Parte de guerra. Milicias Bolivarianas de Manizales

PARTE DE GUERRA

MANIZALES, 29 DE MARZO DE 2010

Somos revolucionarios manizaleños, que hemos detonado una bomba con cargas de dinamita, pentonita y metralla en el reductor de velocidad del cruce que conduce hacia La Carola, Los Rosales y La Leonora el viernes 26 de marzo a las 00:46 y que tenía como finalidad una patrulla de la Policía Nacional de Colombia, quedando ésta averiada.

Presentamos hoy, nuestra firme intención de habilitar canales de comunicación con la población manizaleña a la que hoy saludamos, deseando, sea consciente y valerosa frente al posicionamiento político y militar que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia–Ejército del Pueblo (FARC-EP) comienzan a desarrollar en la ciudad. Por tal motivo, nuestros partes de guerra en adelante serán absolutamente fluidos, dinámicos y públicos, para que no solamente expliquemos los motivos presentes en cada una de nuestras acciones militares, sino que también iniciemos discusiones frente a algunos elementos teóricos y prácticos que nos lleven como colombianos a buscar salidas negociadas al conflicto social y armado que desangra nuestra nación.

Quisiéramos aclarar de forma especial, que este parte de guerra es realizado por cuadros políticos del Partido Comunista Clandestino de Colombia (PCCC) que se han cualificado en guerra de guerrillas urbanas móviles y que, de esta forma, somos milicianos que dirigimos nuestros cañones, nuestra dinamita y nuestra metralla a objetivos específicos que representan el Estado oligárquico, asesino y terrorista que han configurado las grandes élites políticas y económicas de Colombia. De éste modo, nuestros objetivos militares, son las instituciones y los representantes individuales de las políticas de pobreza, exclusión y muerte del sistema de poder colombiano y no la población civil que por acción u omisión apoye directa o indirectamente la forma de sociedad vigente.

Nuestro Frente, el Frente Urbano Rural Jacobo Arenas(FURJA), siempre ha sido consciente de la necesidad de visibilizar el conflicto que agobia nuestros campos, trasladándolo a la ciudad, donde se encuentran las verdaderas instancias de poder económico y político de Colombia. Por ello somos un Frente urbano y rural. No dejamos de lado al campesino, sino que con paso firme y con valentía marchamos con él, sindicalistas, líderes barriales, estudiantes, madres cabeza de familia, desplazados, habitantes de los denominados “cordones de miseria” y todos cuantos se sientan acogidos y representados por el proyecto político y ético que construimos las FARC-EP como voceros legitimados por el Pueblo.

Como estructura político-militar, reconocemos que nuestra esencia no son las armas, que no es nuestra voluntad empuñarlas, que no es nuestro sentimiento que miles de colombianos que han ingresado a las Fuerzas Armadas y a la Policía Nacional, por voluntad propia u obligados por nuestra rancia oligarquía, sean asesinados o heridos en los combates que sostenemos día tras día. Las armas para nosotros son el único medio que la dinámica política nacional, en estos últimos cincuenta años, nos ha dejado como exclusiva forma de expresión. Basta recordar las manifestaciones estudiantiles del cincuenta y nueve, la exagerada arremetida militar de Marquetalia y posteriormente de Pato, Guayabero y Riochiquito, el asesinato de guerrilleros supuestamente amnistiados e indultados y de civiles participantes de las falsas treguas y negociaciones con los gobierno de Rojas Pinilla, Belisario Bentancurt, Virgilio Barco y Andrés Pastrana.
Parece inaudito rememorar la arremetida contra el Partido Comunista Colombiano, contra la Unión Patriótica y actualmente contra el Polo Democrático Alternativo. Es por esto que nuestra razón de ser no son las armas, aunque éstas sean actualmente, nuestra única forma de expresión y nuestra exclusiva forma de frenar las horrorosas y antidemocráticas ideas y materializaciones de la apátrida oligarquía de nuestra nación.

Nuestros objetivos no son los ciudadanos y ciudadanas que se encuentran tras los uniformes de la Fuerzas Armadas. Nuestros objetivos son las instituciones que estos uniformes encarnan, el carácter mezquino del Ejército colombiano que considera toda manifestación de protesta, todo pensamiento distinto, como potencial enemigo interno, como “alteración del orden público”. Aquel ejército que se preocupa más por el cuidado de intereses privados de economías extractivas o de explotación que por salvaguardar las fronteras nacionales. Ese gran Ejército que nos desvía los recursos de educación, salud y vivienda, para el sostenimiento de un pie de fuerza inaudito en un país que no está en guerra con sus vecinos. Nuestros objetivos, están encaminados a la Policía Nacional de Colombia, inigualable en represión contra las justas reivindicaciones de los habitantes de las ciudades colombianas; represión, de la que ha sido víctima Manizales en más de una ocasión, y de la que es recuerdo reciente, la agresión a los manifestantes que marchaban contra el Transporte Integrado de Manizales (TIM) por su Escuadrón de Muerte, denominado ESMAD. Nuestros objetivos son los representantes individuales de las políticas de la oligarquía regional y los representantes de los intereses del capitalismo salvaje y voraz en la región.

Por ello, somos miles de ciudadanos colombianos, de gentes del pueblo, de la base de la pirámide social de nuestro país, los que hemos tomado las armas para defender nuestras vidas, para asegurar nuestra participación política en los destinos de la nación y para construir, conformar y desarrollar la Nueva Colombia que El Libertador tanto soñó. Hombres y mujeres, que todos los días nos despertamos con la seguridad de que cada minuto de nuestro día será un minuto revolucionario, un minuto conspirativo, un minuto de amor por nuestros compatriotas, un minuto en el que soñamos la nación futura de nuestros hijos, esa Colombia Digna, Justa y Soberana de los camaradas Jacobo Arenas, Raúl Reyes, Manuel Marulanda, e Iván Ríos.

Somos revolucionarios manizaleños que estamos cansados de que el bipartidismo representado en Renán Barco y en Omar Yepes, se reparta las arcas del erario público, de que se apropie conjunto a empresas privadas, multinacionales, profesionales inescrupulosos y paramilitares, el dinero que pagamos en los cruentos impuestos que nos impone el gobierno central y sus representantes en la región. Somos revolucionarios manizaleños cansados de observar pasivamente cómo nos convertimos en el laboratorio de los caprichos de la oligarquía nacional y regional, con proyectos como el Transporte Integrado de Manizales, el Paseo Mundial, Manizales Ciudad-Región, Manizales Eje del Conocimiento, Aerocafé, Tren de Occidente, Hidropresa La Miel; megaproyectos con los cuales han querido las administraciones municipales mostrar al pueblo, la generosidad de su alcalde en sus ratos de ocio, pero que, para la ciudad, han significado miles de millones de endeudamiento con Infi-Manizales y con entidades privadas. Que han significado la reducción superficial de los niveles de desempleo a través de la utilización de mano de obra poco cualificada y por salarios paupérrimos. Que ha significado la construcción de obras de infraestructura inútiles y costosas que sólo benefician los bolsillos de los pocos inversionistas y especialmente de los alcaldes y gobernadores que con dádivas y prebendas pagan su cuota de financiamiento electoral a empresas privadas.
Por ello, somos revolucionarios manizaleños, que hemos detonado una bomba con cargas de dinamita, pentonita y metralla en el reductor de velocidad del cruce que conduce hacia La Carola, Los Rosales y La Leonora el viernes 26 de marzo a las 00:46 y que tenía como finalidad una patrulla de la Policía Nacional de Colombia, quedando ésta averiada.

Hacemos explícito al Comandante de Policía de Caldas, Jhon Jaime Ospina, que no fue un evento de menor importancia, que la bomba no contenía cincuenta gramos de pólvora navideña, que la detonación se escuchó en buena parte de la ciudad y que es su deber, como comandante de la Policía, informar de la mejor manera a la ciudadanía de cada uno de los hechos que afectan a la ciudad y no pretender tapar el sol a dos manos malintencionadamente.

A los medios de comunicación queremos manifestarles enfáticamente, que no admitiremos más amangualamientos en la información. Queremos decirles que deben informar a la ciudadanía sobre eventualidades que como ésta, conciernen al pueblo manizaleño y caldense. Infame es que presenten esta clase de noticias a las 03:50 de la mañana, cuando todos dormimos, mientras en los horarios “play time”, se explican todas y cada una de las canciones que serán interpretadas en el marco del concierto de Semana Santa.

No podemos tener medios de comunicación más irresponsables que el periódico La Patria, reconocidamente conservador, reaccionario y fascista, que omite información valiosa, por conservar la perspectiva de post-conflicto de sus patrones. Queremos que sepan que no hay tal post-conflicto, que como lo vieron el pasado jueves, la guerrilla está en la ciudad, que como se manifiesta en cada uno de los rincones del departamento, el paramilitarismo no se ha desmovilizado y por el contrario, aumenta sus niveles de sevicia y muerte y que el Estado sigue reprimiendo las justas luchas del pueblo con sus aparatos militares, legales e ilegales.

Damos nuestro eterno agradecimiento a todos aquellos que han hecho posibles nuestros sueños, a los camaradas caídos en combate, secuestrados en las cárceles colombianas o confinados a la tragedia de la vida secreta por la persecución criminal del Estado colombiano. También damos enormes agradecimientos a la población manizaleña que nos ha servido de apoyo, que sostiene trabajos políticos en sus lugares de trabajo o de acción y que con beneplácito nos reciben.

Frente Urbano Rural Jacobo Arenas (FURJA)
Milicias Bolivarianas de Manizales
Partido Comunista Clandestino de Colombia (PCCC)

MANIZALES, 29 DE MARZO DE 2010