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Propuesta de canje del Teniente Coronel Nelson Carrasco por el Comandante Borbonet

Colección
Archivo digital
Tipo
Documento
País
Organización
Fecha
1958-11-09
Categoría
Comunicado
Sierra Maestra

RADIO REBELDE

A LA OPINIÓN PÚBLICA Y LAS FUERZAS ARMADAS.
Declaraciones de Nuestro Comandante Jefe Dr. Fidel Castro Ruz.

Antes de ayer a las ocho y treinta de la noche, esta Comandancia estableció comunicación por Radio con el Teniente Coronel de la Cruz Roja Cubana, Oscar Cossío del Pino, solicitando de ese Organismo, trasmitiera al Estado Mayor enemigo, el canje del Teniente Coronel del Ejército, Nelson Carrasco Artiles, prisionero de nuestras fuerzas, por el Comandante [Enrique] Borbonet, preso en Isla de Pinos.

El Teniente Coronel Nelson Carrasco Artiles fue herido en combate y hecho prisionero por Tropas de la Columna Tres, hace varias semanas. Recientemente, a petición de sus familiares, la Cruz Roja Cubana solicitó y obtuvo permiso del mando Rebelde para visitarlo y llevarle medicinas. El Teniente Coronel Carrasco Artiles había recibido varias heridas pero nuestros médicos lograron salvarle la vida.

Los rebeldes siempre hemos dispuesto la libertad de los soldados y oficiales de baja graduación sin condición alguna ni solicitar nada en cambio de ello, reteniendo únicamente como prisioneros a los oficiales de alta graduación.

Por tratarse en el caso de Nelson Carrasco de un oficial herido cuyo restablecimiento total estaría mucho más garantizado en un hospital dotado de todos los medios modernos, hemos considerado humano facilitarle esa oportunidad por medio de un canje. Y al mismo tiempo, que la dictadura pueda brindarle a uno de sus altos oficiales que fué herido en combate los servicios del más completo tratamiento médico, es justo que recobre también su libertad un oficial del Ejército de los que están presos hace más de dos años por oponerse a la Tiranía.

No proponemos el Canje del Tte. Coronel Carrasco Artiles por el Coronel [Ramón] Barquín por ser éste oficial preso de mayor graduación que aquél, y la dictadura pudiera alegarlo como pretexto para rechazar el canje.
En consecuencia se propone el canje del Teniente Coronel Carrasco Artiles, no por un oficial de mayor graduación, ni siquiera por un oficial de la misma graduación que él, sino por un oficial de menos graduación, el Comandante Borbonet a quien el Pueblo de Cuba conoce por sus valientes y cívicas declaraciones en el Consejo de Guerra que lo condenó a injusta prisión.

Otros 120 soldados prisioneros están a punto de ser puestos en libertad por el ejército rebelde, lo que elevará a 700 el número total de soldados y oficiales enemigos que han estado prisioneros de nuestras fuerzas desde que comenzó la guerra, cuyas vidas han sido respetadas, tratados con toda consideración humana y devueltos al seno de sus hogares, de donde lamentablemente, en muchos casos la dictadura los ha llevado de nuevo al combate y a la muerte.

Por primera vez después de poner en libertad un número tan extraordinario de prisioneros enemigos, se propone el canje de un Teniente Coronel que está herido y asistido en un hospital rebelde, por un adversario de la tiranía preso. La dictadura tiene ahora la palabra. Los familiares del Teniente Coronel Carrasco Artiles esperarán con ansias la respuesta que permitiría el regreso al hogar de un allegado por cuya suerte han vivido angustiados interminables días.

Nada cuesta a la dictadura remediar esa angustia en la familia de uno de los suyos que cayó herido en el cumplimiento de sus órdenes. No podría, por cierto, remediar en nada el dolor de los familiares de los soldados y oficiales que han muerto. Sin embargo, en este caso sí puede. Carrasco Artiles aunque herido está vivo, y en manos de sus compañeros de armas [pueden] devolverlo al seno de su familia y del ejército. Para ello no tendrían que hacer daño a nadie; simplemente algo tan sencillo como justo: poner en libertad a otro militar, que está preso sin razón en las prisiones de Isla de Pinos. Borbonet no es un soldado rebelde. Borbonet es un comandante del ejército que compartió durante muchos años con esos mismos oficiales que continúan ostentando en el cuerpo armado las mismas insignias y emblemas que él ostentara. Borbonet se graduó en la Academia Militar; compartió allí con otros jóvenes cadetes sus sueños de gloria y de servicio a la Patria. Hace más de dos años y medio que está preso junto con otros militares dignos.

Ante este canje no hay alternativa para el mando enemigo.
La dictadura no puede ser tan cruel, insensible y torpe que dejándose llevar por el odio y la soberbia prefiera dejar abandonado a un alto oficial de su ejército permitiendo que continúe herido en un hospital rebelde, sólo por no acceder a libertar a otro oficial del ejército de la República, encarcelado por el propio régimen.

¿Qué explicación podría darle a los familiares del militar herido? ¿Qué explicación podrá darle a los familiares de los demás militares que con razón pueden pensar que ese mismo, cualquier día, puede ser su caso? ¿Qué explicación podría darle a los propios soldados, compañeros de Carrasco Artiles que están combatiendo contra los rebeldes?

¿Le parecería todavía a la Dictadura demasiado poco tiempo el que lleva en prisión el digno Comandante Borbonet y sus compañeros, como para no brindarle una oportunidad de curarse a uno de sus propios oficiales que ella ha sacrificado en el campo de batalla?

Tan innoble, cobarde e impolítico sería rechazar este canje, que ni aún un régimen como éste que ha sido capaz de tantas ruindades y traiciones podría llegar a esos extremos.

El teniente coronel Carrasco Artiles será ingresado en el Hospital Militar de Columbia con sólo abrir las puertas de la prisión de Isla de Pinos al Comandante Borbonet y entregarlo a la Cruz Roja para su traslado al territorio libre.

Imposible que el Estado Mayor de la Dictadura no acepte. Ningún ejército del mundo puede hacer semejante agravio a un oficial herido en combate. No habría soldado ni oficial que después de eso se sintiera con ánimo para seguir combatiendo.

Nuestros médicos le salvaron la vida a Carrasco Artiles, ahora corresponde a la Dictadura lograr su completo restablecimiento y su inmediata libertad.

Fidel Castro Ruz
Comandante Jefe

9 de noviembre de 1958