Manuel Marulanda Vélez a dos años de su desaparición física

MANUEL MARULANDA VÉLEZ A DOS AÑOS DE SU DESAPARICIÓN FÍSICA ¡UN SÍMBOLO VIGENTE!

Para el joven campesino Pedro Antonio Marín fueron muchos los interrogantes que le surgieron cuando en aquellos años aciagos de finales de la década del 40 en el siglo pasado fue asesinado el líder Jorge Eliecer Gaitán y a partir de ahí el Estado desata la más atroz violencia en campos, pueblos y ciudades que lo obliga, al igual que cientos de miles de campesinos, a “enmontarse” para salvar la vida.

Es ese trasegar por veredas y montañas, viviendo la barbarie desatada por quienes detentaban el poder y en medio de la desolación, muerte y destrucción que encontró a su paso, obtuvo las respuestas a sus inquietudes viendo el panorama cada vez más claro: era una violencia ejercida directamente por los de arriba contra los de abajo, una barbarie contra el pueblo. Y así, juntándose con otros que al igual que él vivían la misma situación y se resistían a dejarse matar en forma inerme, organiza los primeros núcleos de resistencia armada.

Y es en ese batallar inicial por conservar la vida en que afloran todas sus potencialidades como conductor y líder excepcional, cualidades estas que se elevan a la máxima potencia cuando en su camino acoge las ideas revolucionarias y asume como guía la doctrina marxista leninista, reafirmando con ella lo que la experiencia ya le venía demostrando: la solución no podía ser individual, se está frente a un problema social con un trasfondo económico que es lo que toca transformar.

Desde ese momento mantuvo la conciencia de la necesidad de un cambio radical y dedico todas sus energías a crear la certeza de esa posibilidad, por eso, en un acto simbólico de profundo significado asumió el nombre del dirigente obrero Manuel Marulanda Vélez, vilmente asesinado por la dictadura.

Siempre soñó y creyó en la paz. No en la paz de los sepulcros que ofrece la oligarquía. No. En la paz de la reconciliación y reconstrucción de nuestra patria sobre cimientos nuevos que garanticen una repartición más equitativa de la riqueza, que se respete la dignidad y sea el hombre como ser humano el centro fundamental de la vida en sociedad.

A dos años de la desaparición física del camarada Manuel Marulanda Vélez, su imagen emblemática crece como símbolo para los pueblos del mundo que buscan en la rebelión armada el camino de un futuro mejor.

El mito que rodeara la leyenda en vida del más antiguo jefe de guerra de guerrillas móviles se agiganta en una proporción contraria al decrecimiento del papel jugado por sus enemigos de clase. Uribe Vélez a 5 meses de terminar su segundo mandato, es una cifra más de quienes pasaron por la casa de Nariño y juraron desde las alturas del poder burgués acabar con el hombre y con el mito. Los seres diminutos simplemente pasan, los grandes trascienden.

Hoy vemos que 46 años de resistencia iniciada en Marquetalia son la obra práctica y teórica del camarada Manuel Marulanda y Jacobo Arenas y sus nombres como precursores de la segunda independencia crecerán con el tiempo y las nuevas victorias por venir. En cambio, tanto el régimen oligárquico que ellos combatieron y sus figuras más destacadas se retuercen en el estercolero de la infamia y del olvido.

Con el fracaso de la pretensión reeleccionista del presidente paramilitar, se hundió a buena hora la horrible noche parauribista en Colombia. El empuje de un pueblo, la resistencia armada guerrillera, un contexto internacional cambiante y la dignidad de algunos magistrados lograron atajar ambiciones personales del presidente que como puntal del gobierno del los Estados Unidos pretendían acostumbrarnos a los colombianos al terror y a la violencia fascista paramilitar.

Dentro de los aportes como estratega al acumulado de la experiencia universal de la guerra de Guerrillas al camarada Manuel hay que sumarle el ser capaz de construir y dirigir un movimiento guerrillero en un país como Colombia con condiciones políticas internas específicas y en épocas históricas mutantes. El saber leer estas particularidades nacionales, es lo que explica lo prolongado de la resistencia, la fortaleza y el crecimiento de las FARC-EP. Adoleció de esquemas y dogmas en su visión militar y política de maestro y conductor de guerra de guerrillas. Condujo la nave de la resistencia con el fino tacto que le diera la experiencia y la aplicación concreta y el estudio del marxismo leninismo.

La combinación de formas de lucha simultanea y de masas, en un país cuyas clases dirigentes no escatiman recursos para destruir las luchas del pueblo son el dibujo más completo del aporte del camarada Manuel a la experiencia mundial de la guerra revolucionaria de guerrillas. A dos años de su muerte, las FARC-EP continua en su lucha preparando la nueva alborada en medio del despertar bolivariano de América Latina por la Nueva Colombia.

Este 26 de Marzo, segundo aniversario del fallecimiento del Comandante Manuel Marulanda Vélez en que evocamos su memoria, es también plataforma continental para todos aquellos que resisten con las armas en las manos la opresión del hombre por el hombre y buscan la liberación nacional y el socialismo. De ahí que sea esta fecha la llamada a reivindicar con toda la fuerza que infiere la memoria del Comandante Manuel Marulanda Vélez el Derecho Universal de los Pueblos al Levantamiento Armado.

La guerra revolucionaria de guerrillas móviles sigue vigente en Colombia uniendo a sus banderas nuevas verdades y razones. Los caminos de la liberación se fortalecen en la lucha contra el invasor extranjero y sus bases militares de ocupación.

Gloria Eterna a la memoria del comandante en Jefe Manuel Marulanda Vélez!
Hemos jurado Vencer, y Venceremos!
Manuel Vive, La lucha Sigue!

Secretariado del Estado Mayor Central FARC-EP
Montañas de Colombia, Marzo de 2010