Con su palabra viva, Alfonso Cano ¡presente!

CON SU PALABRA VIVA, ALFONSO CANO ¡PRESENTE!

Diciembre 4 de 2011. A un mes de la caída en combate del Comandante y camarada Alfonso cano, saludamos con un mensaje de gratitud a los hombres y mujeres de Nuestra América que han levantado su solidaridad con las FARC-EP y con la lucha del pueblo colombiano por la justicia social y la paz.

Camaradas, con el lenguaje de las rocas y la voz de las quebradas, sobre las sombras de los elementos, en el discurso del comandante abatido está la gracia de la verdad trepidando altiva como férrea arenga que destroza cadenas.

Ha sido el comandante Cano un verdadero mensajero de la aurora americana, desbordando el piélago de la audacia comunera; por lo que en lo más limpio del cielo colombiano, ahora, aparece su puño en alto como una explosión de chispas sublevadas dignificando el ara de la épica muerte de los bolivarianos soldados del pueblo, y los sueños de tierra liberada y los de la Patria Grande concretada.

Su farallón de verbos esperanzados revelan al mundo, sin duda, los agravios que niegan la paz a los humildes cuando baldones de miseria imponen los imperios y sus oligarquías lacayas.

En la altruista lucha hasta la muerte, la carne abatible, con el don del decoro se vuelve primaveras y las cenizas son el atrio de la historia donde habla el pueblo a su manera.

Pero, si el poeta eres tú, que puedo yo cantarte comandante, tendríamos que decir con el trovador para escuchar la consonancia del discurso que nos enseña, retomando algunos apartes de una intervención suya de julio de 2010, cuando fungía ya como Comandante en Jefe de las FARC-EP:

“… desde 1964 hemos estado planteando la necesidad de conversar para darle salidas políticas a situaciones que han estado generando los enfrentamientos armados. Una y otra vez, de una y otra manera…; pero han fracasado las conversaciones porque los gobiernos representantes de la oligarquía colombiana no han ido con la voluntad de encontrar soluciones y salidas democráticas sino que han asistido con la absoluta decisión de derrotarnos en la mesa de conversaciones, de engañarnos y de que la lucha del pueblo colombiano que representamos nosotros, la lucha armada revolucionaria se deje vapulear para que no trascienda la firma de una paz con beneficio para todos…”

“Pero también han fracasado los innumerables gobiernos que han prometido desde el mismo momento de su posesión acabar con el conflicto armado por la vía militar. Desde 1964 el doctor Guillermo León Valencia, hasta este momento…, con muy contadas excepciones han prometido, le han fijado plazos a la liquidación de la guerrilla revolucionaria, nos han amenazado, nos han planteado ultimátum: se someten o los liquidamos…; o aceptan o los aplastamos, dijo el general Luis Carlos Camacho Leyva, pero los problemas del pueblo colombiano no se han resuelto y la guerra revolucionaria de guerrillas móviles se mantienen unas veces con más fuerza otras con menos fuerza, unas veces con más volumen con más presencia, con más o con menos participación en la vida nacional, pero se mantiene porque las causas que la han generado persisten. Por ello estamos planteando una vez más que conversemos, que no le oculten al país los muertos que se están presentando, hijos del pueblo colombiano todos…”

“Por eso insistimos en un proceso democrático que tenga la proyección de construir una Nueva Colombia. Por eso decimos que hay que hablar sobre puntos vertebrales muy concretos: de la indignidad que representa tener en Colombia siete bases con tropas militares de los Estados Unidos de Norte América. Eso es una indignidad, más hoy, en estas épocas, en estos días en que estamos conmemorando el bicentenario del grito de independencia que fue precisamente el grito para sacar el yugo del invasor, del extranjero, de nuestro suelo patrio…”

“¡Aquí hay dignidad!, ese punto hay que tocarlo ese punto es un desencuentro para la sociedad colombiana, tenemos que hablar de derechos humanos, tenemos que hablar del Derecho Internacional Humanitario, porque en el fondo del conflicto colombiano el atropello del Estado contra la población civil que viene de tiempo atrás, esa violación sistemática de los derechos humanos que tiene que garantizar el Estado ha propiciado el alzamiento en armas de muchos sectores de la juventud colombiana; y tenemos que hablar del DIH, por supuesto; y tenemos que hablar de los prisioneros de guerra que es un tema vertebral, así como tenemos que hablar también del tema de la tierra no solamente para establecer una estrategia que le posibilite regresar las tierras que le han arrebatado los paramilitares al campesinado sino para regresarle todas las tierras que le ha arrebatado el latifundismo y los señores de las haciendas por lo menos en los últimos cincuenta años…; de contera en ese problema de la tierra, resolver problemas fundamentales que tienen los indígenas, las minorías étnicas y abordar el tema -porque es un todo integral-, del equilibrio ecológico…”

“Tenemos que hablar del régimen político para lograr un sistema de convivencia democrática que nos beneficie a todos y cierre los espacios a esa práctica histórica de la oligarquía de acometer crímenes como arma política para aniquilar a sus adversarios, cerrar las puertas a la corrupción…; construir las bases de un sistema realmente democrático. Y otro punto para encontrar caminos civilizados debe ser el modelo económico; no puede ser el neoliberalismo la ruta que lleve al país hasta los grados de desarrollo, crecimiento y repartición democrática de los beneficios…”

“En eso estamos, y estamos aquí firmes, pujantes decididos, con la moral en alto, combatiendo en las modalidades que nos toca frente a un adversario poderoso de quinientos mil hombres armados, dotados de toda la tecnología gringa de punta, con todo los dineros del mundo”.

“Este es un mensaje de decisión: aquí en las FARC nadie está amilanado, ¡estamos absolutamente llenos de moral, de moral de combate!”

Sin rendición y sin arrogancias, quizá sin argumentos de agrado para el opresor, es Alfonso la voz del mar sin agonía…, algas y corales, salitres y arenas, que aguardan al sol de las maiceras, y de cada campo y de cada barriada urbana por liberarse.

No más letras en el papel, vamos a la calle a cantar el coro de su credo libertario, con el latir arrebatado de la ira del ofendido.

Con su sangre y la de todos nuestros caídos, moldearemos sin miedos el barro de la patria que queremos y que haremos, desde los instantes prístinos de quienes nos antecedieron en la brega hasta alcanzar los confines de una revolución purificada; sin congoja en el alma y con arrojo, para hacer la pira del comunismo.

Alfonso Vive, ¡Venceremos!

COMISIÓN INTERNACIONAL DE LAS FARC-EP.