Ver la esencia de la dominación en nuestra patria

VER LA ESENCIA DE LA DOMINACIÓN EN NUESTRA PATRIA
¡LIBERARLA SERÁ OBRA DE TODO EL PUEBLO!

Ver hacia nuestra tierra, y apreciar la esencia de saqueo y la explotación es central en la acción revolucionaria. Decimos esencia para poder desenmascarar las formas que adoptan los gobiernos de turno, para mantener la dominación monopolista. Partimos de que los resortes claves de la economía nacional están en manos de los monopolios; sin embargo, este aspecto básico no alcanza para comprender la complejidad de la intervención monopolista en Argentina.

El capitalismo monopolista de estado es la forma del capitalismo monopolista que se estructura cuando los monopolios unen su fuerza al poder del Estado para preservar y garantizar el régimen capitalista, otorgándole a un pequeño grupo de empresarios ganancias máximas, no dudando en aplastar al movimiento obrero revolucionario o a los movimientos que luchen por la liberación nacional. En las épocas de crisis esto es aún más visible a partir de que utilizan en su beneficio la intervención del Estado en la vida económica del país y colocan a su servicio el aparato del poder estatal. No es el Estado el que controla a los monopolios, como mienten los intelectuales del régimen, sino el capital monopolista es quien utiliza al Estado como instrumento para garantizar su dominio y poder extender sus ganancias.

En nuestro país, a través del Estado, los monopolios mantienen sus intereses y negocios, jugando un papel central para la reproducción de su capital. La acción institucional y política es determinante en este sentido, y también la intervención para mantener y acrecentar sus ganancias monopolistas. ¿Esto cómo se expresa? En la organización del modo de producción, en los mecanismos de explotación, en el financiamiento de la acumulación, en el proceso de concentración y centralización del capital y de la producción. Baste anunciar un ejemplo del Centro de Estudios para la Producción del Ministerio de Economía: del centenar de empresas vendidas en 2008, 66% fueron adquiridas por capitales extranjeros. Con esto queremos reflejar la inconsistencia de aquellos que plantean la posibilidad de resolver la concentración y centralización monopolista a través de comisiones que garanticen competitividad desde el Estado o posibles “redistribuciones de riqueza” a través de salidas impositivas sin tocar la producción. La rueda de la historia nunca va hacia atrás.

Veamos otros ejemplos que desnudan la esencia del problema del sistema de saqueo y explotación monopolista. Los sectores monopolistas hegemónicos detentan casi en su totalidad el conjunto de riquezas, servicios y la estructura productiva de nuestra patria, mediante la relación que analizábamos antes que mantiene con el Estado. Por facturación en millones de pesos una serie de empresas lideran la economía de nuestro país: Repsol YPF (petrolera), Cargill (aceitera y cerealera), Aceitera General Deheza (aceitera y cerealera), Bunge (aceitera y cerealera), Molinos Río de la Plata (aceitera y cerealera), Petrobras Energía (petrolera), Pan American Energy (petrolera), Grupo Carrefour (supermercados), Volkswagen (automotriz), Siderar (siderurgia), Telefonía Móviles (telecomunicaciones). Muchas de ellas son las que presentan el mayor patrimonio en nuestro país por ventas locales, ganancias, fuerza de trabajo, plantas, exportaciones, etc.

Por ejemplo, Siderar, produce casi en su totalidad la chapa laminada en frío y en caliente en nuestro país. El grupo Techint, Ternium y Tenaris transfirió su domicilio de las islas Caimán a Luxemburgo, de acuerdo al informe en la Bolsa de Comercio. Con esto podemos enmarcar la fuerte transnacionalización que sufre nuestra economía.

En este escenario no hay “buenos propósitos” ni posible convivencia entre clases. Los monopolios tienen en su actividad productiva como único objetivo la ganancia a costa de la súper explotación, el saqueo de las fuentes de riqueza, el empobrecimiento creciente de amplios sectores populares y la contaminación de vastos territorios de nuestra Patria. Para terminar con esta realidad no hay terceras vías ni medias tintas. La única forma de terminar con la explotación, el saqueo y la dependencia es poniendo fin, a través de la guerra revolucionaria y la guerra nacional patriótica de todo el pueblo, al sistema de producción capitalista, y recuperar lo nuestro iniciando un proceso de transición hacia la construcción del socialismo. Pero, para lograrlo, hay que tener un proyecto revolucionario. Ese proyecto es el que encarna el M19.

En la lucha por su emancipación definitiva, deberá finalmente enfrentarse el enemigo principal: el imperialismo, liderado por el norteamericano. De allí que la revolución socialista sea necesariamente antiimperialista y popular.

¡QUE TODO TRABAJADOR SE LEVANTE!
¡QUE TODO POBRE DE LA CIUDAD Y EL CAMPO SE REBELE!
¡SI LOS MONOPOLIOS NOS SAQUEAN Y EXPLOTAN NO HAY OTRA OPCIÓN QUE EXPULSARLOS DE NUESTRA PATRIA!

MOVIMIENTO 19 DE JULIO
M-19 de Argentina