Aniversario del natalicio de Mao Tse-Tung

DICIEMBRE-2009

ANIVERSARIO DEL NATALICIO DE MAO TSE-TUNG

Vivimos tiempos difíciles.

El imperialismo se muestra cada vez más violento y sanguinario. El discurso de sus dirigentes –en contraposición a sus actos- pretendía difundir la idea de nuevos tiempos, de cambios, sin embargo no fueron sino alocuciones huecas que intencionaban un mensaje político “flexible” hacia los inmigrantes (EEUU), tener un nuevo ordenamiento en temas inherentes a los Derechos Humanos, la “pretensión” de cerrar Guantánamo, “salir” de Irak y Afganistán. Desde luego, no fue sino demagogia.

Por otro lado potencias como Rusia, Alemania, Italia, China, Irán, ensayan mostrarse ante los pueblos del mundo con una posición “blanda”, participativa, una “faz” del capitalismo que sugiere estar ajeno a la voracidad imperialista. Sin embargo sus desafueros por reordenar la división internacional del trabajo y reestructurar el mapa geopolítico del planeta los revela. Su complicidad o pusilanimidad respecto de la horrorosa e imperdonable agresión imperialista a Afganistán, Irak y otros pueblos del mundo los convierte en cómplices activos con sus conciencias y manos manchadas con la sangre de los pueblos.

El revisionismo arrecia. Tiene apoyo del imperialismo, cumple con su papel estratégico de convertirse en la última línea de defensa del capitalismo y todas sus manifestaciones. En Nepal hizo lo suyo. Sin embargo es cosa de tiempo y de lucha para revertir la situación política y ahogar en su propia sangre los ilusos sueños de haber pretendido “neutralizar” la Revolución Popular en ese país.

En América Latina las cosas no son diferentes.

Ante la decidida demanda de la arpía rapaz estadounidense de “recuperar” sus espacios perdidos frente a la consolidación del capital alemán, ruso, chino, ha desatado un orden de contradicciones no antagónicas entre quienes defienden esas trincheras vivificando el posicionamiento de corrientes divergentes e inscritas en la misma cara de la moneda: regímenes pro imperialistas y otros contestatarios con sedimentos izquierdistas, revisionistas que abiertamente alimentan antagonismos irreconciliables con la “otra cara de la moneda”, pueblos y masas explotadas, hambrientas, desocupadas, engañadas pero ávidas de Poder.

La contrapropuesta capitalista se fragua en el afán de potenciar la oferta restauradora, revisionista y oportunista de la izquierda totalmente ajena a los intereses del proletariado y del pueblo latinoamericano.

Ser socialistas o comunistas desde la melindrosa y/o abierta defensa del capitalismo es una aberración sin nombre que solo puede estar sostenida por aquellos que aun creen y difunden la idea de que con la reforma o la vía electoral presidencial, parlamentaria o constitucionalista se pueden establecer los cambios estructurales que demandan nuestros pueblos para dar alumbramiento a un nueva sociedad, al Nuevo Poder. Pero la audacia, la osadía y la brutalidad van más allá, el revisionismo, los negadores del comunismo, los no comunistas pretenden organizarse, auparse, sí, en una “Internacional Comunista”. Es obvio, lo quieren todo. Sueñan despiertos.

Con esas diatribas absurdas, tan desatinado como pensar que en Uruguay porque gana las elecciones un “ex guerrillero amaestrado”, domesticado, las masas están más próximas al Poder. O pensar que al haber ganado una vez más las elecciones Evo Morales se desnaturaliza la esencia del capitalismo y de la feudalidad en la dolida Bolivia.

¿Tontos?, ¿bribones?, ¿audaces? Quienes plantean esas alternativas de pronto son un híbrido, una conjunción ecléctica de estas tres manifestaciones, aunque hay que reconocer que la tendencia va por el lado de la audacia porque se juegan la responsabilidad de poner a flote un modo y relaciones de producción que se debate por seguir subsistiendo después de algunos siglos y que nutrido desde las entrañas de la feudalidad transita en medio del capitalismo en sostenidos procesos de alternatividad gubernamental entre las distintas expresiones de Poder, unas compradoras, otras burocráticas, mientras el revisionismo se vuelca en boya de salvación de una estructura económica destina inevitablemente a desaparecer bajo el fuego de la Guerra Popular y el erguimiento de la Dictadura del Proletariado.

Vivimos tiempos difíciles. El escenario internacional es complejo. El escenario nacional no lo es menos.

El régimen burocrático de Correa sostenido por lo más recalcitrante del revisionismo ecuatoriano, potenciado inclusive por una inagotable lista de seudo guerrilleros y revolucionarios igual de adiestrados que hoy reniegan de la Lucha Armada y que parasitan en el aparato burocrático del Estado que es donde se reproducen tratan de “vendernos” la idea de la Revolución Ciudadana que lleva una carga de reforma, fascismo y capitalismo solapado.

Hoy gobierna el Ecuador o administra el viejo estado el revisionismo. Tiene pugna con la burguesía compradora, pero no va más allá del factor administrativo.

Sin embargo, en medio de todas esas complicaciones también hay una luz al fondo de abismo, y esa es la de la Revolución. Sí, REVOLUCIÓN con mayúsculas, la única que puede ser emprendida y materializada, aquella que aniquila y entierra el viejo Poder para dar paso a un nuevo, desarrollado, verdaderamente comprometido con las mayorías y que le faculta a la clase más avanzada de la sociedad: el proletariado, el manejo absoluto del Poder político del Estado.

Revolución que tiene un fundamento y nutriente ideológica: hoy el marxismo leninismo maoísmo.

Y precisamente el proletariado internacional, las masas empobrecidas y rebeldes, los pueblos ávidos de Poder, soberanía, libertad reivindicamos y celebramos el 26 de diciembre, un aniversario más del natalicio del comunista más relevante e importante de los últimos tiempos: el presidente Mao Tse-tung. (1893-1976)

Son momentos difíciles, pero son en esas condiciones donde verdaderamente nos fraguamos, nos forjamos los verdaderos hacedores de la revolución. Nada nos arredra, nada nos detiene, a la final somos estandartes del marxismo de hoy. Y con ese optimismo de clase, con esa férrea convicción en la ideología celebramos el aniversario del natalicio del P. Mao refrendando nuestra inquebrantable condición de comunistas.

Son momentos difíciles, “hay un gran desorden bajo los cielos”, el reto está ahí, poner orden y establecer las condiciones del Nuevo Poder Proletario. ¡Es lo que hay que hacer a cualquier precio!

¡VIVA EL ANIVERSARIO DEL NATALICIO DEL PRESIDENTE MAO!

¡NADA ES IMPOSIBLE PARA QUIEN SE ATREVE A CONQUISTAR LAS ALTURAS!

CONQUISTAR EL SOL ROJO DE LA LIBERACIÓN: ¡EL COMUNISMO!