Alfaro, la única revolución posible...

ALFARO, UNICA REVOLUCION POSIBLE…

Manos crispadas de rabia,
grito atragantado;
forzada ausencia:
de tantos y tantos luchadores
del ejército del pueblo
El cementerio de los vivos,
ARTURO JARRIN

HMENAJE AL INDIO ALFARO

ALFARO-MRP

MOVIMIENTO REVOLUCIONARIO DEL PUEBLO - ELOY ALFARO

1. PUNTO DE PARTIDA

Luego de declarada la independencia del dominio colonial español, las condiciones de vida del pueblo, indígenas, negros, montubios, mestizos, estas jamás cambiaron significativamente y fueron tan solo aprovechadas por los sectores dominantes” criollas” que desde un inicio se inquistaron en el poder, el dominio Floreano militar. JUAN JOSE FLORES, permaneció un periodo de quince años.

El cambio político de la naciente “Republiquita” , nunca reflejo el cambio económico, ni social, frustrados nace la Lapidaria sentencia, “ Ultimo día de despotismo, y primero de lo mismo”

Aparecieron en el país nuevas contradicciones sociales que propiciaron inestabilidad y luchas internas, apareciendo el “Caudillismo”, “El militarismo”, El Caciquismo”, el regionalismo y los monopolios comerciales, diferenciándose el Ecuador en costa y sierra, terratenientes y comerciantes con tipología y mentalidades asimétricas, liberalismo y conservadorismo.

2. CRISIS POLITICA CONTINUA

El ascenso político de los sectores dominantes ligados al sistema capitalista mundial, aceleran fuerzas liberales la mentalidad de progreso rebaza la mentalidad obscura del conservadorismo clerical, que por largos años domina el poder con el Garcianismo, hasta los extremos de proclamar ser católico para ser ciudadano.

Todo aquel contexto de opresión va ir consolidando posesiones; las Fuerzas Liberales Radicales de raigambre popular, bajo la clara e indiscutible conducción de ELOY ALFARO, y la orientación ideológica filosófica de JUAN MONTALVO, insurge en las montaneras, convirtiéndose en el único Movimiento de Liberación y del pueblo en una Revolución Alfarísta gemina, , donde se unieron montubios, peones de las haciendas, indios de la serranía, cholos , negros, mestizos, constituyéndose en la fuerza de la Lucha Revolucionaria, insurgente que solo necesitaba, de una crisis política, esta situación se presento con el conflicto de la “ venta de la Bandera” , hecho que consistió en que el gobierno de Luis Cordero, perteneciente a la corriente “PROGRESISTA”, y su gobernador del GUAYAS “Caamaño”, propició la compra oculta del crucero “ Esmeraldas” propiedad de la Marina de Guerra Chilena ,que debía ser llevado al Japón para que pueda enfrentar la guerra a China.

La falta de seguridad del gobernador del Guayas o a la astucia del periodismo de entonces y de la dirigencia política, permitió descubrir dicho negociado que en nada beneficio al país, sino a los intereses imperialistas expresadas a través de Morgan, un empresario norteamericano quien sugirió al Gobierno ecuatoriano, la compra del cervecero y a cambio Chile le daría apoyo moral en caso de agresión de los países vecinos, a propósito de la recién pasada invasión peruana al Ecuador. La propuesta de Morgan alentó al Ecuador entrar al negocio de la bandera, pero todo fue una mentira, la verdad quedo entre el Gobernador del Guayas, el presidente Cordero, el embajador ecuatoriano en Chile entre otros complicados.

Dicho negocio indigno la conciencia nacional, a tal punto que conservadores, liberales, radicales, marcharon contra al gobierno, hasta conseguir su renuncia, organizándose en el “Frente de Reivindicación de la Honra Nacional”.

En este hecho jugó un papel preponderante la prensa nacional, que en 1894, sumaba 90 periódicos de su gran mayoría de neta tendencia liberal radical, de origen obrera e independiente asentando en su mayor parte en la ciudad-puerto de Guayaquil, dando origen a grandes movilizaciones en calles y plazas de toda la República, el pueblo movilizado empezó a gritar a una sola voz, Señor Presidente que ha hecho con nuestra Bandera!, a la vez un solo grito comienza a retumbar a lo largo y ancho del país : “VIVA ALFARO CARAJO”, marcándose la pauta, del camino revolucionario que llevaría adelante a Eloy Alfaro y sus macheteros.

3. LUCHA REVOLCUIONARIA-ALFARADA MONTONERA

El proceso revolucionario, va más allá, ya que el descontento y la efervescencia del pueblo ecuatoriano aclama al viejo luchador, el 5 de febrero de 1895 Eloy Alfaro, máximo líder del Partido Radical Ecuatoriano desde Managua ( Nicaragua), se dirige al pueblo ecuatoriano convocándoles a todos los militantes a combatir hasta conseguir la revolución, mediante la vía armada, acentuándose con fuerza en toda la región de la costa, insurgiendo las montoneras de Alfaro, el 12 de febrero de 1895, se produce el primer levantamiento armado encabezado por Pedro Montero, Enrique Valdez y Pedro Concha.

El 17 de febrero, Vinces un poblado del Litoral, proclama por primera vez como Jefe Supremo a don Eloy Alfaro, sumándose varios levantamientos en diferentes zonas del Ecuador, haciéndose difícil el control para el Gobierno, una eminente guerra civil, se estaba desatando en el país, en otras palabras el pueblo, Esmeraldas, Vinces, Babahoyo, Bolívar, Chimborazo, en dominio alfarista. Los combates en Guaranda y Quito, convencen al Presidente Luis Cordero de la conveniente renuncia, el 15 de abril-de 1985, pero la renuncia no detiene a la alfarada revolucionaria, la lucha continua, en Machala fue tomada por los radicales alfaristas, bajo la dirección del Coronel, Manuel Serrano, Babahoyo, fue el centro permanente de la sublevación, se apoyo en Alausi y la serranía, hasta llegar el 4 de junio en Guayaquil, el pueblo organizado atacó los cuarteles y se realizó la Asamblea del pueblo, y por su voluntad libre y Soberana se proclama a Eloy Alfaro, Jefe Supremo de la República, la Junta realiza el Acta en la que reconoce a Eloy Alfaro , como Jefe Supremo, por su puesto los sectores reaccionarios de conservadores, progresistas y liberales de centro, no podían reconocer tal declaración, y reorganizan la defensa combinándose en el accionar con el ente mediador de la iglesia Católica, en miras de persuadir a los radicales para que depongan las armas y al pueblo creyente que asuma su fe , sin embargo Eloy Alfaro ya en el país, procedente de Nicaragua , emprende desde Guayaquil con sus montoneras, lo toma definitivamente del Poder y marcha sobre la capital, Quito.

Así que se moviliza hacia la Sierra y toma dos rutas:

• Una al mando del General Cornelio Escipión Vernaza
• Otra que contenía el grueso del Ejército montonero, comandado por el propio Alfaro, que sigue la ruta de Alausí, luego de dos enfrentamientos encarnizados en San Miguel de Bolívar y el Gatazo, que fueron los centros de combates más duros y desmoralizadores cuando Alfaro solo utilizando 10 cañones derrota definitivamente al Ejército conservador, el 4 de septiembre del mismo año, Vernaza y Alfaro entran triunfantes a Quito, y toman posesión del Gobierno vacante dejado por Salazar.

El triunfo de la Alfarada revolucionaria, fue inevitable las condiciones históricas lo favorecían, el viejo luchador después de tantas derrotas, asume al fin al poder, porque su lucha inclaudicable contra el corrupto régimen de “LA ARGOLLA”, y por sus reivindicaciones políticas, sociales se sumaron el elemento “nacionalista”. El brazo armado de los montubios macheteros, comerciantes, arrieros, pequeños, propietarios, que desarrollaron una “una guerra de guerrillas” en Bolívar, Loja, Cotopaxi, Zaruma, Alausi, Ibarra, alcanzando nivel protagónico nacional.

4. GIRO REVOLUCIONARIO PENDIENTE

A partir de 1895, un nuevo periodo se abre en la historia del Ecuador, que permite identificar por un lado la corriente radical, que se expresa en la lucha antifeudal, anticlerical, anticuruchupa, antigamonal, aclara la realidad dejando ver las contradicciones sociales y políticas de momento.

El nuevo escenario político, consiguió la separación de la Iglesia del Estado, proclamó el Laicismo en la educación impulso el carácter de verdadero “progreso” con la dimensión de las comunicaciones, aumento de la producción y la riqueza material, imponiéndose con el aislamiento de la geografía física del Ecuador, con el ferrocarril alfarista, en fin significado y legado histórico de Alfaro, deja aún las huellas bien marcadas, en el hilo de la Historia Patria, pero esto , hoy es usualmente trastocado por los que se dicen seguidores de Alfaro, que confunde la “REVOLUCION POLITICA”, con otras denominadas revoluciones, el momento de la ““REVOLUCION POLITICA”, constituyese el trastocamiento de las estructuras por oligarquías, a un poder de verdad del pueblo, un momento que implique definitivamente pasar de uno simulación de democracia representativa a una democracia inclusiva y activa de trabajadores, y otros sectores del pueblo ( grupos étnicos y comunidades rurales). Campesinos, indios, negros, cholos, montubios, en otras palabras basadas en la Constitución misma del pueblo y procesada por el mismo pueblo, hasta ahora inconclusa como revolución, y que abre fisuras en los proyectos reformistas del Ecuador actual.

5. RESPONSABLES DE LA MUERTE DE ELOY ALFARO

Compañeros va a cumplirse desde el domingo 28 de enero de 1912 al lunes 28 de enero del 2012, 100 años de la muerte de Eloy Alfaro, el arrastre e incineración del Viejo Luchador, pero él sigue vivo, vivo en miles y miles de jóvenes manabitas y ecuatorianos a quienes les ha enseñado que la libertad no se alcanza de rodillas y que la hora más negra es la que está más cerca del amanecer.
Alfaro nos ha enseñado que el camino de la gloria requiere de sacrificios, que la perseverancia, dignidad y altivez son atributos ecuatorianos. Alfaro vive, vive en mi cerebro, en mi corazón y en mis acciones.

El Viejo Luchador “Alfaro” es el nuevo sueño. Alfaro es la vida de quienes hemos superado el odio para construir la paz desde cualquier lugar, caminando a pie a caballo o en donde se despliegue el caminar de nuestras vidas revolucionarias.

LA MUERTE

Su muerte, ocurrida al medio día en el Panóptico García Moreno, es conocida, repetida, comentada, recordada y exaltada. En donde participan ocho personas.

Todo comienza en Guayaquil. Las fuerzas alfaristas son derrotadas en la batalla de Yaguachi. Alfaro, 70 años, ha regresado desde Panamá a fines de 1911 para mediar entre sus fuerzas y las del gobierno que preside Carlos Freile Zaldumbide. El Jefe del Ejército es Leonidas Plaza. La rendición de Alfaro y su exilio voluntario es mediada por los cónsules de Gran Bretaña y Estados Unidos. No habrá represalias.

Freile y Plaza nada respetan. Plaza detiene a Alfaro y sus lugartenientes. Freile, ordena que sean llevados a Quito. En Huigra se detienen para almorzar. Al italiano Catani, dueño del hotel, Alfaro pide que lo despida de sus hijos, que acompañen a su madre, que no beban nunca pues no hay nada peor que la embriaguez. “Dígales usted que voy a morir, pensando en ellos, hijos queridos de mi alma”.

El tren llega a Quito a las 11h15. Debía haber llegado a las 04h00. En un automóvil blanco los conducen por la calle 24 de mayo repleta de gente que ya había sido alertada. Insultos y piedras. “Tiene miedo a la muerte” pregunta Eloy a Medardo. “Ningún Alfaro ha temido nunca al peligro. Sigamos al sacrificio”. Se llega al panóptico. Alfaro es el primero en salir. Vistía pantalón negro, chaleco blanco, levita azul marino, en su cabeza un sombrero manabita y en sus manos un bastón puño de oro. Le siguen Flavio que está herido en la pierna y Medardo Alfaro, Manuel Serrano, Ulpiano Páez y el periodista Luciano Coral. La confabulación está en marcha.

Las órdenes fueron precisas. “No dejen pasar a nadie, pero cuidado con estropear al pueblo ni darle de culatazos”. Un centinela grita a la muchedumbre: “Tenemos orden de no disparar contra el pueblo”.

Ocho individuos, son los primeros en entrar y con precisión se encaminan a la celda donde están los prisioneros. Dos soldados con sus rifles, cuatro muchachos y dos criminales, relata Loor Moreira. Entre ellos iba José Cevallos el cochero del Palacio Presidencial. La puerta se abre de un golpe. “¡Silencio! ¡Que quieren de mi!”, increpa Alfaro. Cevallos le da un barretazo y le dispara un tiro a la cabeza.

“¡En el nombre de Dios! Prostitutas, ladrones y frailes. Alargaron las manos sobre el menudo cuerpo, a tantearle, a dejarle sin sonido, a desgarrar sus ropas, a tocarle alguna vez, ídolo muerto. No podían hablar, pero reían. Se dieron placer en clavar las uñas y robarle. Desnudo ya, descolgado de su aventura, le llevaron hasta el filo del corredor y de allí lo aventaron contra el patio”.

Siguen Páez, Medardo Alfaro, Serrano, Coral a quien le arrancan la lengua y finalmente Flavio quien, herido y todo, opuso resistencia. Los cadáveres desnudos o con poca ropa interior son arrojados, de las celdillas al piso bajo y de aquí los entregan a la multitud que los arroja del pretil del panóptico a la calle.

EL ARRASTRE

El infame y salvaje arrastre de los cadáveres por las calles de Quito, es conocido, repetido, comentado, recordado y exaltado. Participan una muchedumbre enardecida por el odio y el alcohol y se acusa de autores intelectuales a los ex presidentes Leonidas Plaza, Lizardo García, Emilio Estrada, los encargados Carlos Freire Zaldumbide, Carlos R. Tobar, al clero católico, al arzobispo Federico González Suárez, los dominicos de Quito, al ministro de Gobierno Octavio Díaz, al ministro de Guerra, general Juan Francisco Navarro, al cuñado de Plaza, Juan Manuel Lazo y a otros que traicionaron a Alfaro.

“Cuerdas oportunas fueron distribuidas. Todos desnudos. A unos de los pies, a otros de los brazos, los arrastraban. Celia María León, La Pájara, se había prendido la primera y marchaba cantando. La cabeza en compás. El jefe de guardianes del panóptico, Arroyo, que había hecho disparos certeros de guía, brincaba de gozo. Y los niños descalzos, curiosos, habían corrido en pos de los cuerpos, cuesta abajo. ¡Al Ejido!”.

El macabro desfile había bajado, desde el Panóptico, por la calle Rocafuerte hasta la Plaza de Santo Domingo. Varias mujeres, entre las que se ha identificado a Rosario Cárdenas, Mariana León, Rosario Llerena, Luz Checa, se apoderan del cadáver de Flavio Alfaro. El sacerdote Alfonso Ma. Jerves dice: “yo vi desde mi convento que el cadáver de Eloy Alfaro iba arrastrado de cinco sogas, una al cuello, dos a las muñecas de las manos y dos a los pies y lo custodiaban dos soldados con Manglicher a derecha e izquierda, este último arrastraba también de su soga”.

Hay alegría en todos los rostros. Las turbas se hallan resguardadas por las bayonetas. Desde las ventanas aplauden frenéticamente. González Suárez calcula que una multitud de 20 mil personas participa en el arrastre que, desde la Plaza de Santo Domingo, se divide en tres grupos. Los cadáveres de Eloy Alfaro y Páez toman por la calle Guayaquil hacia la Plaza de la Independencia de allí a El Ejido. Los cadáveres de Coral y Serrano siguen por la calle Flores rumbo al norte.

Escalofriante escena que nos narra con dolor. Ahora debemos proponernos conocer la tierra de este hombre que quemaron y seguir sus pasos, aquel que no le temió a la muerte y debemos sentirnos orgullosos de nuestro alfarismo.

INCINERACIÓN

La incineración de los cadáveres en El Ejido de Quito, es conocido, repetido, comentado, recordado y exaltado; Es la demostración del más puro fanatismo y de la más baja condición humana. Es “La Hoguera Bárbara”.

En el dilatado parque se partieron los despojos. Gritos y saltos, una pierna jugaba de mano en mano, testículos arrancados pasaban por sobre las cabezas. Y un bárbaro de ojos rojos pidió que le mirasen la prueba: levantó con ambas manos un cráneo hueco, colmado de chicha, y se puso a brindar y a beber… Olor a carne quemada hízoles abrir las narices. En la punta de una bayoneta, la barba de don Eloy viajaba iluminada por las llamas”. Macabro. Fue un domingo de caníbales.

“Los cadáveres se colocan sobre las hogueras en posiciones inmorales en medio de los aullidos en que se viva la Constitución, cuando en realidad debía gritarse, viva la prostitución”, se lee en un folleto que se imprime en Panamá con los auspicios de Olmedo Alfaro.

LA REIVINDICACIÓN PARA QUE?

Si todo esto es conocido también es conocido la partida de defunción como consecuencia del examen de cadáveres cuya incineración de casi 12 horas hacía imposible su reconocimiento y en las que, por obvias razones, no se incluyen declaraciones testimoniales. De dos cadáveres sólo existía el tronco.

Si a lo largo de estos 100 años, el pueblo ecuatoriano viene conociendo los hechos, qué importancia puede tener lo que relate la partida de defunción.

La Asamblea Constituyente tiene todo el derecho de rendir homenaje al héroe de la libertad. Respetuosamente les digo que Alfaro se reivindica a si mismo, no porque lo declaren el mejor ecuatoriano de todos los tiempos o porque designen como Ciudad Alfaro a la sede de la Asamblea o porque a su tierra natal la declaren “Patrimonio natural, cultural e histórico”, NO, sino porque Alfaro es el único héroe ecuatoriano que nos ha enseñado la dignidad de ser ecuatoriano, el hombre de la costa ecuatoriana que ha superado el complejo de VIVIR DE RODILLAS. No tiene parangón en la vida histórica de la República del Ecuador. Alfaro es el hombre del optimismo y del valor. El hombre del perdón y olvido. Es el hombre de la gloria y no de los complejos.

Es día de luto, elevamos una oración en solidaridad, de nuestro Viejo Luchador ejemplar en nuestros días, abrimos los ojos , miramos hasta el cielo y volaremos tan alto y allí encontraremos el eclipse que iluminara nuestra mente de Liberación Nacional y luchadora.