En este aniversario de su fecunda existencia sembrando perseverante lucha, audacia, convencimiento en la causa de la emancipación de los oprimidos, reciba nuestras felicitaciones.
Ningún significado tendría un cumpleaños si nada se hubiese hecho por la vida y por la humanidad. Pero en el caso de Fidel, la vida ha sido creatividad y acción permanente construyendo la fe en la causa de los explotados. Por todo ello, con la emoción constante que ha brindado cada gesta de la revolución, celebramos la bondad y la entrega del valeroso hijo de Mayarí y de su pueblo, que tanta esperanza han dado con su ejemplo a quienes bregan por el decoro de la América Nuestra.
Celebrar el cumpleaños del camarada es relievar la permanencia de la libertad y honor que resplandecen en la mayor de las Antillas; es festejar sus conquistas sociales, los ideales que sostienen millones de almas que marchan por la senda de la construcción comunista. Y este festejo lo hacemos con un canto de esperanza en la paz, desde la olvidada tierra comunera que hoy se encuentra mancillada por un gobierno narco-paramilitar, el de Álvaro Uribe Vélez, el Presidente mafioso que ha desangrado la patria y sembrado de millares de fosas comunes, con cadáveres de inocentes, su sagrado suelo, entregándolo ahora al imperio yanqui para que en él se instalen bases militares para la recolonización del continente y la agresión al proyecto bolivariano de emancipación.
Las FARC-EP rinden homenaje a una historia de lucha inclaudicable con el compromiso de mantener el combate por la justicia social, con la absoluta determinación de entregarlo todo hasta la victoria o hasta la muerte.
Como dice el viejo adagio del Libro de las Odas, "El ave canta buscando el eco de sus amigos." Y así estamos, con el ejemplo del Comandante activando con los mejores sentimientos de su corazón nuevas explosiones para derrocar Moncadas y tiranías…, y todas las infamias de los que clavan puñales a nuestro destino, convencidos de que la isla de Martí será siempre bastión de solidaridad con los pueblos que luchan por su liberación.
Fuerte abrazo le damos con la certeza de que “los pueblos pueden resistir y ser portadores de los principios más sagrados de la sociedad humana”. Con el fuego de nuestra admiración, con la sangre y el amor de nuestros combatientes, brindamos por la definitiva independencia, por la Patria Grande y el socialismo, y por los sagrados sueños de Marulanda, de Bolívar y Martí.