[Entrevista al EPR realizada por el periodista Jean Francoise Boyer y publicada en La Jornada, en dos partes, el 31 de mayo y 1 de junio de 1997.]
ENTREVISTA AL EJÉRCITO POPULAR REVOLUCIONARIO
(Región montañosa de la Costa Chica de Guerrero) El EPR está convencido de que “sí es necesaria la guerra, pero no como un fenómeno único, sino como un complemento de todas las formas de lucha que el pueblo pueda utilizar”, porque “no todo va a ser militar”.
En una extensa entrevista, el comandante Antonio, jefe militar del EPR y miembro de la comandancia general nacional de la organización, precisa: “estamos en lucha contra el gobierno mexicano, con las armas, pero concebimos que en la lucha armada existen cartas que no necesariamente nos llevan, por el momento, a declarar formalmente la guerra”.
La entrevista se realizó el viernes 23 del corriente. Largas horas de caminata, de subir y bajar cerros, escoltados por dos desconocidos que se movían como peces en el agua, culminaron en el encuentro con el líder del EPR en este conflictivo estado mexicano.
A media tarde de ese viernes, en lo que fue posteriormente la víspera del choque de Atoyac, el comandante Antonio, un hombre mestizo, de hablar fluido y gestos suaves que acompañan las explicaciones que él considera importantes, sostuvo que la fase actual que vive el EPR es “de autodefensa armada”, y agrega que el liderazgo eperrista considera la coyuntura presente como “un parteaguas, como una situación que puede durar mucho o poco, eso depende del desarrollo de los acontecimientos”.
—¿Por qué decidieron dar el salto a la lucha armada?
—Tomamos en cuenta varias experiencias a nivel nacional, a nivel local y también a nivel personal. La decisión fue precedida de extensos análisis que nos llevaron al convencimiento de que la lucha legal había topado con muchos obstáculos y que, por lo mismo, hacía falta hacer algo más allá de la lucha en los actuales marcos legales.
—¿Algo que intriga mucho del EPR es su modo de hacer las cosas; empieza una campaña militar, ataca puestos del Ejército, a veces son cosas de relevancia desde el punto de vista militar y, de repente, después no pasa nada, detienen su accionar y hacen algo de propaganda armada. Ustedes dicen que no han declarado la guerra al Estado mexicano: ¿están en guerra o no están en guerra contra el Estado mexicano?
—La situación la definimos así: nosotros estamos en una lucha contra el gobierno, con las armas, pero concebimos que en la lucha armada existen cartas, ases, que no necesariamente implican una guerra declarada. Estamos en una fase previa que es la de autodefensa armada. La concebimos como un parteaguas, como una situación que puede durar mucho o poco, eso dependerá de las circunstancias.
Decimos que es un parteaguas porque, a partir de esta situación, puede darse o bien que nos mantengamos como ahorita nos encontramos, únicamente defendiéndonos de las agresiones, de las campañas de hostigamiento, o defendiendo al pueblo de las agresiones que sufre.
Lo otro es pasar a una fase siguiente: la fase de la guerra declarada.
—¿Qué es necesario para que ustedes declaren la guerra?
—Hace falta que el pueblo haga suya la lucha armada más que como hasta ahorita lo ha hecho; además de verla con simpatía, que participe en ella, que la lucha popular se incremente y que nosotros también alcancemos la capacidad suficiente como para desarrollar un esfuerzo sostenido; eso sería lo que definiría (la guerra).
— O sea que a corto plazo no hay posibilidad de que ustedes declaren la guerra.
—Sí existen posibilidades a corto plazo y éstas se van incrementando gradualmente; existen esas posibilidades, pero ahora bien, eso no depende únicamente de nosotros, depende tanto de la forma como está respondiendo el Estado, que prácticamente nos está orillando a esa forma de respuesta, porque la represión se sigue incrementado, porque con su actividad, con su forma de respuesta a los problemas sociales, nos está dando la razón en el sentido de que esa vía es necesaria.
—¿Van a actuar antes de las elecciones?
—No tenemos pensado declarar la guerra, si esa es la pregunta.
—¿No tienen pensado hacerlo, pero la confusión viene de ahí, ustedes dicen que creen que la lucha armada es justificada porque el gobierno no permite otra forma, pero dicen que van a respetar el proceso electoral; hay una contradicción; decir que la lucha armada tiene licencia y aceptar el proceso electoral: no hay contradicción?
—No, el hecho de que haya ese espacio político-electoral no nulifica la necesidad de la lucha armada. ¿Por qué? Porque al concebirla nosotros como una forma de lucha a través de la cual el pueblo se puede expresar y puede ganar espacios, con eso no estamos diciendo que a través de solamente esa forma de lucha se pueda lograr cambiar la situación totalmente; es una más de las formas.
Así como se impulsa la lucha armada, creemos que la lucha electoral también puede contribuir a abrir esos espacios, también así las movilizaciones; ninguna vía por separado puede garantizar que el pueblo pueda expresar libremente su voluntad y que se recupere la soberanía popular.
—¿Ustedes están convencidos de que no podrán ahorrarse una guerra, que no podrán hacer cambiar las cosas, que de un momento a otro tiene que venir una declaración de guerra, y esta guerra al Estado?
—Nosotros pensamos que así es, y esta convicción parte de la actitud que el Estado está teniendo, pero la lucha armada que desarrollamos no se basa únicamente en esta convicción, queremos que sea una conclusión lógica de todo el proceso, que el pueblo debe llegar también a esta convicción de que es necesario un proceso a una guerra declarada, y manifestando su incorporación van a dar la pauta para saber en qué momento va a pasar.
—Tuve la impresión a través de este viaje que ustedes tienen base social, tienen una zona controlada, pero son zonas remotas y se siente que hay muchísimo trabajo que hacer para ganarse el apoyo. Este lugar, por ejemplo, es muy clandestino, está en una zona alejada de la base social fuerte de ustedes. ¿No le parece que va a ser muy difícil convencer a esa multitud que todavía no está con el EPR de tomar las armas, no le parece un sueño un poquito como dorado y difícil de alcanzar?
—Es un sueño, efectivamente, pero hay que recordar que la historia está hecha de sueños, los sueños después se pueden concretizar y hacer realidad. En este caso también era un sueño poder andar en el monte como ahorita hacemos; sin embargo, todo un proceso nos ha llevado a que podamos hacerlo.
A partir de un cierto momento empezamos a desarrollar casi exclusivamente la propaganda armada, y esas acciones se han desarrollado coordinadamente en todo el estado de Guerrero y en diferentes regiones del país, no en todos los estados. Pero ya hemos realizado acciones de este tipo en doce estados. Nuestra labor va encaminada en función de la lucha popular y en esos términos hemos mostrado lo que hemos considerado conveniente, hemos actuado cuando ha sido necesario así, no tenemos en ningún momento la intención de mostrar bajas.
—¿Del Ejército?
—Aproximadamente 100 bajas hemos causado al Ejército en todo el país, y de ellas, obviamente, el Ejército ha ocultado la mayoría, ha tenido una política de ocultar la información, de esconder sus muertos y minimizar sus bajas.
Para el Ejército Popular Revolucionario (EPR), según dice el comandante Antonio, el Partido de la Revolución Democrática (PRD) “es una de las fuerzas que participan y pueden contribuir a la lucha por la democratización del país, y está contribuyendo a la democratización de la sociedad; así lo consideramos nosotros. Pero también habría que distinguir que al interior del PRD existen fuerzas de un carácter bastante diferente, aunque lo importante es que en su conjunto puede contribuir a la democratización de México”.
—¿Ellos pueden construir la sociedad que ustedes quieren?
—No. Consideramos que el PRD solo, no. El PRD y todas las fuerzas políticas que impulsan el cambio en su conjunto, sí. Ni el PRD ni ninguna de las fuerzas sociales por su cuenta, ni nosotros podemos solos. Eso será posible solamente con el conjunto de fuerzas, empujando todos en el mismo sentido.
—¿Cuál es el recelo que ustedes tienen respecto al PRD?
—No hay recelo propiamente hablando, lo que hay es la no coincidencia total con sus planteamientos, simplemente. Creemos que es necesario no limitarse a la lucha electoral o a la lucha legal, creemos que es necesario combinarla con la lucha armada, esa sería nuestra principal diferencia.
—Imagine que Cuauhtémoc Cárdenas gana las elecciones del Distrito Federal y que el PAN y el PRD ganen la mayoría en el Congreso, pero que nada cambie realmente fuera del cambio político que eso significara. ¿Ustedes seguirían luchando, combatiendo a un gobierno que tenga gente del PRD?
—Siempre y cuando no se satisfagan las demandas populares, las demandas por las cuales el pueblo está luchando, vamos a seguir combatiendo; quien esté ejerciendo el gobierno, eso va a ser secundario, lo importante es que las demandas populares sean satisfechas y mientras no lo sean y no se recupere la soberanía popular, mientras no se logre la democratización de toda la sociedad, tendremos que seguir luchando.
—O sea que no es descartable que dentro de un año, con Cárdenas en la regencia y muchos diputados y parlamentarios del PRD, estalle la guerra en este país, aunque ellos detenten parte del poder.
—Sí, así es. Aunque ellos tuvieran una parte del poder, si en su conjunto la nación mexicana está dominada por el poder que ha estado azotando la voluntad popular, la lucha la vamos a dar. Y puede ser bajo la forma de una guerra declarada.
—PRI o PRD, ¿no importa para ustedes?
—Cualquier fuerza que sea, si no están satisfechas las demandas populares, se va a seguir luchando.
—Entonces no es factible que ustedes dejen de actuar a corto o mediano plazo, un año.
—No, porque primero tenemos que ver lo que se entiende por accionar militar real.
—Guerra de guerrillas.
—Si por ello entendemos emboscadas, combate de encuentro, romper cercos, no, eso no lleva tiempo llevarlo a la práctica, creemos que los enfrentamientos duros en cualquier momento pueden darse. Inclusive aquí, donde nos encontramos, es factible que al rato, o mañana, pudiéramos tener ese choque. Ahora bien, en términos de ofensiva, como atacar posiciones y desencadenar las hostilidades abiertamente en todos los lugares, eso puede llevar el tiempo que usted comenta. Puede llevarnos un año, puede llevar más, es variable.
—¿Hay fuerzas especiales del Ejército Mexicano actuando en Guerrero?
—Actúan las llamadas Gafes (Grupos Aeromóviles de Fuerzas Especiales), entrenadas especialmente para combatir a las guerrillas.
—¿Hace cuánto que llegaron aquí?
—Al mes siguiente de nuestra presentación en Aguas Blancas.
—No pocos periodistas extranjeros tildan al EPR como “la guerrilla de Bucareli”, y usted entiende lo que eso significa. Quisiera saber si los rumores según los cuales una de las organizaciones fundadoras del EPR, el PROCUP, ha sido realmente infiltrada por la inteligencia nacional. ¿Se puede decir que el EPR ha sido manipulado y qué medidas han tomado frente a ello?
—Hubo durante un tiempo el manejo de diversos sectores políticos en cuanto a que el PROCUP se encontraba infiltrado. Nosotros decimos que ese manejo provino de una parte del gobierno, que era una versión interesada para desacreditar a una organización. Esto creó durante mucho tiempo una atmósfera enrarecida en torno a esa organización. Ahora, nosotros como EPR afirmamos que no se ha dado esa situación, no hubo tal infiltración, sino maniobras destinadas a desprestigiar, como una forma de combate, como una aplicación concreta de los principios de la guerra psicológica, así lo consideramos.
“Hasta el momento no hemos tenido ningún golpe de importancia debido a eso y es por las medidas que hemos tomado, porque intentos sí ha habido, con el PROCUP y con el PDLP (Partido de los Pobres), y también con otras organizaciones, pero fueron neutralizados. En el EPR creemos que seguirán dándose esos intentos”.