Paro armado, paro de ellos mismos

PARO ARMADO, PARO DE ELLOS MISMOS

El territorio pasó a ser necesario e indispensable para las ganancias de las multinacionales generadas por el sistema capitalista con su modelo neoliberal de acumulación, explotación y despojo. Se apropiaron del suelo, subsuelo, el agua, el aire, el clima, las semillas. Afortunadamente subsiste la creatividad social, la resistencia y se disputará la tierra hasta tanto no se distribuya con equidad. Al capitalista solo le interés la riqueza, la acumulación, le llaman progreso y desarrollo. No les importa los recursos naturales, no les importa dañar los ríos y los páramos, los suelos. Les importa es que su explotación sea rentable, por esa mentalidad son destructores e inhumanos.

El uso de la tierra en los territorios de Tolima, Eje Cafetero y Antioquía se dedica a la explotación minera, ganadería, gran parte improductiva, parte a la producción de alimentos, partes declaradas parques o reservas naturales, represas y la mayoría de sus habitantes son pobres. Es una región con grandes riquezas naturales, hídricas, minerales, sociales, culturales. Ríos, montañas, paramos, flora, fauna. Indígenas, negritudes, campesinos, mujeres, jóvenes. Un potencial que hace necesaria la defensa del territorio.

Los megaproyectos mineros, energéticos, productivos y viales; amenazan, despojan del pedazo de tierra. Donde se desarrollan los megaproyectos, se fomenta la pérdida de valores, el desplazamiento, alteran el clima, deforestan, en términos generales perjudican a las comunidades. El estado no responde a la pobreza, a los desplazamientos, a la mercantilización del agua y las riquezas del territorio. El abandono estatal, la corrupción y el clientelismo es lo que campea. No hay democracia porque la clase dominante no respeta los intereses de las comunidades, desarrollar sus megaproyectos y políticas sin oposición de la población.

Se tomaron los territorios con bases militares, puestos de policía y buen copamiento paramilitar. Ejecutan sus planes contrainsurgentes y acción de guerra permanente. Con esta militarización se ha degradado el conflicto armado, atacan a la población inerme, violan los derechos humanos. Con su Ley de víctimas y restitución de tierras que ya empezó a ejecutarse desde el primero de enero de 2012, es un imposible o un espejismo, evaluación que harán a través de las oficinas de restitución de tierras, donde se ufanan de que van a restituir parte de los 75.000 bienes que tiene la entidad de Estupefacientes y que pasará al INCODER para restituir las tierras aptas para agricultura que no pasan del millón de hectáreas, se han sobrado en elogios a esta Ley, la misma clase dominante que montó la política de terror, desplazamiento y despojo que en los últimos 30 años, sacó de sus territorios a unos 6 millones de campesinos y se apropió a sangre y fuego de más de 8 millones de hectáreas. La comparsa que los propagandistas del establecimiento, calificaron como un hecho histórico, contó con la presencia de Banki-Moon, Secretario general de las Naciones Unidas. La ley, fue presentada ante el mundo y el país como símbolo y augurio de los nuevos tiempos de cambio democrático, que supuestamente ha de vivir Colombia. Por parte del gobierno, no se encuentra la verdad, ni la justicia, ni la reparación, menos impedir que vuelvan a ocurrir esos crímenes de estado que han desarrollado a lo largo y ancho de éste territorio.

Llegamos entonces a los espejismos. A las fantasías de la ley. A los que les permitan o aprueben el regreso a su tierra despojada, le toca, pero, sin posibilidades para que ese campesino, pueda hacer uso de ella y ponerla a producir. ¿Con qué herramientas?, ¿Con qué insumos?, ¿Con qué animales, ¿Con qué abonos? ¿Con qué recursos, podrá ese campesino trabajar de nuevo la tierra y ponerla a producir? De su antigua vivienda queda poco, la finca esta enmontada, ya no tiene nada, un rastrojo. No hay un programa de crédito, de ayudas, de vías, de insumos, de mercadeo. ¿Es esto restitución? . El modelo agrícola hoy en Colombia, no está en función de la producción alimentaria, no es concordante con la promoción de la economía campesina, no le interesa tener ni campesinos, ni que el campo produzca comida. Al campo se le ha asignado otras funciones, según el modelo económico neoliberal: el de la reprimarización, de las locomotoras minero energéticas, de la infraestructura vial, de los monocultivos, de la agroexportación, de los insumos del agrodisel, de los mega proyectos, del ecoturismo, del control de la biodiversidad, del campo sin campesinos.

Los agentes del Estado y por ende el Estado son quienes han cometido los crímenes de lesa humanidad. Esclarecer los victimarios, reconocer su responsabilidad, el daño causado a las víctimas, la verdad de lo que ocurrió y sigue ocurriendo. Por el contrario con sus leyes han buscado es el perdón de sus crímenes. Los paramilitares son acciones del Estado, nunca han enfrentado al Estado y el paro armado que desarrollaron los urabeños al inicio del año 2012, es un anuncio de su poder, justamente en este territorio y otros del país. Los victimarios, siguen ejerciendo el mismo poder y los mismos métodos que utilizaron en los años anteriores. Los terratenientes, los empresarios, los sectores emergentes del narco paramilitarismo, los políticos que bajo el manto y la maquinaria paramilitar y estatal, despojaron y desplazaron a millones de campesinos, siguen ahí y siguen comportando una cultura mafiosa, en extremo violenta, la que ha impregnado la oligarquía colombiana y la que ha sido lo característico del régimen político del país. Ellos han formado y forman parte del Estado contra la población acusada de ser guerrillera. Entregaron supuestamente las rutas de tráfico de narcóticos a las autoridades norteamericanas, pero ellos con su doble moral siguen propiciando el consumo, no controlan; por ello es tan rentable, porque sus autoridades son corruptas, no les interesa acabar ni con el narcotráfico, ni con la guerra así en su lenguaje digan diferente. En nuestro Territorio inundan el sistema financiero con millones de dólares, las 6 millones de hectáreas que se robaron y desplazaron campesinos apropiándose de forma violenta para hacerse a sus lujosas propiedades. Este régimen mafioso reforzó la conducta antipopular y contrainsurgente propia de la oligarquía colombiana y se expresó por igual en los gobiernos liberales y conservadores. Son los mismos herederos y una de sus hazañas fue el exterminio de la Unión Patriótica, de A Luchar, del Frente Popular, de muchas organizaciones sociales; el asesinato de 4 candidatos presidenciales, centenares de masacres, desapariciones, cientos de miles de asesinatos, imponiendo prácticas de terror como la del asesinato con motosierra, la utilización de pozos de caimanes, los hornos crematorios que borraban el rastro y la prueba y otras muchas barbaridades que ponen al narcoparamilitarismo oficial colombiano en las cimas del crimen de Lesa Humanidad. Este es el régimen que nos ha estrujado todos estos años y del cual han hecho parte por igual Gaviria, Samper y Pastrana, Uribe y Santos.

Ellos tienen la certeza de que ninguna autoridad les está persiguiendo y por eso desarrollan su paro sin dificultad, sólo mediáticamente quieren hacer ver como gran jefe a un joven de 22 años con su novia, a quienes les encontraron una propaganda del paro armado, en el terminal de Medellín. Ellos siguen cumpliendo la labor, la misión encomendada de derrotar la oposición e imponer el imperio de la ley, o mejor la Ley del imperio. Dónde queda la política de gobierno de arreciar, arreciar y arreciar. La misión básica de un ejército es hacer la guerra y ganarla, nos quieren hacer creer que lo que propician es la libertad, la democracia y la paz. Todas las acciones militares que desarrolla el Estado son con el dinero del pueblo, con sus impuestos y hoy día refuerzan la impunidad con el fuero militar que pasará en está legislatura.

¡COLOMBIA PARA LOS TRABAJADORES!
¡NI UN PASO ATRÁS, LIBERACIÓN O MUERTE!
EJÉRCITO DE LIBERACIÓN NACIONAL - ELN

¡POR UN NUEVO GOBIERNO DE NACIÓN PAZ Y EQUIDAD!

Dirección Frente de Guerra Central - FGC
Montañas del Oriente Antioqueño,
del Eje Cafetero y el Tolima
Febrero de 2012