Ante la muerte de Gabriel García Márquez

ANTE LA MUERTE DE GABRIEL GARZÍA MÁRQUEZ

La muerte del escritor colombiano Gabriel García Márquez en México, pese a ser uno de esos hechos previsibles por cuenta de sus largos años de vida y la enfermedad que lo consumía, no deja de estremecer en los más hondos cimientos la nacionalidad colombiana. Con su partida pierde el país a uno de los hijos más geniales de su historia, a una de las mentes más creativas e inquietas que haya brotado del ardiente suelo de la costa atlántica, a uno de los símbolos más auténticos del talante colombiano y latinoamericano en el mundo.

En los archivos históricos de las FARC-EP reposa para el estudio de todos los combatientes una conferencia del Camarada Jacobo Arenas en los principios de los años ochenta, conocida después como El Don de Mando de Jacobo, en cuya introducción el comandante guerrillero expone entre otras estas apreciaciones:

“Cuando alguien hace cosas bien hechas, cosas que son ejemplo, cosas que perduran en la mente de la gente, en su conciencia, con suficiente inteligencia, cosas que llaman la atención en todo sentido, cosas que revelan acierto, se le dice que es de talento… En la narrativa y en la novelística se dice que Gabriel García Márquez es el escritor de mayor talento en los últimos tiempos. ¿Por qué? Porque sus obras responden al nivel de desarrollo técnico, científico, cultural y humano de la sociedad y además porque la técnica narrativa de García Márquez ha logrado encarnar en sus personajes lo común de los hombres y fenómenos de estas sociedades subdesarrolladas, y porque va directo a la psiquis del lector y pone en acción sus más hondas fibras humanas”.

El reconocimiento a la genialidad de Gabriel García Márquez por cuenta de uno de los fundadores de las FARC, bautizado con razón como el ideólogo de nuestra organización, es cabal demostración de cómo la pluma del escritor cataquero logró penetrar las más disímiles concepciones y concitar el aprecio y la admiración general por encima de las diferencias ideológicas, políticas, económicas y sociales. Más allá de la grosera imposición cultural mediática en boga, que suele ubicar en el primer lugar de la cultura nacional a personajes de muy discutible identidad que no cabe ni mencionar aquí, Gabriel García Márquez ocupa sin lugar a dudas el peldaño más alto en la expresión cultural colombiana y latinoamericana.

Nos duele sincera y profundamente la muerte de Gabriel García Márquez. Con su vida parece irse para siempre un capítulo inmenso del drama colombiano, un referente que abarca magistralmente nuestra historia desde las guerras civiles del siglo XIX, pasando por la hegemonía conservadora y la brutal violencia partidista de mediados del siglo XX. Allí reside la clave del conflicto nacional actual, tan íntimamente ligado a la presencia de las multinacionales gringas, la brutalidad de las fuerzas militares colombianas, el 9 de abril y la intolerancia política madurada al interior de los partidos tradicionales. Nos quedan sus obras, verdaderos consuelos y estímulos para soñar y trabajar por una Nueva Colombia.

SECRETARIADO DEL ESTADO MAYOR CENTRAL DE LAS FARC-EP

Montañas de Colombia, 18 de abril de 2014.