Carlos Stanley, héroe de Monte Chingolo

CARLOS STANLEY, HÉROE DE MONTE CHINGOLO

CARLOS STANLEY estaba entre los compañeros que murieron, combatiendo heroicamente en el ataque al Batallón 601 de MONTE CHINGOLO en !os últimos días del año pasado. Unos meses atrás exactamente el 13 de abril de 1975 el compañero STANLEY tenía una participación decisiva en otro ataque a un cuartel del Ejército Enemigo. Fue en ese entonces cuando la Unidad “COMBATE DE SAN LORENZO” del ERP, copó victoriosamente el BATALLÓN de ARSENALES 121 de la localidad de FRAY LUIS BELTRÁN, a 23 km de la ciudad de Rosario, donde CARLOS estaba como soldado conscripto.

Tuvo una activa participación en toda la preparación previa de la acción, y en el momento del copamiento colaboró en la reducción de la guardia de entrada sumándose. posteriormente al grupo que redujo la guardia de prevención.

Recordando al compañero STANLEY, su compañera nos envió una carta que a continuación publicamos.

Queridísimo compañero:

Es tan difícil despedirte.

Tengo grabado el momento en que nos vimos por última vez, una gran alegría y confianza nos invadía a los dos. Lo que más importaba era sacar adelante la tarea, cumplir con nuestro pueblo y con la Revolución.

Recuerdo tus últimas palabras como sí las escuchara ahora: "Hasta siempre compañera, nos vemos”. Sí, hasta siempre compañero, nos vemos en todos lados, porque estás presente en todas las tareas, en los momentos difíciles y duros, y en cada pequeño triunfo de la Revolución. El camino es largo, aún restan muchos sacrificios, pero el pueblo está decidido a asumirlos.

Tu fusil ya ha sido recogido. Tu preciosa sangre no ha sido derramada en vano.

Los milicos creen que masacrando y asesinando vil y cobardemente pueden atemorizar al pueblo, yo les digo en tu nombre y en el de todos los mártires caídos que el compromiso es aún mayor, que el pueblo está determinado a vencer, que por cada hijo del pueblo caído se levantan 10 fusiles, que tarde o temprano el brazo largo de la justicia popular caerá con todo su peso sobre los culpables de tantas injusticias.

Caíste heroicamente, con las armas en la mano. Tu vida y tu entrega a la revolución nos dejan un ejemplo, tu constante deseo por superarte, por aprender y brindarte por entero al pueblo.

Te despido con la frase que nos gustaba repetir: “POR LA ALEGRÍA HE VIVIDO, POR LA ALEGRÍA HE IDO AL COMBATE Y POR LA ALEGRÍA MUERO. QUE NUNCA LA TRISTEZA SEA UNIDA A MI NOMBRE”.
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Fuente: Estrella Roja, Nº 73.