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Entrevista a un líder guerrillero de Panamá

ENTREVISTA A UN LIDER GUERRI­LLERO DE PANAMA*
 
 Por Lucía Blanco
 
 En un sitio secreto de Panamá, ante una rústica mesa de madera conversé con un jefe guerrillero de ese país, joven, maduro y sereno como casi todos los líderes que está produciendo la revolución latinoame­ricana. El combatiente, cuyo nombre de guerra es Gonzalo, contestó a mis pregun­tas en la forma que sigue:
 
 
 L.B. Casi nada se sabe del MLN-29-11. ¿Podría hablarme de él, sus antecedentes y acciones en la lucha contra el régimen militar y contra el impe­rialismo yanqui?
 
 G. El MLN-29-11 surgió a raíz de la cuartelada del 11 de octubre de 1968 y es una organización. revolucionaria político. Es el resultado de la unión del "Movimiento de Unidad Revolucio­naria" y de "Vanguardia de Acción Nacional", co­nocidos por el pueblo panameño con anterioridad a la implantación del régimen dictatorial que co­manda Omar Torrijos Herrera, así como de otros revolucionarios dispersos, entre ellos algunos com­pañeros disidentes del Partido del Pueblo (Par­tido Comunista de Panamá). En la más cerrada clandestinidad tuvimos que lanzarnos al trabajo organizativo que culminó, después de un año de lucha contra la dictadura, en lo que es hoy el MLN-29-11, constituido como vanguardia revo­lucionaria el 29 de julio de 1970. La fecha que lleva el nombre de nuestra organización fue esco­gida unánimemente como homenaje a la memo­ria del compañero Floyd Britton, asesinado por la Guardia Nacional en la isla penal de Coiba, en 1969, después de penosas y bárbaras torturas. Es bueno señalar que antes de que estuviéramos constituidos orgánicamente alrededor del MLN­29-11, con nuestro programa de lucha, con nues­tros principios ideológicos y con una política clara a seguir, los compañeros que nos aglutinábamos alrededor del núcleo revolucionario inicial, libra­mos duras batallas contra las fuerzas castrenses y el imperialismo norteamericano, cuyas tropas, como todo el mundo sabe, están enclavadas en pleno corazón de la república so pretexto de defen­der el canal yanqui. A principios del año de 1969, llevamos a cabo varias acciones expropiatorias tanto a la banca como al comercio, a fin de aco­piar fondos y resolver el problema económico a que nos veíamos abocados. Por esos primeros me­ses de 1969 tuvimos un choque con la Guardia Nacional en la Chorrera (ciudad a unas 30 millas de la capital), donde operaba un comando del movimiento. Habíamos sido delatados por un compañero débil. En esa ocasión no tuvimos baja alguna. Llevados por la misma delación, la Guar­dia Nacional, con apoyo de helicópteros del imperialismo, cayó a los pocos días sobre otra de nuestras bases ubicada en Cerro Azul. En el fiero combate librado en esa ocasión perdió la vida nuestro valioso compañero Belisario Gante. También fue capturado y luego fusilado en Tocumen, Herbert Quintanar. A los pocos días de este en­cuentro fue detenido el dirigente campesino En­carnación González, de 69 años de edad, padre de varios compañeros nuestros, quien fue asesi­nado arrojándosele de un avión, sobre el océano Pacífico. Pero pese a todos estos reveses sufridos, logramos reagruparnos más tarde y seguir la lu­cha. Nuevas acciones tuvieron lugar en los meses siguientes.
 
 L.B. ¿Qué grado de información tiene el pueblo panameño respecto al Movimiento y en qué me­dida lo apoya?
 
 G. Nuestra organización parte del principio de y que toda vanguardia revolucionaria sólo puede organizarse, consolidarse y desarrollarse si cuenta con un apoyo popular real. Creo que este apoyo lo hemos conseguido sólo en medida relativa. El gobierno panameño (como todos los gobiernos tí­teres del imperialismo) trata de desprestigiarnos y de confundir a la comunidad en relación a nues­tros propósitos. Creo que en la medida en que nuestro movimiento logre llegar a las masas, reci­birá el respaldo que esperamos. Al principio nos ignoraban los periódicos; ahora nos calumnian. Hemos tenido una serie de dificultades para co­municarnos más con el pueblo, pero ya la estamos superando.
 
 
 
 L.B. Es notorio el control periodístico en Pa­namá. Hemos visto que sólo noticias de agencias norteamericanas aparecen en los diarios y que casi nada se habla de lo que sucede en América Latina. Ante esta situación ¿qué grado de con­cientización hay en el pueblo panameño respecto a la situación nacional y al resto de América Latina?
 
 G. Tiene usted razón. No creo que exista otra prensa tan controlada como la de Panamá. Nada se publica aquí que pueda causarle desagrado al gobierno militar. Unos periódicos están interve­nidos por el gobierno; y a los que están en manos de particulares se les exige que se autocensuren. Ya usted sabe lo que esto significa. La desinfor­mación igual se produce sobre las noticias nacio­nales como internacionales. Claro que ante tal sistema, despolitizador, la concientización del pue­blo panameño, frente a sus verdaderos problemas, comienza a menguar. Agréguele a esto la de­magogia torrijista de presentarse como antiyan­qui y progresista y tendrá un cuadro difícil de superar. Sin embargo, la confusión no es total. Muchos elementos honestos conocen la farsa cas­trense. En ellos nos apoyamos, al tiempo que intensificamos nuestra propia propaganda.
 
 L.B. ¿Podría hablarme de los presos políticos y de las torturas?
 
 
 
 G. El gobierno ha dicho que no tiene presos políticos en la actualidad, pero ello es falso. En la Cárcel Modelo y en la isla penal de Coiba, per­manece una cantidad indeterminada de presos políticos. Entre ellos tres hermanos: Almecías, Encarnación hijo, y Antonio González, hijos del mártir Encarnación González v hermanos de Elías y Félix, muertos estos en enfrentamiento con la Guardia Nacional los días 15 y 24 de octubre del año pasado. Casi todos los presos políticos que han pasado por la cárcel en estos dos últimos años, aparte de no ser sometidos a proceso legal, han sido torturados. No creo que las torturas aplicadas en Panamá tengan que envidiarle mu­cho a las que ejecutan los militares brasileños. La Guardia usa la picana eléctrica por costum­bre; les hace tragar arena a los detenidos; los cuelga por horas y horas del pulgar; son víctimas de fusilamientos simulados; son sometidos a in­mersión, son golpeados con mangueras, enterra­dos en fosas durante días, sin agua ni comida. Por todas estas torturas tuvo que pasar el diri­gente de nuestra organización, Narciso Cubas Pé­rez, más tarde liberado y luego cercado y asesi­nado por la Guardia Nacional el 15 de febrero pasado.
 
 L.B. ¿Qué partidos políticos existen en Panamá v cómo funcionan?
 
 G. En la actualidad no existe ningún partido político en Panamá. El 22 de febrero de 1969, la Guardia Nacional anunció a la ciudadanía la ex­tinción de los mismos, "para preservar precisa­mente el derecho del panameño a emitir libre­mente su voto..." Además fue disuelta la Asam­blea Nacional y controlado el Órgano Judicial. A más de dos años del golpe castrense, no se vislumbra ninguna acción del gobierno dictatorial para volver al régimen constitucional.
 
 
 
 L.B. ¿Cuál es la posición del P.C. en la lucha contra el régimen militar?
 
 G. La Dirección del Partido Comunista de Pa­namá (Partido del Pueblo) ha entrado en estos momentos en una descarada conciliación con el gobierno de facto. En realidad esto era de espe­rarse, pues si hurgamos bien en nuestra historia nos daremos cuenta de sus innumerables maniobras oportunistas con los regímenes anteriores. Pero la, actitud que han tomado en esta coyuntura es bochornosa. Para que el régimen militar les per­mita regresar a algunos desterrados suyos se ga­nan su aprecio con una labor de taumaturgia y presentan las cosas al revés: dicen que los gorilas son patriotas y que nosotros, al combatirlos, le hacemos el juego a la CIA.
 
 
 
 Nosotros somos un movimiento, como su nom­bre lo indica, de liberación nacional. Nuestros planteamientos podrían resumirse en los siguien­tes enunciados: instauración de un régimen po­pular, patriótico y antimilitarista. Nosotros lu­chamos por la eliminación del enclave colonial zoneíta y por tener un canal panameño. Para con­tribuir a crear la situación que nos permita el logro de este objetivo, en función de gobierno desconoceremos unilateralmente el ilegal Tratado de 1903, suscrito con Estados Unidos y los pactos que de él emanen. Además, luchamos por una reforma agraria revolucionaria que afecte las re­laciones de propiedad en el campo en beneficio de las mayorías campesinas. Asimismo, claro, lu­chamos por el derecho a la organización obrera, estudiantil y campesina; por impulsar planes de salud y educación públicas, acordes con nuestra realidad y nuestras necesidades, amén de una po­lítica exterior independiente. Es decir, luchamos por dejar de ser una colonia al servicio de los pla­nes agresivos de dominación continental, y por qué no? mundial.
 
 
 
 L.B. ¿Qué grado de identidad existe entre los fines que persigue el imperialismo y los de la ti­ranía castrense?
 
 
 
 G. Mire usted: el golpe militar de 1968 fue pro­hijado y respaldado por la CIA y el Departamento de Estado. Torrijos habló de que el golpe tenía como fin "adecentar el país" y "eliminar la co­rrupción administrativa y el gobierno de familia". Pero esa era la justificación que tenía que dar. Las verdaderas causas tienen que ver con la con­certación de un nuevo tratado con los Estados Unidos. El imperialismo norteamericano necesi­taba un "gobierno fuerte" que pudiera impedir las movilizaciones populares frente a las nuevas negociaciones. Torrijos está dispuesto a vender el país y otorgarle a Estados Unidos derechos para que construya otro canal y derechos para nuevas bases. Es decir, está presto a hundirnos en un eterno sistema colonial. Torrijos no es más que un vulgar peón del imperialismo que sigue fiel­mente los dictados de Washington.
 
 
 
 L.B. ¿Cuál es su concepción de la lucha estando en las entrañas del monstruo?
 
 G. El tipo de gobierno por el que luchamos ya lo definí. Nuestro amplio programa debe resultar atractivo para las grandes mayorías. Cerradas otras alternativas por el golpe militar, y desde antes de la cuartelada, por uno de los sistemas de elección más ideológicamente prejuiciados y más inmorales del continente, nos hemos orientado por la vía armada para conquistar el poder. Estamos dispuestos a concertar las alianzas indispensables, no como acuerdos burocráticos de escritorio, sino conforme a una concepción dinámica de éstas, para movilizar las energías y los talentos indispensa­bles que exigirá la lucha y la integración del go­bierno que hemos planteado. Creemos en la combinación de todas las formas de lucha y, en un terreno más particularizado, en la combinación de varias formas de lucha armada. Creemos, asimismo, en la inserción de nuestra lucha dentro del torrente revolucionario latinoamericano. Aún no tenemos una, estrategia y una táctica acabadas. El curso de nuestra lucha contra la dictadura, militar está sujeto a contingencias futuras, por­que, existiendo un enclave colonial dentro del te­rritorio, o sea que "estando en las entrañas del monstruo" como usted dice, ¿quién quita que, a lo mejor, nos obliguen a librar una guerra pa­triótica con las tropas extranjeras?
 
 
 
 L.B. ¿Tiene algún mensaje especial que enviar por conducto de "Punto Final"?
 
 G. A través de sus páginas quiero mandar un saludo fraternal a todos los revolucionarios de América Latina, en especial a los que luchan con las armas en la mano por la liberación definitiva. Asimismo envío un saludo cordial al generoso pue­blo chileno y a su presidente socialista el com­pañero Salvador Allende.
 
 
 *Esta entrevista, concedida en el mes de febrero, se publicó en la revista chilena Punto Final el 30 de marzo de 1971.