Tahuantinsuyo, no encontró paso a una civilización natural en su desarrollo, por el contrario se truncó con la conquista española, imponiéndose una feudalidad colonial y virreinal, de brutal exterminio de los indígenas y la destrucción de la agricultura y culturas florecientes. Los conquistadores destruyeron la cultura y la economía nativa sin poder reemplazar la formidable máquina de producción agrícola y social incaica. La sociedad y la economía indígena se han descompuesto y aplastado completamente al golpe de la conquista.

Desde 1544 hasta 1821, se desarrollaron una feudalidad colonial virreinal española en suelo peruano, lo que significa casi 300 años de explotación y opresión feudal español. El carácter feudal del Perú, se expresa desde la misma conquista.

El virreinato, como organización política y económica, y, más como una empresa militar y eclesiástica de la colonia peruana, que se implantó después de la conquista, no pudo poner término al exterminio de la raza conquistada y sometida. La unidad de la nación inca se disolvió en comunidades dispersas. Los conquistadores españoles sólo se preocuparon en distribuirse en disputas, el botín del oro y la plata. Despojaron la riqueza de los templos y los palacios; se repartieron las tierras y los hombres indígenas sin preocuparse por su porvenir como fuerzas de trabajo y medios de producción. Esta forma de explotación feudal española sobre la tierra, las minas y los indios, se desarrollaron despiadadamente sobre lo poco que quedó, de una bien establecida economía agrícola socialista de los incas. Esta economía feudal española, no fue una verdadera fuerza de progreso y prosperidad; además los españoles no demostraron tener una aptitud de generar centros de trabajo. En vez de dar trabajo a los indios campesinos, más se ocuparon en exterminarlos. No se preocuparon por crear una economía feudal sólida y orgánica. Por tanto, la organización social virreinal fallaba por la base económica, por las relaciones de producción, y por la súper estructura feudal, virreinal, por que no tenían políticas adecuadas y de progreso para desarrollar fructíferamente el virreinato, y además porque su actitud fue de saqueo, repartija y exterminio de las fuerzas productivas en vez de desarrollarlo.

Principalmente en las haciendas de la costa, también luego en la sierra peruana, a los elementos y características de una sociedad feudal, se mezclaron también elementos y características esclavistas.

La sociedad feudal española, más se inclinaron por instalarse en la costa. Sólo por la codicia de los metales de las entrañas de los andes, se instalaron en la sierra, de lo contrario, hubiese tenido mucho menos presencia e incompleto. Todos estos hechos, fueron las bases de esa nueva economía feudal colonial, virreinal y español. Esa economía, cuando vemos históricamente desde sus cimientos en el cuadro económico mundial, fue una economía colonial, feudal, española y no peruana.

España nos trajo el medioevo, la inquisición, ese espíritu reaccionario de feudalismo y esclavismo.

La aristocracia latifundista de la colonia, dueña del poder, conservó su dominio sobre la tierra y el indio. Al virreinato, es decir al feudalismo colonial, le corresponde toda la responsabilidad del hambre, la miseria y depresión de los indios. El virreinato es sinónimo a los métodos más brutales de explotación inquisitoriales sobre la tierra y el indio.

En estas condiciones, el Perú tenía un carácter colonial y feudal de España. El virreinato, es en esencia, feudal; y lo que tenemos que comprender es que lo feudal, no es un desarrollo natural, independiente y peruano; por lo tanto, la sociedad feudal de 1532 a 1821 fue históricamente una economía feudal, colonial y española.

Hoy, no combatimos por la herencia española, sino por la herencia feudal. La herencia feudal, hoy, no es solamente española, sino más compleja y complicada, que se hizo como una base social de penetración imperialista, consolidándose cada vez más antipopular y reaccionariamente en el poder del Estado y bajo el sustento del imperialismo, y principalmente yanqui.

Además, porque en los tres poderes del Estado peruano actual, esta enquistado la clase terrateniente feudal, vemos constantemente en la práctica social y productivo, actitudes y características feudales, de gamonalismo, de latifundio y de servidumbre. Canalizan bien la desocupación al trabajo gratuito, a la servidumbre estatal; y en los centros de trabajo, a las prolongadas jornadas de trabajo por un salario y sueldos de hambre y muerte lenta de los desposeídos; todo esto, para beneficiar y enriquecer cada vez más al puñado de dueños de las oligarquías financieras imperialistas y principalmente yanqui, dueños del capital financiero que exportan a los países subdesarrollados, en las que se desenvuelven como capitalismo burocrático, sometiendo y oprimiendo a la economía nacional, a la burguesía nacional peruana. El capitalismo burocrático en el Perú, no puede existir, ni desarrollarse sin el capital financiero del imperialismo en su conjunto y principalmente norteamericano. Por estas razones y condiciones políticas y económicas internacionales, todos los Estados de las naciones oprimidas, no pueden desarrollarse, y siempre están sometidos, son dependientes y son los eternos deudores económicamente del capital financiero parasitario y en descomposición del imperialismo; en el caso del Perú, cada vez más sometido, dependiente y eterno deudor del imperialismo yanqui, porque es su colonia.

De 1532 a 1821, la feudalidad fue española. Hoy, es completamente distinta tanto en la costa, en la sierra y en la selva peruana. La feudalidad actual, es una feudalidad más compleja, robustecida y sustentada por el imperialismo y aburguesada por sus constantes relaciones comerciales y se sirve con mayor cinismo como base social de penetración del imperialismo yanqui, y se sirve como una clase social reaccionaria, servil al sometimiento de la nación y el pueblo peruano. La feudalidad actual, se expresa como gamonalismo, latifundio y servidumbre, existe como asociaciones agrícolas y ganaderas, frutícolas, cafetaleras, como organizaciones comerciales de exportación e importación como el Adex, Prompex, Perx, Spar, Agro de Adex, Agro Banco, Conveagro, junta nacional del café, etc., y últimamente la Sierra Exportadora, como un eructo de un buen vende patria, propios de un intelectual criado yanqui; también existen, como empresas con capitales alemanes, japoneses, españoles, italianos, holandeses, ingleses, norteamericanos; como empresas mineras con grandes feudos, etc. Por tanto, a la feudalidad, como a enemigo interno de la revolución democrática nacional no se puede combatir y derrocar, sin comprender el carácter de la sociedad peruana contemporánea; su condición de colonia, semicolonia y semifeudal; sin comprender las luchas de clases; las contradicciones interimperialistas; las contradicciones entre el imperialismo yanqui y las demás potencias imperialistas; las contradicciones del imperialismo yanqui y la nación peruana. No comprenderlo correctamente, llevará a desviaciones en la dirección de la revolución democrática nacional peruana en su conjunto.

3. LA EPOCA REPUBLICANA DEL PERU.

La guerra de la independencia triunfa sobre la Corona española en 1821, cuando en el mundo se estaba desarrollando la política económica, de libre competencia del capitalismo por expandirse sobre el planeta; en la época que las potencias capitalistas europeos, exportaban mercancías a los países colonias, o semicolonias y semifeudales a cambio de materias primas baratas.

La emancipación del Perú, comienza en 1780 con el revolucionario levantamiento campesino de Túpac Amaru, en contra de la Corona española, que movilizó más de 100 mil campesinos y tuvo una repercusión continental, desde Cuzco, Puno, hasta Bolivia, Argentina, Colombia y México. Hubo próceres y precursores intelectuales que lucharon por esta gesta emancipadora. El 9 de diciembre de 1821, las fuerzas patriotas logran triunfar sobre las fuerzas españolas en la batalla de Ayacucho. Fue un triunfo sobre las fuerzas coloniales de España, pero, más no, sobre la feudalidad como clase social en el poder, por lo que la revolución de la independencia no canceló los cimientos de la economía feudal, del cual hasta hoy todavía no nos hemos librado concretamente. En realidad, la feudalidad sigue intacta, más aún, sistematizados a los tiempos actuales. Históricamente la feudalidad española, es la responsable del retardamiento del desarrollo del capitalismo nacional en la época del virreinato.

La época republicana, no pudo resolver la cuestión del problema agrario y el problema de la nación, por que, sobre una economía de semicolonia y semifeudal peruana, dependientes del capitalismo inglés, no podían prosperar ni funcionar democráticamente, ni el Estado, ni las instituciones políticas y jurídicas existentes en todos los niveles, en beneficio del pueblo y la nación, menos en beneficio del campesinado.

Después de la independencia todavía no hemos conseguido sacudirnos de la feudalidad, y éste, es la principal causa política y económica por la que en el Perú, la burguesía no pudo consolidarse y no asuma su papel en la dirección del Estado. Además, en ésta época de la República naciente, fueron actos objetivos políticos, económicos, sociales, culturales, que, a la tara de la feudalidad se juntaron las taras del esclavismo; actos políticos y económicos donde la feudalidad, es cada vez más sustentados por el capitalismo inglés expansionista, en perjuicio del pueblo y la nación peruana, en perjuicio del campesinado y la burguesía nacional en formación.

En estas condiciones, las leyes del liberalismo de la República, fueron impotentes para destruir la feudalidad, por que esta clase social, va ir consolidándose como la clase de penetración del capitalismo de libre competencia. Además, la República, en su condición de semicolonia y semifeudal no estaba todavía en condiciones para consolidar el capitalismo nacional.

La revolución de la independencia encontró en el Perú, una burguesía retrasada en su formación. Los elementos de la economía capitalista en nuestro país eran más incipientes que en otros países de América. La burguesía peruana de la independencia eran las menos desarrolladas y menos organizadas con respecto a la burguesía de las demás naciones de América.

Por historia hemos visto, que la revolución burguesa de Europa, combatiendo y derrocando a la feudalidad, a beneficiado primeramente al campesinado, y han resuelto el problema de la tierra y la nación; la revolución bolchevique de Rusia y la revolución democrática de China, han beneficiado también primero al campesinado, por que han resuelto el problema de la tierra y la nación en sus cimientos específicos, combatiendo y derrocando a la feudalidad y el imperialismo.

En el Perú y en América, la revolución de la independencia triunfó por una obligada solidaridad continental de los pueblos, que atizaban a rebelarse en las que financiaban los capitalistas ingleses en contra de la dominación de la Corona española, y principalmente por las condiciones políticas y económicas de libre competencia; por la exportación de mercancías, del capitalismo expansionista ingles y europeo; por nuevos mercado en el mundo, principalmente los países colonias y semicolonias-semifeudales.

El nacionalismo continental de los revolucionarios hispanoamericanos, tenían un objetivo de nivelarse a los pueblos más avanzados del capitalismo europeo, aplastando el dominio de la Corona española en América del Sur, pero las condiciones políticas y económicas del continente europeo no los iva a permitir, y en la práctica no los permitió.

Una revolución burguesa tiene por obligación combatir y derrocar el feudalismo. Pero, en la revolución americana, en vez de derrocar la feudalidad, se combatió a la dominación colonial de España y nos emancipamos, en la forma de que la clase terrateniente y la burguesía naciente y atrasada, se colaboraron y se impregnaron en la lucha por la independencia, para emanciparnos de la corona española. Las ideas liberales por la emancipación del dominio español, los unió a terratenientes y a la burguesía incipiente y por tanto, la feudalidad quedó intactas y los campesinos no encontraron en esta revolución solución a sus problemas más vitales, el problema de la tierra. La revolución de la independencia no presentó un programa que beneficie al campesinado para lograr sus reivindicaciones urgentes y de justicia, de liberar el dominio de la tierra de las trabas feudales. La República aceptó la dominación feudal sobre el campesinado y la tierra. Después de la independencia, el Perú no tenía una clase burguesa, capaz de aplicar sus intereses políticos, económicos y jurídicos burgueses. La República, históricamente debía constituirse sobre principios liberales burgueses. Pero, como la feudalidad quedó intacta, la propiedad agraria y los intereses de los grandes propietarios feudales, la política de la República de desvincular la feudalidad del Estado quedó en teoría y en la práctica se consolidó bajo la República. En teoría hay un conjunto de medidas de emancipación del campesinado, pero, como está intacto el poder y la fuerza de la propiedad feudal, invalidan hasta estos días toda medida de protección del campesinado. Hasta estos días, la clase terrateniente feudal sigue siendo la clase dominante junto a grandes burgueses. La revolución de la independencia no ha elevado en la práctica a la nueva clase de la burguesía en el poder, por que, la burguesía era muy débil para gobernar. En la historia de la República hasta nuestros días, la abolición de la servidumbre no pasa de ser una declaración teórica, por el contrario hasta tiene formas de explotación esclavista. En concreto la independencia no derrocó al feudalismo.

Después de la independencia, prosiguió el caudillaje militar, que era producto natural de un período revolucionario que no había podido crear una clase dirigente. Por lo que, en la República naciente el poder tenía que ser ejercido por los militares de la revolución por que gozaban del prestigio de la guerra y podían mantenerse en el gobierno por la fuerza de las armas. El caudillaje se apoyaba en el liberalismo inconsistente de la burguesía y en el conservatismo de la casta terrateniente. Los caudillos militares no eran capaces de manera activa y directa solucionar la reivindicación del campesinado desde un punto de vista jurídico y económico. El caudillo militar demostró en el orden económico ser el principal sostén del latifundio, y en la práctica el caudillo se iba convirtiendo en hacendado, se iba apropiando exclusivamente de la tierra. Por tanto, el gobierno de los caudillos militares ha cooperado al desarrollo del latifundio. El Perú carecía por entonces de una clase burguesa capaz de organizar un Estado fuerte y apto.

La época de la República, se desarrolló económicamente en relación al guano y el salitre, en su condición de semicolonia y semifeudal de Inglaterra y países capitalistas de Europa. Inglaterra nos ha preferido como país productor del guano y el salitre que eran materias primas baratas. En el virreinato, España nos prefirió por el oro y la plata. En este sentido no eran en realidad lo que cambiaba del oro y la plata, al guano y el salitre, por que en verdad, lo que cambiaba era la época; es decir, se cambiaba de ser colonia feudal española, en semicolonia y semifeudal de los ingleses; del virreinato español en el Perú, en una época republicana semicolonial y semifeudal dependiente de los ingleses. La explotación del guano y el salitre dominó la vida económica del país, y fue la principal renta fiscal. El Perú, hipotecó su porvenir a las finanzas de los ingleses de la época de la libre competencia, cuando las potencias capitalistas exportaban mercancías.

En estas circunstancias políticas, el caudillaje militar rindió su máximo fruto con Castilla y marcó la consolidación de la clase capitalista burguesa.

Castilla, no desarrolló la política liberal de la burguesía nacional, por que se dio cuenta que los liberales triunfantes de ése tiempo constituían un cenáculo, una agrupación más no una clase. Esto indujo, a que se inclinase a la clase conservadora terrateniente, que iba ganando relaciones económicas comerciales con los capitalistas extranjeros, hasta convertirse y consolidarse en la clase burguesa del Perú.

Durante el caudillaje militar, en vez de fortalecerse la burguesía nacional naciente, se robusteció la aristocracia latifundista. En poder de extranjeros estaba el comercio y las finanzas, por tanto, no era posible el surgimiento de una vigorosa burguesía nacional. La educación española, era extraña radicalmente a los fines y necesidades del industrialismo y del capitalismo, no preparaba comerciantes ni técnicos de negocios, sino abogados, literatos, teólogos. La educación española en vez de sentir el desarrollo del capitalismo en nuestro país, tenían que servir a la casta propietaria feudal.

El capital comercial, casi exclusivamente extranjero e inglés no podía hacer otra cosa que entenderse y asociarse con la clase terrateniente, que conservaba su predominio político en el poder. Fue así, como la clase feudal usufructuó de la política de la renta fiscal del Estado y de la explotación del guano y el salitre. Este hecho de relaciones económicas y comerciales con el capital extranjero, forzosamente hace que la clase terrateniente asuma en el Perú la función de la clase burguesa sin perder sus normas y prejuicios coloniales y feudales. Así fue, como la burguesía procedente de la clase feudal, se organiza en civilismo y se movió muy pronto a la conquista total del poder del Estado.

En los primeros años de la independencia, no era precisamente una clase capitalista, sino una clase terrateniente. Su condición de clase feudal, le había consentido ser la clase social de penetración de los intereses, de las inversiones de los comerciantes y prestamistas financieros extranjeros, ingleses principalmente, y traficar gracias a esta relación económica con el Estado y la riqueza pública del guano y el salitre. La propiedad de la tierra de los tiempos del virreinato, le había dado bajo la República la posesión del capital comercial. Los privilegios del poder político, social, económico de la colonia, habían engendrado igualmente los privilegios en la República; es decir los señores feudales dueños de la tierra en la colonia se han convertido en la clase burguesa bajo la República, gracias a su influencia política, económica y social, y por sus relaciones económicas con el capital extranjero. De esta manera, junto al capitalismo extranjero, oprimen y constriñen a la burguesía nacional que ha nacido en el vientre del virreinato, que hasta nuestros días no pueden aún desarrollarse, por que política y económicamente es una clase débil e inconsistente.

El periodo dominado y caracterizado por el comercio del guano y el salitre, fue el proceso de transformación de nuestra economía feudal en burguesa. Las concesiones del Estado y los beneficios del guano y del salitre crearon un capitalismo y una burguesía. Esta transformación económica y social en nuestro país se desarrolló en la época del proceso de grandes cambios en el mundo capitalista, donde se desenvolvían fuertes procesos de concentración de la producción, formación de grandes monopolios de la producción y del capital. Este proceso de transformación del capitalismo en imperialismo, desarrolla paulatinamente a la burguesía en nuestro país, que en la práctica es la propia clase terrateniente que se consolida en burguesía.

La guerra del pacífico, que es concretamente la guerra con Chile, fue un acontecimiento bélico que en el fondo fue una guerra de bandidaje, de saqueo, de conquista de mercados por parte de las potencias imperialistas en formación para exportar capitales. Esta guerra del pacífico se desenvolvió de 1879 hasta 1883, cuando en el mundo capitalista ya se producían depresiones económicas para generar los monopolios, para generar el imperialismo que es fase superior del capitalismo a partir de 1860-1870. Por tanto, la guerra del pacífico en la historia mundial se produjo en la época de las guerras por los nuevos repartos de mercados, en la época de esa transformación del capitalismo en imperialismo que concluye en los finales del siglo XIX y principios del siglo XX.

La guerra del pacífico, nos trajo como resultado la pérdida de las principales fuentes de la renta fiscal, que fueron el guano y el salitre; además paralizó el desarrollo de las fuerzas productivas nacientes; produjo la depresión general de la producción y del comercio, la depreciación de la moneda nacional, etc. La nación peruana, sufría una terrible crisis económica. En estas circunstancias políticas y económicas, el poder volvió a caer en manos de los caudillos militares como después de la independencia, que ideológica y orgánicamente eran inadecuados para dirigir la tarea de reconstrucción económica del país. Pero, la clase capitalista formada en la época del guano y el salitre se reorganizó y asumió su función en el poder. La política económica de reorganización que adoptaron, fueron acomodados a los intereses de clase de la burguesía. El contrato Grace, fueron los hechos más sustantivos y característicos de dependencia económica. Este contrato ratificó el predominio británico en el Perú, como la entrega de los ferrocarriles del Estado a los dueños del capital financiero en formación de los ingleses, que hasta entonces habían financiado la Republica y el Estado, por lo que les entregó todas las garantías necesarias para nuevas inversiones en negocios peruanos.

A fines del siglo XIX, el imperialismo como fase superior del capitalismo va consolidándose, y en nuestro país, como producto de este fenómeno económico social mundial, aparecen las grandes industrias modernas y la formación de un proletariado industrial clasista. El surgimiento de los bancos monopolistas, la fusión del capital bancario y el capital industrial generan el capital financiero internacional que son exportados a los países subdesarrollados para financiar a las diversas empresas industriales y comerciales, que hacen del país, cada vez más dependiente y deudor. En el Perú, se generan bancos nacionales, pero enfeudados a los intereses del capital extranjero y de la gran propiedad agraria, que siempre fue la base social de penetración del capital financiero del imperialismo.

Otro acontecimiento económico, propios de las necesidades del imperialismo, de los grandes monopolios principalmente de los Estados Unidos fue la construcción del canal de Panamá. Esta importante vía de transporte marítimo, sirvió para el acortamiento de las distancias y el aumento del tráfico entre las ciudades, de las naciones de las costas del pacífico de América del Sur, del Centro y del Norte, con los Estados Unidos y Europa. Este movimiento económico comercial de los monopolios yanquis con el Perú por esta vía, necesariamente, fue generando las condiciones para que el poder económico financiero de los Estados Unidos se consolide en relación a los ingleses en nuestro país. Ya, desde 1895, la participación del capital financiero norteamericano había desplazado al capital inglés, por la explotación del cobre y el petróleo, y se convierten en los productos por el cual se desarrollan una durable base económica de predominio del capital yanqui. En estas condiciones mundiales del desarrollo del imperialismo, en el Perú prevalece la clase capitalista, pero no significa que la clase terrateniente haya dejado de tener poder, porque sigue conservando su potencia y cada vez más consolidado y sustentado por el imperialismo. Desde estas épocas, los banqueros yanquis cuidan de que, lo que invierten en los Estados dependientes, deudores, se inviertan en beneficio de las industrias y comercios norteamericanos y de paso, en el caso peruano robusteciendo económicamente a la gran burguesía en el poder del Estado.

De 1895 para adelante, la República se desarrolla como sociedad peruana contemporánea, por que en el contexto internacional se consolida el capitalismo en imperialismo y se desenvuelve como monopolista, parasitario, agonizante y en descomposición, produciéndose por estas características la primera guerra mundial de 1914-1918, una guerra mundial de conquista, de bandidaje y de rapiña; una guerra por el reparto del mundo, por la partición y el nuevo reparto de las colonias, de la semicolonias y semifeudales, de las “esferas de influencia” del capital financiero. Después del triunfo de la revolución proletaria en Rusia, el imperialismo se caracteriza como agonizante. Estos acontecimientos políticos y militares mundiales, hace que la burguesía demuestre ser retrógrada, reaccionaria y ya no puede dirigir revoluciones. La tarea de las revoluciones ya le corresponde al proletariado. Aquí, en el Perú, de 1895 hasta 1928, el proletariado industrial y clasista, con José Carlos Mariátegui concreta la fundación del Partido Comunista del Perú, con claras bases marxistas-leninistas.

De 1821 para adelante la nación peruana, pasa a ser semicolonia y semifeudal. Superamos ser colonia de la Corona española. De 1821 hasta 1895, predomina la economía inglesa por la explotación del guano y el salitre y otras actividades financieras bancarias. De 1895 hasta 1993, política, económica, jurídica, militar y culturalmente se desenvuelve como semicolonia y semifeudal dependiente económicamente primeramente en relación al imperialismo yanqui, y el resto de las potencias imperialistas.

A partir de 1991, por su condición de hegemónica única en el mundo, encabezando la ofensiva general imperialista en contra de la revolución, imponiendo su globalización en el mundo, convierte al Perú en su colonia, privatizando al Estado peruano a partir de 1993 hasta nuestros días.

En el mundo se desarrollaron luchas revolucionarias, como el triunfo de la revolución rusa de 1917; el triunfo de la revolución China en 1949, el triunfo de la revolución cubana, el 1 de enero de 1959; en 1965, la guerrilla del MIR desenvuelve una guerrilla que prontamente fracasa en 6 meses; en 1980, el PCP, marxista-leninista-maoísta, inicia la lucha armada, como el camino de las clases revolucionarias y el pueblo peruano por la conquista del poder.

La ofensiva general de la revolución entra en un repliegue estratégico en 1976, con la muerte del presidente Mao, y principalmente porque el revisionismo, asalta y usurpa el poder del PCCH y del Estado del proletariado Chino. Este hecho político y militar del revisionismo Chino, genera una gran pérdida de la base de apoyo revolucionario del proletariado internacional, y una lección muy grande por el fracaso del socialismo en China. A partir de este momento, el imperialismo con sus dos superpotencias a la cabeza, el yanqui y el soviético, comandan la ofensiva imperialista en contra de la revolución proletaria mundial. La colusión y pugna de estas dos superpotencias por la hegemonía mundial entra en desequilibrio en 1991, donde se hunde el súper imperialismo soviético y queda como hegemónica única, el imperialismo yanqui, con dominio político, económico, militar y cultural en el planeta.

En esta época, del repliegue de la revolución mundial, la sociedad peruana contemporánea, se está desenvolviendo en medio de constantes crisis políticas, económicas y sociales que son cada vez más profundas, lo que determina que las condiciones objetivas revolucionarias son crecientes y materiales para el desarrollo y triunfo de la revolución democrática nacional que el Partido Comunista del Perú, marxista-leninista-maoísta dirige desde 1980.

En 1992, el 5 de abril, se produce un siniestro autogolpe de Estado, un hecho militar, como un traspaso a ser colonia del imperialismo norteamericano, ratificándose con la promulgación de la nueva constitución política reaccionaria en 1993, como un hecho político de traición a la nación y al pueblo peruano.

Fujimori, un siniestro reaccionario títere, un empedernido lacayo yanqui, un fascista, genocida y vende patria, canceló nuestra condición de semicolonia y semifeudal en sumisión incondicional de ser colonia de la oligarquía financiera norteamericana. A partir de este momento, se van profundizando cada vez más sistemáticamente nuestra condición de colonia en relación a los yanquis, y como semicolonia y semifeudal en relación a las demás potencias imperialistas.

En 1992, Gonzalo y parte de la “dirección central” capitulan, en una organizada traición con el aval del gobierno de Fujimori-Montesinos y la CIA, y de esta forma escinden del Partido Comunista de Perú, marxista-leninista-maoísta, como una nueva línea oportunista de derecha revisionista y capitulacionista.

A partir de 1999, el Partido Comunista del Perú, marxista-leninista-maoísta, retoma y renueva su compromiso en el justo y correcto camino de la guerra popular, por la conquista del poder y el comunismo, por el cual fue fundado.

Vivimos en el desenfreno de impulsar la ofensiva general contra la revolución, encabezado por el imperialismo principalmente yanqui. Como parte de esa nefasta ofensiva reaccionaria es el Tratado de Libre Comercio que impulsa obligatoria, impositiva, sistemática y chantajistamente el imperialismo yanqui para dominar en el mundo; es la expresión política, económica y social del más claro hundimiento del gendarme mayor del mundo actual contemporáneo.

En estas condiciones objetivas, del hundimiento del imperialismo un su conjunto y principalmente del imperialismo yanqui, la globalización es un plan económico para alargar su agonía de hegemonismo y expansionismo total de la súper potencia imperialista yanqui en el mundo. Estas características imperialistas, es la antesala de un tercera guerra mundial y el desarrollo de guerras populares, de revoluciones socialistas, de reconstitución de Partidos Comunistas, de constitución de Partidos Comunistas para que asuman su papel histórico por el cual son constituidos y por el barrimiento del imperialismo y el triunfo del socialismo.

En el Perú nuestra patria, la guerra popular se desarrolla en estas nuevas y más complejas condiciones políticas, económicas, sociales internacionales y nacionales; de situación revolucionaria más crecientes y más desarrolladas, que también sirven para el triunfo de las revoluciones en el mundo, con guerras revolucionarias necesariamente prolongadas.

Este gobierno del APRA, y otros gobiernos en el futuro sean civiles o militares, irán demostrando su reaccionaria y antipopular posición de lacayo y desenfreno pro imperialista. Vivimos una aguda y profunda crisis política, económica y social como colonia de los yanquis. La salud económica del Perú, es insalvable, es incurable, lo que corresponde es que, el pueblo peruano asuma su papel de rebelarse armada y organizadamente bajo la dirección de su vanguardia proletaria del Partido Comunita del Perú, marxista-leninista-maoísta.

En estas condiciones políticas y económicas del imperialismo en el mundo, el Perú vuelve a ser colonia del imperialismo principalmente yanqui. En estas condiciones políticas y económicas, todos los gobiernos en el futuro, jamás podrán resolver los dos problemas pendientes: el problema de la nación y el problema de la tierra.

La política actual de los yanquis para combatir la revolución en el mundo, es utilizando a las fuerzas nativas, o de coalición para “hacer ver” que no fracasan ellos, o solos. Esto aplican sacando lección de los tantísimos fracasos políticos y militares en el mundo. Así también, para gobernar y controlar a sus colonias, en el caso específico del Perú, utilizan a los propios peruanos como criados domesticados, como fue Fujimori, Toledo y hoy Alan García. Para este fin, han privatizado todo el Estado peruano, que, traficando con las “elecciones presidenciales” nombran por “voto popular”, “democráticamente”, a títeres, a lacayos, a criados yanquis, para despellejar al pueblo y cumplir con las órdenes del imperialismo yanqui en todos los terrenos y aspectos, para beneficiar a los grandes monopolios de la oligarquía financiera norteamericana.

Nuestro país desde el punto de vista económico, desde la conquista en 1532, hasta todo el virreinato fue colonia feudal de España. De 1821 hasta 1895, semicolonia y semifeudal de Inglaterra y de otros países capitalistas Europeos. De 1895, el capitalismo entra en su fase superior el imperialismo, y nuestro país a la época contemporánea, pasando a ser semicolonia y semifeudal del imperialismo norteamericano. Cuando en 1976 se da la restauración del capitalismo en China, se desata la ofensiva general imperialista principalmente contra la revolución proletaria mundial, encabezado por los Estados Unidos y la Unión Soviética. La globalización se profundiza aplicando con mayor voracidad a partir de 1991, cuando se erige como hegemónica única, y como parte de ello es que al Perú lo convierte en su colonia.

Viendo así nuestra historia, menos la Conquista, ni el Virreinato, ni la Emancipación, ni la República en su época contemporánea y menos aún con la globalización, podrán solucionar nuestra condición de colonia, semicolonia y semifeudal, y por tanto, el problema de la tierra y el problema de la nación, como tareas centenariamente pendientes, no serán resueltos. Al contrario, el imperialismo y sus lacayos y cualquier otro gobierno de turno, nuestra condición de dependiente y de deudor lo irán acrecentando cada vez más, y lo someterán, despellejarán, haciendo más perentoria para el pueblo peruano y su vanguardia, solucionar estos dos problemas pendientes por medio de la revolución democrática nacional.

En conclusión, el pueblo peruano, bajo la dirección de su Partido Comunista, comprenderá su papel y concretará su verdadera emancipación, barriendo y aplastando al imperialismo yanqui, que es enemigo externo y principal, y combatiendo y derrotando a la feudalidad, enemigo interno del pueblo peruano y la revolución. De esta manera, acabar con la condición económica de colonia, semicolonia y semifeudal del país.

4. LA SOCIEDAD COLONIAL, SEMICOLONIAL Y SEMIFEUDAL ACTUAL DEL PERÚ.

La sociedad peruana, fue colonia feudal casi 300 años desde 1532 hasta 1821. La conquista del Perú, de 1532 a 1544, fue sangrienta, de genocidio y extermino de la clase indígena del Tahuantinsuyo. Desde la época de la conquista, se impone brutalmente la feudalidad, con métodos y actitudes de explotación esclavista, de saqueo, de bandidaje, de crueles ahorcamientos a los indios conquistados. Frente a estos desórdenes políticos, económicos, militares, sociales, jurídicos, etc, de la conquista, la corana española implanta el virreinato para un mejor control administrativo político, económico, militar, religioso, social, cultural y jurídico a partir de 1544. En realidad España con el virreinato, consolida su dominio sobre la colonia peruana, y además, consolida la feudalidad española, más no soluciona los métodos de explotación feudal y esclavista sobre la tierra y el indio. El virreinato, es la época sistemática de explotación de la tierra y del indio desde la misma Corona española. La emancipación del Perú de la Corona española, fue todo un proceso revolucionario desde la rebelión armada del campesinado peruano dirigido por Túpac Amaru en 1780, que removió las entrañas feudales de explotación española. Participaron próceres y precursores intelectuales peruanos con doctrinas libertarias y lucharon por el cumplimiento de la emancipación y por la gesta de la rebeldía armada del pueblo en contra del dominio español.

La época de la emancipación, concluye con el triunfo de la guerra de la independencia el 9 de diciembre de 1821, fue una lucha revolucionaria armada de la burguesía continental de América de sur, en contra de la Corona española feudal. Específicamente en relación al Perú, con la guerra de la independencia, nos emancipamos de ser colonia feudal de España, pero, pasamos a ser semicolonia y semifeudal, económicamente dependientes principalmente de los capitalistas burgueses ingleses. Esta dependencia económica predominante de Inglaterra se desenvuelve en la época de la libre competencia, en la época de la exportación de mercancías. Posteriormente esta dependencia se desenvuelve en el proceso de 1860-1870, época de grande concentraciones de la producción que llevó a la transformación del capitalismo en imperialismo. El proceso de dependencia económica principalmente en relación a los ingleses, va ir modificándose paulatinamente porque los grandes monopolios yanquis comienzan a predominar con sus inversiones financieras, en la explotación del cobre y del petróleo en nuestro país.

De 1895, hasta nuestros días, predomina en nuestro país, la explotación y opresión de los capitalistas burgueses norteamericanos ya en su fase superior del capitalismo, el imperialismo.

Para el salto de capitalismo en imperialismo, las potencias imperialistas y principalmente el imperialismo yanqui han utilizado y siguen utilizando todos los medios de opresión militar, política, económica y cultural, sobre los países del tercer mundo, lo que ha permitido convertir gradualmente al Perú de semicolonia y semifeudal en su colonia. Para convertir al Perú en su colonia, han forzado al Perú a concluir numerosos tratados económicos, políticos desiguales, etc., mediante el: FMI, BID, OMC, BM, OEA, ONU, los cuales han generado áreas de influencias económicas para las potencias imperialista y principalmente yanqui.

Mediante los tratados desiguales, se han asegurado el control de los puertos marítimos, de los aeropuertos comerciales importantes del Perú y han establecido concesiones bajo su administración. Han implantado control sobre el comercio exterior, las aduanas, las vías de comunicación marítimas, aéreas, terrestres. De esta manera han podido inundar al Perú con sus mercancías, para convertirlo en un mercado para sus productos industriales y, al mismo tiempo subordinar la producción agrícola a sus necesidades imperialistas han establecido en el Perú, numerosas empresas de industrias pesadas y ligeras, a fin de utilizar sobre terreno peruano las materias primas y la mano de obra barata, y de esta manera ejercer presión económica directa sobre la industria nacional del Perú y frenar el desarrollo de las fuerzas productivas del país.

Por medio de las concesiones de empréstitos a los gobiernos peruanos y del establecimiento de bancos, han monopolizado la banca y las finanzas del Perú, de esta manera no solo han abrumado al capitalismo nacional peruano en la competencia mercantil, sino que además tiene controlado al Perú en la esfera bancaria y financiera. A fin de explotar a las masas campesinas y otras capas de la población, han creado en el Perú una red de explotación formada por una burguesía compradora y comerciantes usureros que se extiende desde Lima, las principales ciudades, hasta los poblados más remotos, así se generó la clase de la gran burguesía compradora a su servicio.

Han hecho de la clase terrateniente feudal del Perú, al igual que la burguesía compradora, el pilar de su dominación en el Perú.

El imperialismo yanqui, se alía en primer término con las capas dominantes del régimen social peruano; los señores feudales y la gran burguesía compradora y burocrática comercial usurera, contra la mayoría del pueblo peruano. El imperialismo yanqui con todo el poderío financiero y militar que tiene, es la fuerza que apoya, alienta, cultiva y conserva las supervivencias feudales en el Perú, con toda su superestructura burocrático militarista y policíaca.

El imperialismo yanqui, proporciona por concesiones al gobierno peruano, aviones, buques, helicópteros, tanques de guerra, armas municiones, y ponen a disposición consejeros y asesores militares, para , con el cuento de la lucha contra el narcotráfico, por la defensa del territorio y la soberanía nacional y la democracia, combatir a la revolución peruana y reprimir al pueblo peruano.

Además el imperialismo yanqui y otras potencias imperialistas, nunca han relajado sus esfuerzos por adormecer el espíritu del pueblo peruano, ésta, es su política de agresión cultural, que ponen en práctica a través de las actividades de los misioneros de las diferentes religiones; el establecimiento de clínicas privadas de las diferentes potencias; el establecimiento de las diferentes escuelas, colegios, institutos privados como el Instituto Cultural Peruano Norteamericano, que también existe de los japoneses, italianos, españoles, franceses, alemanes, rusos, etc.; el reclutamiento de estudiantes peruanos, mediante becas para cursar en sus países. Su objetivo es formar intelectuales a su servicio y embaucar a las grandes masas populares del pueblo peruano.

Estos hechos constituyen el otro aspecto de la penetración del imperialismo yanqui y de las otras potencias imperialistas en el Perú. Este es el cuadro de parasitario y en descomposición del imperialismo yanqui, para someter al Perú.

Esta situación objetiva también determina, que el imperialismo yanqui, coludiéndose con la feudalidad, son los que oprimen y explotan a la nación y al pueblo peruano.

De 1895 hasta 1993, el Perú es económicamente dependiente del imperialismo yanqui en condiciones de semicolonia y semifeudal, como país subdesarrollado y atrasado.

El 5 de abril de 1992, se produce un preparado auto golpe de Estado, como un hecho militar manejado y controlado por la CIA de los Estados Unidos, mediante Fujimori y la Fuerzas Armadas para asaltar el poder ejecutivo, legislativo y el poder judicial, para preparar las condiciones políticas para la cuarta reestructuración de la sociedad peruana contemporánea, promulgándose en 1993 la nueva constitución del Perú, que por esencia es reaccionaria, fascista, genocida y vende patria. Todos estos acontecimientos fueron siniestros hechos políticos y militares de traición y saqueo a la voluntad de la nación peruana y de los pueblos del Perú. Estos hechos políticos y militares, es la firma del traspaso de convertir a nuestro país en colonia del imperialismo yanqui. Hemos perdido independencia política, económica, militar, jurídica, educativa, etc, en relación al imperialismo norteamericano. Todo esto muestra que de 1993 a hoy, nuestro país es colonia del imperialismo yanqui. Son hechos políticos, económicos y militares del plan de globalización, de copar su dominio en el mundo, como hegemónica única imperialista de la súper potencia yanqui.

Desde la conquista y toda la época del virreinato, la sociedad peruana fue colonial y feudal, bajo la tutela del Rey de España, por intermedio de los virreyes netamente españoles. Por ello, lo feudal fue español, una colonia de España, un virreinato español. Es colonia porque no había independencia política, económica, militar, cultural, jurídica, etc. En la feudalidad del virreinato, son los españoles los que tenían el poder político, sus palabras eran la ley y la religión. Con la batalla de Ayacucho, del 9 diciembre de 1821, se sella el triunfo de las fuerzas patriotas sobre los españoles. Entonces, el poder del Estado asumen los caudillos militares, que tenían que representar política y económicamente los intereses de la burguesía triunfante, pero como orgánicamente eran débiles e inconsistentes y todavía no consolidados fueron relegados. Además y principalmente, representaban a la propia feudalidad en el poder, que la independencia no los derrotó. El capitalismo inglés, que financió la guerra de la Independencia, tomó a la clase feudal por intermedio de los caudillos militares, como a la clase feudal de penetración de mercancías capitalistas. La burguesía no consolidada e inconsistente, se encontraba desplazado, oprimido y constreñido.

En la historia de nuestro país, vemos desde 1532, la penetración extranjera feudal española, con la conquista del Perú. Fue, un sangriento cuadro de transformación de un Tahuantinsuyo independiente, agrícola colectiva y socialista primitiva, en un país feudal. Fueron acontecimientos políticos y militares.

De 1544 la corona española impone orden con el virreinato, fueron cuadros sangrientos, imponiéndose contra los levantamientos campesinos; todos estos hechos son también hechos políticos y militares.

La época de la emancipación, también fueron hechos políticos y militares. La guerra de la independencia, en concreto fueron hechos políticos y militares de penetración extranjera, de expansionismo del capitalismo inglés y europeo en el Perú y América del Sur.

Los finales del siglo XIX y principios del siglo XX, son acontecimientos políticos y militares en el mundo, la transformación del capitalismo en su fase superior el imperialismo. Estos hechos, determinan que de 1895, en el Perú predomine la economía del imperialismo yanqui, desplazando a los ingleses y franceses en las inversiones del Perú.

En 1991, se produce otro acontecimiento político y militar en el mundo, la desintegración de la súper potencia imperialista soviético y el fracaso del revisionismo ruso. En estas condiciones internacionales, el imperialismo yanqui pasa a comandar como hegemónica única la ofensiva general del imperialismo en contra de la revolución proletaria mundial; además, imponiendo la globalización por sobre todos los derechos jurídicos y nacionales de los países del tercer mundo. En el Perú como consecuencia de su poderío político y militar, a partir de 1993 nos controla y somete como a su colonia, quitándonos independencia política, económica, etc., que el gobierno del lacayo y títere Fujimori, ratificó estableciendo la nueva constitución política del Perú en 1993.

Por tanto, el Perú es un país atrasado, un país subdesarrollado, un país del tercer mundo, donde la burguesía nacional es oprimida y constreñida por el imperialismo principalmente yanqui y la feudalidad. En al actualidad es un país colonia del imperialismo yanqui, un país semicolonia y semifeudal en relación a las demás potencias imperialistas, incluso avanzando a ser también colonia de las demás potencias imperialistas porque impositiva, chantajista y prepotentemente se están determinando “áreas de influencias económicas”y para defenderlos se están estableciendo leyes jurídicas únicas, monopolistas.

Estas son las características políticas y económicas de la sociedad peruana contemporánea, un país atrasado, colonia, semicolonia y semifeudal.

En estos tiempos del imperialismo, de exportación de capitales, de la oligarquía financiera imperialista, existe un primer mundo, de la súper potencia hegemónica única, el imperialismo yanqui; un segundo mundo, de las potencias imperialistas, económica, política y militarmente menos desarrollados que la hegemónica única; el tercer mundo, que aglomera a la mayoría de los países del mundo, países subdesarrollados y atrasados. Los países atrasados o bien son colonias, porque son completamente sometidos en todos los aspectos, y no tienen independencia política, económica, jurídica, etc. en relación a los imperialistas, etc.; los países semicolonias y semifeudales, son los que mantienen “independencia política”, pero son dependientes económicamente, también en relación a los imperialistas. En el mundo actual, dentro de los países del tercer mundo, no puede existir un país donde en el Estado no participen tanto la burguesía y la clase terrateniente; ambas se condicionan y confabulan para servir cada vez mejor como lacayos y títeres a su amo imperialista correspondiente. También no puede existir un país del tercer mundo, donde solamente exista la feudalidad, porque, entonces seria un país feudal y eso no existe en esta época del imperialismo.

De igual forma, actualmente dentro de los países del tercer mundo, no puede existir solamente la burguesía, porque entonces, seria un país atrasado capitalista, y eso en la práctica no existe por ningún motivo. Por tanto, la tendencia actual del imperialismo principalmente yanqui es monopolizar el planeta; convertir a todos los países del mundo en su colonia; que los millones y millones de seres humanos pobres sean sus esclavos. Por lo que, los países del tercer mundo, por su condición de colonia, o semicolonia y semifeudal, tienen que, por necesidad histórica y del momento desenvolver luchas de liberación nacional antiimperialistas, o, que el proletariado asuma su papel mediante el Partido Comunista, dirigiendo revoluciones democráticas nacionales, para combatirlos y aplastarlos al imperialismo y a la feudalidad y conquistar el poder, formando un frente unido democrático con la burguesía; además, indesligablemente combatir y derrotarlo al revisionismo de todo tipo, porque es la avanzada del imperialismo en las filas del proletariado, de lo contrario la victoria no seria completa.

Por las características políticas, económicas y sociales de los países en el mundo, se ve, que la contradicción entre el imperialismo principalmente yanqui como superpotencia hegemónica única y la nación peruana, y la contradicción entre el feudalismo y las masas populares, son las contradicciones fundamentales de la sociedad peruana contemporánea. Objetivamente existen otras, como la contradicción entre las potencias imperialistas y la nación peruana, entre la burguesía y el proletariado, contradicciones en el seno de las clases dominantes reaccionarias. Pero de todas ellas, la contradicción entre el imperialismo principalmente yanqui y la nación peruana es la principal. Estas contradicciones y su agudización, hacen que las condiciones objetivas de la revolución peruana, sean cada vez más crecientes y desarrolladas y cada vez más complejas.

Esta comprensión de la característica de la sociedad peruana contemporánea de: ser colonia en relación al imperialismo yanqui, y ser semicolonia y semifeudal en relación a las demás potencias imperialistas, determinan para definir correctamente el carácter de la revolución peruana; comprender la contradicción principal y las contradicciones no principales; comprender quien es pueblo y quien es enemigo en los diferentes procesos de la revolución de Nueva Democracia; todos éstos, son de decisiva importancia para definir correctamente los blancos, o los enemigos principales de la revolución, las tareas, las fuerzas motrices, las perspectivas de la revolución democrática nacional bajo la dirección del proletariado nacional mediante su Partido Comunista del Perú, marxista-leninista-maoísta.


LA REVOLUCION PERUANA.

1. LOS MOVIMIENTOS REVOLUCIONARIOS EN EL PERU.

La historia de la transformación del Perú, de una sociedad primitiva, en el estadio medio de la barbarie, de un desarrollo natural e independiente, con una economía agraria colectiva del Tahuantinsuyo, pasar a ser conquistado por la Corona española es la historia de la lucha de los indígenas peruanos, en contra de la conquista. La transformación de haber sido colonia feudal de España, en semicolonia y semifeudal de los ingleses, es la historia de las luchas en el proceso de la emancipación, concluyendo con la victoria de la guerra de la independencia. La transformación de semicolonia y semifeudal del capitalismo expansionista inglés, en depender posteriormente del imperialismo norteamericano, y hasta ser su colonia, es a la vez, la historia de las luchas del pueblo peruano en contra del virreinato colonial, feudal español ,en contra del capitalismo expansionista inglés y contra el imperialismo y principalmente yanqui y sus lacayos de 1895 para adelante.

El imperio incaico, estableció su dominación a través de guerras de conquistas, definiendo su predominio sobre las demás culturas en la batalla Yahuarpampa contra los Chancas, para luego seguir expandiéndose a través de guerras, hasta que fue conquistado por los españoles. Estas luchas fueron luchas políticas y militares.

La conquista del Perú, fue también una historia de luchas políticas y militares. La Corona española se impuso sobre el Tahuantinsuyo, aplastando la resistencia armada de los incas.

El virreinato, fue otra época de 300 años de luchas, que fueron sangrientos, para mantener e imponer la feudalidad, enfrentándose a los numerosos y grandes levantamientos campesinos, como el de Juan Santos Atahualpa.

La emancipación del Perú de la Corona española, es otro hecho político y militar; comienza en 1780 con el movimiento campesino dirigido por Túpac Amaru, que llegó a movilizar armadamente a 100 mil hombres, que se extendió desde el Cuzco, Puno y Bolivia, repercutiendo en Argentina, Colombia y México. Este movimiento fue derrotado, pero hundió el virreinato.

La guerra de la independencia, fue una lucha revolucionaria de transformación social, dirigido por la burguesía expansionista inglés, contra la Corona española, derrotándolo para convertir al Perú de colonia en semicolonia y semifeudal.

En la práctica de la guerra de la independencia, San Martín fue un gran estratega militar; Bolívar, demostró ser estratega político y militar. Ambos lucharon por emancipar varios países en América a cambio de nada, han puesto siempre por adelante el interés de los pueblos y jamás el personal. Así exigió la lucha en su época, y estos dignos revolucionarios acudieron a este llamamiento y necesidad históricos desinteresadamente. Como no había proletariado y Partido Comunista, el fruto de la revolución se lo llevó la burguesía extranjera inglesa.

En la República, seguían mandando los terratenientes junto a la inconsistente burguesía mediante los caudillos militares. En el gobierno de Castilla a mediados del siglo XIX, se consolidó la burguesía, que en la práctica era la misma clase terrateniente, enfrentando y masacrando a sangre y fuego muchas luchas campesinas, entre ellas la de Atusparia y Uchco Pedro, la de Llaccolla en Ocros. La guerra con Chile, que se desenvolvió de 1879 a 1883, llevó al hundimiento de la economía peruana. Esta guerra fueron movidos por intereses capitalistas principalmente ingleses que buscaban monopolizar el comercio del guano y el salitre como materia prima para el desarrollo de la agricultura en Europa. Por otro lado, así como hoy, el imperialismo yanqui opta por provocar enemistades cuando no puede controlar el descontento social que producen sus recetas económicas, así también, en la época de la guerra del pacífico, el capitalismo británico provocaba enemistades en América entre naciones deudores. Hoy vemos que Bush, cuenta con el mismo gendarme en América del Sur, que ya utilizó el capitalismo británico a finales del siglo XIX, comprobándose con la guerra del pacífico de 1879 a 1883, y confirmándolo además cuando el imperialismo británico utiliza el mismo gendarme, es decir a Chile, durante la guerra de las Malvinas en el siglo XX.

En estas circunstancias como se desarrollaba la guerra con Chile, donde, de por medio se jugaban intereses del capitalismo británico, las clases dominantes del Perú, demuestran un negro papel de traición, de capitulación ante Chile. Esta guerra frenó el incipiente desarrollo capitalista del Perú. La nación peruana sufría la traición de parte de las clases dominantes. Sin embargo, las masas demostraron siempre una heroica resistencia en contra de la invasión chilena en defensa del pueblo y la nación; de su integridad territorial; en defensa de la riqueza nacional; resistencia que tuvo una fuerza histórica en la sierra, centro y sur del país, donde Cáceres desarrolló guerrillas. Cáceres era un militar terrateniente, un caudillo militar feudal, que después fue también Presidente del Perú.

La revolución de Cuba, que triunfa en enero de 1959, influye positivamente en los movimientos juveniles, intelectuales, en los trabajadores, en las organizaciones de estudiantes de América, generando conciencia y entusiasmo político y revolucionario, donde otros apoyaban, y otros participaban directamente en la lucha armada contra el Estado reaccionario y el imperialismo, como en la guerrilla del MIR en l965. En la guerrilla de 1965, han participado intelectuales y estudiantes; algunos dirigentes han ofrendado sus vidas heroicamente, otros han capitulado pasando a servir al sistema explotador y opresor.

El Partido Comunista del Perú, es fundado en 1928, con claras bases marxistas-leninistas; en su proceso de lucha, de éxitos y reveses, es inundado a partir de 1930 por el revisionismo. Tiene una larga historia de reconstitución en tiempos de paz y en tiempos de guerra. Cuando Gonzalo y su “dirección central” capitulan de 1992 a 1999, buscando amoldarse al sistema “democrático” burgués, de ahí se escinden, se separan del Partido Comunista del Perú, como una nueva línea oportunista de derecha, revisionista y capitulacionista. El revisionismo siempre será enemigo interno en el Partido, Estado, ejército y el pueblo. Tenemos que combatirlo y aplastarlo como a enemigo de la revolución democrática nacional peruana y del pueblo peruano, por que es avanzada del imperialismo en las filas del proletariado actual.

De 1980, el Partido Comunista del Perú, marxista-leninista-maoísta, viene dirigiendo en medio de éxitos y reveses la guerra popular prolongada. A partir de 1999, el partido viene cumpliendo por ser justo y correcto y desarrollando la revolución por la conquista del poder, sacando lección de las acciones revisionistas de Gonzalo y su “dirección central”.

El imperialismo principalmente yanqui, encabeza la ofensiva general del imperialismo en contra de la revolución proletaria mundial; como también en nuestro país, está impulsando la lucha contra la revolución, dirigiendo y asesorando a las FFAA y PNP, y la guerra de baja intensidad, utilizando diferentes organizaciones no gubernamentales. Su principal objetivo, es aniquilar la Dirección del Partido, y separar las guerrillas de las masas.

La guerra popular en el Perú, tiene 26 años de lucha incesante por el Poder, para el Partido, la clase y el pueblo peruano.

Actualmente, el Estado peruano como colonia, es controlado y dirigido por los yanquis, y extrema sus esfuerzos en todos los aspectos en contra de la revolución democrática nacional. Muchos elementos de la gran burguesía y terratenientes feudales han capitulado ante el imperialismo yanqui, convirtiéndolo en colonia de los Estados Unidos a partir de 1993, con la constitución política que los ratifica. Hay declarados y ocultos vende patrias como Belaúnde, Alan García, Fujimori, Toledo y hoy demostrando una vez más Alan García, ser el lacayo más desenfrenado, empeñándose más que nadie en firmar el Tratado de Libre Comercio. El pueblo peruano, por el contrario, se preparan más para seguir combatiendo al enemigo, y no se detendrá hasta expulsar del Perú al imperialismo principalmente yanqui, hasta lograr la verdadera emancipación del pueblo y la nación peruana.

El partido Comunista del Perú, tiene la responsabilidad de proseguir y desarrollar la lucha con la revolución hasta la victoria completa.

¿Cuáles son los enemigos principales de la revolución peruana?, ¿cuáles son las tareas?, ¿cuáles son las fuerzas motrices de la revolución peruana?, ¿cuál es el carácter de la revolución?, ¿cuáles son las perspectivas?; comprenderlos son de vital importancia para dirigir justa y correctamente la revolución hasta la victoria, hasta la conquista del poder y el comunismo.

2. LOS ENEMIGOS PRINCIPALES DE LA REVOLUCION DEMOCRATICA NACIONAL DEL PERU.

La actual sociedad peruana contemporánea es por su naturaleza, colonia con respecto al imperialismo yanqui; semicolonia y semifeudal con respecto a las demás potencias imperialistas del mundo. Solamente teniendo una comprensión precisa de la naturaleza de la sociedad peruana, podemos tener una clara idea de, cuales son los blancos de la revolución, sus tareas, sus fuerzas motrices, su carácter, sus perspectivas y su futura transformación en una revolución socialista. Por tanto, una clara comprensión en este sentido, es la clave para entender todos los problemas de la revolución democrática nacional y su posterior desarrollo.

La sociedad peruana contemporánea, en la actualidad es por su naturaleza, una sociedad colonia, semicolonia y semifeudal, por lo que los blancos, o los enemigos principales de la revolución democrática nacional, son el imperialismo principalmente yanqui y el feudalismo. Es decir, la burguesía de todos los países imperialistas, pero, principalmente del imperialismo norteamericano y la clase terrateniente de nuestro país. En la etapa actual, son ellos justamente los principales opresores y explotadores de la sociedad peruana y los principales obstáculos para su desarrollo. El imperialismo, y principalmente yanqui y la feudalidad, ambos se confabulan para oprimir al pueblo peruano, pero, como la opresión nacional ejercida por el imperialismo yanqui es la más grande, éste es el enemigo número uno, el peor enemigo del pueblo y la nación peruana.

Cuando se inició la lucha armada en 1980, habían dos superpotencias hegemónicas, incluso ahí, el enemigo principal era el imperialismo yanqui. El Perú, todavía era semicolonia y semifeudal.

En 1991, el imperialismo norteamericano, pasa a erigirse como hegemónica única, cuando el social imperialismo soviético fracasa y se desintegra.

El 5 de abril de 1992, se produce un autogolpe de estado, manejado y controlado por la CIA de los Estados Unidos, para dar las bases de sometimiento de su condición de semicolonia y semifeudal, y convertir a la nación peruana en colonia del imperialismo yanqui, concluyéndose con la nueva constitución del Perú en 1993, lo cual fue la cuarta reestructuración del Estado peruano reaccionario. El auto golpe fue un hecho militar, y la nueva constitución de 1993, fue un hecho político dictado desde la Casa Blanca y el Pentágono norteamericano; estos hechos determinan que, el enemigo principal de la revolución y el pueblo peruano sea el imperialismo principalmente yanqui y todos los que con él se coluden, es decir, los colaboracionistas y vende patrias que han capitulado abiertamente o se preparan a capitular.

La burguesía nacional y la burguesía rural, también son oprimidos por el imperialismo yanqui y constreñidos por los grandes terratenientes feudales, por el cual no se puede considerar como blancos de la revolución peruana. En la guerra de la independencia, la burguesía embrionaria nacional, solamente participó por que, quien ha financiado y dirigido son los capitalistas ingleses para después de derrotarlo a la Corona española, confabulándose con la clase terrateniente peruana, opriman y exploten a la nación y al pueblo peruano y no permitan el desarrollo de la burguesía nacional.

En la historia del Perú, en la guerra con Chile, la clase dominante de burgueses y terratenientes han capitulado ante Chile, de esta manera han traicionado a la nación y al pueblo peruano. Hoy, en estos tiempos del imperialismo, la camarilla reaccionaria de la gran burguesía, colaboracionista principalmente pro-norteamericano, siempre serán capitulacionistas, traidores y vende patrias, y empedernidamente contrarrevolucionarios. En 1992, la camarilla reaccionaria de grandes burgueses y terratenientes feudales representados por el títere y siniestro Fujimori, también han capitulado y traicionado a la nación y al pueblo peruano, convirtiendo a nuestra nación en colonia de los Estados Unidos. Sin embargo, en el seno de la gran burguesía peruana, existen contradicciones de facciones que es reflejo de las contradicciones entre las diferentes potencias imperialistas. Por estas condiciones políticas y económicas principalmente, la burguesía participa y debe participar con independencia y autodecisión en esta guerra agraria, que es la primera parte de la revolución democrática nacional. La burguesía en su conjunto, no es y no puede ser considerado como uno de los blancos de la revolución peruana. Pero, la capa superior de la burguesía, la gran burguesía compradora, o burocrática capitulacionista, entreguista y vende patria, que se confabula con el imperialismo principalmente yanqui es considerado blanco de la revolución. Se debe comprender bien, es blanco, sólo esa gran burguesía y sus representantes políticos empedernidos de turno pro-yanquis.

En el curso de la revolución democrática nacional, también estas mismas clases, traicionarán al frente unido democrático revolucionario, a la nación y al pueblo peruano, convirtiéndose en colaboracionistas, pro norteamericanos, antipatriotas, antipopulares y vende patrias; por lo que, el pueblo peruano que lucha contra el imperialismo yanqui principalmente, no puede sino considerar como uno de los blancos a estos elementos de la gran burguesía. Por estas razones, frente a estos enemigos, la revolución peruana no puede ser de victoria rápida, sino, necesariamente prolongada y encarnizada. En estos tiempos del imperialismo, donde los yanquis son, hegemónica única y está bajo su control y dominio la ciencia sumamente desarrolladas y computarizadas, con el dominio de la Internet satelital en sus manos, no solo debemos contar al “poderoso” imperialismo principalmente yanqui, sino también a las “poderosas” fuerzas feudales sustentadas por él; y en ciertos períodos a los colaboracionistas y capitulacionistas de la gran burguesía, que confabulándose con el imperialismo yanqui y las fuerzas feudales, luchan en defensa del sistema contra la revolución y el pueblo peruano, por lo que es incorrecto subestimar a las fuerzas de los enemigos del pueblo revolucionario peruano.

Frente a tales enemigos, la revolución peruana tiene que, necesariamente ser prolongada, ardua y cruenta, y exige a que se dedique un largo tiempo para acumular y templar las fuerzas revolucionarias, que sean capaces de vencerlos definitivamente. El enemigo reprime y combatirá a la revolución peruana cada vez más con excepcional encarnizamiento, lo que hará que las fuerzas revolucionarias se templen y pongan en pleno juego su tenacidad y espíritu de sacrificio, para mantener firmemente sus posiciones y tomar las del enemigo. Por ello, es erróneo pensar que en el Perú, las fuerzas revolucionarias se pueden y desarrollar en un abrir y cerrar de ojos, y que la lucha armada peruana pueda triunfar de la noche a la mañana.

Frente a tales enemigos, el método principal de la guerra popular en el Perú, su forma principal de lucha, no es la lucha pacífica, sino la lucha armada, por que los enemigos reaccionarios al privar al pueblo peruano de toda libertad, derecho político y justicia social, le hacen imposible realizar toda actuación pacífica. Una de las peculiaridades y una de las ventajas de la revolución peruana es que, la revolución armada en nuestro país, combate a la contrarrevolución armada de las fuerzas armadas reaccionarias del Perú y a la policía nacional del Perú, columna vertebral del Estado peruano, asesorado por el imperialismo yanqui y sus lacayos, entre ellos la capa superior de la gran burguesía sea compradora o burocrática, capitulacionista, entreguista y vende patria y la clase terrateniente feudal. En estas condiciones objetivas, es incorrecto menospreciar la lucha armada, la guerra revolucionaria, la guerra de guerrillas y el trabajo político de movilización, de educación, adiestramiento en el ejército y en las amplias masas populares.

Comprendiendo que los enemigos son poderosos, es necesidad esencial el impulsar y desarrollar las bases de apoyo revolucionarias principalmente en las zonas rurales. En vista de que los poderosos imperialistas principalmente yanquis, controlan, asesoran y dirigen a los reaccionarios armados de las fuerzas armadas y la policía nacional, aliados enemigos contrarrevolucionarios y que están atrincherados en las ciudades de nuestro país, los destacamentos revolucionarios, si se niegan aceptar y amamantar al imperialismo yanqui y sus lacayos y quieren perseverar en la lucha, si quieren acumular fuerzas y templarse, y mientras no tengan suficiente poderío, es evitar una batalla decisiva con el poderoso enemigo, y tienen que convertir las atrasadas zonas rurales en avanzadas y sólidas bases de apoyo, en grandes baluartes políticos, económicos, militares y culturales de la revolución peruana, desde donde luchar eficazmente contra el feroz enemigo, que ataca las zonas rurales utilizando las ciudades, y conducir, dirigir la revolución peruana al triunfo completo a través de una guerra popular prolongada. En el Perú, no hay un desarrollo económico de capitalismo unificado, por que, como es colonia, semicolonia y semifeudal, no hay una economía capitalista de una sola potencia imperialista, por que si bien hay predominio de la economía yanqui, también hay inversiones del capital financiero de otras potencias imperialistas.

El Perú, tiene una geografía accidentada y con diferente densidad poblacional, tanto en la costa, la sierra y la selva peruana, apropiados para el desenvolvimiento político, militar y económico de las fuerzas revolucionarias; la desunión del campo contrarrevolucionario y las contradicciones de todo tipo que en él abundan, y el hecho de que la lucha del campesinado, que es el contingente principal de la revolución peruana esté dirigida por el Partido del proletariado, el Partido Comunista del Perú, todo esto por un lado, hace posible que la revolución peruana triunfe primero en el campo, en las zonas rurales, y, por el otro, determina la desigualdad del desarrollo de la revolución en el campo y en la ciudad, y hace necesaria una guerra popular prolongada, difícil, compleja y ardua para lograr la victoria completa. De este modo, resulta claro que la lucha armada sostenida desde las bases de apoyo revolucionario constituye en lo fundamental, una guerra de guerrillas de los campesinos bajo la dirección del Partido Comunista del Perú, marxista-leninista-maoísta. Por ello, es erróneo desatender el trabajo de impulsar el desarrollo de las bases de apoyo en las zonas rurales, el arduo, constante y paciente trabajo político de movilización, educación, orientación entre los campesinos y la guerra de guerrillas.

Plantear sobre la lucha armada, no significa renunciar a otras formas de lucha, por el contrario, la lucha armada no puede triunfar si no coordina con otras formas de lucha, como las luchas reivindicativas de las masas populares.

El trabajo de la lucha armada en las bases de apoyo, en las zonas rurales no significa renunciar al trabajo en las ciudades y en las extensas zonas rurales que todavía se encuentran bajo la dominación e influencia del enemigo, mas bien, sin el trabajo en las ciudades y en dichas extensas zonas rurales, nuestras bases de apoyo quedarían aislados y nuestra revolución fracasaría.

El objetivo de la revolución democrática nacional, es lograr el apoyo y tomar las ciudades, bases principales del enemigo, y este objetivo no puede lograrse sin suficiente trabajo ideológico, político y si no se coordina con las luchas reivindicativas, y en lo militar, si no se aniquila y desintegra a las fuerzas vivas del enemigo que es la columna vertebral de este sistema reaccionario de grandes burgueses y terratenientes feudales lacayos del imperialismo yanqui. De todo esto se deduce, que para que la revolución peruana triunfe tanto en las ciudades y en el campo, lo principal e indispensable es aniquilar, desintegrar, destruir y derrotarlo al ejército reaccionario, y a la policía nacional de este Estado pro-yanqui.

Teniendo en cuenta todas estas condiciones objetivas, se deduce que, en el trabajo de propaganda y de organización en las ciudades y zonas rurales ocupadas por el enemigo y sometidas a la opresión reaccionaria, el Partido Comunista del Perú, debe luchar sin precipitación ni política aventurera, sino adoptar la política de mantener clandestina la organización del Partido y hacerla compacta, selecta y eficaz, acumular fuerzas y esperar el momento adecuado. Otra cuestión importante es que, cuando se dirige al pueblo en la lucha armada contra el enemigo, el Partido debe adoptar la táctica de avanzar paso a paso y de combatir sobre un terreno seguro en lo militar, ideológico, político, económico y cultural, aplicando el principio de luchar con razón, ventaja y sin sobrepasarse, y utilizar toda posibilidad de trabajo abierto y legal que permitan las leyes, decretos y las costumbres sociales de nuestra nación. No podemos actuar como en los tiempos de Gonzalo, con una política radical, dogmática y mecanicista, y permitiendo en la práctica, tantísimos hechos políticos de empirismo y perjudicando de esta manera, a la nación, al pueblo y a la revolución peruana. El período de 1980 a 1999 es una seria lección que hemos pagado muy caro, por que, con dogmatismo y empirismo jamás se puede conducir la revolución al éxito y al triunfo.

3. LAS TAREAS DE LA REVOLUCION DEMOCRATICA NACIONAL.

Los principales enemigos de la revolución peruana son el imperialismo yanqui y la clase terrateniente feudal, y en algunos períodos del desarrollo de la guerra popular prolongada, la capa superior de la gran burguesía sea compradora o burocrática; sin embargo el filo de la revolución democrática nacional, no está dirigida principalmente en contra de esta clase en su conjunto. Por tanto, ¿cuáles son las tareas de la revolución peruana?

Las tareas de la revolución peruana consisten en derrocar a estos dos enemigos principales, es decir, en desarrollar una revolución democrática nacional para acabar con la opresión extranjera del imperialismo yanqui, por que el Perú es su colonia; y una revolución agraria, una guerra campesina para terminar con la opresión interna de los terratenientes feudales que por más de 300 años obstaculiza el desarrollo de nuestro país; de estas dos tareas, la principal es la revolución nacional, la guerra de resistencia para derrocar al imperialismo yanqui. La guerra de resistencia nacional, es el paso superior de la guerra agraria. No se logra desarrollar la guerra nacional, si no se conquista el triunfo en la guerra agraria contra el enemigo interno, defendido y sustentado por el imperialismo yanqui.

Las dos tareas de la revolución democrática burguesa de nuevo tipo del Perú, están interrelacionadas, íntimamente ligados. Sin derrocar la dominación del imperialismo principalmente norteamericano, es imposible acabar con la dominación interna de la clase terrateniente feudal, ya que este imperialismo, es el principal sostén de la feudalidad peruana, que define su subsistencia y desarrollo.

Sin organizar a los campesinos y dirigirlos en la lucha armada para derrocar a la clase terrateniente feudal, no se podrá construir poderosos destacamentos guerrilleros, para poner fin a la dominación imperialista y principalmente yanqui. La clase terrateniente, es la principal base social de penetración y dominación imperialista yanqui en el Perú, y también de las demás potencias imperialistas. El campesinado, es el contingente principal de la revolución peruana, de la guerra agraria actual y de la posterior guerra de resistencia, en concreto, de la revolución democrática nacional. La guerra agraria y la guerra de resistencia son distintos, pero, a la vez constituyen una unidad de la revolución peruana en su conjunto.

La tarea principal, de la revolución democrática nacional del Perú, consiste en derrocar al imperialismo principalmente norteamericano, por que el Perú es su colonia, y esta tarea principal de combatirlo y derrocarlo será con la guerra de resistencia, con la guerra nacional, y ésta, es la tarea principal donde tenemos que triunfar para ganar la guerra. Estas dos tareas revolucionarias son cualitativamente distintos por su esencia y por su contenido, pero que coexisten, y están íntimamente ligadas entre sí. Es incorrecto considerar la revolución nacional, o la guerra de resistencia, y la guerra agraria o guerra campesina, como dos etapas de la revolución peruana absolutamente separadas. La guerra agraria y la guerra de resistencia son diferenciadas cualitativamente, pero es un todo único, inseparable y se concatenan desde el inicio hasta la victoria de la lucha armada en el Perú, como una revolución democrática nacional antiimperialista y antifeudal.

4. LAS CLASES REVOLUCIONARIAS EL PERU.

La naturaleza de la sociedad peruana contemporánea actual, nos muestra una característica de colonia, semicolonia y semifeudal, y esta definición, nos indica a los enemigos principales de la revolución, las tareas tanto de la guerra agraria y la guerra de resistencia nacional. Teniendo en cuenta todos estos puntos importantes que atañen a la revolución en un país atrasado como en el Perú, corresponde analizar y definir, ¿cuáles son las clases revolucionarias, o las fuerzas motrices de la revolución peruana?

En la actualidad, la sociedad peruana es colonia, semicolonia y semifeudal, en la que la guerra popular está dirigida contra la dominación extranjera principalmente yanqui y el feudalismo interno, y que los objetivos de la revolución consisten en derrocar a estos dos opresores del pueblo y la nación peruana. En estas condiciones concretas del carácter de la sociedad peruana, tenemos que ver entre las diversas clases sociales y capas de la sociedad peruana, ¿cuáles son las fuerzas motrices de la guerra popular del Perú, en la revolución democrática nacional, capaces de luchar contra el imperialismo principalmente yanqui y el feudalismo? Este es el problema de establecer correctamente. Sólo teniendo claridad en este aspecto se puede solucionar acertada y correctamente la cuestión de la táctica básica de la guerra popular en el Perú, de luchar contra el enemigo con razón, ventaja y sin sobrepasarse; y, en la lucha contra los recalcitrantes anticomunistas, explotar las contradicciones, ganarse a la mayoría, combatir a una minoría y aplastar a los enemigos uno por uno; de esta manera desarrollar las fuerzas progresistas, ganarse a los intermedios y aislar a los recalcitrantes.

En el Perú, como clases explotadoras existen la burguesía y los terratenientes. La capa superior de la burguesía, es decir la gran burguesía, ya sea la compradora o la burocrática, y los grandes terratenientes feudales son las clases dominantes, opresoras y explotadoras en la sociedad peruana. En cuanto a la burguesía media o nacional, es dual, por que es sometida y constreñida por el imperialismo y la feudalidad. Existen también el proletariado y el campesinado y demás sectores de la pequeña burguesía; éstas son las clases dominadas y explotadas en la sociedad peruana.

Con respecto a la guerra popular del Perú, la actitud y la posición de cada una de estas clases sociales, analizadas por su condición económica y social, determinan si son enemigos, o fuerzas motrices de la revolución peruana. Por tanto, la naturaleza del régimen económico de las clases, determinan no solo a los enemigos principales y las tareas de la guerra popular, sino también la de las fuerzas motrices de la revolución democrática nacional en el Perú, que es el conjunto de personas, instituciones y las clases sociales que por su naturaleza de oprimidos y dominados ponen en movimiento sus voluntades, revolucionaria e independientemente, en contra de las clases dominantes, para derrocándolos conquistar el poder en todo el país.

Por tanto, siendo el Perú, un país atrasado, colonia, semicolonia y semifeudal, las clases revolucionarias, las fuerzas motrices de la revolución democrática nacional son: el proletariado, el campesinado, la pequeña burguesía y la burguesía nacional.

Es necesario analizar sobre las clases sociales de la sociedad peruana contemporánea.

LA CLASE TERRATENIENTE.

La clase terrateniente feudal, es la principal base social de penetración y dominación imperialista hoy en el Perú, y principalmente norteamericano. Es una clase que por medio del sistema de propiedad feudal sobre la tierra, explota y oprime a los campesinos; es una clase dominante que obstaculiza el desarrollo político, económico y cultural de la sociedad peruana contemporánea actual, y por historia, esta clase, no tuvo, no tiene y no tendrá jamás bajo este sistema imperialista ningún papel de desarrollo y progresista para la nación y el pueblo peruano. Por eso los terratenientes como clase, constituyen un enemigo, un blanco y no una clase revolucionaria, no es una fuerza motriz de la revolución democrática nacional del Perú.

En nuestro país, la clase terrateniente, desde la época de la conquista de los españoles al Tahuantinsuyo hasta nuestros días, tienen una actitud antinacional y antipopular. Esta clase social reaccionaria, es sustentada, defendida y robustecida por el imperialismo yanqui; es la clase de penetración del capital financiero de las potencias imperialistas y principalmente norteamericano. Es la clase social, que nunca permitió el desarrollo de la burguesía nacional coludida con el imperialismo en su conjunto, pero principalmente con el yanqui.

Después de la guerra de la independencia, el caudillaje militar, en vez de fortalecer a la burguesía nacional en formación, se inclinó y favoreció a la aristocracia latifundista. En poder de los extranjeros capitalistas principalmente ingleses, estaba el comercio y la finanza, y en estas condiciones, no era posible económicamente el surgimiento de una vigorosa burguesía nacional. El capital comercial extranjero, por sus constantes relaciones económicas, no hacía otra cosa que entenderse y asociarse con la clase feudal que secreta, silenciosamente y explícitamente conservaba su predominio político en el poder del Estado. Fue así, como la clase terrateniente empezó a usufructuar de la política fiscal del Estado, y de la explotación del guano y el salitre. En estas condiciones, esta casta social, forzada por sus relaciones económicas con el capitalismo extranjero, asumió en el Perú la función de clase burguesa, sin perder sus formas y prejuicios coloniales y aristocráticos. Es así, como la clase terrateniente se transforma en burguesía, para luego a mediados del siglo XIX, organizándose en civilismo, asumen la dirección del Estado peruano. El poder civilista de esta clase, procedía en buena cuenta de la propiedad de la tierra. En los primeros años de la Independencia, no era una clase capitalista, una clase burguesa, sino una clase de propietarios, una clase terrateniente. Su condición de clase feudal, había consentido solidarizar sus intereses con los de los comerciantes y prestamistas extranjeros y traficar con este título con el Estado y con la riqueza pública. La propiedad de la tierra, debida al virreinato, le había dado bajo la República la posesión del capital comercial. Los privilegios de la Colonia, habían engendrado los privilegios de la República. En concreto, la clase terrateniente se había convertido en la clase burguesa, de esta manera coludida con los capitalistas extranjeros, oprimen y constriñen a la burguesía nacional desde los tiempos del triunfo de la guerra de la Independencia.

Hoy la clase terrateniente, es más desarrollada y sustentada de la manera más diversa, en relación a las distintas potencias imperialistas, y en relación al imperialismo yanqui principalmente, por que el Perú es su colonia. Hay terratenientes, que representan intereses de las diferentes potencias imperialistas, ya sea como persona, asociaciones, cooperativas, empresas de exportación e importación, empresas agrícolas o ganaderas, etc.; son las formas de penetración imperialista mediante la clase feudal en nuestro país. La guerra agraria, o la guerra campesina, es una lucha revolucionaria antifeudal y antiimperialista yanqui, y nuestra lucha está orientado principalmente en aniquilar y desintegrar a las fuerzas armadas y las fuerzas policiales que los sustentan desde el Estado reaccionario. Si bien es una lucha antifeudal, pero por esencia es antiimperialista yanqui. Por lo tanto, en esta etapa actual de la guerra agraria, principalmente aniquilando y desintegrando las fuerzas vivas del enemigo, tenemos que explotar las contradicciones ínter imperialistas, ganarse a la mayoría, combatir a una minoría de esta clase recalcitrante de terratenientes y aplastarlos uno por uno, si son capituladores y colaboracionistas pro-yanquis, y luchan en contra de la nación peruana y el pueblo. En el desarrollo de la revolución peruana, otro sector de la clase terrateniente recalcitrante, se irán demostrando vacilantes junto a un sector de la gran burguesía y permanecerán en el campo de la lucha nacional de acuerdo a sus intereses. A este sector de la clase terrateniente, no podemos tratarlos como a enemigos, ni combatirlos como a los colaboracionistas pro-norteamericanos, que luchan contra la guerra popular.

En la actualidad, hay un buen número de terratenientes medios y pequeños con espíritu nacionalista y progresista, incluso que tienen contradicciones con el imperialismo y principalmente yanqui y con el Estado peruano, y tienen una actitud y práctica capitalista, quienes manifiestan entusiasmo por la revolución democrática nacional, y con ellos debemos unirnos en la lucha común contra el imperialismo yanqui y el Estado peruano. Por estas características, con estas clases, es necesario hacer concesiones, compromisos y ayudas mutuas positivas, y que beneficien a la revolución. Actuar así es marxismo y es revolucionario. No hacer concesiones, compromisos y ayudas mutuas con ellos, por el contrario combatirlos sin distinción, es evolucionar la feudalidad y es antihistórico, antirrevolucionario, antimarxista.

El Perú, tiene un carácter de país colonia, semicolonia y semifeudal, y que por estas condiciones objetivas, el Partido Comunista del Perú, en la lucha contra el imperialismo principalmente yanqui y contra el Estado peruano, tiene que hacer concesiones y compromisos positivos con todas las clases que aprueben en teoría, y otras en diferentes condiciones prácticas la revolución democrática nacional. No hacer concesiones, compromisos y ayudas mutuas con un sector de los terratenientes y combatirlos indiscriminadamente es revisionismo, es evolucionar la feudalidad y eso no es marxismo, y eso no es revolucionario.
LA BURGUESIA.

La burguesía peruana, tiene su formación histórica dentro del proceso de desarrollo de las características de la sociedad peruana, desde la colonia feudal de España, hasta nuestros días. La burguesía peruana, nace en el vientre del virreinato español. En los momentos de la Emancipación del Perú de la Corona española, esta burguesía naciente formó la parte activa de la revolución hasta el triunfo, pero no como clase dirigente. Después de la Independencia, esta burguesía en formación y de aspecto embrionario, no asume la dirección del Estado, por que en realidad era débil y orgánicamente no constituido como una clase social, por lo que los caudillos militares asumen el papel de gobernar al Perú. En estas condiciones políticas y económicas, el capitalismo inglés relacionándose cada vez más comercialmente con la clase terrateniente, no permite el desarrollo de la burguesía nacional, oprimiendo y constriñéndolos. En estas circunstancias, en un país con características de colonia, semicolonia y semifeudal, no puede desarrollarse el capitalismo nacional, por el contrario su mismo nacimiento es tardío y su desarrollo es oprimido, constreñido y condicionado a los intereses del capitalismo expansionista extranjero y europeo.

Después del triunfo de la guerra de la independencia, la burguesía peruana no era capaz de gobernar por que no tenía programas liberales y peruanas de clase burguesa, por ello gobiernan los caudillos militares. En 1845, en el gobierno de Castilla, la misma clase terrateniente se consolida en burguesía por sus relaciones económicas con los capitalistas extranjeros principalmente ingleses. Hasta l895, se desarrolló en nuestro país una burguesía compradora ligado al capitalismo extranjero principalmente, y una burguesía burocrática ligado al Estado peruano que se desarrolló gracias a la renta fiscal del guano y el salitre. La guerra con Chile de 1879 a 1883, llevó a una seria crisis a la economía peruana, por lo que los caudillos militares toman el poder, pero esa burguesía que se consolida a mediados del siglo XIX de inmediato retoma la dirección del Estado.

De los años finales del siglo XIX e inicios del siglo XX, en el mundo se desenvuelve el imperialismo como fase superior del capitalismo por los siguientes hechos económicos mundiales: por que se desarrollan en un alto nivel la concentración de la producción y del capital; la fusión del capital bancario con el industrial; la exportación de capitales, a diferencia de la exportación de mercancías; la formación de asociaciones internacionales monopolistas de capitalistas, las cuales se reparten el mundo; y la terminación del reparto territorial del mundo entre las potencias capitalistas mas importantes. Estas condiciones políticas y económicas mundiales determinan que en el Perú, predomine la inversión del capital financiero del imperialismo norteamericano, en la explotación del cobre, petróleo, caucho, algodón. Nuestro país, a partir de esta fecha es principalmente semicolonia y semifeudal de los Estados Unidos. Además, en los países del tercer mundo, colonias, semicolonias y semifeudales se desenvuelven un capitalismo burocrático, que en concreto es el capital financiero de la oligarquía financiera imperialista que se penetra en los países atrasados teniendo como base social a la clase terrateniente. El capital financiero que exportan los imperialistas a los países en desarrollo, es parasitario y en descomposición, y es la carga más pesada que los agobia, que los estrangula vorazmente y es impagable y los somete hasta convertirlos en sus colonias, en sus eternos deudores y esclavos. El capital financiero de los imperialistas, que se desenvuelve como capitalismo burocrático, es el peor enemigo del pueblo peruano y de los pobres en el mundo, es el responsable del hambre, la miseria y la pobreza en el Perú y en los pueblos del mundo.

La burguesía compradora de los tiempos de la libre competencia, en el imperialismo se desenvuelve como gran burguesía compradora ligado siempre a la clase terrateniente feudal. Esta gran burguesía, relacionándose económicamente al Estado peruano, genera una gran burguesía burocrática estatal.

De esto deriva, que la gran burguesía en nuestro país semicolonia y semifeudal, tenga dos facciones, la gran burguesía compradora privada y la gran burguesía burocrática estatal. En la práctica, el Estado no puede estar desligado de la gran burguesía compradora privada, por su condición de semicolonia y semifeudal dependiente económicamente del imperialismo principalmente yanqui. La gran burguesía, la compradora y la burocrática no pueden desenvolverse ni desarrollarse al margen del capital financiero imperialista, en el caso del Perú, del imperialismo yanqui principalmente. Ambas burguesías, encuentran como base social de penetración a la clase feudal existente y robustecida, y que tienen poder político y económico en el Estado.

Siendo hoy el Perú, colonia, semicolonia y semifeudal, dependiente política y económicamente del imperialismo yanqui, existe una gran burguesía con dos facciones, la compradora y la burocrática íntimamente ligadas a las potencias imperialistas y principalmente yanqui y a la clase terrateniente.

La gran burguesía compradora y burocrática, es una clase al servicio directo de los capitalistas de los países imperialistas y sustentadas por ellos y principalmente por imperialismo yanqui, y ligado por diferentes lazos con las fuerzas feudales principalmente de la costa del Perú. Esta gran burguesía compradora y burocrática, en otras palabras, la capa superior de la burguesía, los vende patrias, los colaboracionistas y capitulacionistas, principalmente los lacayos empedernidos del imperialismo yanqui, son los enemigos, son los blancos de la revolución peruana y por tanto, no pueden ser una clase revolucionaria, o una fuerza motriz de la revolución peruana.

En el Perú, hay gran burguesía compradora y burocrática que dependen de distintas potencias imperialistas, y es posible por tanto, que estos grupos de la gran burguesía compradora y burocrática dependientes de otras potencias imperialistas y no del imperialismo yanqui, pueden participar y apoyar a la revolución hasta cierto punto, y en determinados períodos participar y apoyar en el frente antiimperialista revolucionario, principalmente contra el imperialismo yanqui. Pero, apenas sus amos se ponen a combatir a la revolución democrática popular en el Perú, estas burguesías hacen lo mismo, es decir, también pasan a combatir la revolución. Esta lección de no diferenciar a la burguesía, hemos pagado con sangre en el período de 1980 a 1999.

En nuestro país, el capitalismo burocrático pro-yanqui, colaboracionista y vende patria, es decir, la gran burguesía compradora y burocrática lacayos capitulacionistas, colaboracionistas y vende patrias, son los responsables de convertir al Perú semicolonia y semifeudal, en colonia del imperialismo yanqui, de la súper potencia hegemónica única. Por estas características, este sector de la gran burguesía pro-norteamericana, son los que combaten en primer orden a la revolución peruana. El sector pro-europeo, pro-ruso, pro-chino, pro-japonés y de las demás potencias imperialistas, aunque son recalcitrantes y pertenecen al campo reaccionario, se muestran vacilantes, en este sentido no podemos tratarlos como a los empedernidos pro-yanquis. La actual coyuntura política, económica y militar internacional, también determinan la actitud de la gran burguesía que depende de otras potencias imperialistas. Estos hacen un doble juego, por un lado, no están de acuerdo con la política económica y militar yanqui, y a la vez, se oponen al Partido Comunista del Perú, a la revolución democrática nacional.

Nuestra política para con los colaboracionistas lacayos pro-norteamericanos, es decir, con la gran burguesía vende patria es tratarlos como a enemigos, por lo que nuestro deber es combatirlos y derribarlos resueltamente.

Nuestra política, respecto a los recalcitrantes de la gran burguesía, que son pro-norteamericanos, pero son vacilantes en combatir la revolución peruana, adoptamos una doble política revolucionaria, al igual que con la gran burguesía dependientes de otras potencias imperialistas: por un lado nos aliamos con ellos, pues no combaten la revolución democrática nacional y debemos explotar las contradicciones que tienen con el imperialismo principalmente yanqui, y por el otro, luchamos resueltamente contra ellos, por que aplican una política de represión anticomunista y antipopular, que socava la lucha contra el imperialismo yanqui y socava la unidad antiimperialista, las cuales saldrían perjudicadas sino sostenemos la lucha, es decir, se perjudicaría la resistencia y la unidad antiimperialista principalmente yanqui.

La burguesía nacional en nuestro país, es una clase con doble carácter. Por una parte, es oprimida por las potencias imperialistas, pero principalmente por el imperialismo yanqui, y constreñida por el feudalismo desde el propio Estado peruano, de esto deriva su contradicción con ambos, con el imperialismo yanqui como enemigo externo, y con la feudalidad como enemigo interno. En este sentido, la burguesía nacional, constituye como clase y por su carácter, ser una fuerza revolucionaria. En la historia de la guerra de la independencia, ha demostrado entusiasmo revolucionario en contra de la Corona española.

En la guerra con Chile, la clase alta de la burguesía capituló ante Chile. Pero, la burguesía nacional y las masas han demostrado heroicidad y resistencia de luchar en defensa de la nación y del pueblo peruano hasta el final.

La burguesía nacional, por que es oprimida por el imperialismo, por el imperialismo principalmente yanqui, y constreñido por la feudalidad representado desde el mismo Estado peruano, ha desenvuelto justas luchas reivindicativas en contra de la globalización, que es un plan del imperialismo yanqui, y en contra de la política del Estado que no les permite desarrollarse por favorecer a las transnacionales principalmente estadounidenses. Por estas condiciones, apoya y participa en la revolución democrática nacional.

La otra característica de la burguesía nacional es, como es una clase débil económica y políticamente, no puede romper por completo sus lazos económicos con el imperialismo en general, y principalmente con el imperialismo norteamericano, por tanto, tiene una dependencia y relación de sumisión, de servidumbre comercial, en la que la burguesía nacional de todas las ramas económicas sirven y sobreviven de acuerdo a los intereses monopolistas de las transnacionales, de las potencias imperialistas, principalmente norteamericanos. Por estas características, le falta valor para apoyar y participar en la revolución hasta la victoria en la lucha antiimperialista y antifeudal. En concreto, la burguesía nacional participa en la guerra popular dentro de estas sus dos características. Su característica de vacilación presenta cuando las fuerzas revolucionarias se tornan poderosas en la lucha contra los enemigos de la nación y la revolución peruana.

Este doble carácter de esta clase, hace que en determinados períodos y hasta cierto punto pueda apoyar y participar en la lucha contra el enemigo, y de esta manera ser una fuerza y una clase que ponga en movimiento sus voluntades revolucionarias antiimperialistas y contra el Estado de grandes burgueses y terratenientes feudales; y que, en otros períodos, surja el de convertirse en contrarrevolucionario y se ponga a la cola de la gran burguesía compradora o burocrática, títeres, vende patrias, colaboracionistas y sirva de ayudante a la contrarrevolución que encabeza el imperialismo yanqui en nuestro país.

En el Perú, la burguesía nacional está representada por la burguesía media, por todas las empresas medias, pequeñas, micro y empresas familiares, en todas las ramas de la economía nacional.

En la historia del Perú, la burguesía nacional nunca tuvo el poder en sus manos. Se ha desarrollado hasta cierto punto, permitido por el imperialismo yanqui y la clase terrateniente feudal representado desde el Estado peruano, y desempeña un papel considerable en la vida política, económica y cultural del país, pero bajo las condiciones que les permite las potencias imperialistas, y todos bajo la tutela y control del imperialismo yanqui. Esta burguesía nacional peruana, siendo nuestro país colonia de los yanquis, nunca llegará a convertirse como clase social, en la forma principal del desarrollo económico, político y social del país. En estos tiempos del imperialismo, esta burguesía es más débil que antes, y su condición de ser oprimido y constreñido es sistemáticamente cada vez mayor por la voracidad del imperialismo yanqui y la gran propiedad feudal.

Por tanto, teniendo en cuenta este doble carácter de la burguesía nacional, es relativamente bueno y un aliado confiable de la revolución peruana, por lo que, respecto a esta fuerza motriz revolucionaria es necesario adoptar una política adecuada y prudente dentro de la revolución democrática nacional en su conjunto, sea en la guerra agraria y en el guerra de resistencia. Por ser una fuerza intermedia, es importante, es vital y crucial ganarlos para la estrategia y táctica de la guerra popular prolongada en nuestro país.

LA PEQUEÑA BURGUESIA.

La pequeña burguesía, comprende las grandes masas de los intelectuales, los pequeños comerciantes, los artesanos, los profesores, los estudiantes de centros superiores universitarios y técnicos pedagógicos.

La condición económico y social de este sector es similar a la de los campesinos medios; todos ellos sufren la opresión del imperialismo y principalmente yanqui y de la feudalidad desde el propio Estado peruano, así como de la gran burguesía compradora y burocrática, y en menor grado la explotación y opresión de la burguesía nacional.

Por la opresión del imperialismo, los grandes burgueses y los grandes terratenientes feudales, principalmente la pequeña burguesía se acerca cada día más a la ruina, a la falta de medios de trabajo, por tanto, a la falta de recursos de alimentación, salud, vestimenta, vivienda, etc., es decir están en condiciones cada vez más indigentes.

Analizando a los intelectuales y los jóvenes estudiantes, no constituyen una clase o capa social independientes. Los intelectuales y los estudiantes por su origen familiar, por sus condiciones de vida y posición política en su mayor parte pertenecen a la pequeña burguesía y en cuanto a la cantidad han crecido considerablemente en los últimos tiempos a pesar de la falta de trabajos y recursos de subsistencia.

Estos sectores de la pequeña burguesía constituyen una clase confiable, aliada y revolucionaria, una fuerza motriz de la revolución democrática nacional del Perú, una fuerza que se unirá con el proletariado en la lucha contra el enemigo de la clase y el pueblo, y que comprenderá, que solo bajo la dirección del proletariado pueden lograr la verdadera emancipación.

En el Perú, hay aquellos intelectuales próximos al imperialismo y principalmente yanqui, próximos a la gran burguesía compradora y burocrática, próximos a los grandes terratenientes feudales, y que sirven a estos contra la nación peruana, contra la clase y el pueblo, contra los intelectuales y estudiantes del pueblo peruano.

Los intelectuales y los estudiantes, sufren en general la opresión del imperialismo, la gran burguesía y los grandes terratenientes feudales y viven constantemente amenazados de no encontrar trabajo, u obligados a abandonar sus estudios, por tanto, sus tendencias revolucionarias son muy fuertes.

Los intelectuales y los estudiantes están dotados en mayor o menor grado, de conocimientos científicos del imperialismo, poseen una aguda sensibilidad política y, dándoles una correcta orientación política proletaria desempeñan constantemente un papel de vanguardia y de puente con las amplias masas populares. Desde la época de la emancipación del Perú, los intelectuales han tenido una participación decisiva como precursores, que profesaban las doctrinas de la Emancipación para concretarse con la guerra de la Independencia. En 1965, la guerrilla del MIR, tuvo una incorporación en su Dirección y el Ejército a la intelectualidad y estudiantes. En la historia del movimiento sindical de profesores, Frente de Defensa, Frentes Regionales, y Organizaciones Campesinas hay una intensa participación de intelectuales y estudiantes que quieren y dirigen luchas reivindicativas, por justos derechos laborales y jornadas de trabajo en contra del imperialismo yanqui principalmente y contra el Estado peruano.

Hay una gran masa de intelectuales relativamente pobres y otros que no encuentran trabajo, que pueden unirse con los obreros y los campesinos para participar o apoyar la revolución democrática nacional. En el Perú, fue entre los intelectuales y los estudiantes donde primero se difundió ampliamente y se aceptó el marxismo-leninismo-maoísmo, como ideología de transformación social mediante una guerra popular prolongada en un país atrasado como el nuestro. Los triunfos de la revolución de Rusia, de China y el de Cuba, han impactado en la conciencia revolucionaria de los intelectuales y estudiantes de nuestro país. Por experiencia de las luchas del proletariado internacional, se concibe que, sin la participación de los intelectuales revolucionarios, sea imposible tener éxitos en la organización de las fuerzas revolucionarias, y en la tarea revolucionaria, en la acción revolucionaria. Los intelectuales mientras no participan de todo corazón en la revolución y no se deciden a servir desinteresadamente, sin ningún móvil personal a los intereses de la nación y de las amplias masas populares, y a saber unirse con las fuerzas revolucionarias, constantemente se desvían al subjetivismo y al individualismo y se muestran poco prácticos en su pensamiento y vacilantes en su acción. Por estas características, esta gran masa de intelectuales revolucionarios no todos continúan siendo revolucionarios hasta el fín. En los momentos de dificultades, una parte de ellos abandonan las filas revolucionarias y se hunden en la pasividad, la apatía, la ambigüedad, y un pequeño grupo de intelectuales incluso se convierten en contrarrevolucionarios y en enemigos del pueblo. Por las experiencias prácticas, los intelectuales solo pueden superar estos defectos participando por largo tiempo en la lucha de las masas, y ahí superen sus limitaciones y sus defectos hasta convertirse en servidores desinteresados del pueblo y la nación, y sirvan de todo corazón a la nación, a la clase y al pueblo con una disposición de dar la vida hasta el final, hasta el triunfo completo de la revolución, esto significa para la intelectualidad una eterna e histórica disposición de clase.

Otro sector de la pequeña burguesía, son los pequeños comerciantes, generalmente poseen pequeñas tiendas y contratan algunos trabajadores o ninguno. También son víctimas de la explotación del imperialismo, la gran burguesía, los grandes terratenientes, por el propio Estado peruano, por los usureros bancarios y viven siempre bajo la amenaza del despojo y la quiebra.

Los artesanos, son también parte de la pequeña burguesía. Este sector es numeroso. La desocupación, los llevó a los intelectuales a convertirse en artesanos, en comerciantes, en taxistas, en moto taxistas, etc., que disponen de sus propios medios de producción, no contratan obreros, o solo tienen uno o dos ayudantes. Su condición es semejante a la de los campesinos medios. En estos tiempos del imperialismo, un sector de la intelectualidad y los estudiantes por falta de centros de trabajo se desenvuelven para solucionar sus necesidades del hogar, como obreros, jornaleros, como cobradores de micros, como vendedores ambulantes, etc., lo que determina en su conciencia la necesidad de apoyar y participar en la revolución.

Los profesionales, conforman este sector de la clase de la pequeña burguesía, comprende profesionales de diversas especialidades, como médicos, abogados, catedráticos, profesores, enfermeros, ingenieros, técnicos, biólogos, artistas, etc., no explotan a otros, o lo hacen en pequeña medida; su condición es semejante a la de los artesanos.

Estos sectores de la pequeña burguesía, constituyen una inmensa cantidad de masas, a las que debemos ganarlos, y cuyos intereses debemos proteger, por que en general, pueden y deben sumarse a la revolución y apoyarla; y todos ellos, son muy buenos aliados del proletariado en la causa revolucionaria. Su debilidad reside en que algunos se dejan influir fácilmente por la burguesía, por eso, tenemos que preocuparnos en desenvolver entre ellos una labor de orientación, educación y persuasión revolucionaria en la lucha contra el imperialismo, contra las potencias imperialistas y principalmente contra el imperialismo yanqui, contra la reacción peruana y contra el revisionismo de todo tipo, haciéndolos actuantes en diferentes y diversos trabajos y formas de luchas populares y revolucionarias. Por tanto, la pequeña burguesía es una clase revolucionaria, es una fuerza motriz de la revolución democrática nacional peruana.

EL CAMPESINADO.

El campesinado, que constituye el 60% de la población total del Perú, es la fuerza principal de la economía nacional, y está diferenciado en tres categorías:

Primero, los campesinos ricos. Estos representan el 5% de la población rural del país, y se les denomina como burguesía rural. Los campesinos ricos del Perú, tienen una característica de dar en arriendo una parte de sus tierras, como también practican la usura y explotan sin piedad a los asalariados agrícolas, a los campesinos pobres que están a su servicio agrícola y doméstico. Esto determina a que tengan un carácter semifeudal en la política y en todos los mecanismos del poder local. Por lo común, participan en el trabajo físico, y es por este sentido que forman parte del campesinado. La forma de producción que representa, es decir, las relaciones de producción semifeudales que practica, será útil durante el desarrollo de la revolución democrática nacional principalmente en el campo, por que, tanto por el imperialismo yanqui y por el propio Estado peruano, es constreñido y no puede desarrollarse. Por esta característica, esta clase de campesinos ricos pueden contribuir en la lucha antiimperialista de las masas campesinas, y mantenerse neutrales en la lucha revolucionaria agraria contra los terratenientes. Como burguesía rural, sufren la opresión imperialista, y el Estado peruano los constriñe y tienen una serie de contradicciones con la clase terrateniente. De ahí, que tienen un doble carácter en el desarrollo de la revolución y además, no podemos identificarlos como a terratenientes, ni adoptar políticas prematuras y ligeras de eliminarlos, y el de no respetar sus bienes materiales e intereses.

Segundo, los campesinos medios. Los campesinos medios en el Perú, representan el 20% de la población rural. Por lo general no explotan a otros y se autoabastecen económicamente. Pueden lograr algún excedente en los años de buena cosecha, y, en algunos momentos emplean asalariados, o también prestan pequeñas sumas a intereses. Sufren la explotación del imperialismo y principalmente yanqui, de la gran burguesía compradora y burocrática y de la clase terrateniente. Están privados de derechos políticos; si uno que otro participa en las elecciones locales o regionales como candidatos, es dentro de la demagogia electorera y oportunista. Algunos no tienen suficiente tierra, y solo algunos campesinos medios acomodados disponen de un pequeño excedente de tierras. No solo pueden incorporarse a la revolución democrática popular, a la revolución antiimperialista y a la guerra agraria, sino también aceptar el socialismo. Por lo que, los campesinos medios en su totalidad son un aliado confiable del proletariado y una parte importante de las fuerzas motrices de la revolución peruana. Su actitud, por el desarrollo o en contra de la guerra popular, es uno de los factores decisivos para la victoria o la derrota de la causa revolucionaria, por lo que, el proletariado tiene que adoptar políticas correctas, concretas y objetivas en función al progreso y unidad revolucionaria. El campesino medio, es una fuerza importante y numerosa de las zonas rurales del Perú, por lo que, en la guerra agraria es erróneo descuidarlos y no tener una orientación política proletaria en relación a ellos.

Tercero, Los campesinos pobres. Los campesinos pobres y los asalariados agrícolas del país, representan el 75% de la población rural. Los campesinos pobres son las inmensas masas campesinas sin tierra o con muy poca tierra y de mala calidad; el campesinado agrícola, es el trabajador que vende su fuerza de trabajo y es la mayor fuerza motriz de la revolución peruana, el aliado natural y el más confiable del proletariado, y es el contingente principal de la revolución democrática nacional en el Perú. Los campesinos pobres y los medios, no pueden lograr su verdadera emancipación sin la dirección del proletariado. Así también el proletariado, solo formando una sólida alianza con el campesinado pobre y medio puede conducir a la revolución a la victoria: sino logra la alianza obrero-campesino, la victoria no será posible. El término campesino se refiere principalmente al campesino medio y pobre. Por tanto, la alianza obrero-campesino, está relacionado principalmente en organizar los trabajos revolucionarios con ellos. Al campesino rico, tratarlo con cuidado dentro de su carácter dual de burguesía rural. El avance o retroceso de las tareas revolucionarias en el campo, o en las zonas rurales, principalmente están determinados por la correcta o errónea política del Partido revolucionario en relación al campesino rico.

Las fuerzas progresistas se desarrollarán, las fuerzas motrices actuarán positivamente, cuando sabemos ganar a las fuerzas intermedias y sabemos aislar a las fuerzas recalcitrantes, explotando las contradicciones existentes en su seno, y cuando adoptemos políticas correctas en relación a cada una de ellas y principalmente en relación a la burguesía. No hay justificación, ni explicación que valga en las equivocaciones políticas en relación a las distintas clases sociales, cuando el Partido Comunista dirige una revolución democrática nacional en un país atrasado, con un carácter de colonia, semicolonia y semifeudal como el Perú.

EL PROLETARIADO.

En estos tiempos de imperialismo en el mundo, con una súper potencia hegemónica única de los yanquis, que desenvuelve el plan de globalización en el planeta, el proletariado peruano en las condiciones de un país colonia, es cada vez más explotado y esclavizado por un salario irrisorio, que solamente les alcanza para sobrevivir.

Los obreros que laboran en las grandes empresas monopolistas extranjeros y nacionales, están bajo leyes de disciplina burgués y antipopular, no hay derecho a huelgas y libertad de expresión, de organización, y están sometidos a las más estrictas necesidades de control y vigilancia para no hacer desórdenes en contra de los dueños de las empresas, y con el aval del Estado peruano, despedirlo si cometen infracciones a las leyes laborales impuestas por el imperialismo yanqui.

Los trabajadores asalariados de las pequeñas industrias, las industrias artesanas y el comercio en las diversas ramas de la economía nacional, no tienen estabilidad laboral, y trabajan más de diez horas diarias, y la jornada laboral es sumamente pisoteado, y el salario que ganan no alcanza a la canasta familiar; trabajan en lo que puedan y no hay un trabajo ni salario digno. Es un salario de hambre y miseria lo que afrontan cotidianamente. El proletariado rural, a los que también los denominamos como asalariados agrícolas en el campo, o en las zonas rurales y principalmente en la costa peruana, son los campesinos que venden su fuerza de trabajo, en los sembríos y cosechas de la caña de azúcar, espárragos, algodón, vid, etc., en la sierra, en las asociaciones ganaderas; en la selva en la explotación de la palma aceitera, en la explotación del café, de los cítricos, bananos, en la explotación de la madera y ganaderías, afrontan una situación crítica, y sufren métodos de explotación esclavista, permitidos y amparados por el sistema imperialista, y el Estado peruano. La profundización del capitalismo burocrático, se desenvuelve en nuestro país, teniendo como base social de penetración a los grandes terratenientes en la costa, sierra y selva. El capitalismo burocrático que se desenvuelve en los países atrasados, colonia, semicolonia y semifeudales, es el capital financiero de la oligarquía capitalista de las potencias imperialistas, y en el caso del Perú, es del imperialismo principalmente yanqui. Este capitalismo financiero, ha hecho que la mano de obra sea barata y masificado, por tanto, el proletariado en campo y ciudad, viven en condiciones cada vez más apremiantes e infrahumanas que antes.

El proletariado peruano en su conjunto representa una gran multitud de hombres decididos, convencidos de la necesidad de hacer la revolución democrática nacional y llevarla hasta el final, hasta la victoria.

La clase proletaria del Perú, está ligado con la forma de economía más avanzada del imperialismo en cada rama de la economía productiva, lo que le permite tener cualidades de un fuerte sentido de organización y de disciplina. Vende su fuerza de trabajo, su propia vida para enriquecer a los imperialistas, a los grandes burgueses y a los grandes terratenientes feudales. El proletariado, carece de medios de producción, por que es propiedad privada de los empresarios y terratenientes. El proletariado, cuando asume en sus manos las tareas de la revolución, son los más resueltos y los más consecuentes que el resto de las fuerzas motrices, por que sufre una triple opresión, del imperialismo yanqui, de los grandes burgueses y de los grandes terratenientes feudales. La crueldad y la intensidad de explotación que sufren son cada vez más brutales y formas esclavistas en pleno imperialismo.

El Perú, como colonia de los yanquis, no tiene independencia política, económica, militar, cultural, etc., en estas condiciones, el proletariado no tiene en el imperialismo ninguna esperanza de alcanzar mejores condiciones de vida, además no tiene apoyo, ni soluciones de parte del Estado peruano a las tantísimas necesidades que tienen como seres humanos, por lo tanto, el proletariado es la clase más revolucionaria, más consciente, más disciplinado y el más decidido por la transformación social de nuestro país mediante la guerra popular prolongada, dirigido por el Partido Comunista del Perú.

El proletariado, desde los fines del siglo XIX e inicios del siglo XX, con el desenvolvimiento del capitalismo burocrático en la escena económica y política de nuestro país, se torna como una clase, y en una organización clasista, fundando su propio Partido Comunista del Perú, con claras bases ideológicas y políticas marxistas-leninistas, y para dirigir una revolución. En 1980, después de 50 años de intensa lucha contra el revisionismo, inicia la lucha armada. Todos estos hechos de lucha, en toda la historia de vida contemporánea del Perú, hacen que esta clase del proletariado peruano, sea política e ideológicamente el más consciente del pueblo peruano.

Esta clase, está conformado por campesinos desposeídos, y tiene vínculos naturales con las grandes masas de campesinos medios y pobres, lo cual le permite desenvolver y desarrollar la alianza obrero-campesino. Además, es relativamente pequeño en comparación con el campesinado, es relativamente más joven en relación al proletariado de los países capitalistas. Su nivel de educación, es relativamente bajo en comparación con la educación de la burguesía; todas estas características, son debilidades del proletariado en el Perú. Pero, a pesar de todo ello, es la fuerza motriz, es la clase más revolucionaria y fundamental, más consciente, más disciplinado, con más espíritu de organización, y el más convencido de hacer la revolución hasta la victoria. Sin la dirección del Proletariado, la revolución peruana no podrá triunfar de ningún modo. Para ver esta verdad marxista, veamos en la guerrilla del 65, que no fue dirigido por un Partido Comunista, y la guerra revolucionaria del MRTA que fracasó en 1990; ambos fueron dirigidos por un movimiento revolucionario y no han logrado el triunfo. Si bien fueron luchas revolucionarias, pero, no hay capacidad de autocrítica y saber sacar lección de los errores cometidos, y afrontar las grandes dificultades de la revolución con unidad de pensamiento y de acción. De l980 al 92, si bien obtuvimos algunos éxitos en la revolución, pero la dirección central del Partido Comunista del Perú, no era proletaria, no era marxista-leninista-maoísta, por que había desviaciones revisionistas, dogmáticas, aventureras, con criterios protagónicos y pequeño burgueses, de esta manera desbocando en una nueva línea oportunista de derecha, revisionista y capitulacionista. De 1992 a 1999, en la dirección del Partido, prosigue una línea oportunista de derecha escisionista, revisionista y capitulacionista, lo que llevó a la revolución peruana a un fracaso temporal, por que esta dirección central, se ha puesto a la cola y al servicio del imperialismo yanqui, y al servicio del Estado peruano reaccionario. Debido a que el proletariado peruano asume su papel revolucionario, y que el Partido Comunista del Perú, marxista-leninista-maoísta asume su papel realmente revolucionario de 1999 para adelante, viene dirigiendo la revolución justa y correctamente, superando las dificultades existentes junto a la clase y el pueblo. En base al desarrollo del Frente Unido Democrático Revolucionario, de la revolución democrática nacional, el Partido Comunista del Perú, viene cumpliendo su tarea con resolución y convicción para lograr la victoria final, de conquistar el poder en todo el país, y asumir la revolución socialista en el Perú.

El proletariado peruano debe comprender, que aún siendo la clase más revolucionaria, con la más alta conciencia política y el mayor sentido de organización, no puede triunfar si solo se apoya en su propia fuerza. El proletariado en el Perú, para alcanzar la victoria tiene que organizar un frente unido democrático revolucionario, tanto en la guerra agraria y en la guerra de resistencia de la revolución democrática nacional, y unirse de acuerdo a las diferentes condiciones y circunstancias, con todas las clases y capas sociales, con todas las organizaciones que puedan participar en la revolución.

En el Perú, de todas las clases sociales existentes, el campesinado es el firme aliado de la clase obrera; la pequeña burguesía un aliado confiable; y la burguesía nacional y rural, un aliado en determinados períodos y circunstancias y hasta un momento determinado. Esta es, una de las leyes fundamentales comprobados por al historia de los movimientos revolucionarios de la historia contemporánea, y está siendo comprobado en el Perú, y por la historia de la revolución democrática nacional, que el Partido Comunista del Perú, marxista-leninista-maoísta, viene conduciendo la revolución desde 1980 a hoy.

EL LUMPENPROLETARIADO.

La condición política, económica, social y cultural de la sociedad peruana contemporánea actual, es producto del capitalismo burocrático sometido y condicionado a los intereses del imperialismo yanqui. Este capitalismo burocrático, desenvuelve la gran burguesía compradora y burocrática, pro-norteamericano, vende patria, capitulacionista y colaboracionista que jamás defienden los intereses de la nación y del pueblo peruano, es un blanco, un enemigo de la revolución peruana, y es el responsable de convertir a nuestra nación en colonia de los yanquis. El hecho militar, del auto golpe de Estado de 1992, y el hecho político de 1993, la nueva Constitución Política del país, demuestra que el Perú, semicolonia y semifeudal, se convierta en colonia en relación a los yanquis, y semicolonia y semifeudal en relación a las demás potencias imperialistas. En el Perú, también se desenvuelven como capitalismo burocrático, capitales financieros de las demás potencias imperialistas, que no son enemigos principales de la revolución peruana.

Este capitalismo burocrático pro-yanqui, es el responsable principalmente, para que en nuestra nación tanto en campo y ciudad aparezcan una gran cantidad de desempleados, sin lograr trabajo digno y llegan a no tener un medio decente de trabajo para ganarse el pan del día; muchos de ellos se ven obligados a recurrir a medios deshonestos; de ahí, la incrementación de los bandoleros, asaltantes, alcohólicos, drogadictos, pandilleros, pirañitas, prostitutas, mendigos, secuestradores, los numerosos personajes que se dedican a la superstición. Esta capa social son vacilantes, algunos de ellos se dejan comprar fácilmente por las fuerzas reaccionarias, y otros pueden unirse a la causa revolucionaria.

Carecen de espíritu constructivo, tienen una inclinación a la destrucción, a las malas costumbres y mala educación, y no tienen un espíritu de autocrítica y de construcción. Aquellos que se incorporan a la revolución, se convierten en difundir políticas de mercenarismo, oportunismo, mentalidad de insurrectos errantes, aventurerismo y del anarquismo en nuestras filas. Por todas estas actitudes y por experiencia partidaria en la revolución, el Partido tiene que organizar escuelas para reeducarlos, a la vez, tener cuidado de su sentido de destrucción, que en la práctica revolucionaria son perjudiciales por que cometen excesos, fuera de los principios políticos de unidad en el pensamiento y acción del Partido, y minan la disciplina interna y la unidad con el pueblo.

5. EL CARÁCTER DE LA REVOLUCION PERUANA.

Ya comprendemos la naturaleza de la sociedad peruana, es decir que es un país atrasado, un país subdesarrollado, un país del tercer mundo con características de ser colonia, semicolonia y semifeudal, donde se desenvuelve un capitalismo burocrático sometido y condicionado a los intereses principalmente del imperialismo yanqui. Teniendo esta comprensión, el Partido Comunista del Perú, está en condiciones para resolver todos los problemas concernientes a la revolución democrática nacional. También ya sabemos cuales son los enemigos principales, los blancos, las tareas y las fuerzas motrices de la revolución peruana. Todas estas cuestiones son los fundamentos básicos para la guerra popular en el Perú, en la presente etapa y en la revolución democrática nacional en su conjunto; todas estas cuestiones, dimanan de la naturaleza particular de la sociedad peruana contemporánea, de su característica propia del país. Comprendiendo todos estos problemas fundamentales, nos corresponde ahora entender la otra cuestión básica, el carácter de la revolución peruana.

Siendo el Perú, un país atrasado, subdesarrollado, un país del tercer mundo, colonia, semicolonia y semifeudal, la revolución que dirige el Partido Comunista del Perú, marxista-leninista-maoísta, es una revolución democrática burguesa, una revolución democrática nacional y no una revolución socialista proletaria, por que esto, corresponde a una revolución en países desarrollados, en países capitalistas, imperialistas.

Los enemigos principales, o los blancos de la guerra popular peruana son el imperialismo principalmente yanqui y las fuerzas feudales, y, que las tareas de la guerra popular del Perú consisten en derrocar a estos dos enemigos principales por medio de una revolución democrática nacional prolongada, que en esta revolución también la burguesía participa en ciertos períodos, y que incluso cuando la gran burguesía traiciona a la revolución pasando a ser enemigo y lo combate, el filo de la revolución sigue dirigido contra el imperialismo yanqui principalmente, y contra el feudalismo, y no contra el capitalismo y la propiedad privada capitalista en general, por que la guerra popular peruana en la presente etapa no es, por su carácter, socialista proletaria, sino es una revolución democrática burguesa de nuevo tipo bajo la dirección del proletariado peruano.

La revolución democrático burguesa en el Perú, es una revolución democrática nacional y es el tipo de revolución que se desarrolla en todas las colonias y semicolonias y semifeudales, en los países subdesarrollados, donde el capitalismo no se desarrolló, por que la clase terrateniente sirviéndose de base social para la penetración de capitales imperialistas, los oprimen y los constriñen, formando así un capitalismo burocrático controlado y sometido por el imperialismo, y en el caso del Perú, sometidos a los intereses del imperialismo principalmente yanqui. En estas condiciones la burguesía, participa democráticamente, por lo que también se denomina Revolución de Nueva Democracia, con programas de nueva política, nueva economía y nueva cultura.

La revolución de nueva democracia, que se desenvuelve en el Perú, se opone resueltamente al imperialismo y en primer término al norteamericano, este, es el tipo de revolución que el Partido Comunista del Perú, marxista-leninista-maoísta está desarrollando, y por estas características particulares forma parte de la revolución socialista proletaria mundial.

En lo político, el Partido Comunista del Perú, marxista-leninista-maoísta, con la revolución de Nueva Democracia, se propone desenvolver la dictadura democrática popular, que es dictadura de las diversas clases revolucionarias contra los imperialistas, los colaboracionistas, los vende patrias recalcitrantes y reaccionarios, contra la dictadura de los grandes burgueses y terratenientes feudales; es una dictadura que se aplica contra todos los enemigos de la revolución, de la nación peruana y el pueblo peruano. Mientras que con el pueblo revolucionario, con las clases sociales revolucionarias y las capas sociales revolucionarias no se aplica dictadura, sino democracia popular y proletaria.

En lo económico, tiene como propósito nacionalizar el gran capital y las grandes empresas de los imperialistas yanquis principalmente, de los colaboracionistas, vende patrias y distribuir la tierra de los grandes terratenientes feudales convertidos en gran burguesía, responsables en nuestro país de la penetración de las empresas agrícolas multinacionales norteamericanos; distribuir la tierra a los campesinos medios y principalmente pobres. También es nuestra política económica, conservar las empresas capitalistas privadas en general y no eliminar la economía de los campesinos ricos.

La característica de la revolución democrática nacional, de la revolución democrática burguesa de nuevo tipo es, aunque por un lado, desbroza y condiciona el camino para el capitalismo, por el otro crea las premisas para el desarrollo del socialismo. Es por ello, que la burguesía no es un enemigo principal, no es un blanco de la revolución en nuestro país.

La presente etapa de la guerra popular en el Perú, es una etapa de transición cuyo objetivo consiste en poner fin a la sociedad colonial, semicolonial y semifeudal y preparar con la participación y apoyo de la burguesía, las condiciones para la edificación de la sociedad socialista, es decir, ese es el proceso de una revolución de Nueva Democracia, o de una revolución democrática nacional, o de una revolución democrática burguesa de nuevo tipo en los países subdesarrollados. Este proceso empezó solo después de la primera guerra mundial en 1914, y del triunfo de la revolución rusa el 1917.

Por revolución de nueva democracia se entiende, una revolución antiimperialista y antifeudal, de las grandes masas populares, donde también apoya y participa la burguesía, la burguesía nacional bajo la dirección del proletariado. Solo a través de una revolución semejante puede la sociedad peruana avanzar hasta el socialismo; no hay otro camino, no hay otro mejor camino.

La revolución de nueva democracia, es muy diferente de las revoluciones democráticas que tuvieron lugar en los países de Europa y Norte América. Es muy diferente por las siguientes razones: estas revoluciones democráticas, fueron desenvueltas antes de la primera guerra mundial; fueron revoluciones democráticas burguesas, por que la clase dirigente fue la propia burguesía que se desarrollaron en el vientre de la feudalidad de los imperios europeos y Norte América. La burguesía para desarrollarse y construir una sociedad capitalista, tenía que hacer una revolución democrática burguesa contra la clase terrateniente feudal, que estaba en el poder del Estado. De esta manera, el triunfo de la revolución democrática burguesa, conduce a una dictadura burguesa, y resuelve el problema de la nación feudal en capitalista, y resuelve el problema de la tierra. El aliado principal de la burguesía en la revolución democrática burguesa es el campesinado, por ello es que se resuelve el problema de la tierra, el problema del campesino en primer orden.

Después de la primera guerra mundial de 1914 a 1918, y después del triunfo de la revolución rusa en 1917, esa burguesía que era progresista y revolucionaria, se convierte en retrógrada, reaccionaria y contrarrevolucionaria.

La revolución de nueva democracia, solo pueden desarrollarse en países colonias, semicolonias y semifeudales; en los países del tercer mundo, menos en países capitalistas, imperialistas por que en los países capitalistas, se desarrollan las revoluciones socialistas donde el blanco principal, el enemigo principal es la burguesía capitalista, imperialista.

La revolución de Nueva Democracia, es dirigida por el proletariado a través de su Partido Comunista. La burguesía ya no es clase dirigente; puede apoyar y participar en ciertos períodos de la revolución. Otra cuestión fundamental, es que, la revolución de Nueva Democracia, conduce a la dictadura democrática popular, a la dictadura de frente unido de las diversas clases revolucionarias bajo la dirección del proletariado.

En el Perú, en la revolución democrática popular, en la guerra agraria, en las bases de apoyo revolucionario, dirigidos por el Partido Comunista del Perú, marxista-leninista-maoísta, es el Poder del Frente Unido Democrático Popular, no es una dictadura sola del proletariado, sino una dictadura conjunta de las diversas clases revolucionarias bajo la dirección del proletariado. Todos los que están a favor de la revolución de Nueva Democracia, tienen derecho a participar en este Poder Democrático Popular, sean cuales fueran las clases, los partidos o grupos políticos a las que pertenezcan.

La revolución de Nueva Democracia, también se diferencia de la revolución socialista, por que procura derrocar la dominación de los imperialistas y principalmente yanqui; de los colaboracionistas y de los vende patrias reaccionarios peruanos; de los grandes terratenientes feudales empedernidos y colaboracionistas principalmente pronorteamericanos, pero no elimina a ningún sector del capitalismo que pueda contribuir en la revolución democrática nacional antiimperialista y antifeudal.

En los países capitalistas, en el sistema capitalista donde existen países subdesarrollados, como colonias, semicolonias y semifeudales, el llamado “sistema democrático”, está en lo general monopolizado por la burguesía y se ha convertido simplemente en un instrumento de dominio, de sometimiento, de chantaje, de opresión y explotación contra la gente sencilla, contra las grandes masas populares; y de parte de los países imperialistas, para someter, dominar, para chantajear, para explotar y oprimir a los países subdesarrollados. El llamado “sistema democrático”, es utilizado por el imperialismo, como un instrumento para pisotear la soberanía nacional de todos los países oprimidos, y para este objetivo han generado organizaciones títeres como la ONU, OEA, FMI, BM, BID, OMC, OTAN, etc.

Por el contrario, el sistema democrático, que se quiere conquistar con la revolución democrática nacional, es un bien común para toda la nación peruana y el pueblo peruano, y no se permite que sea propiedad exclusiva de unos pocos, o de una sola clase, sino de todas las clases revolucionarias bajo la dirección del Partido Comunista.

También es necesario recalcar, que todas las empresas, pertenecientes a peruanos o extranjeros, que tengan carácter monopolista, tales como bancos, ferrocarriles, líneas aéreas, empresas monopolistas mineras pesqueras, puertos, etc., serán administradas por el Estado naciente, con el fin de que el capital privado monopolista, no pueda dominar la vida material del pueblo peruano. Otra cuestión fundamental en la revolución peruana, es poner en práctica el principio básico de la política interior y exterior del Partido. Esto significa, que en política interior cumplamos con la revolución democrática nacional, donde participe la burguesía en la lucha antiimperialista principalmente yanqui, y antifeudal, y conquistemos el poder en todo el país para la clase y el pueblo peruano. En política exterior significa, despertar al proletariado internacional, a las masas populares y unirnos en la lucha común con las naciones del mundo, por un mundo nuevo, por el socialismo; y hoy, nuestro Partido Comunista del Perú, marxista-leninista-maoísta, está dispuesto a luchar por su completa realización. Debemos y tenemos el deber, de hacer alianza con los países que desenvuelven luchas de liberación nacional antiimperialista y principalmente yanqui; alianza con los Partidos Comunistas; ayuda a los campesinos y obreros de otras naciones, y pueblos del mundo, en la educación ideológica y política proletaria, el marxismo-leninismo y principalmente maoísta. Esta política exterior, es imposible cumplir y que sea una realidad práctica, cuando nuestra política es errónea en relación a la burguesía. Si nuestra política es correcta en relación a la burguesía, en la política exterior, por más el imperialismo quiera imponer un cerco económico internacional, estaremos preparados y en condiciones de soportar y vencer revolucionariamente todas las dificultades en defensa de la nación naciente y el pueblo peruano, y generar las condiciones para el posterior desarrollo del socialismo peruano.

En la política interna y externa, nuestro avance y desarrollo o retroceso, está determinado por la política correcta o errónea en relación a la burguesía en la revolución democrática nacional del Perú.

En las nuevas condiciones políticas internacionales y nacionales, difíciles y complejas, no debemos apartarnos de nuestras políticas internas nacionales, y externas internacionalistas. No aplicar como corresponde, es política no revolucionaria. De esta manera, en la revolución democrática burguesa de nuevo tipo del Perú, no se puede ignorar el papel del proletariado y del campesinado, y demás sectores de la pequeña burguesía; no se puede ignorar la formación del Frente Unido Democrático Revolucionario, ni se puede ignorar la construcción del poder popular.

Quienes tratan de dejar al margen estas cuestiones políticas del Partido, no podrán resolver el problema del destino de la nación peruana, ni ningún otro problema del país, además, los objetivos de la política interna y externa no se pueden lograr, cuando nuestra política es errónea en relación a la burguesía. Esto es vital, en el proceso de la revolución democrático nacional.

La República Democrática, que ha de crearse en la presente etapa de la revolución, tiene que ser, en la que los obreros y los campesinos, y demás sectores de la pequeña burguesía, tengan en ella la verdadera emancipación; y asuman inmediatamente, el papel que les corresponden en la construcción del socialismo. En otras palabras, debe ser una República Democrática, basada sobre la alianza revolucionaria de la clase obrera, el campesinado y la pequeña burguesía urbana y rural, y otros elementos antiimperialistas y antifeudales. Solo con la dirección del proletariado, es posible establecer cabalmente una República de esta índole, como producto de la conquista del poder, después de una guerra popular democrática prolongada y triunfante.

6. LAS PERSPECTIVAS DE LA REVOLUCION PERUANA.

Se han aclarado las cuestiones básicas, sobre la naturaleza de la sociedad peruana contemporánea, los blancos, las tareas, las fuerzas motrices y el carácter de la revolución democrática nacional en esta parte de la guerra agraria, y la posterior segunda parte que es la guerra de resistencia. También es urgente comprender, el problema de las perspectivas de la revolución peruana, es decir, el problema de la relación entre la revolución democrática burguesa de nuevo tipo y la revolución socialista proletaria.

La revolución del Perú, en la etapa actual no es del viejo tipo, antigua, sino que es una revolución democrática burguesa de nuevo tipo, particular, peruana y al estilo peruano, una revolución de nueva democracia. Una revolución peruana, que se desarrolla en una nueva situación internacional del siglo XXI, en tiempos de la globalización, política de colonizar el mundo, en los tiempos del Tratado de Libre Comercio, en que el imperialismo principalmente yanqui es hegemónica única en el mundo, y encabeza la ofensiva general imperialista en contra de la revolución proletaria mundial, caracterizada por el repliegue de la revolución proletaria mundial, y en una época donde se desenvuelve guerras de rapiña y de agresión imperialista en el Medio Oriente por el dominio del petróleo y el gas, como preámbulo de una tercera guerra mundial, en un período de luchas de liberación nacional y antiimperialista, principalmente en el Medio Oriente, también en América del Sur, y luchas reivindicativas en el mundo principalmente con políticas de repudio al imperialismo yanqui, por su política de agresión parasitaria y monopolista, por su política militar fascista, guerrerista y genocida mundial. En estas condiciones objetivas, es sin duda de que la perspectiva final de la revolución peruana no es seguir como colonia, semicolonia y semifeudal del imperialismo principalmente yanqui, sino conquistar el poder, el socialismo y el comunismo.

En esta etapa de la revolución peruana, nos proponemos terminar con la condición de colonia, semicolonia y semifeudal de la sociedad peruana contemporánea actual, o sea, luchar por la realización completa de la revolución democrática nacional, donde, y no es para sorprenderse, que la economía capitalista se desarrolle en cierta medida después del triunfo de la revolución, por que, la revolución de Nueva Democracia habrá barrido los obstáculos para el desarrollo del capitalismo en la nueva sociedad peruana, ésta, es un resultado inevitable después de la victoria de la revolución democrática burguesa de nuevo tipo en el Perú, país económicamente atrasado, donde se tendrá que desarrollar en cierta medida el capitalismo. Pero, esto será uno de los resultados y no todos. En concreto, sus resultados serán el desarrollo tanto de elementos del capitalismo, como de elementos del socialismo, y aquí, lo principal y directriz son los elementos del socialismo por el creciente peso específico y fundamental del proletariado y del Partido Comunista, entre las fuerzas políticas revolucionarias del país, la hegemonía del proletariado y del Partido Comunista, reconocida, o susceptible a ser reconocida por el campesinado, la intelectualidad, la pequeña burguesía urbana y rural, por la burguesía nacional, y el sector estatal de la economía de la República Democrática y el sector Cooperativo, pertenecientes al pueblo trabajador. Todos estos son elementos del socialismo, como también la solución del problema de la nación y el problema de la tierra. El primer beneficiado en el socialismo, es el campesinado. Otro elemento del socialismo, es la industrialización del campo, de las amplias zonas rurales. Además, la situación política internacional es favorable para el desarrollo de la revolución de Nueva Democracia, y que esta derrotará y evitará el camino capitalista en nuestro país, e inevitablemente se logrará el triunfo del socialismo sobre el capitalismo. Teniendo en cuenta la restauración del capitalismo en Rusia y China, sacar seriamente lección de estos fracasos, de estos hechos políticos y militares, por que son problemas de ideología, de política, de economía y cultura proletaria en la lucha contra el capitalismo, por lo que, la tarea de primer orden y constante es el de luchar con firmeza y decisión contra el revisionismo, en todos los niveles del Partido, del ejército, y en el poder del Estado, de manera concéntrica, con centralismo democrático y una correcta y firme aplicación de la dictadura democrática popular y principalmente de la dictadura proletaria en defensa del socialismo, en la lucha incesante y constante por la construcción y desarrollo del socialismo en contra del capitalismo.

En concreto, las perspectivas de la revolución peruana significa, la relación entre la revolución democrática nacional y la revolución socialista proletaria, la relación entre la presente etapa de la revolución y la futura revolución socialista; comprenderlas y concretarlas flexible y específicamente pese a los fracasos y reveses, propias de una revolución popular y proletaria, es el deber y obligación de los comunistas del Partido Comunista del Perú.

7. LA DOBLE TAREA DE LA REVOLUCION PERUANA Y EL PARTIDO COMUNISTA DEL PERU.

La revolución peruana, considerada en su conjunto, tiene una doble tarea. Comprende una revolución democrático burguesa, o una revolución de nueva democracia y una revolución socialista proletaria; la revolución de la presente etapa y de la futura etapa. En el cumplimiento de esta doble tarea revolucionaria, la dirección incumbe al Partido Comunista del Perú, Partido del proletariado peruano; sin su dirección del Partido Comunista, ninguna revolución puede triunfar, ni la revolución democrática nacional, ni la revolución socialista proletaria. La primera tarea, es dar cima a la revolución democrática burguesa, o revolución de Nueva Democracia, o revolución democrática nacional, y cuando estén dadas las condiciones transformarla en una revolución socialista ininterrumpidamente, ésta, es su segunda tarea. Estas, son sus tareas revolucionarias del Partido Comunista del Perú. Todos los miembros del Partido, deben luchar por su cumplimiento y en ningún caso dejarlo a medio camino. Dejarla a medio camino, sería no continuar con la revolución socialista, después del triunfo de la revolución de Nueva Democracia. Algunos militantes políticamente inmaduros piensan que nuestra tarea se limita solo a la actual revolución democrática nacional y no toman en cuenta que la futura revolución socialista también es nuestra tarea. También piensan que la presente revolución democrática nacional ya es socialista, o que, la actual revolución agraria ya es la revolución socialista. Hay que plantear que estos puntos de vista son erróneos y no corresponden a la realidad. Todos los comunistas, tienen que saber que, tomando en su conjunto el movimiento revolucionario peruano, dirigido por el Partido Comunista del Perú, marxista-leninista-maoísta, abarca dos etapas: la revolución de Nueva Democracia y la Socialista. Se trata de dos procesos revolucionarios cualitativamente distintos, pero, que se relacionan y tienen interdependencia, y que, solo cuando se triunfa en la revolución de Nueva Democracia, que es la primera tarea, se puede pasar a la segunda tarea, la revolución Socialista. No hay revolución socialista, sin el triunfo del primero. La revolución de Nueva Democracia, es la preparación necesaria para la revolución socialista, y la revolución socialista es la continuación inmediata e inevitable de la revolución de Nueva Democracia.

El objetivo final por el cual luchan todos los comunistas, es la instauración definitiva de la sociedad socialista y de la sociedad comunista. Solo comprendiendo, tanto las diferencias como las interconexiones entre la revolución democrática y la revolución socialista, podremos dirigir, la revolución peruana correctamente hasta el comunismo.

En el Perú, fuera del Partido Comunista del Perú, marxista-leninista-maoísta, ningún otro Partido burgués o pequeño burgués, está a la altura de la tarea de dirigir la revolución hasta el triunfo, las dos grandes tareas revolucionarias del Perú, la de la Nueva Democracia y la socialista. Desde su misma fundación el PCP, m-l-m, ha tomado en sus manos esta doble tarea, y durante los 26 años de guerra popular democrática, y durante todo el tiempo prolongado de la revolución democrática nacional, hasta consumar las dos tareas, se luchará arduamente y conscientemente por su cumplimiento.

Esta es una tarea del proletariado peruano, gloriosa e histórica, pero al mismo tiempo muy dura, compleja y difícil. Será imposible cumplirla sin un Partido Comunista del Perú, consolidado que abarque todo el país, tenga un amplio carácter de masas y esté plenamente consolidado en los terrenos ideológico, político y organizativo. Para esto, hay que estudiar siempre, y sacar lecciones de los errores cometidos del proceso de las guerras revolucionarias del proletariado en su conjunto; de la historia de la dirección de la revolución agraria en el Perú, y de la historia del Partido desde su fundación, y principalmente del inicio de la lucha armada de 1980 a hoy. Por lo tanto, es el deber de cada comunista, tomar parte activa, esforzada y estricta vigilancia política y militar, en la construcción del Partido Comunista del Perú, marxista-leninista-maoísta, consolidada en los terrenos ideológico, político y organizativo.

PARTIDO COMUNISTA DEL PERU,
MARXISTA-LENINISTA-MAOISTA.
COMITÉ DE DIRECCIÓN.