Carta pública al expresidente Andrés Pastrana Arango

CARTA PÚBLICA AL EXPRESIDENTE ANDRÉS PASTRANA ARANGO

Motivado por su polémica aparición pública en el acontecer político del hermano país venezolano, a raíz de su pretendida visita intempestiva al líder opositor Leopoldo López recluido en una cárcel de Caracas y su participación en un foro con la oposición; me permito hacer estas reflexiones e invitarlo a la cárcel de alta seguridad de Cómbita (Boyacá) en el denominado patio de recepciones, donde me encuentro recluido con fines de extradición por el gobierno norteamericano, por conexidad como preso político y militante del ELN.

Ud. Señor ex presidente, en su gobierno de turno de 1998-2002, fue protagonista de la discutida zona de despeje del Caguán con las FARC y la infructuosa zona de encuentro en el sur de Bolívar con el ELN; cuyo objetivo con el cese bilateral por más de tres años, era el diseño del genocida plan Colombia, por el gobierno norteamericano; se escalara más el conflicto y fracasaran los intentos de la búsqueda de la paz por medio de la solución política.

Mientras en el país Ud. como conservador está aliado a las ideas del centro democrático liderada por Álvaro Uribe Vélez para obstaculizar el proceso de paz que habilita el presidente Juan Manuel Santos; ahora se alindera a la oposición venezolana para contribuir a la desestabilización del gobierno del vecino país. La lucha de clases no tiene fronteras, como el capital y sus efectos de hambre y miseria en toda la humanidad que lucha en la búsqueda de otro mundo posible.

Nuestro país para el logro de la paz, debe superar no sólo la dejación de las armas; sino la crisis estructural e integral, manifiestan en las jornadas de masas y paros nacionales de 2013 y 2014, donde el gobierno de Juan Manuel Santos hizo compromisos temporales a nivel económico, aún no cumplidos con la mesa única nacional agraria; pero el debate social, político, territorial y ambiental sigue vigente. Son temas que están en las agendas de las mesas de diálogo y que el país tiene derecho a opinar.

En nuestra historia de vida republicana desde 1830 la clase dirigente que construyó el estado fallido; siempre ha gobernado haciendo uso de la guerra, son 20 guerras locales y 9 civiles nacionales, donde se han acordado 63 indultos y 25 amnistías y la paz sigue esquiva. Una pregunta que la gente del común se hace: ‘‘¿será que esa misma elite es capaz de gobernar en paz?’’

A demás de la corrupción e impunidad institucional, la profunda crisis de la justicia y carcelaria ameritan reformas y cambios urgentes en aras de buscar soluciones para la superación.

Si ud. señor ex presidentes está supuestamente defendiendo los derechos humanos de un sector de los venezolanos, lo invito a que intercambiemos sobre la violación sistemática de los mismos por el Estado colombiano; condenado por las organizaciones internacionales defensores de los derechos humanos. Somos el país que tiene más desplazados en el mundo y el segundo en desigualdad social.

¿Por qué hoy se extraditan más de dos mil colombianos cada año a otros países, especialmente Estados Unidos? Eso es violar la soberanía y autonomía, la constitución nacional y los derechos humanos; como las grandes violaciones a los derechos humanos debido a los 72 conflictos socio ambientales por el extractivismo de las empresas transnacionales, tanto de la minería como de los monocultivos; al igual que la manipulación de la información por los grandes medios de comunicación para defender los intereses de una élite minoritaria en el poder.

De estos y otros temas me motivan hablar con Ud. con el fin de contribuir a la búsqueda de la paz por medio de la solución política.

Como defensor de los intereses de la clase popular, quedo pendiente de su respuesta y visita.

Con mucho respeto de patriota.

Atentamente.

Eduardo Martínez

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PRESENTACIÓN

Soy Eduardo Martínez. He sido pedido en extradición como Wigberto Chamorro Acosta. Soy un militante revolucionario, miembro de la Dirección Nacional del Ejército de Liberación Nacional – ELN. Mi vida ha estado siempre al servicio de los humildes, a defender los intereses de las clases populares, mediante una concepción y práctica ética; como médico cirujano y como autodidacta y a distancia en otras especialidades.

Fui capturado el 30 de octubre de 2014, cuando me disponía a cumplir mis funciones como integrante de la Comisión técnica de asesoría a la delegación de nuestra organización en los diálogos exploratorios; calidad que ha sido reivindicada por el Ejército de Liberación Nacional – ELN y de la que está enterado el Gobierno Nacional, existiendo incluso un compromiso verbal de efectuar mi traslado a la cárcel de Bellavista en Medellín y garantizar mi eventual participación en la mesa pública de diálogos cuando ésta sea instalada. Para esto me sigo preparando y desde mi reclusión estoy escribiendo elementos que puedan contribuir a una propuesta de ‘‘Solución Política al conflicto integral, la paz y el futuro del pueblo colombiano’’.

He sido requerido en extradición por el gobierno norteamericano, por hechos que han sido atribuidos al Ejército de Liberación Nacional, que según el in dictmen, fueron cometidos completamente en territorio colombiano. Esta situación particular y el uso de la figura de extradición en general, nos deben generar reflexiones pausadas sobre varios aspectos:

Primero: acerca del verdadero sentido de la Soberanía Nacional y cómo esta se ve afectada ante la entrega desmedida e incondicionada de compatriotas para que sean juzgados por autoridades extranjeras.

Segundo: sobre la forma como se contraviene el mandato constitucional que prohíbe la extradición por delitos políticos cuando en casos como estos se elevan requerimientos por hechos conexos a la rebelión. Finalmente sobre el uso de este mecanismo judicial como forma de presión a las organizaciones insurgentes que puede constituirse en una grave talanquera a una salida negociada al conflicto.

Actualmente me encuentro detenido en la cárcel de alta seguridad de Combita - Boyacá, en el patio denominado de recepciones, desde el 13 de noviembre de 2014. Durante el poco tiempo de detención, he visto y vivido la grave crisis del sistema penitenciario y desde ya lo caracterizo como un sistema desprovisto de toda humanidad. Sufrí una infección respiratoria aguda debido al hacinamiento y la negligencia por falta de atención en la estación de policía Los Mártires de Bogotá, la cual se complicó al no poder ingerir alimentos durante cuatro días. Pese que se hacía necesario, no fui hospitalizado y por el contrario, fui trasladado en ese estado hacia Cómbita, donde tampoco recibí la atención adecuada, perdiendo así 16 k de peso en menos de dos meses. Como muchos detenidos de este país, debí acudir a una acción de tutela interpuesta ante la Corte Suprema de Justicia y a los órganos de control, con el acompañamiento de la Fundación Comité de Solidaridad con los Presos Políticos, familiares y amigos, logrando finalmente mi rehabilitación con el ingreso de los medicamentos que USPEC ni CAPRECOM cubren.

Ante la injusticia que encarna el sistema penitenciario y carcelario, como crítico y humanista que soy, me he vinculado al Movimiento Nacional Carcelario - MNC, que agrupa a las personas privadas de la libertad, familiares, amigos, organizaciones defensoras de derechos humanos, sociales, sindicales y personas solidarias con nuestra causa. Como aportes a este trabajo, estoy escribiendo una reflexión sobre el ‘‘Para qué las cárceles’’, en el pretendo presentar una síntesis sobre el origen de la justicia humana, dentro de los diferentes órdenes y formación social, los estados y regímenes políticos; el origen de las cárceles y la forma como se ha usado históricamente para castigar al pueblo, a hombres y mujeres que con sus luchas y convicciones, han aportado al desarrollo de la humanidad. También me ha dado en la tarea de sistematizar la crisis de la justicia y la lucha ASONAL, la naturaleza y alcance de las reivindicaciones de la guardia y custodia dentro del INPEC y USPEC, en contraposición con los objetivos del MNC de cara a la superación de la crisis estructural en el país.

Por la soberanía, no a la extradición

La paz pasa por la solución a la crisis carcelaria.