OTAN-Ucrania vs Rusia

Colección
Archivo digital
Autor
PDPR-EPR
Categoría
Documento Público
Datos de Edición
México: Editorial del Pueblo, febrero de 2025.
Núm. Páginas
128 pp.
Información Extra
[Recopilación de publicaciones en El Insurgente]
Contenido
PRESENTACIÓN

El presente material es una recopilación de documentos publicados en El insurgente, a partir del número 215 de marzo de 2022 a la fecha; un compendio que agrupa el análisis del PDPR-EPR en torno al conflicto bélico OTAN-Ucrania vs Rusia.

El papel de los monopolios de comunicación se enfocó desde el inicio de la guerra en tergiversar los hechos, ocultar la verdad y tratar afanozamente de construir la verdad imperialista, donde Rusia es el “demonio” al que hay que combatir, y Ucrania el paladín de la democracia occidental.

A tres años del inicio de la guerra defensiva emprendida por Rusia, que tomó cuerpo en la Operación Especial Militar de desmilitarización y desnazificación de Ucrania, el curso de los acontecimientos está más claro que al inicio, hoy Ucrania está más cerca de la derrota que de la victoria, lo cual significa, en términos estratégicos y políticos una derrota para el imperialismo.

El desenlace está cerca, y las implicaciones de la derrota de Ucrania serán de alcance mundial, que se traduce en el parto de un mundo multipolar, que expresa un cambio en la correlación de fuerzas a nivel internacional hacia una vertiente antiimperialista.

En el plano internacional la guerra OTAN-Ucrania contra Rusia transita por la ruta final, lo cual no significa su rendición en lo inmediato, es una derrota anunciada, sin embargo, el imperialismo trata de clavar varias cuñas militarespolíticas para disminuir costos y recomponer su hegemonía rota.

La guerra consume medios y destruye infinidad de fuerzas de producción, un ritmo que los países europeos y el imperialismo norteamericano no pueden sostener, sus economías tienden al colapso en la medida que la guerra se prolonga y sus fuerzas compuestas entre combatientes de la OTAN, ucranianos y mercenarios no sostienen el ritmo, el frente se desmorona y los materiales de guerra escasean en el campo de batalla.

La guerra que la OTAN-Ucrania desarrolla contra Rusia adquiere otras connotaciones, si bien la ruta estratégica está definida donde Ucrania está más cerca de la derrota que de la victoria, junto con el imperialismo norteamericano, Ucrania está empeñada en llevar la guerra a otros niveles de ahí que en varias ocasiones monte provocaciones para desencadenar la guerra nuclear y de esa manera asegurar el respaldo imperialista.

El desenvolvimiento de la guerra nos ilustra el papel de la tecnología en ella, no obstante, por importante que sea ésta no supera el papel estratégico que juega el hombre en el fenómeno de la guerra.

También queda confirmado en el terreno del combate y en el campo de la diplomacia internacional, que la guerra es la continuidad de la política por otros medios. En el ámbito internacional, Ucrania montó escenarios de provocación en vísperas de las elecciones en Estados Unidos, ya consumadas éstas busca afanosamente el respaldo del nuevo presidente, Donald Trump, se trata de asegurar el respaldo económico, militar, político y diplomático de parte del imperialismo norteamericano, lo que significaría el respaldo abierto al neofascismo y la salida militar a los conflictos internacionales para recomponer la hegemonía del imperialismo.

El expresidente Joe Biden dejó clara su postura belicista al autorizar a Ucrania el uso de misiles de largo alcance contra Rusia, armamento suministrado por Estados Unidos para atacar a Rusia, a tal posición se sumó en el acto Francia y Gran Bretaña, con ello manifiestan que son los promotores de la guerra contra Rusia.

Lo cual significa una escalada de la guerra en un intento por dar un giro estratégico a ésta para revertir la ofensiva imparable de las fuerzas militares rusas; constituye una provocación a Rusia para encausar la ruta de la guerra por la senda nuclear, razón hay cuando se dice que, si un loco gobernara Rusia, ya se habría desencadenado la guerra nuclear.

Al mismo tiempo, la decisión del gobierno de Biden constituyó una cuña política al gobierno que encabeza Trump para obligarlo a sostener el apoyo al régimen de Kiev, es a la vez la confirmación de la beligerancia militarista del imperialismo norteamericano que apoya descaradamente al neofascismo
internacional.

Quien encabeza el régimen de Ucrania se ufana del apoyo imperialista y espera que el lenguaje de los misiles defina el curso de la guerra, tal deseo resulta una quimera porque es obvio que en materia de desarrollo militar-tecnológico Estados Unidos se quedó rezagado en comparación con Rusia y China.

Los gobiernos de “Europa” dan pleno respaldo a las intenciones ucranianas y al actual giro de respaldo norteamericano, al respecto hay que decir que esos “gobiernos europeos” en esencia son los países imperialistas que han expoliado a los pueblos de África y Asia por siglos. Cosa diferente a los pueblos de Europa, éstos en esencia se oponen a la guerra porque ésta sólo beneficia a las élites burguesas, esa ha sido la experiencia histórica de las guerras mundiales.

Con tal posicionamiento se confirma que la OTAN, Estados Unidos, los países imperialistas de Europa, entre ellos Gran Bretaña y Francia, están en guerra contra Rusia vía Ucrania, ésta resulta ser el instrumento del imperialismo para imponer sus intereses y socavar a Rusia como un Estado único e indivisible.

En tanto que Ucrania no tiene el recurso tecnológico ni humano para operar dichas armas de la OTAN, un ataque con ellas implica el involucramiento de personal militar capacitado de la OTAN, la utilización de misiles de origen occidental implica dar un paso más hacia la tercera guerra mundial.

En esta ruta está implicado directamente el imperialismo norteamericano, en esa carrera guerrerista lo acompaña Gran Bretaña y Francia que también han autorizado el escalamiento del conflicto al autorizar a Ucrania utilizar sus respectivos misiles.

El hecho que Ucrania tenga sistemas balísticos tácticos es el indicativo de que la OTAN está directamente involucrada, que dichos países imperialistas sean los más interesados en sostener y escalar el conflicto en la ruta de la tercera guerra mundial.

Cabe preguntar, ¿con tal armamento cambiará la fisonomía del frente de guerra? Es muy difícil que cambie radicalmente el actual estado del frente de guerra en sus mil 200 kilómetros, es muy difícil que Ucrania logre un equilibrio básico para una contraofensiva y lograr cambiar la balanza a su favor. 

Un hecho es innegable, la hegemonía imperialista en el mundo ha sido rota y en Europa se resquebraja; Rusia se vio obligada a desarrollar una guerra defensiva ante la amenaza y pretensiones imperialistas de destruirla como Estado y apoderarse de sus recursos y territorio; se comprueba que las fuerzas neofascistas son instrumento de la reacción internacional; las tropas fascistas del régimen de Kiev fueron diezmadas en el campo de batalla, únicamente se sostiene la cúpula gubernamental-militar directamente vinculada y sostenida por el imperialismo.

El imperialismo no cejará en su intento de recomponer su hegemonía a nivel internacional, con medidas cada vez más violentas, injerencistas y anexionistas.

Éste aún no está derrotado, sigue siendo el enemigo principal de la humanidad. Los acontecimientos en Ucrania, desde el 2014, nos ilustran que el neofascismo por esencia es ultrarreaccionario, criminal e inhumano. El imperialismo, mientras no esté derrotado en su totalidad recurre a él para preservar su dominio, garantizar la existencia de la dictadura del capital y someter a la humanidad a un intenso proceso de deshumanización.

La arrogancia de quien encabeza la administración estadounidense no tiene límites, con desparpajo y violencia, deja en claro que su política sigue siendo la misma: injerencismo, anexionismo y la promoción de las guerras de rapiña, para salvaguardar sus intereses fincados en la exigencia de los monopolios.

La realidad presenta una necesidad inevitable para los pueblos del mundo, si no se quiere ser presa de la política imperialista inevitablemente se tienen que preparar para la confrontación directa contra el principal enemigo de la humanidad; esa ha sido la principal enseñanza de los diversos pueblos que empuñan las armas contra la dominación imperialista y ahí donde existe resistencia antiimperialista.

No hay lugar para las frases estridentes fincadas en las posiciones del pacifismo burgués, este camino lleva únicamente a la sumisión y a la degradación en manos del dominio imperialista, ante la actual situación internacional, que es convulsa y cambiante, emerge una tarea para los comunistas, organizar la resistencia antiimperialista en todo el mundo, construir incontables trincheras y continuar reivindicando la revolución socialista como horizonte para la humanidad, ésta sigue siendo la antítesis del capitalismo. Sirva el presente material para observar la posición política de los revolucionarios que militamos en el PDPR-EPR.