Chilpancingo de los Bravo; 1 de diciembre de 2011

Al pueblo de México:
Al pueblo de Guerrero:
A las organizaciones revolucionarias:
Compañeros, camaradas:

Las opiniones que hemos vertido sobre el proceso, características y alcances que tendrá la creación de la Comisión de la Verdad; han generado un revuelo y herido susceptibilidades. No teníamos intención de generar ninguna molestia, por lo que nos vemos envueltos en la necesidad de escribir nuevamente para realizar algunas precisiones al caso.

En primera instancia, el hecho de hablar del susodicho órgano; no es descalificar el proceso, sería una forma simplista de ver el tema. Lo que hemos hecho es conceptualizar el fenómeno, lo que no hay es coincidencia en las visiones de los distintos actores políticos sobre el asunto, pero es respetable la opinión de todos. Nosotros en particular, somos un actor político-militar que existe en el estado, somos una realidad que no se puede negar. De que si estamos dentro del mismo barco en la defensa de la lucha social y la justicia, pues habría que discutirlo. La visión que tenemos de la construcción de la democracia y la búsqueda de la justicia social a veces no necesariamente es coincidente; para nosotros, las dádivas que los partidos políticos reparten no implica que contribuyan al cambio democrático, ni tampoco contribuyen a que el pueblo sea realmente partícipe en la toma de decisiones trascendentales para la vida democrática.

Por otra parte, las encuestas, las negociaciones cupulares entre grupos políticos, corrientes y liderazgos mediáticos; para definir candidaturas, espacios en la burocracia gubernamental o en comisiones de cualquier índole; sin tomar en cuenta al pueblo llano, tampoco son muestras palpables de una democracia plena.

Afirmar ciertas cosas sobre nuestra forma de lucha, es tratar de encasillarla o en su defecto no se cuenta con una visión objetiva de quienes somos. La lucha que desarrollamos, antes que nada y por encima de todo es política. Así que, desde siempre, hemos desarrollado (y seguimos haciéndolo con nuestros cuadros, estructuras y masas) la lucha social, la movilización, la organización en las comunidades y la lucha electoral. Es parte de nuestra esencia, es nuestro origen; de ahí se desprende nuestro desarrollo. Creer que la lucha armada se circunscribe a deambular por los montes, cañadas, ríos y montañas es una equivocación.

El monte se usa como un mecanismo o medio de protección específico y nada más (hay lugares que no hay monte, solo tierra árida o en su defecto son áreas urbanas), el trabajo se hace en las comunidades, en las escuelas, en los barrios y colonias; ahí se desenvuelven nuestros cuadros.

La lucha armada no enluta ni denigra a las familias por sí misma; se olvida a muchos que ésta es resultado de haber orillado a miembros del pueblo a no dejarse masacrar, reprimir, desaparecer o encarcelar. Somos gente con dignidad que no acepta ser parte de las estadísticas, que no acepta ser parte de los “daños colaterales”, somos parte del pueblo que no está dispuesto a morir por enfermedades curables que no son atendidas por los anteriores y actuales gobiernos “democráticos”. Por eso estamos en la lucha armada, para no morir por morir, para no morir de manera denigrante.

El impulsar la lucha armada y todas sus formas de lucha no denigra a las familias, la dignifica, le devuelve lo que como ser humano le arrebata el sistema. Nadie puede decir o se atreve a manifestar que la lucha del comandante Ramiro fue denigrante.

La lucha armada solo es una forma más de lucha que el pueblo organizado y consciente debe impulsar, aunado a la lucha social, electoral, parlamentaria. Los problemas surgen cuando hay actores políticos que hacen esfuerzos por quitarles o desviar su esencia popular; ahí es donde se pervierten esas formas de lucha y pasan al servicio de los intereses de los poderosos o de algunos grupos políticos en particular.

Se dice que se busca la “verdad histórica” con este órgano (Comisión de la Verdad); entonces, ¿Aguas Blancas y el Charco no forman parte de la verdad histórica? Que porque de ahí ya se sabe quienes son los culpables y solo falta castigarlos. ¿O sea que de 1969-1979 no se sabe todavía quienes son los culpables? ¿En que mundo vivimos entonces? Al menos nosotros si sabemos quienes son los culpables.

Es cierto que quienes integraran o impulsan La Comisión de la Verdad no buscan cargos de elección popular, pero si los buscan los actores políticos que la apuntalan y promueven. Repetimos, no descalificamos, simplemente damos una definición política del asunto; que no necesariamente tiene que ser coincidente con otros puntos de vista. Eso no nos hace menos o más como proyecto político-militar, pero eso si, no vamos a legitimar un órgano que sabemos no encontrará la que dicen llamar “verdad histórica”.

En resumen; en dicho órgano; “ni son todos los que están, ni están todos los que son”. El hecho de que algunos pretendan recoger los beneficios políticos a cambio de entregar migajas a parte del pueblo guerrerense que sufrió persecución, torturas, cárcel, desapariciones y muerte; para nada honra la memoria del comandante Lucio Cabañas Barrientos en un aniversario más de su heroica caída en combate.

Poco se puede esperar de unos comisionados a los que el gobierno del estado otorgará su beneplácito para formar un órgano surgido de las entrañas del propio Estado. A futuro se demeritará y dañará irremediablemente la imagen y calidad moral que aún sustentan los miembros que la integren.

Ahora bien, si piden les otorguemos el beneficio de la duda; se lo otorgamos. Esperemos los 24 meses ordinarios y los 6 meses de prórroga establecidos. Al tiempo veremos los resultados y si a la larga tienen razón, seremos los primeros en aceptar los resultados y reconocer que: al fin hubo una objetiva e imparcial investigación, juicio y castigo a los responsables de los crímenes de lesa humanidad cometidos en esa época.

Un saludo fraterno, porque a fin de cuentas, arrieros somos y en el camino andamos. Las luchas si son verdaderas en el camino se encuentran y se entrelazan, recuerden que nuestra lucha es: todas las formas de lucha.

Chilpancingo de los Bravo; a primero de diciembre de 2011.

¡Honor y gloria eterna al comandante Lucio Cabañas!
¡Por la revolución socialista y la liberación nacional!
¡La lucha popular revolucionaria!
¡Patria libre!
¡Y socialista!

Fuerzas Armadas Revolucionarias del Pueblo
FARP