TÚPAC AMARU VIVE EN LA LUCHA DEL PUEBLO: 244 AÑOS DE RESISTENCIA
Al pueblo peruano,
A las organizaciones populares del campo y la ciudad,
A las nuevas generaciones comprometidas con la justicia,
A los herederos del sueño de Túpac Amaru y Micaela Bastidas:
El 4 de noviembre de 2024 se cumplen 244 años del levantamiento de Túpac Amaru. Honramos la memoria de quienes, con su sacrificio, señalaron el camino hacia la justicia y la libertad. Desde las montañas insurgentes de nuestra Patria Grande, evocamos la voz de quienes gritaron contra la opresión, encendiendo la llama de una lucha que aún hoy palpita en el corazón de los pueblos. Recordar su gesta no es solo un acto de memoria histórica, sino un compromiso para continuar su legado.
Túpac Amaru y Micaela Bastidas no solo se alzaron contra el yugo colonial, sino que convocaron a los pueblos a soñar con un mundo diferente. Sus acciones no solo representaron la resistencia ante la esclavitud y el despojo, sino que tejieron el primer programa revolucionario que clamaba por la igualdad de todos los seres humanos. Su sacrificio, envuelto en tortura y dolor, no logró acallar la voz de un pueblo que hoy, con más fuerza, demanda la justicia que ellos defendieron.
El saqueo colonial y, más tarde, el neocolonialismo disfrazado de modernidad no han podido borrar nuestra identidad ni nuestras raíces. Desde el espíritu libertario del Tahuantinsuyo hasta la memoria viva de Túpac Amaru, el pueblo peruano resiste. Reivindicamos nuestra soberanía frente a quienes intentan convertirnos en esclavos de un modelo económico que destruye nuestra cultura, nuestras costumbres y nuestro territorio. Somos los herederos de una gran civilización, y nuestra misión es preservar y fortalecer nuestra esencia como pueblo.
Hoy como ayer, nuestros recursos naturales son el blanco de los poderosos. El oro, la plata, el agua y otros bienes que deberían garantizar el bienestar de las mayorías son entregados a intereses transnacionales. Frente a este saqueo, no caben la resignación ni la apatía. Llamamos a la unidad de las fuerzas populares, al fortalecimiento del movimiento social y a la construcción de un frente antiimperialista que frene el despojo y devuelva al pueblo lo que le pertenece.
El Perú, sumido en una profunda brecha social, requiere más que paliativos o reformas cosméticas. Es urgente una transformación radical que rompa con las estructuras que perpetúan la explotación y la desigualdad. Rechazamos el modelo neoliberal, que enriquece a unos pocos a costa de la miseria de las mayorías, y llamamos a construir un sistema basado en la distribución equitativa de la riqueza, la justicia social y el respeto por la dignidad humana.
El derecho a la protesta no es solo una expresión democrática, sino un grito legítimo de quienes claman por un cambio. Sin embargo, la respuesta del Estado ha sido la militarización y la criminalización de las luchas sociales. A los que resisten se les persigue, encarcela y asesina. Denunciamos estas prácticas y reafirmamos nuestro compromiso con la defensa del pueblo movilizado. Las balas no silenciarán el hambre de justicia, ni la represión podrá apagar la lucha por un futuro mejor.
La unidad latinoamericana es más que una aspiración: es una necesidad histórica frente a los embates del imperialismo. Inspirados en el legado de Bolívar, Túpac Amaru y Mariátegui, trabajamos por construir un Tahuantinsuyo libre. Solo mediante la integración y la solidaridad podremos enfrentarnos a quienes intentan dividirnos para perpetuar nuestra explotación. Unidos, avanzaremos hacia la construcción de una Patria Grande libre, justa y solidaria.
Hoy, como lo hizo Micaela Bastidas, alzamos la voz para decir: “¡Ya no tengo paciencia para aguantar todo esto!”. Su grito de rebeldía sigue siendo el motor de nuestras luchas. En este aniversario, reafirmamos que la memoria de nuestros mártires es la semilla que hará germinar la libertad.
¡Túpac Amaru vive, vuelve y vencerá!
¡Por la justicia social y la soberanía de nuestros pueblos!