Declaración del MIR ante la detención de un grupo de compañeros miristas en Brasil

DECLARACION DEL MIR

Al pueblo de Chile
A la solidaridad internacional con la lucha del pueblo chileno
A nuestras organizaciones hermanas
A los simpatizantes y colaboradores
A los militantes del MIR

Ante la detención de un grupo de compañeros miristas en Brasil y ante la necesidad de diferenciar claramente la acción por la cual están siendo procesados, de un delito común motivado por el lucro personal, tergiversación sostenida por el Gobierno chileno y la policía de Sao Paulo, en Brasil y profusamente transmitida por la prensa de ambos países, declaramos lo siguiente:

1. El Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) de Chile, es una organización político-militar, que desde 1965 hace un aporte, a través de distintas expresiones políticas, sociales, culturales y armadas, a la construcción del proyecto histórico multiétnico e internacionalista de liberación del pueblo chileno. El MIR hunde sus raíces en la historia de resistencia, rebeldía y lucha de los sectores populares de nuestro país, y se proyecta en el presente como una matriz cultural que nutre a diversas organizaciones políticas y sociales, nacional e internacionalmente.

El MIR trabaja por la organización independiente del conjunto de los trabajadores, de los pobres del campo y la ciudad, de los marginados, los excluidos, los explotados y los oprimidos por un orden social injusto, impuesto a sangre y fuego por los dueños del poder y la riqueza; El MIR trabaja por convertir esa organización en fuerza, y esa fuerza en poder para los trabajadores.

El Ejército Guerrillero de los Pobres-Patria Libre (EGP-PL) es una expresión orgánica del MIR chileno, y representa la continuidad de una línea de acumulación de fuerzas, estratégica para el proyecto revolucionario, dada la ubicación geopolítica de nuestro país así como el carácter de nuestras clases dominantes y sus FF.AA. El MIR mantiene y mantendrá su estructura político-militar mientras impere el sistema capitalista en Chile y mientras el poder no haya sido efectivamente conquistado por los trabajadores, la defensa de cuyos intereses seguirá siendo nuestra única causa de existencia.

No consideramos que la lucha armada o militar esté a la orden del día en nuestro país ni la promovemos como método de lucha para el actual período. Por el contrario, nuestro principal foco de construcción hoy día es el trabajo político, de propaganda, de agitación, de organización y movilización en el seno del pueblo.

2. Los compañeros Alfredo Canales Moreno y Marco Rodríguez Ortega son militantes del MIR e integrantes del EGP-PL, destinados a tareas internacionalistas de nuestra organización. Los compañeros colombianos William Gaona y Marta Urrego, así como la compañera española Karina López, simpatizan con el MIR y prestan apoyos puntuales a nuestra organización, sin ser militantes.

Nuestros compañeros, junto a Mauricio Hernández Norambuena, militante histórico del Frente Patriótico Manuel Rodriguez (FPMR), han sido tomados prisioneros en Brasil, al ser vinculados indirectamente y en su fase final, con una acción partidaria que en nada está emparentada con la delincuencia propia de los grandes ladrones y usurpadores del sistema. Una acción política, necesaria y compleja, pues para nosotros el sufrimiento humano no hace parte de nuestras utopías.

Los compañeros responsables directos de la tarea se encuentran seguros y a salvo de la persecución de la policía brasileña, servil en todo momento al mandato de la policía política chilena, al punto de inventar pruebas y articular sus acusaciones sobre la pauta entregada por sus pares chilenos.

No es efectivo que la policía brasileña o la chilena estén en condiciones de desencriptar nuestros archivos computacionales, así como es artificioso vincular en este proceso a compañeros chilenos que por causa de la "justicia" imperante en nuestro país, hasta el día de hoy, deben vivir en el exilio y la clandestinidad. Añoran estos policías los viejos tiempos de la Operación Cóndor, cuando impunemente se perseguía, encarcelaba, torturaba y asesinaba a los revolucionarios de todo el continente.

3. El MIR sólo expropia a aquellos que se han enriquecido con el trabajo de otros, directa o indirectamente. Aquellos pocos explotadores que gozan de los beneficios del poder y la riqueza mientras millones se debaten en la miseria y la pobreza. Aunque se juren progresistas, nada diferencia a estos explotadores de aquellos otros que amparan y financian escuadrones de la muerte; de aquellos que apoyan golpes militares y medidas brutalmente represivas contra los pobres, cuando la miseria intolerable que ellos mismos provocan impulsa a los pueblos a la rebeldía, se exprese esta en movimientos
sociales, rebeliones populares, lucha revolucionaria e incluso en la extensión cada vez mayor de la delincuencia social.

Nosotros no damos explicaciones a las clases dominantes de Chile ni pretendemos obtener un certificado de buena conducta por parte de ellas. El mismo torpe Gobierno que aplaude el encarcelamiento de nuestros compañeros, así como los partidos que lo sostienen, se han venido financiando y enriqueciendo con el robo a todos los chilenos a través del usufructo en beneficio propio del aparato estatal.
Como ejemplos, los fraudes de INDAP, la Refinería de Petróleos de Con-Con, Banco del Estado, DIPRECA, Comisión del Retorno,"indemnizaciones" y "bonos" millonarios para ejecutivos concertacionistas; fraudes, desfalcos,"licitaciones", privatizaciones y malversaciones diversas: con la CDU alemana y DC italiana; fondos secretos del BBVA y ENDESA-España; ONGs CEPROMA e ICATEL, etc.

En el caso de la derecha política, económica y militar, basta recordar que su actual líder está involucrado en una millonaria malversación de fondos en CODELCO y en un fraude en la Universidad del Desarrollo. Ni siquiera vale la pena intentar enumerar todas las acciones criminales a través de las cuales la derecha ha cimentado su poder en nuestro país, que van desde el genocidio hasta el tráfico de drogas.

4. El Gobierno de Chile, y la prensa nacional e internacional que le sirve de coro, expresan la brutalidad de su clasismo al calificar a nuestros compañeros de delincuentes comunes. Delincuentes comunes no movilizan a la policía política; no interrumpen las vacaciones del Presidente; no afectan las relaciones bilaterales del país ni descoordinan a los ministerios de Interior y Relaciones Exteriores.

El Gobierno de Chile no soporta ni quiere saber que a pesar de la represión subterránea de estos diez años y sus políticas de aniquilamiento; de los más de 30 militantes de la izquierda revolucionaria muertos en el mismo período; de los cerca de 400 revolucionarios que han pasado por las cárceles de la democracia y de los cerca de 50 prisioneros políticos actualmente recluidos -sin contar a los prisioneros políticos mapuche-, nuestras organizaciones han seguido existiendo y, aprendiendo de los errores cometidos y reflexionando sobre la experiencia pasada, se nutren hoy de un nuevo contingente de luchadores sociales. Es intolerable para este gobierno, que se quiere diferenciar a toda costa del resto de los países latinoamericanos, reconocer que hoy, en Chile, habemos quienes no sólo no participamos del consenso neoliberal, sino que además, nos organizamos para combatirlo.

5. Por último, hacemos un llamado a solidarizar con nuestros compañeros prisioneros en las cárceles del Brasil.

Frente a la abierta intervención norteamericana en el continente, sea a través del ALCA; de Naciones Unidas contra Cuba; del FMI contra Argentina; del Plan Colombia o de la CIA en Venezuela, reivindicamos el internacionalismo del CHE y nuestra propia experiencia histórica como MIR,en lo que fue la Junta Coordinadora Revolucionaria del Cono Sur (JCR) y nuestra participación como organización en casi todas las experiencias de lucha popular en el continente.

Ninguna consideración de orden "táctico" es justificable para desconocer la calidad de prisioneros políticos de nuestros compañeros, menos para quienes vienen denunciando el carácter que ha tomado el proceso político chileno o la profundización de la crisis a escala regional en América Latina.

Nuestros compañeros no se esconden cobardemente como los antiguos represores de las dictaduras latinoamericanas, ni han escogido un cómodo escritorio para escribir sus memorias. Menos, se unen al coro de los ex-luchadores y oportunistas que hoy legitiman cada injusticia que provocan las democracias neoliberales. Sea aquí en Chile, en Brasil o en otros países junto a organizaciones hermanas, nuestros compañeros se encuentran luchando por poner como verdad en la historia de Chile y del continente la revolución de los excluidos del sistema.

Sueñan febrilmente y abrigan esperanzas inútiles quienes piensan que
nuestros compañeros están solos, quienes creen por sólo un momento que no estamos dispuestos a defender sus vidas y su libertad con las nuestras si es necesario.

Con la Experiencia
Con la Juventud
Con la Fuerza y con la Unidad

MOVIMIENTO DE IZQUIERDA REVOLUCIONARIA

Santiago de Chile, Mayo de 2002.