¡Por un Frente de Lucha Popular por la paz con justicia social y verdadera apertura democrática!

DECLARACIÓN POLÍTICA

¡Por un Frente de Lucha Popular por la paz con justicia social y verdadera apertura democrática!

Asistimos a un momento bastante complejo y conflictivo que no cesa en mostrar la profunda crisis y agonía que padece el sistema capitalista a nivel mundial. La aguda exacerbación de las contradicciones sociales sigue marcando el panorama internacional en una perspectiva en la cual la revolución y el socialismo se convierten en una tarea inaplazable para la clase obrera, los trabajadores y los pueblos del mundo. Hambre y miseria, ausencia de derechos y libertades, mayores niveles de dependencia y enajenación son los ofrecimientos de un capitalismo como el de hoy frente al grito de millares y millares de pobladores en la tierra hartos de la globalización neoliberal, el intervencionismo y la guerra que no descansan en promover imperialistas y burgueses como estrategias de maximización de sus beneficios.

El peligro de una nueva guerra mundial es un hecho cierto que da cuenta de la naturaleza expansionista y rapaz del imperialismo. Focos de guerra como lo que se advierten en Ucrania, Siria, el oriente medio y últimamente en Irak muestran el alto forcejeo por el control y dominio de los diferentes mercados y áreas estratégicas.

La fascistización es otro hecho innegable de la situación internacional expresa en la imposición y el sometimiento de los diversos países a los dictámenes de órganos y legislaciones internacionales de carácter antidemocrático, la represión y el terrorismo de Estado, la cada vez mayor reaccionarización de los Estados, así como en la negación y desconocimiento de las libertades individuales y colectivas que entre otras manifestaciones dibujan una tendencia que refleja los grandes poderes alcanzados por los monopolios y el capital financiero frente a unos Estados cada vez más sumisos a los abyectos modelos de ordenamiento jurídico y político que éstos a su antojo les imponen.

Con los datos que diferentes entidades vienen publicitando sobre el comportamiento de la economía mundial en el año 2014 y las expectativas que se levantan para el 2015 y 2016 las falacias de los predicadores de la recuperación económica y lozanía del capitalismo cazan menos incautos; la desaceleración de la economía mundial es un hecho evidente que cada día causa mayores estragos. La inestabilidad propia de un sistema donde las crisis de los ciclos económicos son más periódicas y profundas es algo irrebatible que sigue dando cuenta de lo decadente y moribundo que es el sistema capitalista.

Los altos niveles de desempleo, la alta deuda externa, los grandes déficit fiscales, los desórdenes en materia de inversión y comercio entre los países, la puja monetaria entre el dólar, el yen y el euro, dibujan junto a muchos otros problemas en el campo internacional una situación bastante crítica y compleja que vista en el corto y mediano plazo resulta como algo insuperable por los frágiles y tímidos crecimientos alcanzados en algunos países. La desaceleración económica en la Unión Europea, China, Rusia, Brasil y demás países de América Latina, así como el lento crecimiento de la economía norteamericana señalan como perspectiva una crisis recesiva mucho más honda a la padecida en el 2008.

Subrayar en medio de tan complejo panorama la lucha de los trabajadores y los pueblos. En Burquina Faso, Túnez, Grecia, Italia, España, Brasil, Ecuador, Colombia, México y otros países las luchas que se desarrollan contra las burguesías lacayas y el imperialismo dan cuenta de un ascenso importante de la lucha de nuestros pueblos que favorece y fortalece la perspectiva de cambio. Con todas estas luchas los comunistas colombianos reiteramos nuestra solidaridad y apoyo internacionalista, así como nuestro compromiso unitario con todas las organizaciones dispuestas a unir esfuerzos para golpear con más fuerza a los enemigos de nuestros pueblos.

En Colombia resulta incuestionable señalar que afrontamos una difícil situación económica, social y política. El gobierno del señor Juan Manuel Santos insiste en adelantar una política económica que en contravía del interés nacional realiza entrega del petróleo, carbón y demás recursos naturales a la voracidad de los imperialistas. Los efectos de la aplicación de más de 25 años de neoliberalismo, la privatización de la salud, educación y demás derechos sociales, el desempleo y el desplazamiento muestran una situación bastante calamitosa donde la pobreza es cada vez más creciente.

Mayor endeudamiento, más impuestos, menores salarios, recorte de los presupuestos sociales y mayores garantías a los inversionistas comprenden la agenda de este gobierno que ya no puede desconocer la crisis y los grandes efectos que tienen sobre el devenir del país el enorme déficit fiscal, el incremento de la deuda, la devaluación y la rebaja de los precios del petróleo. En el plano político mucho menos puede negar que dicha agenda la complementa una política de contención dirigida a apaciguar las masas, criminalizar la protesta social y reducir a toda costa las garantías y libertades ciudadanas.

Para los comunistas colombianos se advierte una situación de mucha turbulencia en la cual el gobierno del señor Juan Manuel Santos acrecienta sus niveles de ilegalidad e ilegitimidad frente al pueblo. Al incumplimiento de las pequeñas ofertas sociales, -que en su momento sirvieron para cooptar a la burocracia sindical y social a las filas de su reelección-, su cretinismo neoliberal y arrodillamiento a los mandatos del imperialismo norteamericano se une su desnudado derechismo fascista, visto en mayores armas y tecnología para sus fuerza militares y de policía, así como en el desconocimiento del delito político, el derecho internacional humanitario y toda la normatividad sobre los derechos humanos. La judicialización y sometimiento del contrario, la criminalización de la protesta social y en general las medidas de fuerza son la conducta corriente para tratar los conflictos son la muestra del enseñoramiento de este gobierno con la guerra y la fascistización. La suspensión de los diálogos con la insurgencia a mediados de noviembre del año pasado y toda la alharaca que a inicios de este año ha emprendido con su oposición a un cese bilateral del fuego y las hostilidades con el conjunto de la insurgencia comprenden un contrasentido a la paz que anhelan la mayoría de los colombianos.

La polarización resulta más que evidente cuando se afirman y elevan las expresiones de inconformidad, oposición y rechazo de las masas y sus organizaciones al gobierno y sus políticas. Atados a un panorama donde las neutralidades resultan fantasiosas y demagógicas, los esfuerzos de los dirigentes revisionistas y socialdemócratas por canalizar hacia otros horizontes la lucha de masas que tiende al ascenso resultan infructuosos, además y siendo irrefutable la colaboración y apoyo incondicional que le han venido prestado al gobierno y sus prédicas de paz, el apoyo que recibían en ciertos sectores de masas se ve cada vez más debilitado e incluso con rechazos porque frente a los incumplimientos del gobierno también siguen demostrando el más burdo arrodillamiento.

En un redibujamiento de la confrontación de clases se afianza en ese camino una tendencia de alinderamiento y realinderamiento de las diferentes fuerzas políticas, que se expresa en la toma de partido y/o posición frente a los intereses, estrategias y alternativas en confrontación que modifica la correlación de fuerzas sin favorecer a la oligarquía. La coyuntura en ese sentido demarca una fuerte lid entre quienes con el gobierno defienden la paz romana, la desmovilización y el desarme de las organizaciones insurgentes y quienes propendemos por una paz con justicia social como resultado de una apertura democrática que interprete y realice las reformas y cambios que reclaman las mayorías excluidas de Colombia.

En términos generales podemos señalar que con el agravamiento de la situación económica, social y política del país mayores conflictos de clases se seguirán produciendo en un escenario donde el gran desafío de los revolucionarios y demócratas es ganar las masas para una propuesta de Asamblea Nacional Constituyente de corte democrático y popular, que además de definir una nueva Carta Política, posibilite el logro de una verdadera apertura democrática para los colombianos.

Los hechos siguen demostrando la imposibilidad de la conquista de la paz bajo el esquema defendido por el actual gobierno de dialogar con una sola organización guerrillera. Nuestro Partido seguirá insistiendo en su propuesta de dialogo nacional sin condiciones y con garantías plenas de expresión y movilización del conjunto del pueblo colombiano, un diálogo en el que de conjunto partidos políticos, organizaciones guerrilleras, organizaciones sociales y comunitarias y general el conjunto de la nación discuta las verdaderas causas, dimensiones y alternativas de solución al conflicto económico, social, político y armado que vive la nación desde hace varias décadas.

Manifestamos el fuerte y vivo compromiso de lucha junto al pueblo por la paz con justicia social de las fuerzas del Ejército Popular de Liberación, EPL, dirigidas por el Partido; al gobierno le reiteramos no más oídos sordos, no más demagogia, la paz es un clamor nacional que le reclama dar fin por completo a los bombardeos indiscriminados, respetar los Derechos Humanos y el Derecho Internacional Humanitario, comprometerse con el cese bilateral del fuego y hostilidades, y abrir las compuertas para verdadero dialogo nacional.

Expresamos nuestro llamado a todos los demócratas, revolucionarios y los demás luchadores populares a unir nuestras banderas, construir un gran Frente de Lucha Popular por la paz con justicia social y la apertura democrática, que enfrentando a Santos y al régimen permita en los diferentes escenarios políticos del país fortalecer en la acción directa del pueblo, en una perspectiva de acumulación de fuerzas hacia la toma del poder.

Hemos jurado vencer a nuestros enemigos y construir una patria libre y soberana. Como Partido trabajaremos por cumplir fielmente nuestro compromiso de ser el destacamento organizado de la clase obrera y el estado mayor de la revolución. Persistiremos en el trabajo por ganar la confianza del pueblo, crecer en medio de sus luchas, unirlas y guiarlas en el combate. Seguiremos demostrando que somos dignos combatientes del Partido de Pedro Vásquez Rendón y Pedro León Arboleda Roldán.

¡Combatiendo Unidos Venceremos!

IV Pleno del Comité Central
Partido Comunista de Colombia (marxista-leninista)

Colombia, enero de 2015