Comunicado de la Dirección Revolucionaria Unificada al pueblo salvadoreño

COMUNICADO DE LA DIRECCIÓN REVOLUCIONARIA UNIFICADA AL PUEBLO SALVADOREÑO

La lucha de nuestro pueblo avanza hacia su liberación definitiva.

I. La lucha de nuestro pueblo por conquistar su liberación definitiva, ha alcanzado avances tan notables en los meses transcurridos del presente año que ha acercado el momento de las batallas decisivas por la toma del poder y por la conquista de un gobierno democrático revolucionario.

Ese momento tan esperado por las masas populares, por la opinión pública internacional y por los amigos de nuestra lucha en todos los rumbos del inundo, es algo inminente, y será el rasgo principal del proceso político del país en las próximas semanas, que comenzando con el desgaste y hostigamiento del régimen democristiano en lo político, económico y militar culminará con su derrota para dar origen a un poder del pueblo que haga realidad las demandas de justicia social, libertad, bienestar y paz.

El que hayamos llegado a las puertas de iniciar los combates decisivos por la liberación de nuestro pueblo, ha requerido cumplir importantes tareas, tanto nacionales como internacionales, orgánicas como políticas, civiles como militares. Sin ellas no estaríamos en condiciones de emprender las batallas que se avecinan, sin ellas no podríamos ahora pretender derrotar política y militarmente al gobierno enemigo. En el cumplimiento de estas tareas han participado muchos de nuestros cuadros y el pueblo salvadoreño en su conjunto, así como otros pueblos y organizaciones hermanas de otros países; en consecuencia, lo que hemos logrado es obra de todos los que estamos por conquistar un gobierno democrático revolucionario, obra de las masas populares; es, en fin, la obra de un pueblo hecha historia.

Las tareas cumplidas son las siguientes: Se ha constituido la Dirección Revolucionaria Unificada, integrada por nuestras organizaciones, que aglutina a lo más avanzado del pueblo salvadoreño; con la creación del Frente Democrático Revolucionario, se constituyó el frente único de la revolución salvadoreña; la conquista del gobierno democrático revolucionario se ha definido como objetivo común de lucha; hemos aislado en el exterior a la Junta Democristiana y ahora, la solidaridad hacia nuestra lucha comprende también a gobiernos democráticos, movimientos políticos e instituciones internacionales; en lo militar, hemos constituido el Ejército Popular (E. P.), un Estado Mayor conjunto, hemos estructurado cuatro frentes de lucha: Occidental, Central, Paracentral y Oriental y se han empezado a formar las respectivas Planas Mayores Conjuntas; se ha elaborado una estrategia y táctica militar única; hemos avanzado notablemente en la organización del pueblo y en la construcción de su unidad -con el P.R.T.C. se ha entrado ya, en nuestras relaciones, a nivel de coordinación- ; la moral de nuestros militantes, combatientes, mandos y jefes militares, como del mismo pueblo y su disposición de combate son muy elevados, considerablemente superiores a lo que ocurre en el bando enemigo.

También hemos desgastado y derrotado el esquema imperialista-oligárquico de represión y falsas reformas que encabeza la criminal junta democristiana, que ha sido hasta el momento, su único sostén.

No cabe ninguna duda que la revolución ha avanzado, es robusta y fuerte; cuenta con la simpatía y solidaridad de los pueblos del mundo y con la admiración de los patriotas de muchos países. Pese a la muerte en combate de muchos militantes y combatientes de nuestras organizaciones, pese a la represión contra el pueblo, pese a la persecución contra los dirigentes de las organizaciones revolucionarias y democráticas, pese al Estado de Sitio y de Emergencia y a la demagogia demócrata cristiana, “el pueblo ha acercado la posibilidad de su victoria. El futuro de libertad y justicia se ve más cerca”.

II. En este proceso de real y sin precedente avance de la revolución y de derrota de la contrarrevolución, ha ocurrido un hecho penoso y lamentable en el campo de la revolución. Este hecho es el retiro voluntario de la Resistencia Nacional (RN), de la Dirección Revolucionaria Unificada ocurrido en los días finales del me de agosto. Los esfuerzos que nuestras organizaciones hicieron para disuadirlos de tal decisión y la madurez y vocación revolucionaria de nuestras dirigencias fracasaron ante la decisión de los dirigentes de la R. N. de retirar su Organización de la Dirección Revolucionaria Unificada, DRU.

Así culminó un proceso en el cual las posiciones unitarias, internacionalistas y realmente revolucionarias se habían venido confrontando con las posiciones individualistas, hegemónicas, aventureras y hasta golpistas de los dirigentes de la Resistencia Nacional, que se expresan en acciones fuera del marco de lo acordado en la DRU, o en el no apoyo, en la práctica, a decisiones tomadas. Si de hecho la R. N. actuaba así, el motivo aducido para su retiro fue de no aceptar como mecanismo de decisión los acuerdos de la mayoría y pugnaron hasta el último momento porque la DRU adoptara como mecanismo de decisión el consenso, cuestión inadmisible, dado que se trata de una dirección unificada y no de una simple coordinación. La Resistencia Nacional planteó su decisión de retirarse y quedarse a nivel de coordinación de su organización con la Dirección Revolucionaria Unificada Político Militar. Nuestras organizaciones, dirigencias y bases, lamentamos la decisión tomada por algunos dirigentes de la R. N., puesto que esa organización revolucionaria representa a un sector de nuestro pueblo; pueblo que es conocido ya en el mundo entero como heroico luchador por la conquista de su libertad, a los compañeros dirigentes de la R. N. les recordamos al haber tomado esa decisión de retirarse de la DRU, que hoy sólo la práctica consecuente con los intereses populares y la plena decisión de sus militantes a ligarse en forma indisoluble e irreversible al torrente unitario, sin adoptar caminos propios y ahistóricos, es, no sólo la única actitud responsable ante el pueblo, sino l única conducta leal y correcta hacia el resto del movimiento revolucionario. El enemigo es uno solo, los objetivos del pueblo son únicos y la marcha hacia su liberación en un solo proceso y una sola dirección revolucionaria.

III. Habiendo llegado la lucha de nuestro pueblo al nivel que nos encontramos, queremos decir a nuestros militantes, combatientes y jefes del Ejército Popular: Esforcémonos más por superar los distintos obstáculos que se presenten en nuestro diario trabajo; fortalezcamos más la amistad, solidaridad y unidad entre nuestras organizaciones. La orden de ofensiva general contra el enemigo de nuestro pueblo está por darse y en su cumplimiento deberá manifestarse todo nuestro odio contra la injusticia y la explotación.

A los dirigentes de las organizaciones democráticas y progresistas les decimos: Afiancemos la unidad, única garantía del triunfo de nuestro pueblo y la única posibilidad de nuestras organizaciones para ver plasmadas en la realidad los objetivos por los cuales han luchado desde hace muchos años. La unidad de las fuerzas revolucionarias y las fuerzas democráticas no sólo hará posible la conquista del poder, sino que hará imposible la labor contrarrevolucionaria de la oligarquía y de los fascistas y hará fracasar el intervencionismo imperialista.

Al pueblo no organizado le decimos que se apreste a incorporarse a la lucha por su liberación a través de todas las formas posibles. Nadie debe quedarse al margen de estas batallas.

La lucha del pueblo salvadoreño como un caudaloso y vigoroso torrente único, avanza en forma irreversible hacia su liberación definitiva.

Unidos para combatir hasta la victoria final
Dirección Revolucionaria Unificada -DRU.

Organizaciones Integrantes de la DRU-PM
Partido Comunista de El Salvador PCS
Fuerzas Populares de Liberación “Farabundo Marti’ FPL
Ejército Revolucionario del Pueblo ERP

San Salvador, septiembre de 1980.