Entrevista a Esteban Pereira Mena, “El Negro Alejandro”, Comandante de la Columna 15 del MLN Tupamaros
(CX36 Radio Centenario)
Por primera vez relata los sucesos del 14 de abril de 1972 Desmitifica unos hechos y destaca otros desconocidos hasta ahora de la historia real de los tupamaros uruguayos. Uno de los hombres más comprometidos con la lucha revolucionaria, analiza en una larga entrevista en Mañanas de Radio los acontecimientos que cambiaron la historia del Uruguay.
Efraín Chury Iribarne: Esteban Jorge Pereira Mena, el Negro Alejandro, está con nosotros y le decimos que lo recibimos con muchísimo gusto por aquí y le damos la bienvenida ¿cómo estás?
Pereira Mena: Lo mismo digo. Muchísimas gracias. Estoy muy bien, con mucho deseo de compartir con la audiencia todo esto y antes que nada, en esta fecha tan importante, como son todas las fechas del Movimiento de Liberación Tupamaro armado, revolucionario, socialista.
Lo que me parece más importante y que puede ilustrar y servir a nosotros mismos para poder redondear, o dejar propuestas en el aire para que otro la continúe o pregunte, o rebata, es desde el contexto de iniciación de la organización MLN Tupamaros, revolucionaria. Digo revolucionaria porque hoy no encuentro al MLN revolucionario, encuentro un nombre, pero que no es MLN ni revolucionario. Más bien encuentro con desviaciones burguesas totalmente lamentables, más para recordarla en este momento, 14 de abril.
Yo prefiero empezar por los embriones del Norte. Yo soy salteño, soy de una familia trabajadora, en la construcción, en el destajo, el trabajo en la aceituna, en la naranja, que son los medios que habían en Salto, ese Salto latifundista, ese Salto en un casco de plaza con los estancieros y esa iglesia que no era de pobres, aunque ahí acunó y ahí surgió un pensamiento de contenidos cristianos muy profundos, con sacerdotes que querían seguir el camino de Cristo. Como Edibar que murió luchando por trabajar con los estudiantes; como Belando, un marxista leninista erudito; como Renar, en el Cerro, entre los pobres; como Zaffaroni, un sacerdote que trabajaba en la construcción; como Bidegain, que se plegó a la cortada de caña de URDE, URDE es de Salto: Unión de Redadores Destajistas de Salto, del Espinillar de Salto.
Entonces recordar el embrión de nacimiento, retomar las raíces de nuestra organización revolucionaria, yo creo que es fundamental en esta fecha. Es como para que los familiares de aquellos desaparecidos, de aquellos muertos que viven entre nosotros, de aquellos compañeros que van a marcar camino siempre, vean no una fecha fría, sin explicación de nada, sino que tomen un contenido que para mí hay que tomarlo, en mi hilo conductor, que vine del Norte a la Facultad de medicina a estudiar, que pasé por un liceo nocturno de trabajadores, me parece que ahí podríamos centrar el comienzo de esa ideología.
E. Chury: Precisamente Alejandro yo tenía la intención de preguntarte por esos años y cómo te vinculas y cuando al MLN.
Pereira Mena: Esa pregunta me remonta a la infancia que hay que circunscribirla... Recién empezaba Caputo a apoderarse y a liquidar a los pequeños productores alrededor del Estadio Dickinson. Este Caputo que nació sí con un muy modesto galpón, pero que no dice como dice el ministro Lepra que lo hizo ahorrando; lo hizo explotando, sangrando y liquidando a pequeños productores. Ese Caputo iniciaba sus fauces devoradoras de los pequeños productores en un Salto que esos pequeños productores italianos, alemanes, hasta rusos, eran generosos. Yo recuerdo que cuando niños íbamos a la aguada del arroyo Ceibal repletos de naranjas, atrás del Estadio Dickinson donde trabajó mi padre 45 años como cuidador de vestuario. Íbamos a sustraerle las naranjas, a robarle naranjas. Nos bañábamos, íbamos a robarle naranjas y ellos nos decían «pero no muchachos, pidan, pidan, tienen cantidad, si no les gustan las del suelo, miren que las del suelo en la arena son más jugosas y más dulces, pero no rompan las ramas. ¿Necesitan verdura» Nos daban verdura, nos daban la fruta... Más de uno de ellos después como Bottaro, que vino acá como periodista a Montevideo, se transformó en tupamaro. Y el desenlace era ese: surgían los acopiadores, los mediadores que se enriquecieron hasta llegar a tener una punta de puertos los Caputo, donde la exportación salteña se iba, o volvía a Salto a encarecer la fruta; a vender en Salto la misma fruta.
En ese ambiente, de arroyo, de chanchería, que había una chanchería con todas las aves que te puedas imaginar, ahí crecimos; entre ranchitos de lata, entre ranchos de barro donde nos criamos nosotros. Un rancho de tres por cuatro; ahí, siete hermanos con nuestro viejo. Nuestra madre había tomado el camino de irse con otro compañero, buenísmo el compañero, un peón de campo de Gomensoro, por allá. Yo era chico y el viejo lidió solo con esos siete hijos. Trabajó, en todo: vendedor de diarios, cuidador de autos, en panadería, en carnicería, en confitería, el viejo peleó. Pero nos dio una cosa: la dignidad, la dignidad de no mendigar, la dignidad de tener dignidad en todo, de defender principios, de defender la justicia, a la cual se le sumó mi abuela.
Media curandera y religiosa era. Ella misma tenía sus hijos, ella misma se atendía. De Paloma vino con el abuelo de los pagos de Itapebí, de allá de los últimos charrúas donde este asesino que tenemos por héroe exterminó a esos charrúas. Yo creo que mi abuela algo de eso tenía porque era arrugada, pelo lacio, tejía en telares de caña jergones espectaculares que los cambiaba por una yerbita, un azúcar que le daba un bolichero, vasco Telleira, bastante bandido con eso. Que después Manos del Uruguay también hizo algo de eso: acopiaba el trabajo tremendo, lo exportaba y bueno, vasco Telleira es un Manos del Uruguay primitivo.
Esa abuela, mirándola, aprendías lo que era el trabajo. Pero era cristiana e iba a pedir a los cristianos. Les llevaba un ramo de flores y le daban algo de dinero, algo de comer, pero fundamentalmente le daban libros. Y ahí aprendimos, viéndola leer, devorar a Víctor Hugo, a Zolá, a este francés Balzac, y nosotros tomábamos aquellos inmensos anaqueles de biblioteca y devorábamos aquello. Era mucho de contar cuentos la abuela; mezclaba lo indígena, los yuyos, hablaba a las plantas, tenía una variedad impresionante. Mezclaba la botánica con lo religioso, con las Mil y una noches, con la historia sagrada, y nosotros la rodeábamos. Mi abuela es algo que jamás la voy a olvidar y tiene una imagen... Bueno, esa abuela madre nos aportó todo lo que te puedas imaginar de lo que es socialismo, de lo que es solidaridad, de lo que es compartir...
Angeles: Les dio la matriz
Pereira Mena: Dio toda la matriz. Después mis tíos: uno salió herrero, mecánico, todo por autodidacta. El otro albañil, aprendió algo de dibujo, pero fundamentalmente albañil. Mi hermano tenía nueve años y se va a ampliar el estadio, las graderías, papá habla con Macho Quiroz que era el armador del hierro a ver si no le enseña. Un muchacho espectacular, ¡espectacular! deportista y lo inicia a mi hermano en el trabajo del armado de hierro que nunca más va a dejar. Toda la vida mi hermano fue armador de hierro de la construcción. Y mi otro hermano fallecido mayor, tenía nueve años, empezó a trabajar en la herrería Berocay, trabajó treinta años. Mi hermano Quelo, el mayor, creo que tenía nueve años y era un palito, y lo ponían en la herrería para estirar reja de arado. Marronear, marronear en el yunque mientras Alejo -que después nos hicimos amigos porque treinta años trabajando, íbamos ahí- Alejo le iba dando forma, hasta que él después aprendió a estirar, a soldar y después a lo último se especializó en armado de reja, era un soldador eléctrico de primera. En ese ambiente, de labor, de trabajo y muy religioso, cristiano, pero un cristianismo muy profundo, un cristianismo de Cristo con los pobres, Cristo con los necesitados, Cristo. En el alimento de la comida estaba el espíritu de Cristo. Ese hombre que había dado su vida, había muerto luchando contra un imperio, había sido torturado, a ese Cristo de los pobres. Siempre mi abuela decía "más fácil va a ser que un camello pase por el ojo de la aguja que un rico llegue al reino de los cielos". Y yo me acuerdo que le preguntaba ¿pero abuela entonces ningún rico va? Ah... hay una parte que Cristo le dijo «deja todo y seguíme». Y eso me quedó siempre después en el movimiento obrero estudiantil de la iglesia, quedó eso. Cuando le cuestionaba a los pobres ciervos de la Divina Providencia, una Congregación del Vaticano que vino a Salto, que era potentosa la curia.
Se había cerrado el seminario, era una miseria total económica y esto era ... dos camionetas Willy, varias motos. Eran mecánicos, uno, el hermano Aldo era un exquisito artista, en fin, tenían un poder económico, pero tenían aquel error. En el momento que la curia estaba rebelde, revolucionaria y a la luz de él, de la teología de la liberación, donde todas las iglesias se repartían las torturas que hacían a nuestros hermanos cristianos de Brasil, estos curas un poco iban a adular al rico y me acuerdo que el pensamiento de mi padre de dignidad y el pensamiento de mi abuela, iba y le preguntaba al cura José, un cura del Sur de Italia que nunca aprendió a hablar bien ni el castellano ni el italiano y era una mezcla el cura José extraordinaria, era mi amigo.
Pero le digo ¿por qué somos tan, digamos así, como adulones de los ricos cuando Cristo fue claro, terminante: si quieren seguir el pensamiento dejen esto, vengan con nosotros, sígannos, no miren para atrás. A los fariseos ¿por qué tenemos que adularlos? si quieren ser cristianos que profesen el contenido y el espíritu cristiano, el amor al prójimo, el dar sin que una mano mire la otra. Bueno, y ahí le recitaba las bienaventuranzas cristianas y el cura dudaba, quería la cuestión, pero en realidad todos esos curas después uno de ellos fue perseguido por tupamaro, la mayoría formó un grupo que yo era el derecha de ese grupo, éramos nueve, yo era el derecha para ahí (...) y como todo, empecé a ver la iglesia por dentro, empecé a ver las diferencias sociales, empecé a ver el tratamiento distinto, empecé a ver los ricos, empecé a ver los hipócritas, los sepulcros golpeados, los fariseos que decía Cristo, los veía, los personificaba... Ver cuando estaban a la muerte ceder alguna her encia para ver si se ganaban el cielo. Ver a esa iglesia trabajar con la extremaunción, porque yo era ayudante. Era un negocio imperdonable y cruel desde todo punto de vista y era totalmente contrario al pensamiento cristiano. Y una camada de sacerdotes con una camada de jóvenes. Nosotros en la Parroquia del Este alrededor del naranjal, formamos el Movimiento Obrero Estudiantil.
Bueno, esta experiencia del Movimiento Obrero Estudiantil en un ambiente cristiano tiene una vigencia, pero una vigencia hoy, impresionante. Porque va a lo profundo de la ideología en la práctica, donde cristianos y marxistas leninistas nos fundíamos en una práctica social, una práctica social acuciante donde no hay contradicción.
Un pensamiento cristiano profundo, leyendo la bienaventuranza de Cristo, y la sed, el hambre, a los que sufren y el pensamiento marxista de crear esa sociedad de rosas y panes del socialismo y compartir.
No había en absoluto en Salto -y estamos hablando de Salto, considerado atrasado, latifundista, sin desarrollo industrial, con carencia de trabajo, pero en la práctica social, ahí nos encontrábamos marxistas, leninistas, ahí nos encontrábamos. En ese momento yo era cristiano y profundamente convencido. Formamos un Movimiento Obrero estudiantil. De 100 a 150 nos reuníamos. Eran naranjeros, changadores, trabajadores del comercio. Yo ya había empezado el Liceo nocturno, ya había empezado a trabajar con mi hermano, este hermano que me dio el camino laboral, que me enseñó a trabajar el hierro, que me protegía en todo: de los fríos, del calor. Yo empecé a trabajar, creo que tenía -capaz que estoy mintiendo- 13 años creo que tenía. Terminé la escuela y empecé. Me protegía en todo. Yo me tenía que esconder cuando venía algún visitante porque Cujó temía que lo multara un inspector porque era menor de edad. El hijo de Cujó, Jaime Cujó, casado con Estela. Cuando yo después vengo y veo a este compañero en un local que tenía problema voy y digo ¿dónde me metí? No, me abrazaba, somos compañeros ¡qué me iba a imaginar que el hijo del gringo José Cujó que era terrible, terrible como patrón, terrible como explotador de obreros de la construcción ¡el hijo tupamaro! Yo salí hasta inquieto de ahí pero con una alegría profunda.
Bueno, empecé el liceo nocturno y ahí eran como 45 por clase que nunca llegaban a segundo año. El frío los mataba, el sueño. Mi pensamiento cristiano me llevaba a darles lo que pudiera, pero no alcanzaba; el frío los mataba, el sueño los mataba. Y luchábamos, pero siempre había un problema: el sueldo no daba, tenían que mantener a la madre, a los hermanos, estudiar. Ese liceo nocturno que de acá lo llevo en el alma, el corazón, porque luchó esa dirección que era, debo reconocerlo, del Partido Comunista. Pero del Partido Comunista revolucionario de Salto, el que estaba junto al obrero, el que peleaba, el llamado radicalizado y perseguido en Salto, que defendía a cada uno de los estudiantes, trataba de conseguirles libros, trataba de aportarles todo y tenía un profesorado espectacular en filosofía, en literatura, que encaminaba a aquella muchachada a un pensamiento con contenidos muy profundos. Este movimiento obrero estudiantil que se organizó al Este en la Parroquia Santa Cru z con esa congregación italiana, Pobre Ciervo de la Divina Providencia, un coro espectacular tenían aquellos sacerdotes recordando a Italia, el padre Gino, un bajo, unos tenores que cantaban todas canciones de añoranza italiana y yo no entendía cómo dejaban esta patria estos sacerdotes. Por un pensamiento cristiano auténtico abandonaban todo. El hermano Aldo era de la aristocracia italiana, un artista. Artista en idiomas, que sabía no sé cuántos y artista, pero artista, en carpintería ¡hacía cada cosa!
Angeles: ¿Y ahí les dieron lugar para ese movimiento?
Pereira Mena: Nos dieron lugar. Esa fue la base, pero después vino la represalia. Formamos ese movimiento obrero-estudiantil, compusimos una organización, un poco ecléctica, vamos a ser francos. Eran seis proletas de las changas y eran seis pequeños burgueses, tirando a hijos de estanciero porque allá eran polos tremendamente opuestos: cantegriles salteños rodeando las ciudades y en el centro los que estudiaban magisterio en Salto que eran casi siempre hijos de estancieros. Ahí mi hermana, trabajando para una maestra y un estanciero Silva, pudo desarrollar su primaria, su liceo y venir al Hospital de Clínicas, creo que más o menos en el año 60, donde la agarró la lucha por la ley orgánica que después que se recibe va y aporta ese caudal universitario que yo voy a retomar en el 68.
Entonces ese movimiento obrero estudiantil, seis estudiantes de la pequeña burguesía, seis compañeros laburantes del laburo que había en Salto: changadores, destajistas, explotados a más no poder como eran los naranjeros que a las tres de la mañana rumbeaban para esas quintas con esos árboles llenos de espinas, de barro, con escaleras endebles que se partían, con la tremenda bolsa naranjera encima y esas uñas que tenían que ser hábiles para cortar. Cortaban los cabos, ojo que no tires una naranja, había que cortarla de cabo en esas mañanas salteñas frías, terribles. Bueno, con esos naranjeros conformamos esa organización que empezó a dar unos frutos tremendos, a discutir, desde el plantearnos ¿existe democracia? ¿existe libertad? ¿existe justicia social? ¿hay clases de ricos y pobres? ¿hay explotados? Aquello salía redondo por unanimidad, todos, todos.
Un amor al prójimo y una realidad terrible, que tendría que ser muy obtuso para no ver los latifundios salteños tremendos, donde mi hermana me acuerdo que venía casi llorando, pero, una escuelita, los niños muertos de hambre, los niños con la desnutrición que vos puedas imaginar. Otro que plan de emergencia de mil pesos para levantar eso ¡por favor! eran familias enteras. Que mi hermana iba a exigirle por derecho constitucional del hambre a un estanciero que tenía millones de ovejas, que le diera una oveja para carnear y darle de comer a esos niños y estos hijos de mala madre que a su vez iban los domingos a misa a la Catedral salteña, le decían que no, porque no podían fijar un antecedente de dar porque después venía todo el mundo a pedir.
Entonces con ese verso los gurises se morían de hambre. Mi hermana de cristiana empezó a tomar las posiciones que el viejo Batlle ahí las barajaba: ideas comunistas, ideas tupamaras, porque el viejo había venido, era secretario del Partido Comunista el viejo Batlle Oxandabarat.
Le decíamos el viejo Batlle. Pero había encontrado ese problema en el Partido Comunista, él no lo consideraba revolucionario, más que bolche lo consideraba ubicando a John Read por camino, que hay que leer a John Read, los diez días que conmovieron al mundo. Debe ser la historia más clara que refleja el Uruguay de hoy. Hoy tenemos Kerenki acá, y menches. Faltan los bolches, los bolches no están. Y Batlle Oxandabarat decía: me vine porque son menches, no son leninistas, no aceptan la violencia revolucionaria, no creen en las clases, no creen en la dictadura. Y lo estaba diciendo en el año 60, cuando la revolución cubana había transcurrido, cuando Camilo Torres, cuando Elder Cámara, cuando la lucha de la liberación nacional irrumpió en África, en todo el mundo. Cuando la Unión Soviética era floreciente, formidable, era espejo, que muchos lamentablemente mecanizaron ese espejo y ese espejo se acabó y se vinieron abajo esos partidos, esas organizaciones. Que eso tocó hasta la pr opia Cuba. Yo tuve la oportunidad de ir en el 94 porque tengo una hermana exiliada y estaban pagando carísimo no sólo el bloqueo yanqui por supuesto, ese bloqueo cruel, ese bloqueo inhumano, ese bloqueo satánico de Bush y de toda la vida de todos los imperios y de este imperio en la actualidad.
Y lo quieren endulzar, que tiene esa cara de dictatorial pero más que dictatorial, sangrador a través de ese Fondo Monetario Internacional, de las caras del BID y que lamentablemente hoy nuestro gobierno, que tendría que ser revolucionario, que tendría que ver la sangre latinoamericana explotada, que tendría que ver esos 20 millones que pelearon y murieron por el socialismo; que tendría que ver a este Bush sangriento, el rey del terrorismo, que dice "desármense ustedes", claro, por supuesto y yo quedo poniendo unas bombas que penetran 30 metros y revientan montañas, deshacen pueblos enteros con niños, mujeres, que los entierran vivos, y nosotros, a ese Fondo Monetario hablamos de que está un poco más humano, de que está flexible y está nuestro Ministro de Economía contento, radiante. No sé si aspira a hacer una iglesia, parece que la carrera viene por ahí.
Angeles: ¿Cómo te venís vos para Montevideo? ¿Cómo pegás ese salto de ese Salto donde estaban pensando tanto y haciendo y juntándose?
Pereira Mena: Bueno, primero quisiera darle a esta española que la vengo escuchando, si es la que escucho siempre, un abrazo profundo, si es la que siempre habla. Bueno, quería continuar el hilo del movimiento obrero estudiantil porque de ahí va a nacer el embrión revolucionario del MLN armado, el MLN que quería terminar con el capitalismo, el MLN. Vamos a definirlo, que definía cuando discutía, qué era terminar con el capitalismo: era eso, exterminar el capitalismo y sustituirlo por el socialismo, donde los medios de producción, donde el poder, estuviera en la clase obrera, en los más humildes. Lamentablemente hoy tenemos un Frente que lamentablemente, están primando las capas medias y las burguesías totales. Entonces este movimiento obrero estudiantil entra a hacer fogones en los barrios, que tiene vigencia, donde las señoras aportaban sus plantas, donde los trabajadores aportaban los tablones para el escenario, los tanques; donde enganchábamos un cable y había uno que no e ra muy bueno pero era solidario con su equipo de amplificación. Ahí venían los artistas, los viejos, las viejas, los niños, alguno tocaba un acordeón. Y teníamos un elenco estable que éramos cinco. Cantábamos los cinco, después de a uno, de a dos, de a tres, para más o menos llenar. Era un conjunto que después nos dividíamos. Esos fogones donde nos quedábamos toda la noche, que de tarde hacíamos juegos y campeonato de fútbol, atraía tanta gente y sobre todo de noche... ¡cómo a la gente le gusta un fogón!, el fuego, ahí se abre, ahí cuenta sus cosas, sus penas, sus miserias.
A más de uno pasado de trago pero naranjero al firme que parecía que el alcohol lo abría más, contaba con más corazón sus penurias, sus desgracias y todo eso iba chupando las pequeñas burguesías cristianas salteñas junto con el proletariado incipiente salteño.
Íbamos a los barrios con esos fogones, hacíamos paseos a los montes. Yo tuve un período de boy scout, que recomiendo a todo aquel que pueda ser scout. Conocés el terreno, conocés las noches, conocés los árboles, conocés los ríos, conocés la fauna, aprendés con una soga, aprendés a moverte... Eso te enseña. Y más que un boy scout después era el baqueano tupamaro. Baqueano tupamaro de monte y baqueano tupamaro de ciudad. El ser scout es algo que recomiendo profundamente a los jóvenes, a los jóvenes que se dediquen al monte que es un proceso natural donde ahí con la naturaleza está lo incipiente del pensamiento revolucionario, esa armonía natural. Ahora que hablamos de los transgénicos, bueno, si los boy scout en aquel entonces lo que más combatían era justamente el deterioro ambiental, bueno, ahora nos suicidábamos o matábamos a los que quieren poner los transgénicos.
Bueno, ese movimiento se conforma en paseos a los montes, pero fundamentalmente discutiendo, dialogando. Había baile, había alegría, pero había discusión, había compenetración de clase, que tuvimos el primer problema con la iglesia católica. No eran los naranjeros los que enamoraban a las pequeñas burguesas, eran las pequeñas burguesas que se enamoraban de los naranjeros.
Y acá teníamos un drama existencial: las catequistas viejas no querían entender eso. Yo tenía que ir a argumentar y decir: pero acá el amor, somos cristianos, somos iguales ¿o hay diferencia de piel?
No, no, no querían que la hija del estanciero, maestra, fuera con el naranjero ¿cómo explotaban? O el temor de clase. El primer llamado donde muchos de los cristianos no respondieron a los padres. Sufrieron castigos pero respondieron al pensamiento cristiano de unirse a su hermano, de luchar junto a su hermano, de transformar y lograr ese sitial, ese paraíso en la tierra que empezó a hablar Elder Cámara, que hay que revivirlo. A veces me hablan... o María Auxiliadora, la esposa de nuestro presidente ¡llorando por este Wojtyla, que es lo más fascista, reaccionario, que ayudó, colaboró con Walessa a la cabeza a destruir el socialismo! ¡20 millones murieron por el socialismo compañera, hermana Auxiliadora y usted llora por este que fue uno de los partícipes fundamentales de liquidar el socialismo!
Hay cosas que...hay muchos problemas acá cuando la primer dama incurre en esas definiciones ideológicas tan nocivas para aquellos sacerdotes que fueron perseguidos, torturados, muertos por el Opus Dei que respondía a ese Papa. Cuando tantos cardenales fueron mandados, digamos, a predicar en los desiertos. Entonces ¿de qué país estamos hablando? Yo estoy hablando del cristianismo revolucionario, del paraíso en la tierra, de hoy... hoy el cristiano quiere comer, vivir con dignidad, la tierra es para todos. Aquella reforma agraria fabulosa (...) Tiene que tratar, ya hacemos muchos escalones y mucho recorrido, tenemos que plasmar en una salida económica, si somos un gobierno que fuimos Tupamaros, si fuimos de izquierda, si dijimos que la tierra es para quien la trabaja, la banca es para ayudar a los productores, una banca nacional, ahora ni el secreto bancario nos animamos a levantar.
Cuando tenía un plan de cabotaje baratísimo, cuando queríamos desarrollar todas las vías férreas, cuando planteábamos aquello agroindustrial para fomentar y repoblar los campos, cuando hablábamos de la reforma agraria, la tierra para todos y el fruto para todos y ahí llenar la campaña, pero con dignidad. El fruto de la tierra va a ser repartido para quien la trabaja no para los zánganos, no para los latifundistas que ni conocen, europeos, argentinos y brasileros que se adueñaron de la tierra, que tenemos latifundios y tenemos gente hacinada en Montevideo, en los cantegriles, sin agua, sin luz, recorro pero no hay que irse lejos, en el Euskal Erría usted sigue el arroyo, aquí al lado y ve pobreza, los gurises jugando con los excrementos, como chiche son los excrementos. Ahí hay cualquier miseria.
Angeles: Dejáme leer este programa de gobierno del MLN, qué era lo que se quería. Son hojas escritas a máquina, un viejo documento de marzo de 1971, dice:
“El Movimiento de Liberación Nacional Tupamaros ha resumido los principales puntos de un programa revolucionario que no puede ser cumplido más que por un gobierno revolucionario inspirado en esta ideología.
El levantamiento de este programa no quiere decir que dejemos de apoyar cualquier otro programa de transición que tienda a los mismos fines como los que han levantado la CNT y otras fuerzas populares. El MLN tupamaros ha levantado una pequeña plataforma de 6 puntos que hubieran podido llevar el país a su normalización pero que fue rechazada por el gobierno. Incluía la restitución de las libertades, descongelación de salarios, reposición de los destituidos por las medidas de seguridad, liberación de los presos políticos, etc. Nuestros principales puntos para la etapa de reconstrucción del país por un gobierno revolucionario son Reforma Agraria.
1) Los grandes establecimientos ganaderos, las grandes plantaciones y los grandes tambos serán expropiados y su explotación será administrada por los trabajadores. 2) En el entendido de que la riqueza principal del país surge del campo se capitalizará y mecanizará su explotación para multiplicar su producción rápidamente. 3) La pequeña empresa rural les será respetada a los que la trabajan, a los trabajadores rurales que hoy tienen derechos precarios sobre la tierra como los arrendatarios, trabajadores y medianeros se les dará un derecho efectivo sobre ella. La tierra para quien la trabaja. 4) Habrá la mejor asistencia técnica para todos los productores rurales así como fertilizantes, semillas, alambres y demás instrumentos para una mejor explotación.
Industria, 1) Las grandes fábricas serán socializadas y pasarán a ser administradas por los trabajadores. 2) Se fomentará y protegerá la industria nacional, especialmente aquella que utiliza materia prima nacional, carne, lana, cue ros, oleaginosos, etc., pero también toda aquella que tenga perspectiva segura en el mercado interno o en el exterior.
Comercio: 1) Las importaciones y exportaciones y el comercio exterior en general pasarán a ser administrados directamente por el gobierno. 2) El comercio mayorista, los grandes supermercados, almacenes, tiendas y mercados de carne, etc., serán socializados y administrados por sus trabajadores.
Crédito: tanto el ahorro como los préstamos serán centralizados por el estado que orientarán las inversiones hacia los sectores productivos o hacia las construcciones y servicios que interesan a la sociedad.
Reforma Urbana 1)Los grandes propietarios de viviendas serán expropiados de las que excedan las necesidades habitacionales de su familia, asegurándoles el techo a los que carecen de vivienda. 2) También serán expropiadas las mansiones de lujo que serán afectadas a fines culturales, educacionales u otros de utilidad pública. 3) Tendrá prioridad en la planificación económica la construcción de viviendas higiénicas para las familias que carecen de ella. Planificación, tanto la tanto la producción como el comercio, el crédito y la economía en general serán planificados minuciosamente de manera de habilitar la producción, de eliminar la competencia y de eliminar completamente la intermediación superflua y la especulación.
Capital Extranjero: Las grandes industrias, comercios y bancos en poder total o parcial del capital extranjero serán expropiados sin indemnización.
Retribución del trabajo: 1) Se aumentará el nivel de vida de todos los trabajadores en base a la distribución equitativa de las riquezas del país y el aumento de la productividad nacional. 2) En la medida en que lo permita el aumento de la producción se instalará la norma distributiva a cada cual según sus necesidades.
Enseñanza: 1) el estado asegurará la total gratuidad de la enseñanza manteniendo y proporcionando materiales a los estudiantes hasta la culminación de sus est udios. La enseñanza se orientará hacia aquellas especializaciones que tienen que ver con una producción altamente tecnificada. 3) Como en otros campos de la actividad nacional se buscará la administración de la enseñanza de la enseñanza por los propios interesados. Salud Pública: Se pondrán los mejores medios técnicos de atención al enfermo al servicio de todo el pueblo sin distinciones, por ejemplo, se expropiarán los sanatorios particulares y los grandes laboratorios de productos farmacéuticos. Vejez e invalidez: Toda persona invalidad para el trabajo será mantenida en todas sus necesidades.
Justicia: 1) Los códigos actuales concebidos para la vigencia de la propiedad privada y del régimen capitalista en general serán sustituidos por otros que tengan en cuenta los valores humanos esenciales. 2) Se procurará la recuperación de los delincuentes por medio de la educación y el trabajo antes y después de su liberación. 3) Las sentencias penales dictadas por la justicia burgu esa sobre personas que hayan incurrido en los llamados delitos comunes serán revisadas en su totalidad, asimismo serán las absoluciones de delitos que han sido cometidos por algunos personajes del régimen. 4) Todas las personas que colaboren en la contrarrevolución como por ejemplo los que hayan cometido asesinatos y otros delitos al servicio del actual régimen o los que valiéndose de los medios de prensa hayan incurrido en calumnias y mentiras contra la causa del pueblo serán penados con cárcel de acuerdo con la gravedad de su delito. Defensa Armada de la Revolución: Tanto el ascenso al poder como el cumplimiento hasta el fin de los objetivos de la Revolución solo se garantizará armando al pueblo para su defensa.
Libertad o Muerte, Movimiento de Liberación Nacional Tupamaro Montevideo, marzo de 1971”
Pereira Mena: Debemos aplaudirlo. Estábamos buscando el embrión ideológico revolucionario de los tupamaros. La CNT salteña –estamos hablando del 60- yo me ubico con 14 años, entro a militar en el gremio del SUNCA, son huelgas terribles, huelgas, que había a veces unos pobres hombres changando y destrozábamos eso porque había que combatir el carnerismo, había que buscar cohesión gremial, había un anticomunismo que todo lo gremial era comunista y teníamos un extraordinario comunista, con todas las letras, Domínguez, que era el pionero, siempre estaba en las listas negras. Pero él educando y sembrando con el ejemplo, él cohesionando al sindicato, él guiándonos. Extraordinario comunista, comunista con todas las letras.
En aquellas huelgas había que defender el trabajo, estábamos buscando la unificación salarial nacional porque había salarios para Montevideo, para Maldonado y para el Norte la miseria, queríamos unificar y esas eran mis primeras armas. Yo ya había dado mi tesis teológica nada menos que a Monseñor Mendiará, había muerto el Obispo Viola y Mendiará ascendió a Obispo Titular Salteño. Dos polos opuestos. Monseñor Viola tirando al fascismo, Mendiará requerido por Tupamaro, pero un cristiano que me contaban cuando estaba preso que en la persecución más cruel del ejército, a los compañeros cristianos –para ti María Auxiliadora- ese obispo arriesgaba su vida como Cristo lo haría, buscándoles refugios, antecediendo a la ideología de los compañeros, iba a sus hermanos a decirles “veníte a la curia”, hasta que los milicos intervinieron la curia, se llevaron todo, habían hasta libros viejos del Seminario, arrasaron con todo y quemaron todo, y Mendiará requerido como tupamaro tuvo que irse para la Argentina. Mendiará es algo que hay que rescatarlo porque fue el pensamiento de Elder Cámara en Uruguay, fue el Obispo más claro del pensamiento cristiano y del paraíso en la tierra, acá, hermano, acá no hay metafísica que nos separe, acá somos hermanos de carne y hueso y aquí con esta naturaleza, con esta tierra, todos nos importan y la única manera de no vivir en esta tierra es porque un explotador se apropió del fruto de tantos trabajadores, Mendiará la tenía clarísima, y protegía y veía cuáles eran los cristianos que estaban en la cosa y sin que nadie le preguntara –esto me contaba él mismo como Obispo- “hermano estás perseguido como Cristo”. Siempre hizo con aquellos que recolectaba de entre la pobreza, con las prostitutas, con los trabajadores, ese fue el apostolado de Cristo, esos fueron sus apóstoles.
Este Mendiará era un cristiano que era hermano de alma de Elder Cámara, lo que pasaba en el Sur de Brasil se reflejaba en la curia de Monseñor Mendiará y ahí que nosotros decíamos “aleluya” porque además de esa realidad terrible, latifundista, explotadora, expoliadora y cruel que había, teníamos esa riqueza sustancial de un cristiano.
Pero, vamos a hablar también de la parte marxista – leninista pionera, que los combatieron a muerte, como el profesor de literatura Yardin que era poeta, como los Cardozo, profesores de Filosofía, como Carballo, como Odriozola, Director del liceo nocturno, todos del Partido Comunista, como extraordinarias compañeras que en aquel momento eran mujeres vampiresas como Marosa Digiorgio, la Chingola Muñoz, pero en el arte, en la literatura y en la plástica dieron un avance al marxismo – leninismo salteño impresionante y en la curia, en la punta de la curia donde ahí el Manolo Divar trabajaba con la JEC (Juventud Estudiante Católica), los jóvenes cristianos y todos los que estábamos ya en ese rumor de maleza de que algo cambiante venía –y no este cambio para no cambiar, un cambio revolucionario- nos juntábamos a ver los eruditos cristianos que eran Belando, era extraordinario marxista – leninista, era Divar, Renar, Zaffaroni, Bidegain como sacerdote y del otro panel Cardozo, Yardin , y todo el panel del Partido comunista.
Escucharlos polemizar era una belleza porque todo confluía a lograr una práctica social que transformara esa realidad, no aquella charla de café, no aquel pajerismo mental que tenían los socialistas que discutían por discutir, entelequias que no transformaban, no, no. Estos sacerdotes, estos cristianos, junto con la Juventud Cristiana enderezamos a transformar; a los barrios pobres, a los estudiantes, a los changadores, a la construcción y estos jóvenes se veían respaldados por gremialistas que eran estigmatizados, eran los ultra radicales, Sr. Bonomi, usted que tendría que callarse la boca porque de integrante de un grupo de acción es Ministro, tendría que taparse la boca cuando habla de los ultra radicalizados y radicalizarse un poco por su clase porque lo que tanto habló en el Penal, que decía que el movimiento de Liberación Nacional iba al fascismo, decía que era un movimiento pequeño burgués y después se encaramó en el MLN y ahora es Ministro, Sr. Bonomi.
Bueno, estos eran verdaderos cristianos y verdaderos gremialistas que ¿qué sentían en la CNT? Si, la CNT tiene razón, pero es lenta, no responde a la realidad, acá se necesitan cambios urgentes. La gente se muere de hambre, hay latifundio, no hay trabajo, pero esto no es de ahora, estamos hablando del 50, 60.
Surgían los devoradores, los pulpos representados fundamentalmente en estos Caputo y ahí se empezó a trabajar con orden y ahí viene ese viento fresco, esa marea del arrozal, de los remolacheros, de los cañeros y vino la leyenda de Raúl Sendic, del viejo Raúl Sendic, el Bebe, el Rufo.
Ahí apareció con el chasque. No me hablen de fechas del MLN porque el MLN es una conjunción ideológica que viene no sé de qué rastro de la historia, de los indios charrúas, del proceso artiguista, de los primeros anarcos, de los primeros socialistas, de los comunistas que irrumpieron en la lucha armada revolucionaria como definición ideológica del leninismo.
No existe un leninista que no tome como forma de lucha superior la lucha armada y quien reniegue, no es leninista, y ni marxista me atrevería a decir, porque la violencia revolucionaria está instaurada en el proletario del mundo unido y está en todo el análisis de clase que hace Marx de esa centralización y acumulación que va a haber de la riqueza y de esa mayoría de hambrientos que algún día vamos inexorablemente –y en este 14 de abril hay que hablar de eso- con nuestro empuje, con nuestra lucha vamos a lograr el pan y las rosas, no vamos a lograr 1000 pesos para 5 niños hambrientos que les falta todo. Nosotros queremos los medios de producción, queremos la tierra, la industria, nosotros queremos liberarnos de esta dictadura.
Porque dicen “no hay que armarse solamente en la dictadura” y ¿qué es el imperio? ¿qué es el Fondo Monetario Internacional? Es el terrorismo armado mundial que saquea pueblos, ¿qué estamos mirando? ¿que liquide Afganistán? ¿que liquide Irak? ¿que siga liquidando, que venga a Colombia? ¿Qué vamos a hacer?. Tenemos que pegar ese grito que para mí fue lo más bueno que dijo Chávez cuando vino, no hay solución en el capitalismo para los pobres, y hay que unirse, quien ataca a Cuba ataca Venezuela, pero yo diría: quién ataca a Cuba ataca al Uruguay, a toda Latinoamérica, tenemos que romper de seguir siendo esclavos, ¿qué camino vamos a dar a nuestra juventud?, ¿pagar al Fondo? Y tenemos este Ministro que ya le pediría la renuncia y que nunca lo nombraran porque ¡por favor!, lo nombraron en Washington sabiendo todas las claudicaciones que tenía este señor, que recuerde cuando colaboró en el Instituto de Economía con el proceso económico del Uruguay, uno de los textos más importantes sobre el desarrollo productivo del Uruguay donde se hizo un manual más escueto para los trabajadores, para los gremialistas, para que pelearan por sus tierras y sus medios de producción.
Hoy ¿qué té pasa Astori?, ¿Dónde estás?, contento porque el Fondo Monetario le aplaude los mandados que le hace, ¡a lo que hemos llegado!.
Entonces se reúnen y viene la leyenda, ¿por qué digo la leyenda?, porque esos ramalazos que venían desde los arrozales, noticias de que se venían organizando, desde los remolachales, del cañaveral, de la primera marcha cañera a través de Salto, prendió una fogata en Salto.
Los cristianos vieron a Cuba, vieron a Camilo, vieron a Elder Cámara, vieron el paraíso en la tierra en ese latifundio y de ese latifundio, porque aquellos que me dicen que no hay condiciones, ¿qué condiciones había en ese Salto?, había hambre, miseria, latifundio, no había desarrollo industrial y de ahí salieron guerrilleros armados por amor al prójimo a terminar con la miseria.
Ahí fueron sacerdotes masacrados, torturados, ahí fueron obreros presos en el penal, torturados algunos, desaparecidos otros. Ahí viene una figura legendaria como es Bentín, desaparecido, ese cañero que no hablaba, hacía. Ojalá estos Senadores de hoy en vez de hablar tanta pavada que llaman “nabo” y “chorizo” a esto y más chorizo y nabos son ellos, porque están siendo asimilados por el sistema burgués, por el imperialismo y dejan de lado todas las fuerzas motrices de la Revolución y de la historia, la dejan de lado, que se mueran de hambre.
Tendrían que aprender de ese embrión que surge allí. Ahí viene la primera marcha y ahí
Fue un achaque de armas a un coleccionista, lleno de nervios con un cachilo viejo, después atravesando a pie.
Me sirvió mucho de aquello de los scout hasta que enterramos eso que luego, esas armas, más adelante, fueron a servir a la Revolución.
El segundo fue -y acá hay que diferenciar- Salto Uruguay es un club deportivo, pero el Club Uruguay ganadero es la oligarquía más rancia, más asquerosa, más sectaria, más discriminadora y ese fue el segundo operativo. Era con miles de sacrificios, los compañeros llenaban bombas de alquitrán, con los compañeros íbamos en la noche, le enchastrábamos esos mármoles, porque querían ser poderosos al estilo de las mansiones griegas y romanas. Todo era mármol aquello, en un Salto hambriento, en un Salto en la miseria y ahí pintábamos la estrella tupamara. Pero no la pintábamos en papeles satinados, no íbamos a recurrir a Europa que fueron los imperios sucesivos para que nos den esto o lo otro, no, los pintábamos con alquitrán y con el dedo, hacíamos la estrella y a rajar porque se venía toda la represión salteña. Una caída fue teniendo esos 14 años que no los voy a olvidar jamás porque fue mi primer discurso como integrante del SUNCA salteño.
Iban a hablar en la plaza y los obreros eran medios remolones, nadie quería hablar. Ya le habían dado salida a Mendiará, y mi tesis que había propuesto, era que la Iglesia, la Catedral se abandonara y se fuera a los barrios pobres a hacer la Iglesia, que los ricos si querían que dejaran todo y en vez de los pobres venir, ir todos hacia la pobreza. Estaba todo aquel pensamiento riquísimo, dirán romántico, pero no, eran pensamientos cristianos, trabajar con los pobres, en los pobres, vivir entre los pobres y Mendiará me dice con una sapiencia: “mirá bichito, esto que está acá está muy bien pero vos vas a ser mejor laico, mirá que dentro de la estructura todo esto no vas a poder llevarlo a cabo, te van a frenar inmediatamente”. Con eso me dio salida de mi tesis. Yo había planteado en el Gremio aquellos discursos que hablaban de que el obrero hacía todo y no tenía un rancho para vivir, entre tanto latifundio no tenían un pedacito. Eran los reyes de los palacios y la miseria.
Ese fue un discurso largo que los obreros, me acuerdo emocionados, me alzaban porque yo era un botijita. Inmediatamente después de eso hubo una huelga, y Lapeira era uno de esos milicos jefes apaleador de borrachos, era lo peor que te podías imaginar, y nosotros veníamos en bicicleta, yo iba a pie, y vino socarrón a que saliéramos de ahí. Los obreros más prudentes, más conscientes se fueron, y yo me paré, “¿usted qué hace ahí?”Me dice. Le digo “la calle es libre”, “ah, la calle es libre, bueno, andáte porque... ahí fue mi primera caída, me llevaron en un jeep, al calabozo” y lo bueno es que los obreros después me fueron a buscar.