Comunicado 8

COMUNICADO No. 8


“...El pueblo y más las futuras generaciones, no podrán vivir esclavos y será entonces cuando de nueva cuenta nos pondremos en marcha, y aunque estemos lejos los unos de los otros no nos perderemos de vista y llegando el momento nos volveremos a reunir. Guarden sus fusiles, cada cual donde lo pueda volver a tomar...”
(Rubén Jaramillo, 1918)


Al pueblo de Morelos.
Al pueblo de México.
A los pueblos del mundo.


El pasado 6 de julio fue ajusticiado en la ciudad de Acapulco, Guerrero, el genocida José Rubén Robles Catalán, siendo reivindicada esta acción por el Comando Popular Revolucionario “LA PATRIA ES PRIMERO”.

Este hecho estremeció a la clase política y a la oligarquía guerrerense, más no al pueblo. No estremeció al pueblo por una poderosa razón: José Rubén Robles Catalán fue uno de los principales responsables de la masacre de Aguas Blancas y de múltiples asesinatos perpetrados contra el pueblo, contra personalidades democráticas y contra organizaciones de izquierda, desde la década de los 70, bajo el régimen figueroísta.

Pese a ello, los principales responsables de la masacre de Aguas Blancas, con Rubén Figueroa Alcocer a la cabeza, fueron exonerados y protegidos por el gobierno zedillista y por la Suprema Corte de Justicia de la Nación; tal y como sucediera recientemente con el represivo rey del narcomenudeo morelense Sergio Estrada Cajigal, quien fue exonerado de las imputaciones que le hiciera el congreso del estado y protegido por el gobierno foxista, así como por los personajes más espurios del poder judicial de la federación.

Sin embargo, el pueblo jamás olvida a sus represores. Justo donde ha imperado el crimen y la impunidad de los poderosos, donde ha imperado el engaño, la burla y la represión gubernamental, los de abajo siguen construyendo un nuevo poder para hacer justicia y poner fin al monopolio de la violencia.

Éste y no otro es el significado que para nosotros tiene el ajusticiamiento revolucionario del pasado 6 de julio, así como la reivindicación del ajusticiamiento, echa por el comando LA PATRIA ES PRIMERO. Y todavía falta que la justicia alcance a los demás genocidas, y no sólo de Aguas Blancas.

Evidentemente dicho ajusticiamiento constituyó un golpe demoledor a los planes de la oligarquía local, porque ésta suponía que el triunfo electoral perredista neutralizaría el estado de ingobernabilidad que ha privado en Guerrero y, por tanto, favorecería el acrecentamiento de su poder y de su riqueza.

Pero la inestabilidad política en Guerrero tiene raíces históricas y estructurales que le impiden desaparecer de la noche a la mañana, poniendo de manifiesto que no sólo se requiere legitimar el ejercicio del poder, sino sobre todo se requiere democratizarlo.

Esto presupone la activa participación del pueblo, pero es ahí, precisamente, donde el perredismo nacional ha torcido el rabo. En este caso, porque el gobierno zeferinista nunca tuvo la intención de comprometerse realmente con el pueblo, ni mucho menos con las añejas demandas de justicia siempre presentes en la historia de Guerrero.

No obstante, lejos de atender dichas demandas para darles solución, el gobierno perredista guerrerense, sin tapujo democrático alguno, ha decidido proteger a los responsables de la masacre de Aguas Blancas, poniendo a su disposición más escoltas y más cuerpos policíacos; ha decidido enfocar sus baterías contra el movimiento social y contra el movimiento armado revolucionario, aunque discursivamente pretenda orientar su acción contra el crimen organizado; ha decidido recurrir al reforzamiento policiaco y militar de la protección y seguridad que le exigen los grandes empresarios nacionales y extranjeros que poseen inversiones e intereses particulares en Guerrero. Y, por último, ha decidido poner en manos de los cuerpos policíacos y militares de la federación, bajo el mando del gobierno derechista y reaccionario de Vicente Fox, la investigación y la supuesta acción de la justicia contra quienes resulten responsables de la acción del 6 de julio.

La situación descrita es particularmente grave y obliga a nuestro Comando a hacer el siguiente pronunciamiento:

1. Nos declaramos en estado de alerta frente a la cacería de brujas que los servicios de inteligencia - militares y policíacos - han iniciado contra luchadores sociales y organizaciones democráticas en el estado de Guerrero y de Morelos.
2. No reservamos el derecho de replicar violentamente la escalada represiva gubernamental contra el pueblo y el movimiento social guerrerense.
3. Nos sumamos a la exigencia de reabrir la investigación de las masacres de Aguas Blancas, Acteal, El Charco, El Bosque.
4. Nos sumamos a la exigencia de castigar a los responsables de las masacres del 68, del 71, así como de la guerra sucia de lo 60 y 70.
5. Nos reservamos el derecho de hacer justicia desde abajo, al seguir persistiendo la impunidad y la protección oficial a los responsables de los crímenes de lesa humanidad.

Nuestro comando hace un llamado al pueblo de México y a sus organizaciones democráticas revolucionarias a mantenerse alertas frente a la escalada represiva gubernamental y a no perder de vista el proceso de articulación que vienen construyendo las más diversas organizaciones a nivel nacional, para dar paso a la acción coordinada y, finalmente, a la cristalización de un nuevo proyecto de nación.

¡¡¡TIERRA Y LIBERTAD!!!
¡¡¡POR EL SOCIALISMO: VIVIR, LUCHAR, VENCER!!!

COMANDO JARAMILLISTA MORELENSE 23 DE MAYO
(CJM-23)

Campamento Revolucionario, estado de Morelos a 18 de julio de 2005