República Mexicana, 27 de junio de 2001

Al pueblo de México.
A los pueblos del mundo.


Este 28 de junio se cumple el 6º. Aniversario de la masacre de Aguas Blancas, sin que los autores intelectuales de dicha masacre hayan recibido castigo alguno. Por el contrario, Rubén Figueroa Alcocer y sus principales colaboradores han sido protegidos desde las más altas esferas gubernamentales, primero, por el PRI y, ahora, por el PAN, confirmándose una vez más el papel subordinado de estos partidos y del gobierno frente al gran capital; gobierno al que Vicente Fox, sin tapujo ni rubor alguno, definió recientemente, desde el extranjero, como “gobierno de empresarios, con empresarios y para empresarios”.

Han transcurrido seis años desde que se perpetró la masacre de Aguas Blancas y la justicia brilla por su ausencia, no sólo en este caso sino en todos los casos en que el pueblo ha sido víctima invariable de los intereses mafiosos y empresariales del mal gobierno y del gran capital.

En los últimos seis años nuestro país ha experimentado diversos cambios, pero ninguno de estos
ha creado condiciones que garanticen al pueblo y para el pueblo el ejercicio de la libertad, de la
democracia y de la justicia. La caída del régimen priista y el ascenso del PAN a la dirección del
Estado, sólo vino a reforzar la dominación de los dueños del capital, sin que las posiciones que el pueblo permitió conquistar al PRD, en los diferentes niveles de gobierno, puedan constituir un contrapeso real a dicha dominación, dada la política colaboracionista adoptada por algunos de los más connotados representantes de este partido, como lo muestra el respaldo a la ley de pueblos indios recientemente aprobada, así como el pacto que se está cocinando entre este partido, los partidos empresariales y el gobierno frente al “atorón” económico del país y el debilitamiento de la figura presidencial.

Así, al amparo del poder, los grandes capitalistas nacionales y extranjeros siguen enriqueciéndose y apropiándose de nuestro país, comprometiendo el futuro de millones de mexicanos. Así lo prueba el fraude Fobaproa-Ipab, en vías de consumarse, mediante la venta de la banca privatizada (Serfin y Banamex) al capital extranjero (Santander y Citigroup), posibilitando a éste último tomar el control de la economía de nuestro país y seguir apropiándose de la riqueza social creada por el pueblo mexicano; aunque para ello el gobierno foxista refuerce la represión contra nuestro pueblo, como lo pone de manifiesto los violentos desalojos y encarcelamientos que se han venido dando contra varios movimientos sociales de protesta.

No en vano los ideales de ¡Justicia! ¡Democracia! ¡Libertad! enarbolados por nuestros hermanos indígenas han cobrado una fuerza extraordinaria en México y el mundo, indicando a las fuerzas progresistas, democráticas y revolucionarias la necesidad de materializar dichos ideales.

Pero lo más importante de todo es que las esperanzas de un cambio verdadero están dejando de estar cifradas en los de arriba, independientemente que los de arriba sean gobernantes neoliberales o socialdemócratas. Lo más importante de todo es que las esperanzas del pueblo están siendo cifradas en los de abajo, es decir, en el pueblo mismo y en sus propias organizaciones. Lo más importante de todo es que la construcción de un nuevo poder del pueblo, con el pueblo y para el pueblo, constituye un proceso en marcha y una estrategia a la que se incorporan, cada vez más, nuevas y distintas fuerzas democráticas revolucionarias en todo el país.

Hoy, en el marco del 6º. Aniversario de la masacre de Aguas Blancas, reiteramos plenamente los postulados fundamentales del Manifiesto de Aguas Blancas, comprometiéndonos a seguir impulsando la lucha democrática revolucionaria por la transformación profunda de nuestra sociedad; comprometiéndonos a contribuir a crear las condiciones que permitan al pueblo mismo procurar e impartir justicia, para que hechos dolorosos como la masacre de Aguas Blancas y otras masacres, realizadas u ordenadas por el gobierno de los poderosos, no queden, como hasta ahora, en la impunidad.

Finalmente, hacemos un llamado al pueblo de México a incorporarse activamente al movimiento democrático revolucionario que se desarrolla en nuestro país y a seguir atentamente la lucha ideológica que se gesta al interior de dicho movimiento

¡CONTRA EL NEOLIBERALISMO, EL PODER POPULAR1

PARTIDO DEMOCRATICO POPULAR REVOLUCIONARIO
EJERCITO POPULAR REVOLUCIONARIO
TENDENCIA DEMOCRATICA REVOLUCIONARIA
PDPR-EPR-TDR


Junio 27 de 2001.