Carta a los camaradas del ELN y las FARC-EP

CARTA A LOS CAMARADAS DEL ELN Y LAS FARC - EP
 
(A propósito de los diálogos entre el gobierno colombiano y el ELN)
 
Escribe: Rodrigo Machado.
 
En octubre de 2015, Libardo Sánchez Gómez, escribió un artículo que denominó “El Ternurismo de las FARC EP”, donde señalaba que la "paz", que se negociaba era una paz vacía de cualquier contenido social, este aserto se comprobó con el transcurrir del tiempo y sin lugar a equívoco alguno, apuntaló los podridos escombros del sistema oligárquico colombiano.
 
De aquella histórica estructura creada por uno de los más grandes genios de la guerrilla latinoamericana, de esa estructura “político – militar” de Nuevo Tipo que, bajo la dirección del Camarada Manuel, adoptó la forma de organización de fuerza militar de liberación, quedan hoy, las añoranzas románticas. De aquel corajudo discurso de Iván Márquez, en Oslo – Noruega, de que “(…) venimos aquí con el acumulado de una lucha histórica por la paz” quedaron papel, tinta y babas.
 
Lejos de entrar triunfantes en La Habana, como lo hizo Fidel Castro y su Ejército Rebelde, los “Comandantes” Farianos, encabezados por Timoleón Jiménez, entraron a La Habana con la claudicación bajo el brazo, con la confianza de que el adiós a las armas, era su pasaporte al “perdón sistémico”. No era el Comandante Timoshenko de la era soviética, era la caricatura grotesca de un guerrillero ausente de estatura.
 
Los “Comandantes” Farianos, sin ser derrotados en el campo de batalla, asumieron la derrota del Proyecto Histórico en la mesa diplomática, olvidando lo señalado por Alfonso Cano de que “Desmovilizarse es sinónimo de inercia, es entrega cobarde, es rendición y traición a la causa popular y al ideario revolucionario que cultivamos (…)”, así, pudimos observar que, sobre las heroicas e indomables trincheras guerrilleras, florecían ya, las “viejas murallas del sistema”.
 
Sin más balas, la oligarquía colombiana selló su victoria en la Mesa de La Habana y trastocó el discurso insurgente que a cambió de un par de “curules santanderistas” y su sometimiento a la JEP, aceptaron ser los victimarios de un orden al servicio de la economía de los privilegiados.
 
Luego de las caídas, por no decir asesinatos cobardes a Comandantes de Hierro como Jorge Briceño, Raúl Reyes, Alfonso Cano e Iván Ríos, las lágrimas de un “Comandante de Mantequilla” como Timochenko, no fueron novedad, encerraban sin lugar a dudas, el mismo significado que el beso de Judas.
 
Desde entonces, lágrimas y dejadez política, cansancio y fatiga acompañaron a los negociadores farianos para suavizar su postura inicial, después el “autoengaño” y “la prisa por abandonar los campamentos”, fueron la táctica para una “rendición” y el libre tránsito de “algunos comandantes” para en la vía política, “asegurar su jubilación”. Mierda burguesa, diría el Comandante Jorge Briceño.
 
La Mesa de la Rendición, de La Habana, cumplió su objetivo: paz de los cementerios y la balcanización de las FARC – EP. Una nueva, ayer combativa trinchera revolucionaria, se suma a esa colosal montaña de excrecencia burguesa, llamada "izquierda democrática", si, esa izquierda devenida en “socialdemocracia”, que dio el Golpe Congresal – Militar – Empresarial, a Pedro Castillo en el Perú, esa sistémica “izquierda” antiética que como parasito se alimenta de las luchas sociales y populares y que concibe la lucha de clases, como una lucha por los “curules”.
 
Los nuevos corifeos del Orden Mundial, fiel a su Hoja de Ruta Oportunista, observan atento la Guerra Inter imperial que se desarrolla en Ucrania, y en su orfandad ideológica y moral, son visitantes “militantes” de la embajada de la Federación Rusa, abrazan a Petro y aplauden a Boric, agitan vítores con la Revolución Cubana y firman compromisos con Biden, el imperio y sus secuaces. Sus olfatos perrunos, no toleran la lucha de clases ni las transformaciones sociales, la “pólvora y dinamita” como cantaba Martina Portocarrero, son en su moderna pose revolucionaria, “una arcaica cantata de lucha”.
 
La solidaridad es la ternura de los pueblos, señalaba Gioconda Belli y lo enarbolaba el Comandante Guevara, pero, para esta peste socialdemócrata, la solidaridad como ternura de los pueblos, no es otra cosa que un elemento de su arsenal mediático. No les interesa, el pueblo, sus luchas y esperanzas, les interesa la solidaridad con los opresores, con ellos comparten, coimas, sueldos, señoriales curules y miserias burguesas.
 
El clasismo de esta nueva y renovada peste, lo observamos en sus conferencias de prensa, donde abundan manifestaciones de solidaridad, frases revolucionarias, mensajes de caucho y no pocas lágrimas y mocos, condenan al gobierno, al empresariado y a la iglesia, mientras a escondidas comparten banquetes y privilegios. La lucha revolucionaria, no es válida dicen, mientras contribuyen a perpetuar el colonialismo y reforzar la superestructura para caber en ella (leyes, anticultura, des información, religión, etc.), aseguran la perpetuidad de “su clase”, de su especie y de sus amos.
 
La vieja clase política ha jugado su partida y en ella cayeron, los inconsecuentes, los desmoralizados y derrumbados ideológicos, los falsos revolucionarios, los traidores de la lucha de clases. La vieja oligarquía y la nueva derecha, han desarmado a los “nadies” como diría Galeano y los nadies, al son del “baile de los que sobran” enseñan su revolucionario pelaje “progresistas”. Si, el progresismo, ese componente sistémico, que ha surgido con sus cantos de sirena luego que el capitalismo, a poquito diríamos que el capitalismo “triunfante” declarara el fin de la historia, asumiera sus banquetes y contribuyera a la propaganda del enemigo para desmovilizar armas e ideas. En su podredumbre, intentan extender el contagio social.
 
Y este progresismo, en el caso peruano, ha inoculado en los ex militantes del MRTA el germen del derrotismo que en el año 2017 reforzaron lo que Víctor Polay, había decretado: LA MUERTE DEL MRTA; “(…) apostamos por la democracia…Se ha cerrado para nosotros definitivamente la página de la insurgencia armada y proclamamos que con la misma voluntad que empuñamos el fusil para hacer realidad los sueños de nuestro pueblo seguiremos bregando dentro de los marcos de la constitución y las leyes". Semejante deseo es un imposible, mientras que esta democracia por la que nuestros renovados revolucionarios piensan apostar, sea una democracia alejada de las construcciones indígena – populares y obedezcan a intereses anti nacionales, es un imposible, lo declaramos, porque esta democracia inaugurada por la institucionalidad republicana hace casi 200 año s atrás, constituyen una institucionalidad republicana y una democracia fallidas y es esta “democracia de los cementerios” a la que Boluarte, Otarola, Fujimori, y tantos demócratas – criminales defienden y, si este deseo propio del idealismo pequeño - burgues no toma en cuenta que las relaciones entre los centros imperialistas se encuentran arrojadas a una salvaje carrera por el dominio económico mundial, que ha tornado la llamada paz mundial, en un punto peligroso de inestabilidad y que además, nos ha llevado con el incendio de la pradera imperialista en Ucrania, al borde de la Tercera Guerra Mundial. Los nuevos bloques en disputa creciente por el poder, han traspasado la delgada línea de la guerra económica y llegado al lenguaje de las armas.
 
El caso del FMLN no escapa de este “corte”, en el prefacio de “Otra Visión de Stalin” de Ludo Martens, se describe como “ciertos partidos del tercer mundo, lanzados en lucha encarnizada contra el imperialismo, están derivando hacia el derrotismo y la capitulación…” y no es para menos, de tanto ir a la izquierda, los revolucionarios de ayer han terminado apareciendo en la derecha, deslizándose por la pendiente del oportunismo y la traición a la clase, al pueblo y la revolución. Nada más trágico, sentir que esta llamada “evolución” del revolucionarismo pequeño – burgués forma parte de toda una expresión de un proceso degenerativo ideológico y político. En el caso del FMLN embarcado en este viraje, el proceso degenerativo ha concluido en la transformación de su línea que no es otra que la línea socialdemócrata burguesa, la línea de la traición y el oportunismo; los Acuerdos de Paz de Esquipulas I y II, como en el caso de las FARC EP de Timoleón Jiménez, han cumplido su papel anticomunista y burgués y entregado a los descendientes del renegado kautsky, el discurso y la narrativa de la burguesía.
 
Este mismo “descubrimiento” que pretende imponer el Gobierno colombiano bajo la administración del “revolucionario” Petras con el ELN, constituyen el paquete de una falsa paz, que el agonizante “Orden Mundial Basado en Reglas” inventado por esa forma de hegemón que los rusos han denominado “Occidente Colectivo”, constituye la esencia de la llamada “Paz Total”.
 
¿Es acaso, el adiós a las armas, el necesario viraje histórico que esperan nuestros pueblos? ¿Son acaso los antiguos revolucionarios, los bomberos ante la polarización de las aspiraciones populares? ¿Declinar armas e ideas, es el paso obligado y de importancia histórica, para vivir en democracia en el naciente Orden Multipolar? ¿La Paz o el silencio de las armas revolucionarias no constituye acaso, la más eminente evidencia de la mediocridad revolucionaria?
 
Los muertos y asesinados; los torturados y encarcelados en el Perú, Colombia y la Patria Continente entera, son la característica existencial de un sistema nacido con la explotación y el asesinato permanente.
 
El ELN, junto a las FARC – EP en armas, se erigen hoy, como la reserva moral de la Patria Continente, donde el poder de la clase obrera, de las mayorías nacionales organizadas deben apoyarse, por lo que es importante, reconocer que, con ellos, una nueva ola revolucionaria será posible.
 
El llamado a la “Paz Total” pretende demostrar desde la orilla capitalista, la fortaleza de un sistema erigido sobre el crimen y el terrorismo de Estado, pretende demostrar que las revoluciones han quedado en el pasado y forman hoy, las páginas “de no repetición” del Museo de la Historia humana y que el único camino para los pueblos, es el mercado y la cultura del capital.
 
Se pretende ya no, derribar las estatuas de Lenin o Stalin o criminalizar las ideas, como en el Golpe de Estado de Yannaiev, lo que hoy se pretende es destruir el mito de la revolución social y eliminar el derecho a la insurgencia y la rebelión, al amparo de una sostenida y silenciosa campaña contrarrevolucionaria; la balcanización del Ecuador, la victoria de Pedro Castillo en el Perú y su desprecio estratégico por las masas que lo llevaron a su efímero gobierno, las intentonas por descuartizar al MAS – IPSP en Bolivia, el golpe a las esperanzas del pueblo chileno por Boric, forman parte de la ofensiva político – ideológica del imperio.
 
Ante una eminente derrota en los campos de Ucrania, el imperio pretende ir generando las condiciones necesarias para consolidar y atrincherarse en su “patio trasero”, para este fin, el desmontaje de las conquistas sociales y políticas es de urgente necesidad.
 
Se pretende romper la ideología de la transformación para dar paso a la ideología del sometimiento. No podemos permitir que el sistema, sea nuestro sepulturero.
 
¿Será que los revolucionarios hoy, producen sus propios sepultureros? Esperemos que la decisión de seguir construyendo la utopía y regando la esperanza, este por encima del cansancio, del derrotismo y la cacareada paz total.
 
Los revolucionarios debemos asumir nuestra época; nuevas jornadas de lucha nos esperan. Es una predicción digo.
 
Ankalli Wasi, agosto 3 de 2024.