República Mexicana, 1 de mayo de 2001

Al pueblo de México.
A los pueblos del mundo
Al EZLN.


Queremos hacer manifiesto nuestro sentir y nuestro pensar ante la afrenta que el gobierno del señor Vicente Fox y las Cámara de Senadores y Diputados han hecho al pueblo de México y, particularmente, a nuestros hermanos indígenas.

Queremos decirles que consideramos injusta e inaceptable la “ley” de los pueblos indios aprobada recientemente por el Congreso de la Unión.

Es injusta porque niega el reconocimiento de los pueblos indios como sujetos de derecho y los reduce a objeto de míseras políticas de caridad pública prolongando el estado de abandono, de humillación y de injusticia en que se encuentran estos, desde hace casi 500 años.

Nos parece inaceptable porque pasa por encima de los Acuerdos de San Andrés y favorece la estrategia neoliberal de reestructuración y expansión capitalista, así como la guerra de baja intensidad instrumentadas por las fracciones industriales y financieras de la burguesía nacional y extranjera, a costa de la calidad de vida de los pueblos y naciones, así como de sus soberanías.

Ciertamente, no podía esperarse otra cosa de la mayoría de legisladores panistas, ecologistas y priistas en vista de los intereses capitalistas que abiertamente representan y defienden.

Lamentablemente, tampoco era de esperarse otra cosa de los legisladores perredistas que a contrapelo de los esfuerzos realizados por algunos militantes de su partido, en su último congreso, por constituirse en una alternativa política de izquierda, se acerca cada vez más a la postura conservadora y neoliberal del actual gobierno, en medio de una lucha de posiciones que tiene como fin primordial la repartición de migajas y cuotas de poder que los poderosos ofrecen a sus opositores para nulificar las conquistas populares.

A juicio de muchos quizá sea demasiado pronto para declarar inútil el sistema de alternancia al que dio lugar el derrumbamiento del régimen de partido de Estado; pero es cada vez más evidente que los cambios democráticos que la Nación requiere no vendrán de arriba, es decir, ni de la clase política ni de sus instituciones, sino del pueblo, en la medida que éste se organice y luche para constituirse en un nuevo poder que pugne por dar cabal cumplimiento a sus legítimas aspiraciones.

Considerando lo anterior, manifestamos nuestro apoyo al rompimiento del diálogo zapatista con el gobierno federal, mientras este último no muestre claramente su apego a los principios más elementales del derecho clásico, mientras no admita que la palabra empeñada debe cumplirse (pacta sunt servanda), mientras éste no responda a las señales demandadas por el EZLN; asimismo, apoyamos el llamado a la resistencia civil y la exigencia de la aprobación de la Ley COCOPA.


Fraternalmente:

¡¡¡CONTRA EL NEOLIBERALISMO, EL PODER POPULAR¡¡¡

PARTIDO DEMOCRÁTICO POPULAR REVOLUCIONARIO
EJERCITO POPULAR REVOLUCIONARIO
TENDENCIA DEMOCRÁTICA REVOLUCIONARIA
PDPR-EPR-TDR


República Mexicana, 1° de mayo del 2001.