El CRP del Partido Comunista del Perú rechaza, condena y repudia el secuestro de trabajadores como forma de lucha

A la opinión pública nacional e internacional:

El CRP del Partido Comunista del Perú rechaza, condena y repudia el secuestro de trabajadores como forma de lucha o medida política a utilizar en la defensa o consecución de sus intereses de clase.

El secuestro de personas, el secuestro de trabajadores, cualquiera que sea su nacionalidad, credo, ideas o convicciones ideológicas y políticas; o cualquiera que sean los intereses que represente la firma o compañía donde estas personas, estos trabajadores, ejercen su derecho al trabajo, es ajeno a nuestra ideología proletaria; es ajeno al marxismo-leninismo-maoísmo, pensamiento gonzalo; es ajeno e incompatible con nuestros principios e intereses de clase.

El proletariado y su vanguardia organizada, el Partido Comunista del Perú no ha actuado ni actuará en contra de sus principios. El secuestro de personas, el secuestro de trabajadores, con el objetivo de conseguir medios para desarrollar sus actividades, cualesquiera que éstas sean, es repudiable y debe ser condenado como un acto vil e impropio del Partido, del proletariado y de la clase; es un acto totalmente reñido con nuestra moral y actitud revolucionaria.

Este acontecimiento repudiable, este "secuestro", venga de donde venga, no es más que una provocación y una maniobra. Por un lado, una provocación para poder "justificar" que las fuerzas armadas reaccionarias desarrollen, bajo la batuta de Toledo y sus servicios de inteligencia, una mayor represión contra nuestro pueblo en sus afanes de combatir al Partido tratando de aislarlo de las masas. Y, por otro lado, una maniobra de distracción ante las importantes luchas que las masas de nuestra patria vienen desarrollando por la defensa y desarrollo de sus reivindicaciones económicas, políticas y sociales; así como contra la opresión, miseria y explotación.

El Perú contemporáneo es una sociedad semifeudal y semicolonial en la cual se desenvuelve un capitalismo burocrático; un tardío capitalismo atado a los intereses de los terratenientes y que, en consecuencia, en modo alguno busca la destrucción sino a lo sumo la evolución de la semifeudalidad; y lo que es más importante, un capitalismo sometido completamente al imperialismo, en nuestro caso yanqui principalmente y que por tanto, no desarrolla las grandes fuerzas productoras potenciales de nuestra patria, más aún las desperdicia, entraba o destruye y que de ninguna manera desarrolla una economía nacional sino todo lo contrario, está completamente al servicio de la explotación creciente del imperialismo y es totalmente opuesto a los intereses nacionales, al de las mayorías, a las básicas y más urgentes necesidades de las masas de nuestro pueblo tal y como lo podemos comprobar, una vez más, en estos últimos días.

La economía peruana moderna nace defectuosa y enferma en sus raíces, pues nace atada al caduco sistema semifeudal, que pese a sus cacareadas leyes agrarias, sigue subsistente y marcando al país desde sus bases más profundas hasta sus más elaboradas ideas y, en esencia, manteniendo persistente el gran problema de la tierra, motor de la lucha de clases del campesinado especialmente pobre que es la inmensa mayoría. Pero además, nace subyugado por el imperialismo, fase final del capitalismo caracterizado magistralmente como monopolista, parasitario y agonizante; imperialismo que si bien consiente nuestra independencia política, según sirva a sus intereses, controla todo el proceso económico peruano: nuestras riquezas naturales, productos de exportación, industria, banca y finanzas; en síntesis chupa la sangre de nuestro pueblo, devora nuestras energías de nación en formación y hoy concretamente nos exprime mediante la deuda externa como lo hace con otras naciones oprimidas. En consecuencia la economía moderna, el capitalismo burocrático desde su nacimiento está atado al cadáver insepulto de la semifeudalidad y sometido al agonizante imperialismo que cada vez vive más de la sangre de los oprimidos, obtenida por la explotación garantizada por sus propias armas y las de sus lacayos mientras se debate en incesante crisis y apunta, en diferentes partes y regiones del mundo, a hacerse con el poder en forma directa o indirecta, a través de gobiernos "amigos" instalados por él; y ensaya la desestabilización de los diferentes regímenes "molestosos" para el desarrollo de sus planes de dominio hegemónico único y control de las fuertes energéticas, como lo comprueba, una vez más, la invasión y ocupación de Iraq y toda la propaganda contra Siria e Irán, entre otros.

Vivimos la crisis general de la sociedad peruana y esta crisis implica la del capitalismo burocrático que ha entrado a su parte final madurando así, plenamente, las condiciones para el desarrollo y triunfo de la revolución; porque la crisis general que la vieja sociedad padece la abarca en todo su conjunto y manifestaciones.

Esta es nuestra realidad, ésta es la base que sustenta la sociedad peruana y la raíz material de nuestros problemas y de las desgracias de nuestro pueblo. Y es éste el sistema social que usufructúan y defienden a sangre y fuego las clases dominantes y su amo imperialista yanqui, mediante su Estado terrateniente-burocrático sustentado en su fuerza armada reaccionaria; ejerciendo constantemente su dictadura de clase, de gran burguesía y terratenientes.

Así, los gobiernos en el Perú, civiles o militares, no son sino las camarillas de turno, electas o no, que ejercen la dictadura sobre el pueblo, sobre el proletariado, campesinado, pequeña burguesía y hasta sobre la burguesía nacional o media, en beneficio de la gran burguesía, de los terratenientes; en beneficio de las clases dominantes y del imperialismo yanqui y totalmente en contra de los intereses populares y nacionales. Lo vemos todos los días: el actual gobierno de Toledo y su pandilla; un gobierno elegido, salido de las urnas, del "sacrosanto sistema electoral", es un gobierno que ha vendido más el país al imperialismo y hundido la sociedad peruana en crisis; y viene sumiendo al pueblo en la más implacable hambre y pobreza; conculca derechos ganados en largas jornadas de lucha y cuando el pueblo se vuelcan a las calles para protestar, el gobierno y sus instituciones, como respuesta a su incapacidad, declara el "estado de emergencia" y persigue al pueblo, lo apresa, tortura y asesina.

Así, sobre esa negra perspectiva económica se levantan caducas y reaccionarias instituciones que sólo sobreviven por la fuerza de la inercia y las armas que las sostienen cada vez derramando más y bañándose en la incendiaria sangre del pueblo desarmado, vilmente oprimido, que continua diciendo ¡Basta!, y que cada día cree menos en el viejo Estado y espera menos del gobierno; lo estamos viendo en estas jornadas de lucha.

En conclusión, el desprestigio, el desorden, el caos a más de la corrupción y el más desvergonzado cinismo corroen el Estado terrateniente-burocrático bajo el mando de Toledo y unos cuantos demagogos de mal encubiertos intereses y ambiciones desenfrenadas, todos conocidos defensores y sostenedores del orden imperante, les lleva a desarrollar una mayor represión contra las masas que nunca han dejado de luchar, a pesar de la grita que la podre revisionista hace en contrario.

Dentro de este panorama general, es que se "produce" un "secuestro", que aún no sabemos si es obra del propio gobierno o no. Mas lo que sí sabemos es que les viene como anillo al dedo, a Toledo y su pandilla, para distraer la atención de la opinión pública nacional e internacional que en estos días se viene concentrando en la lucha que las masas desarrollan. Les viene como anillo al dedo, a Toledo y su pandilla, para distraer la atención que las masas prestan no sólo a sus propias reivindicaciones económicas, políticas y sociales, sino al desarrollo de la guerra popular que el Partido dirige y a los esfuerzos que éste hace para salir adelante preparándose cada vez más y mejor en el cumplimiento de las altas tareas que debe cumplir en la lucha contra el imperialismo, la reacción y el revisionismo; contra la capitulación y la conciliación de clases que son manifestaciones de éste último; hoy más que nunca, pues sabemos que la lucha por el Poder es la primera y principal reivindicación de la masa.

¡ENARBOLAR, DEFENDER Y APLICAR EL MARXISMO-LENINISMO-MAOISMO, PENSAMIENTO GONZALO!

¡COMBATIR LA PODRE REVISIONISTA!

¡AISLAR AL "IZQUIERDISMO", DE ESENCIA DERECHISTA!

¡DESARROLLAR MAS LA GUERRA POPULAR!

¡SALVO EL PODER TODO ES ILUSION!

¡VIVA EL PARTIDO COMUNISTA DEL PERU!

¡EL PARTIDO NO SE RINDE!

10 de junio del 2003
CRP-PCP