Perú: Un país sin rumbo

PERU: UN PAIS SIN RUMBO

Próximamente, se cumplen cuatro años del gobierno presidido por Alejandro Toledo Manrique, la mediocridad del mandatario y ministros, cada cierto tiempo actualiza el debate de que se es más conveniente sacarlo o mantenerlo hasta el 2006. Evidentes signos de corrupción estallan con frecuencia alrededor del presidente, hace poco volvió el tema de adherentes “fabricadas”, tema que aparentemente lo han superado a partir de sacarle a otros grupos políticos el mismo hecho doloso, la moraleja es que “todos estamos con las manos sucias así que no es repudiable”.

Abrieron investigación judicial el hermano del Presidente, por intervenir a través de “testaferros” en negociados con el Estado. Al actual ministro de Defensa le han demostrado con pruebas periciales sobre sus firmas, que recibió dinero sucio del mafioso Montesinos y Toledo ni sus ministros dicen una palabra. Son algunas referencias mínimas de la corrupción que envuelve a nuestros gobernantes.

Dicen que estamos muy bien en nuestra economía, que crecieron las exportaciones, que se incrementaron las inversiones, que el crecimiento económico del 2004 está entre el 4 a 5%, que las Reservas Internacionales igualmente se incrementaron, que el turismo aumentó notablemente en relación al 2003. Que hay bases sólidas para prever que el 2005 será mejor todavía.

Sin embargo, el descontento sigue creciendo en el seno del pueblo, pues no existe mejoría alguna, de tan excelentes resultados económicos no les llega nada. El pueblo reclama que las grandes empresas no se lleven todo y dejen “alguito” para que la gente tenga siquiera algunos momentos de alegría, de esperanza, de mejoría. Y no todo sea desocupación, hambre, injusticia, deserción escolar, mortandad infantil, delincuencia, prostitución, abandono de los pueblos del interior del país y que la descentralización sea solo demagogia.

A los gobernantes y allegados, aparentemente no les afectó lo ocurrido en los 20 años de confrontación que desangró al país, pues han continuado implementando el mismo modelo económico impuesto por la dictadura mafiosa de Fujimori-Montesinos, y poco o nada están haciendo por corregir los males ancestrales que golpean a las mayorías.

De manera servil al Imperialismo yanki, pretenden culminar las negociaciones del Tratado de Libre Comercio –TLC, que según sectores estudiosos y conocedores sería lesivo a los intereses del Perú, afectando nuestros intereses y afectando diferentes grupos de poder económico por obtener mejor tajada de la “torta fiscal” para estos sectores, como ha sido históricamente, el Estado debe servir para sus intereses particulares y no les interesa el Perú como Patria, como Nación; menos les interesa el sufrimiento de las mayorías. A ese panorama hay que agregarle el tremendo desprestigio de los partidos políticos burgueses y sus figuras más representativas como Lourdes Flores, “Popy”Olivera, Alan García. La fuerza armada igualmente dividida por pugnas internas además de desprestigiada por su participación activa en el gobierno mafioso de Fujimori-Montesinos. Con las instituciones públicas también desprestigiadas, nadie confía en el Ejecutivo, pocos simpatizan con el Poder Legislativo, del Poder Judicial la mayoría coincide que es centro de corrupción. A la más alta autoridad del Ministerio Público, la Fiscal de la Nación, acaban de denunciarla por un medio de comunicación haber emitido dos pronunciamientos contradictorios sobre UN MISMO DELITO: en uno denunció al supuesto responsable. En otro ha dispuesto el archivamiento, el asunto es que en el segundo pronunciamiento están implicados Montesinos, Joy Way y otros representantes del Banco Wiese Sudameris. Las encuestas ratifican una y otra vez esta situación crítica.

En el campo popular las cosas no van mejor, los grupos de izquierda de por sí fragmentadas, durante la dictadura quedaron en escombros, reconociendo que debilitados y todos estuvieron luchando contra la dictadura junto a nuevos sectores populares. No lograron remontar su situación precaria y de alejamiento del pueblo. Las elecciones generales del 2001, así como las elecciones municipales y regionales del 2002 expresaron la orfandad en la que se encuentran los grupos de izquierda.

Recientemente, estas agrupaciones han retomado las coordinaciones, el intercambio, la búsqueda de propuestas y esfuerzos unitarios. Ha tenido que ocurrir la acción política-militar de los etnocaceristas en Andahuaylas, para que nuestros hermanos de izquierda retomen esos pasos. Hay que saludar la reciente conformación de la Coordinadora Nacional de Izquierda que agrupa a diez organizaciones políticas, planteando temas importantes que deben servir para la organización y lucha de nuestro pueblo.

¿Serán sólo propuestas e intereses electorales, o por primera vez –capaz por única vez- asumimos nuestro compromiso con el pueblo y con la historia? Ante la crisis existente, ante el vacío de planteamientos y liderazgo, ante el sufrimiento que golpea a las mayorías, la militancia honesta de la Izquierda peruana tiene la responsabilidad de asumir el rol de conducción junto a las masas, para construir una Sociedad, que brinde oportunidades favorables para las mayorías, que aperture la esperanza de millones de niños y jóvenes.

No rechazamos la participación en el próximo proceso electoral pues dicho evento se ofrece político en extremo por los temas arriba señalados, hay que participar en ese terreno de confrontación, sería craso error regalar a la burguesía ese gran espacio, en las actuales circunstancias.

Pero no debemos limitarnos a ello como ocurrió anteriormente, hay que reconocer que gran parte de la situación actual de la izquierda peruana se debió a circunscribir la lucha política a la lucha electoral. Debemos seguir construyendo organización política en el pueblo, hay que llevarles conocimiento, hay que llevarles ideología, llevarles teoría en base a su experiencia histórica de lucha.
Hay que construir junto al pueblo, campos alternativos al neoliberalismo y a la globalización burgueses, verdaderos causantes de la pobreza e injusticia. Hay que construir desde la base el Poder Popular, es decir, que el pueblo, en pequeño, vaya conociendo sus enormes potenciales, sus capacidades, y su fuerza cuando decide construir su futuro con sus propias manos.

Desde las grandes movilizaciones contra la dictadura fujimorista, las provincias del interior del país particularmente demostraron coraje forjaron sus propias organizaciones de masas. Fueron los Frentes de Defensa, los Frentes Cívicos, las Coordinadoras, con la participación activa y esclarecedora de los jóvenes, los que impulsaron luchas masivas, implementaron la violencia de masas contra el tirano como fue la memorable jornada de “La Marcha de los 4 Suyos”, hasta lograr la derrota de la mafia.

Instalando el gobierno de Toledo y ante el incumplimiento de sus promesas electorales, ante la continuidad del modelo desarrollado por la dictadura, ante la corrupción evidente del gobierno, los pueblos han retomado sus movilizaciones y luchas, así fue en Arequipa y todo el Sur, en San Martín, Madre de Dios, Cajamarca, Tambo Grande - Piura, Yurimaguas, Ilave – Puno, Junín, y hoy con sus complejas particularidades los productores cocaleros, entre otros; que expresan la continuidad y desarrollo que los pueblos están alcanzando en su decisión de seguir luchando por sus reivindicaciones más sentidas.

Los bloqueos de carreteras, las tomas de locales, el enfrentamiento con las fuerzas represivas, junto a otras formas de violencia de masas demuestran ese avance. Hay que destacar que existe un componente cualitativo en esos pueblos del interior que irrumpen periódicamente en la escena nacional, es la presencia masiva de la juventud, los pueblos del Perú profundo a diferencia de otras épocas, se han ido poblando de jóvenes que en muchos casos han retornado de las ciudades frustrados en sus anhelos de progreso, de estudio, de trabajo. Otros jóvenes simplemente optaron por quedarse en sus provincias conociendo que nada bueno les espera en las grandes capitales sino todo lo contrario: sobreexplotación, desocupación, marginación, delincuencia, prostitución entre otros males capitalinos.

Andahuaylas demuestra que los jóvenes, los pueblos del interior del país avanzan hacia la ubicación de una alternativa política radical para resolver sus anhelos permanentemente postergados y burlados hay que reconocer que el Lima y provincias pequeños grupos políticos se van expresando en esa orientación, esos grupos nuevos, refrescantes, sumados a los otros que estamos señalando con militantes de experiencia, en la medida que tengan claro el norte, se tenga claro el objetivo de transformar la realidad del país, a favor de las mayorías; representaran un avance cualitativo de la lucha popular.

Así va demostrando el panorama actual Latinoamericano, de avances a favor de los pueblos hermanos. Cuba heroica ya no está sola en su decisión de construir una Patria libre. Venezuela también se ha decidido a tomar en sus manos la construcción de su destino, enfrentando a los poderosos y al propio Imperialismo, organizando, educando a su pueblo, preparándolo para defender sus conquistas. El gigante Brasil, con sus contradicciones también está buscando formas de resolver la pobreza de sus pueblos, con un gobierno que ya no es el servil del Imperialismo, y que impulsa esfuerzos unitarios. Uruguay, con el triunfo del Frente Amplio todavía en el terreno electoral, tiene en sus manos la posibilidad de encaminarse al triunfo definitivo del pueblo en su aspiración de justicia y bienestar. Bolivia, la cruenta y larga lucha revolucionaria de los hermanos de Colombia. La unidad en el rechazo creciente al neoliberalismo fracasado nos demuestra que es posible el nuevo amanecer de los pueblos, por los que lucharon y soñaron Tupac Amaru, Bolívar, Martí, El Che y tantos millones de latinoamericanos que han regado con su sangre ese camino de esperanza.

Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA)