República mexicana, 23 de noviembre de 1996

CON MOTIVO DEL 86 ANIVERSARIO DE LA REVOLUCION


Al pueblo de México:
A los pueblos hermanos:


"El gobierno no ha hecho más que sostener y proclamar la guerra
de los ahítos y privilegios contra los oprimidos y los miserables;
no ha hecho más que violar la soberanía popular,
haciendo del poder una prebenda.
He allí explicado el enigma de nuestra indomable rebeldía"
Emiliano Zapata


Celebramos el 86 aniversario del inicio de la Revolución de 1910-17 inmersos en un clima prerrevolucionario ocasionado por el incumplimiento de los objetivos revolucionarios, mutilación de nuestra Constitución y retroceso en las conquistas que nuestros abuelos nos legaron a costa de su sangre

Más de un millón de mexicanos, antecesores nuestros, murieron peleando por legarnos un México más justo, democrático y soberano. Circunstancias históricas como la falta de una organización revolucionaria capaz de tomar el poder y la desunión entre obreros y campesinos, permitieron que la burguesía usurpara el poder.

Los gobiernos posrevolucionarios, con excepción del periodo cardenista, han sido antipopulares, corruptos, represivos y han favorecido el enriquecimiento de una minoría.

El modelo económico neoliberal ha acelerado la concentración de la riqueza en unas cuantas manos, sólo alrededor de 24 familias tienen fortunas superiores a los mil millones de dólares, a costa del empobrecimiento de la gran mayoría de los mexicanos, sumidos en la miseria.

La absoluta dependencia de nuestra economía respecto a Estados Unidos, también acelerada en los últimos quince años, se manifiesta en una constante sangra de nuestras riquezas naturales, exportando hacia el norte, a precio de ganga, más de 270 mil millones de litros de petróleo, diariamente.

La anticonstitucional privatización, casi regalada y privilegiando a inversionistas extranjeros, de las industrias estratégica y prioritaria como la minería y telecomunicaciones y que hoy amenaza con extenderse a la petroquímica y ferrocarriles, es también parte del saqueo que sufrimos.

Mientras en nuestro país, cada año mueren por desnutrición cien mil menores de cinco años, el gobierno mexicano envía al FMI alrededor de 20 mil millones de dólares anuales, tan solo como pago de intereses sobre deuda externa, tan multinegociada como impagable.

Este gobierno, que se autonombra "heredero de la revolución", es un gobierno contrario a los intereses populares, diariamente comete crímenes contra el pueblo. Se sostiene en el poder, al igual que la dictadura porfirista, solo gracias a la incondicionalidad del Ejército Federal, que hoy, como en 1910, intenta someter al pueblo que se rebela contra la injusticia y antidemocracia.

Los tecnócratas de hoy son los científicos de ayer. Se enriquecen a costa de la pobreza de la mayoría, utilizando el poder económico y político que usurpan. Utilizando los mismos métodos para guardar una "paz" similar a la porfiriana, incluso iguales para intentar controlar a la prensa crítica y el mismo menosprecio por la capacidad y necesidades del pueblo mexicano, sacrificándolo en aras de entregar todos nuestros recursos a las potencias extranjeras.

Los ideales de la revolución del 910-17 simplemente no se cumplen. No hay democracia, ni soberanía, ni justicia e igualdad sociales.

Villa y Zapata concebían la soberanía nacional como soberanía popular por lo que llamaron a la población a "rescatar la parte de soberanía que se nos arrebata". Siguiendo el pensamiento de nuestros antecesores, plasmado en al Constitución, si la soberanía nacional es la voluntad popular, un gobierno que va en contra de la voluntad del pueblo, está arrebatándonos a cada mexicano la parte de soberanía que nos corresponde. Ese pueblo tiene, por tanto, el legítimo derecho de levantarse en armas para sustituir al gobierno que va contra los intereses populares.

Para la revolución del910-17, la soberanía nacional y democracia no eran conceptos abstractos, sino que estaban indisolublemente ligados a la voluntad popular ¿Cuál era y es esa voluntad? Sencillamente tener derecho a una vida digna, a un empleo productivo, a un salario que permita satisfacer las necesidades básicas de la familia. a una jornada de ocho horas, a laborar la tierra, a la justicia social y la participación democrática en la vida política, aboliendo las grandes desigualdades y privilegios de los ricos nacionales y extranjeros.

La soberanía popular nos ha sido arrebatada por los gobiernos de facto, que yendo contra la voluntad popular, entregan el patrimonio nacional a los inversionistas extranjeros y concentran la riqueza perteneciente y producida por los mexicanos en una élite de 24 supermillonarios.

La democracia, tan cacareada por el actual gobierno, no existe. Democracia no es la periódica realización de elecciones, con todo arreglado para que la oligarquía siga manteniéndose en el poder.

En un vano intento por recuperar credibilidad el gobierno se sumerge en un baño de "Reformas de Estado" con la esperanza de salir con chapa de legitimidad. Pero al igual que las joyas falsas y caras, sólo engañan al ingenuo.

Las chispas de la falsa chapa de democracia son algunas concesiones como la "elección popular" del regente del DF y el supuesto retiro de representantes gubernamentales del proceso electoral.

Bajo ese baño dorado se esconde la esencia antidemocrática gubernamental.

Por otra parte, aunque algunos candidatos se propongan honestamente servir a su comunidad, los compromisos existentes a nivel nacional con el FMI y con EU a través del TLC y de múltiples negociaciones secretas entre los gobiernos mexicanos y estadounidense, no permiten cambios profundos, que no solo palien la pobreza sino que vayan sentando las bases para remontarla, a la vez que se van disminuyendo los abismos de la desigualdad económica y social.

Mientras el gobierno "condena", de palabra, la violencia, hasta nuestros corazones llegan los gritos de dolor de nuestros compañeros, así como de muchos civiles , luchadores sociales, otros que ni siquiera habían simpatizado con la lucha democrática revolucionaria y que hoy están detenidos, desaparecidos, torturados, aislados o ya muertos.

Inteligencia militar, asesorada por el FBI sublimiza la tortura mediante violaciones sexuales, amenazas contra la familia, golpizas hasta fracturar la columna vertebral , dejar casi ciegos o sordos, aislamiento y otros métodos inhumanos que solo reflejan el nivel de desesperación del corrupto gobierno mexicano ante la posibilidad de que el pueblo tome el poder y pierdan todos sus privilegios, prebendas y riquezas malhabidas.

Un gobierno que empobrece a la gran mayoría y enriquece a unos cuantos privilegiados, que mata de hambre a cien mil niños cada año y deja con secuelas como retraso mental a otros cien mil en el mismo lapso, que además no respeta la Constitución, o la modifica para poder hipotecar y malbaratar nuestro patrimonio nacional, que tortura, asesina, reprime e intenta acallar a la prensa crítica, no tiene ninguna autoridad moral para hablar de paz, justicia, igualdad, democracia o soberanía.

¿Puede llamarse democrático un país donde el gobierno va contra los interese populares, priorizando los intereses de la banca y las empresas extranjeras? ¿Puede llamarse democrático un Estado que reprime, mata y se arma hasta los dientes para enfrentar a la inconformidad y rebeldía del pueblo que dice representar?

¿Puede existir democracia donde la población padece hambre y los grupos indígenas sufren el acelerado exterminio por desnutrición, insalubridad, esterilización masiva y destrucción de sus costumbres y tradiciones?

¿Hay democracia con las cárceles llenas de presos por motivos políticos y sociales? ¿Por qué entonces se intenta controlar más a los medios de comunicación con los métodos porfiristas que van desde el soborno hasta el encarcelamiento, golpiza, intimidación y asesinato?

Para el gobierno, la paz, transición democrática, justicia, igualdad y soberanía nacional sólo son palabras de discurso, para nosotros son objetivos concretos por los que estamos dispuestos a dar la vida, siguiendo el digno ejemplo de nuestros antecesores, los anónimos combatientes zapatistas y villistas, las heroicas soldaderas y las masas que hicieron la Revolución de 1910-17 soñando con heredarnos un país más justo, donde el derecho al empleo, a la tierra, al salario digno, a la vivienda, educación, salud y servicios, así como la participación en la elección de un gobierno que respondiera y obedeciera a los intereses populares fueran reales. Ellos, con su sangre defendieron el concepto insurgente de soberanía nacional, intrínsecamente ligada al mandato popular. La soberanía nacional sólo es posible cuando hay soberanía popular. Hoy no es así. Hoy llamamos a recuperar para el pueblo mexicano la soberanía popular.

La oligarquía financiera no va a dejar el poder sólo porque el pueblo se lo demande pacíficamente a través de elecciones. La democracia, el gobierno del pueblo y para el pueblo, la soberanía nacional como resultado del respeto a la voluntad popular, tendremos que conquistarla sumando los esfuerzos y formas de lucha de todas las fuerzas democráticas revolucionarias existentes en nuestro país.

El anhelo de los revolucionarios del910-17, que concebían la democracia y soberanía indisolublemente ligadas al bienestar popular y al abatimiento de los abismos sociales, tampoco se cumple. Las tierras están acaparadas en latifundios simulados, los pueblos tienen que invadir los terrenos que legítimamente les pertenecen.

La repartición agraria, sólo sirvió para atomizar al campesinado y redundó en improductividad y abandono al no estar secundada por apoyos reales a la producción, como son: el impulso a las sociedades agrícolas, cooperativas, colectivos, sociedades de pequeños propietarios o de ejidatarios, aplicación de la tecnología, comercialización directa, eliminando el coyotaje y priorizando el consumo interno y el pago justo para los productos agrícolas.

Se multiplican los trabajadores del campo, peones sin tierra, que van de un rincón a otro malbaratando su fuerza de trabajo y acabándose la salud con el trabajo extenuante y mal remunerado.

Los derechos constitucionales al empleo, salario digno, vivienda, educación y salud, se convierten en el sueño y motivo de lucha de cada vez más mexicanos. Actualmente el poder que gobierna a México está en la Sedena, en el Fondo Monetario Internacional y en Wall Street.

Por eso, el PDPR y el EPR vemos la necesidad de hacer realidad la revolución democrática popular que nuestros antepasados iniciaron pero que la antidemocracia les arrebató.

La legitimidad de nuestra rebelión nos la da el apoyo popular, que hoy camina en secreto porque enfrentamos un enemigo mejor armado y que no respeta los derechos humanos.

Llamamos a todas las organizaciones populares y revolucionarias a sumar esfuerzos, a superar diferencias, a conjuntar las diferentes formas de lucha para hacer que la inevitable y próxima revolución democrática popular tenga el menor costo posible en sangre.

La mejor forma de honrar a ese pueblo que nos antecedió en el tiempo, es emular su dignidad y decisión. democracia que nos dejaron los revolucionarios del 1910-17. Retomamos hoy, a través de la autodefensa popular y con la lucha armada, la bandera de igualdad, justicia y libertad:

Construyamos la soberanía, la democracia, el pueblo al poder para servir al pueblo.

¡Presentación con vida y trato de prisionero de guerra para nuestro compañero combatiente Rafael!


¡POR LA VIA DEMOCRATICA REVOLUCIONARIA,
TODO EL PUEBLO AL PODER!
¡POR LA REPUBLICA DEMOCRATICA POPULAR,
EL PUEBLO UNIDO TRIUNFARA!
¡CON LA LUCHA POPULAR,
EL EPR TRIUNFARA!

PARTIDO DEMOCRATICO POPULAR REVOLUCIONARIO
PDPR
COMANDANCIA GENERAL DEL EJERCITO POPULAR REVOLUCIONARIO
CG-EPR

República mexicana, 23 de noviembre de 1996.