Carta de la Comandancia a ASOCAÑA

CARTA DE LA COMANDANCIA A ASOCAÑA

Mayo de 1995

Señores
ASOCANA

USTEDES, COMO ASOCIACIÓN que tiene la importancia de agrupar en su seno empresas altamente representativas del sector productivo, con gran incidencia no sólo en las realidades departamentales del Valle del Cauca y el Cauca sino también en niveles nacionales, son los inmediatos convocados a asumir un compromiso directo con la solución de los problemas que agobian estos rincones patrios.

Los invitamos hoy, en medio de las dificultades que atraviesa Colombia, en medio de la desarticulación, el divisionismo y la carencia de compromisos, a que por nuestra dignidad y por la defensa de nuestra soberanía hagamos posible la unidad nacional. Que, por encima de los intereses particulares o de partido, saquemos adelante los intereses de la nación.

Que la paz, nuestra más alta esperanza, sea más que simple retórica sometida al vaivén de los cambios de Gobierno o la buena o mala voluntad de algunos sectores sociales, para que sea una realidad que nos comprometa con las soluciones que el país necesita.

Por ello los convocamos a que no sólo destinen sus investigaciones y eficiencia productiva a las actividades tendientes a mejorar la producción para así generar más capital, que sigue siendo en últimas excluyente, sino que inviertan igualmente todo su ingenio en mejorar las condiciones de vida de las comunidades menos favorecidas, al logro de un mayor nivel de desarrollo en la región, a que haya eficacia y honestidad en las gestiones públicas y privadas, que haya participación de la comunidad en las decisiones y un compromiso serio con la defensa del medio ambiente.

En ese orden de ideas, ustedes, a nuestro modo de ver, hacen parte de uno de los principales factores de poder: el capital; que con el pueblo y el Gobierno consideramos que son los tres poderes que deben estar presentes en las mesas de concertación que se instalen en las distintas regiones de nuestro país y que a la vez representan a toda la nación. Es lo que se conoce como propuesta trilateral de paz, planteada por nuestra organización, que se dio a conocer al gobierno y a la opinión pública nacional con la retención del señor Lizarazo.

Los diálogos no son la paz. Son el ambiente necesario donde se pone de relieve la coherencia de los actos y las palabras de quienes hablan. Donde se ganan espacios de interlocución hacia posibles acuerdos.

Cuando hay una verdadera vocación de cambio ésta se traduce en hechos. Creemos entonces, que de ustedes dependen decisiones concretas: pronunciarse sobre su concepción de la paz y de los diálogos y trabajar decididamente por aportar soluciones concretas para que se cierre la brecha del abismo que separa a ricos de pobres. Esperamos que estos elementos de concertación concluyan prontamente en programas de progreso, para así poner fin a la violencia.

El Movimiento Jaime Bateman Cayón, en esta campaña nacional por la dignidad y en su concepción política tiene bien claro su compromiso con el pueblo, con el país. Tenemos toda la voluntad de trabajar por la construcción de una Colombia generosa, al alcance de todos. No nos cabe ningún prejuicio contra colombiano alguno, por eso no hacemos alardes guerreristas. Pero cuando se trata de defender los intereses de la nación y de luchar por las soluciones que el país necesita, estaremos firmes y dispuestos a afrontarlos compromisos y los sacrificios que sean necesarios.

Cordial mente,

MOVIMIENTO JAIME BATEMAN CAYÓN
Montañas de Colombia