A LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN NACIONALES E INTERNACIONALES
A LOS ORGANISMOS NO GUBERNAMENTALES DEFENSORES DE LOS DERECHOS HUMANOS
A LAS ORGANIZACIONES POPULARES Y REVOLUCIONARIAS
¡HERMANAS, HERMANOS, CAMARADAS!
El sexenio encabezado por Andrés Manuel López Obrador concluyó sin resolver las expectativas que generó en parte del pueblo, éstas se vieron frustradas en la medida que su política de gobierno se plegó a la lógica del capital y las exigencias de la oligarquía mexicana, así como del imperialismo norteamericano.
Económicamente no rompió con la dependencia de la economía mexicana con respecto al extranjero; internamente la política económica se sustentó en los mismos fundamentos del neoliberalismo, el crecimiento económico publicitado por el gobierno saliente resulta mediocre con el obtenido con respecto a los gobiernos anteriores.
Políticamente, dio continuidad y fortaleció el Estado policíaco militar al dotarlo de legalidad para que el ejército se mantenga en tareas de seguridad y profundizó las prácticas de terrorismo de Estado y medidas de contrainsurgencia. Mismas que se reflejan en el incremento desmedido de crímenes de lesa humanidad como la desaparición forzada, la ejecución extrajudicial y el desplazamiento forzado.
La militarización de la geografía del país y todas las esferas de la vida económica, política y social, se convirtió en la principal característica de gobernabilidad de su administración, a tal magnitud que la cúpula castrense ejerce funciones políticas, económicas, judiciales y empresariales, como nunca en la historia de México.
El Estado de derecho oligárquico se vio robustecido con la aprobación de reformas, leyes y decretos presidenciales que garantizan los intereses de una minoría que explota económicamente y oprime políticamente a la inmensa mayoría de mexicanos, durante su sexenio la oligarquía mexicana obtuvo altas tasas de ganancia.
Socialmente, los resultados de su gobierno se reflejan en mayor desigualdad económica; incremento de la violencia y el terror burgués sobre las masas populares; aumento de la descomposición, pauperismo social y de la lumpenización y cretinización de la sociedad.
La actual administración encabezada por Claudia Sheinbaum Pardo, abiertamente se declara como gobierno de continuidad, en consecuencia, la violencia contra las masas trabajadoras se incrementará, la dependencia con respecto al extranjero se mantiene y las demandas populares siguen sin ser atendidas.
A escasos dos meses de entrar en funciones la actual administración destaca por la violencia que se ha incrementado en todo el país, Sinaloa y Chiapas son el botón de muestra, en la primera entidad se registran más de quinientas desapariciones forzadas, en la segunda, la acción de grupos paramilitares se ceba sobre las masas organizadas.
La violencia que azota al país tiene origen en el intenso proceso de militarización y el fortalecimiento del estado policíaco militar que funciona al amparo del actual estado de derecho que criminaliza la pobreza y la protesta popular.
Una de las características distintivas de la actual junta administrativa son los hombres y mujeres del régimen que le dan vida: tecnócratas, criminales de Estado, políticos de oficio de concepción profascista, funcionarios públicos corruptos, fiscales de antecedentes mafiosos y contrainsurgentes.
¿Qué puede esperar el pueblo trabajador? Demagogia y asistencialismo contrainsurgente elevado a rango constitucional. Si el gobierno actual es de continuidad, la corporativización de las masas trabajadoras será la fórmula con la que se tratará de anular por un lado derechos y por el otro evitar la protesta popular.
Una exigencia popular que sigue sin resolverse es la presentación con vida de los detenidos desaparecidos, en los dos meses de gobierno que lleva su mandato no se ha atendido esta demanda de miles de mexicanos, se elude la atención a víctimas, se les niega su reconocimiento como tal y se les revictimiza con la actual política de gobierno. Tal parece que para los que se organizan y luchan por sus demandas fuera de la corporativización, de facto están cancelados sus derechos constitucionales.
La solución de las demandas populares en estos momentos no son prioridad política del actual gobierno, en primer plano figuran los intereses empresariales, oligárquicos y monopolistas extranjeros.
Los derechos del pueblo son conculcados bajo el amparo del discurso de los simbolismos y la distracción ideológica, que pretende apartar a las masas trabajadoras de la lucha por su emancipación económica, política y social.
La amenaza de la represión se cierne sobre el pueblo que se organiza fuera de las estructuras corporativizantes, bajo la lógica profascista de que ya no existen razones para protestar, en consecuencia, sólo resta aplicar las leyes que criminalizan y judicializan la inconformidad y protesta popular.
En ese contexto de violencia que emerge del régimen, de sus instituciones y de todo el aparato policíaco militar, el pueblo tiene el derecho legítimo de recurrir a la autodefensa, ahí donde es negada la justicia el pueblo tiene el inalienable derecho de exigirla por la vía del hecho.
¡POR LA REVOLUCIÓN SOCIALISTA!
¡VENCER O MORIR!
¡POR NUESTROS CAMARADAS PROLETARIOS!
¡RESUELTOS A VENCER!
¡CON LA GUERRA POPULAR!
¡EL EPR TRIUNFARÁ!
COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO DEMÓCRATICO POPULAR REVOLUCIONARIO
PDPR
COMANDANCIA GENERAL DEL EJÉRCITO POPULAR REVOLUCIONARIO