La resistencia palestina

Colección
Archivo digital
Autor
PDPR-EPR
Categoría
Documento Público
Datos de Edición
México: Editorial del Pueblo, febrero de 2025.
Núm. Páginas
176 pp.
Información Extra
[Recopilación de publicaciones en El Insurgente]
Contenido
PRESENTACIÓN

El presente material es una recopilación de documentos de análisis respecto al genocidio israelí sobre Palestina, una política que desenmascara el carácter criminal del imperialismo y la necesidad de la lucha armada para los pueblos del mundo.

En conjunto representa la posición revolucionaria del PDPR-EPR respecto al tema publicado en nuestro órgano de difusión y análisis El insurgente, del número 222 de enero de 2023 a la fecha. Acontecimientos que siguen en curso y denotan la existencia y condición del imperialismo como el principal enemigo de la humanidad.

El genocidio contra el pueblo palestino aún continúa a pesar de los acuerdos de cese al fuego, hasta el mes de febrero del presente año se cifra en más de 50 mil palestinos asesinados impunemente por las tropas sionistas de Israel, que cuentan con toda la ventaja militar y tecnológica, así como el apoyo irrestricto del imperialismo norteamericano.

Israel se confirma en el terreno de los hechos como el perro de caza y la punta de lanza de los intereses norteamericanos en el Medio Oriente para sojuzgar a los pueblos árabes.

Es obvio que la ofensiva militar de Israel no parará hasta alcanzar su objetivo anunciado, “lograr la soberanía de los territorios palestinos”, es decir, pretende apropiarse de todo el territorio del pueblo palestino y empujar por hambre al destierro de millones de palestinos hacia países de la región o matarlos de hambre.

El Estado sionista de Israel, de octubre del 2024 a principios de enero de este año, intensificó la ofensiva político-militar en toda la región de Medio Oriente, dicha ofensiva criminal y genocida contra los pueblos árabes y el palestino sólo es posible con el respaldo económico, político, militar y diplomático del imperialismo internacional, en específico, el norteamericano y el inglés que le permitió tener siete frentes abiertos simultáneamente.

El Estado israelí es criminal porque su ofensiva militar está destinada al asesinato masivo de niños y mujeres; es genocida porque procura por medio del terrorismo sionista borrar de la faz de la tierra al pueblo palestino; es reaccionario porque constituye la punta de lanza del imperialismo contra el pueblo iraní.

Su condición reaccionaria y criminal queda una vez más de manifiesto en la postura de Israel contra las determinaciones de la ONU que cuestionan el proceder israelí contra el pueblo palestino, así como el desconocimiento de las instituciones de la ONU en territorio palestino que han sido objeto de bombardeos indiscriminados.

El discurso y la postura oficial de Israel en torno a su ofensiva criminal se finca en el lenguaje y la política de la contrainsurgencia moderna, ésta consiste en poner a los niños y las mujeres como “terroristas abatidos” por las “gloriosas” fuerzas militares de Israel; de igual manera, las detenciones masivas de ciudadanos gazatíes o libaneses son justificadas como detenciones de “terroristas” o “mandos militares” de Hezbollah, lo mismo sucede con las ejecuciones extrajudiciales y las desapariciones forzadas, en conjunto expresan el terrorismo sionista como política de gobierno fincada en la doctrina de la contrainsurgencia moderna promovida por el imperialismo, regímenes fascistas y el sionismo israelita.

El genocidio contra el pueblo palestino se expresó hasta noviembre del año pasado en el asesinato a mansalva de más de 43 mil 314 palestinos y 102 mil 19 heridos desde el siete de octubre de 2023. A lo que se suman las víctimas del sionismo en Líbano que ascendían en la misma fecha a 2 mil 980, cifras macabras que expresan la condición reaccionaria del régimen israelí y su política genocida y expansionista.

Del conjunto de víctimas del terrorismo sionista, mujeres y niños representan el 70% de los asesinatos cometidos por el ejército israelí, según estimaciones de la ONU. La estrategia sionista está fincada en el terrorismo de Estado para destruir toda infraestructura civil y empujar al desplazamiento forzado de los palestinos para apropiarse de todo el territorio.

Las cifras del genocidio hablan por sí solas, para el 29 de noviembre, 44 mil 300 palestinos habían sido asesinados; para el 6 de enero de 2025, 45 mil 805 asesinados y 109 mil 64 personas heridas; el 8 de enero de 2025, la cifra llegaba a 45 mil 885 asesinados. Para mediados de enero, la cifra de asesinatos eran más de 46 mil palestinos; para mediados de febrero la cifra asciende a más de 50 mil asesinados impunemente, esa es la magnitud del genocidio.

La inmensa mayoría de las víctimas han perdido la vida en los bombardeos de edificios residenciales, cabe resaltar que los niños asesinados tenían la edad de entre cinco y nueve años, esa es la esencia del genocidio contra el pueblo palestino.

El genocidio ha sido posible por la política del imperialismo norteamericano en respaldar al sionismo israelita que justifica el asesinato masivo bajo la argumentación fascista-sionista: deshumanizar a los palestinos para justificar el despojo de su tierra y propiedades, para negar su condición de pueblo e historia, y por último exterminar a los “animales humanos”, es decir, se niega la condición humana a los palestinos.

El pueblo palestino es el oprimido, es el único que puede establecer la estrategia de liberación, las formas estratégicas y tácticas tanto de organización y lucha; los pueblos árabes agredidos están en su derecho a la autodefensa, tal cual como lo tiene el pueblo palestino, a ellos corresponde delinear las líneas de la dignidad, la autodefensa y la lucha contra el sionismo y el imperialismo.

Sostener que los pueblos oprimidos, quienes sufren el genocidio, quienes son víctimas de la violencia sionista son terroristas, es tomar partido, es ponerse del lado de la reacción internacional, es avalar el genocidio, es respaldar el terrorismo sionista-imperialista.

El Estado sionista de Israel mete el acelerador al genocidio del pueblo palestino, impuso un cerco contra Gaza y con la cancelación de la agencia de la ONU en Palestina (la UNRWA), la táctica está fincada en la política contrainsurgente aplicada por el imperialismo inglés, matar de hambre a millones de seres humanos.

La tipificación del cometido de genocidio por Israel ha sido documentada por la ONU, ha desenmascarado el proceder criminal de Israel al dar órdenes de evacuación en la franja de Gaza previo al bombardeo aéreo, lo cual constituye un crimen de guerra de transferencia forzada y de limpieza étnica; al poner en riesgo la vida de los palestinos de manera intencionada; por las pérdidas civiles masivas; y por utilizar el hambre como método de guerra.

Quienes personifican al Estado sionista de Israel están acostumbrados a pasarse por alto el derecho internacional, sin embargo, que la Corte Penal Internacional declare que Netanyahu es criminal de Estado es un triunfo político para el pueblo palestino y expone las contradicciones internas entre las fuerzas imperialistas.

En su carrera criminal deben quedar endosados los crímenes de lesa humanidad que comete contra el pueblo en Líbano, el cual es bombardeado indiscriminadamente con un solo objetivo, aniquilar población civil.

A mediados de enero de este año Israel y Hamas alcanzaron un principio de acuerdo para el alto al fuego. El acuerdo significa una victoria política para la resistencia y el pueblo palestino; a pesar de los duros golpes militares, la destrucción de la infraestructura civil, los miles de muertos y heridos, el resultado es contundente, victoria política para el pueblo palestino y el conjunto de la resistencia.

Las ambiciones de despojo imperialista no cesan, el alto al fuego solo es temporal, las declaraciones de Donald Trump respecto a Gaza indican los planes anexionistas de Estados Unidos, y que el pueblo palestino tendrá que seguir librando combates contra el sionismo-imperialismo.

El deber político y moral de los pueblos del mundo y, en específico de los revolucionarios debe ser estar con el pueblo y la resistencia palestina, no hay lugar para cuestionar las formas y métodos de organización y lucha que éstos han decidido y decidan emprender.

El carácter reaccionario y antihumano del sionismo israelita queda de manifiesto en las condiciones del intercambio de prisioneros y la liberación de presos políticos palestinos; la resistencia palestina ha regresado a los prisioneros en condiciones dignas y humanas, en cambio, los presos políticos palestinos reflejan en su persona el trato cruel e inhumano al que fueron sometidos por el fascismo sionista.