Esta nota va dirigida a informarles de la marcha general de las cosas dentro de la organización y acerca de algunos sucesos ocurridos recientemente que, calibrados correctamente y medidos con objetividad pueden ayudarnos a todos a conocer realmente a nuestra Organización, valorar su desarrollo y darnos pautas de funcionamiento cada vez más precisas que contribuyan a acelerar una perspectiva de trabajo consecuentemente cada vez más eficiente.
La Guerrilla del Ejército Libertador ha terminado su período de gestación. Hoy es un niño que reclama su derecho al crecimiento. Esta es la mejor oportunidad para que la dirección envíe un saludo revolucionario a todos los compañeros que con su esfuerzo están forjando una herramienta para la lucha por la liberación de nuestro pueblo. Es también la mejor oportunidad para que le demos contenido a este saludo y hagamos un sencillo balance de lo que se ha hecho y lo que no se ha hecho a partir del momento en que decidimos unificar nuestras dos antiguas organizaciones.
Creemos sinceramente que debemos partir de puntos elementales como estos:
a) la nuestra es una organización chica.
b) la voluntad revolucionaria que no cede ante nada es la mejor infraestructura con que puede contar una organización. Es el basamento moral, el que asegura la única posibilidad de crear una organización revolucionaria indestructible. Esto lo decimos con la convicción de que todo lo que perdamos será recomponible y de que es lógico que en nuestra empresa tengamos éxitos y fracasos, porque tales son las reglas del juego en una guerra, pero que sólo estaremos perdidos y solo habremos fracasado si alguna vez llegamos a admitir que hemos perdido la voluntad revolucionaria. Para nosotros no debe haber más que un oficio: “es el que enseña al hombre a ser un HOMBRE”.
c) Afirmamos la eficiencia en el cumplimiento de nuestra tarea como una prioridad imperativa de funcionamiento. La voluntad debe ser educada. Todos nuestros movimientos deben ser precedidos del más riguroso análisis que podamos realizar. De nada valdrán nuestras buenas intenciones cuando debamos rendir cuentas de todo lo que debimos hacer y no supimos o no pudimos hacer. Sencillamente queremos expresar esto: en nosotros está comprender lo que somos, lo que queremos ser y hacer y, en base a esto, el que sepamos rodearnos de las condiciones que aseguren de acuerdo a nuestra realidad que nos ubiquemos en el mejor de los caminos posibles hacia la revolución y el hombre nuevo.
La dirección considera necesario en esta inauguración (de GEL) a la que formalmente (y esperamos que REALMENTE) hemos convenido en considerar una etapa, realizar una autocrítica de su funcionamiento que es imperfecto, criticable, modificable y superable.
Antes de esto haremos un necesariamente escueto y generalizado (por compartimentado a veces) análisis de la marcha global de la organización. Somos optimistas y es nuestra opinión que hay indicios elocuentes de superación en la generalidad de los niveles. Trataremos de dar siempre nuestra síntesis de un panorama que es inevitablemente heterogéneo. Creemos que hay un ascenso en la conciencia revolucionaria, en la voluntad de aprender, en la capacidad autocrítica y en la participación intensiva de la generalidad de los compañeros en una tarea que, inevitablemente, cada vez demanda más de todos; porque esa es también, la ley dialéctica de las grandes empresas;
Ahora bien. Como se manifiesta este crecimiento?. Notoriamente en un trabajo celular y una concepción de la célula como trinchera de trabajo cada vez más rica y con mayor capacidad para aportar soluciones a sus propios problemas.-Se manifiesta también en la modificación personal del compañero, que nos confirma en la convicción de que el Hombre Nuevo no es una consigna metafísica ni una aspiración que debe someterse al paso previo de la construcción de la nueva sociedad. El Hombre Nuevo es necesario hoy. El CHE demuestra que esto es cierto. Tomémoslo como modelo.-Con altibajos las columnas se van consolidando. Se han formado nuevos equipos de servicios. Lentamente sentamos bases de un progreso en medicina, asesoría jurídica, documentación y balística. Algunos compañeros han podido realizar un entrenamiento especial de combate que ha mejorado su capacidad operativa. La transmisión de esta experiencia al respecto de los compañeros (si bien en forma, lógicamente más precaria) pensamos que ha surtido el mismo efecto.
Vaya eso como un somero análisis de algunos aspectos que consideramos positivo. –La Dirección considera que lo de la etapa no puede ser una formalidad y que es tarea ineludible del revolucionario transformar toda crisis en crisis de crecimiento.---Pensamos que la organización ya está mereciendo una dirección más eficiente de la que tiene. Hay demasiadas tareas que están esperando ser encaradas en profundidad. Hay tareas demasiado importantes como para postergarlas. Es tarea de la dirección que esto no ocurra.
Señalamos como algunos de los déficits: A) La necesidad de una clarificación estratégica en profundidad (no lograda). Lo que presupone planes de estudio y trabajo, tiempo material para concretarlos, análisis de las diferentes realidades políticas, económicas, topográficas y sociológicas que integran nuestra realidad nacional.
a) La necesidad de profundizar la línea política de la organización, que pasa por nuestra necesidad de politizarnos, cada vez más y a todos los niveles.
b) La necesidad de militarizar los cuadros y procedimientos.
c) La necesidad de consolidar, cada vez más, criterios de funcionamiento.-
d) La necesidad de que la dirección encare seriamente la tarea de dirigir a la organización. Esto supone que la dirección se desocupe de tareas tácticas y auxiliares que, en parte por necesidad y en parte por una concepción errónea de la dirección acerca de la verdadera naturaleza de sus tareas, conforman prácticamente el grueso de su funcionamiento real. Esto debe ser comprendido en función de la etapa del desarrollo de la organización. Actualmente hay cuadros que antes no existían y que pueden suplir perfectamente a los compañeros de dirección en una cantidad de tareas que materialmente los agobian y que, en parte y sin eludir la responsabilidad que les cabe por no haber cumplido con las tareas fundamentales de conducción les impiden abocarse al cumplimiento de sus obligaciones más profundas y los inhiben para elaborar planes de mediano y largo alcance que traten de abarcar el crecimiento futuro de la organización en todos sus niveles.---
La falta de estos planes, más las insuficiencias que hemos señalado, no manifiestan en una incoherencia peligrosa en el accionar de la organización.
Pensamos que una prueba evidente de esa incoherencia, y esto vale ni más ni menos como un ejemplo, fue la planificación de las operaciones de salida. Esta desembocó en la renuncia de los criterios que dominaron durante mucho tiempo a la dirección, acerca de la necesaria “importancia” que debía tener dicha salida y remató en la necesidad de admitir que nuestro potencial operativo no se correspondía con esas exigencias, y que en definitiva había que olvidarse de todos los planes y ponerse a trabajar en las cosas que realmente podíamos hacer.
El análisis de este incidente demuestra simplemente esto: que la dirección se equivocó y junto con ella se equivocó toda la organización. Y que la dirección asumió su equivocación y junto con ella la asumió casi toda la organización.
El hecho es grave porque demuestra en su generalidad, es decir ligado a ideas anteriores de “salida” tales como un pueblo, un tren cargado de policías, y el correo central, una tendencia peligrosa a la irresponsabilidad, no porque las operaciones fueran imposibles ni siquiera fueran imposible para nosotros, sino por los criterios que se manejan, que reflejan una posición exitista, pretenciosa, ingenua y en definitiva, pequeña-burguesa, como concepción de lo que debe ser el accionar de una organización revolucionaria. Como remate, y quizás como consecuencia de este error original político y de concepto, incurrimos en un error militar al valorar incorrectamente nuestra capacidad operativa, el proceso culmina dos días antes de la fecha “definitivamente fijada” para la salida de la operación “registro” con el reconocimiento por parte de la dirección de que no estábamos en condiciones operativas adecuadas para enfrentar la operación y, consecuentemente con la decisión de levantarlas y salir con otros operativos menores.---
Esto es grave…más grave hubiera sido que ante el error hubiéramos insistido en él.-Y más grave sería que no extrajéramos de esta experiencia la lección saludable que se impone: debemos ser modestos y realistas.-
Recordemos que somos una organización chica. La línea para el futuro debe ser esta: debemos encarar aquellos operativos que, de acuerdo al crecimiento real de nuestra organización, podamos dominar militarmente.-
Y que además, no dependan fundamentalmente de un golpe de audacia que si sale bien será motivo de festejo y si sale mal será motivo de descalabro general de la organización. Las grandes operaciones las aremos cuando podamos. Tampoco el criterio debe ser negativista y deducir que antes debemos equilibrar nuestras fuerzas, con la de l a represión. Sabemos que esto es imposible hasta la última etapa de la lucha. Como síntesis del criterio podríamos decir que debemos ser audaces para garantizar simplemente esto: superioridad táctica y correspondencia política con la vida de la organización.---
Todos estamos aprendiendo este oficio y todas nuestras manifestaciones revela el nivel de ese aprendizaje. La dirección se siente optimista respecto al grado general de progreso de la organización. Y preocupada respecto a la cantidad de tareas que le incumbe encarar y que la realidad demuestra que progresan poco. Que sentada esta preocupación y un concepto que, de ninguna manera es una excusa sino un intento de aportar para el futuro: nunca el destino de una organización debe depender de una buena o mala dirección. Ninguna buena dirección puede salvar a una mala organización; y ninguna mala dirección debe hundir a una buena organización. La organización es una sola y de ella, de toda ella depende todo su futuro. Aquí hay una buena tarea para encarar: hacer que esto no sea una frase sino una realidad.
DIRECCIÓN
Jueves 11 de febrero de 1971.
Fuente: CAMPOS, Esteban: ROT, Gabriel. La Guerrilla del Ejército Libertador. Vicisitudes políticas de una guerrilla urbana. Buenos Aires, El Topo Blindado, 2010.