La contrainsurgencia tiene sus raíces desde que la sociedad se divide en clases, desde los griegos y los romanos, las guerras no solo se determinaban en los campos de batalla, sino que se implementaba la corrupción, división y la infiltración en contra de los pueblos que se enfrentaban.
La Guerra de Baja Intensidad (GBI) es la estrategia global contrainsurgente y de apoyo a la contrarrevolución elaborada por el imperialismo norteamericano, comprende medidas económicas, políticas y sociales, poniendo mayor énfasis en la guerra de inteligencia y psicológica, con el fin de desgastar y agotar a las fuerzas revolucionarias
Al principio de la intervención imperialista en Vietnam, EU la pretendió imponer mediante la religión, pero no tuvo éxito; posteriormente la actualizaron y desarrollaron para reimpulsar la lucha contra el pueblo vietnamita extendiéndola como una estrategia de guerra para aplicarla en el mundo subdesarrollado.
Es una guerra eminentemente contrarrevolucionaria que tiene un carácter global y prolongado, está dirigido para combatir los movimientos revolucionarios y derrocar gobiernos revolucionarios o progresistas, para imponer sus intereses geopolíticos, teniendo como ultimo recurso el uso de las fuerzas oficiales o la intervención directa del imperialismo.
Los gobiernos títeres proimperialistas cumplen cabalmente con los mandatos imperialistas por encima de los intereses de la sociedad, implementando programas sociales que combinan con acciones militares y paramilitares que rompe el tejido social principalmente de las bases del movimiento revolucionario, complementándose con una red de espionaje electrónico y humano con el objetivo de detectar, descubrir, infiltrar, golpear, detener y eliminar el movimiento revolucionario que luchan por una transformación socialista de la sociedad.
La GBI es aplicada en nuestro país desde principios de la década de los 60s ante el surgimiento y el respaldo del pueblo al movimiento revolucionario, incrementándose ésta con la irrupción del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) en 1994 y del Ejército Popular Revolucionario (EPR) en 1996, como manifestación de la agudización de las condiciones de miseria y explotación que diferentes gobiernos burgueses han sumido al pueblo.
El gobierno mexicano como representante de los intereses de la oligarquía nacional e internacional, y el ejercito burgués como parte del estado ha adoptado los principios, métodos, estrategia y táctica de esta guerra como política gubernamental contra el pueblo. Intensificando la especialización de los mandos del ejército y los cuerpos policiacos en las academias militares de EU; así como la modernización, capacitación y profesionalizándolos en medidas contrainsurgentes y de los grupos policiaco militares como los GAFES, Jaguares, GERI, kaibiles mexicanos, etc. Con asesoría, adiestramiento, supervisión y financiamiento directo de EEUU, Israel, Inglaterra, Francia, Argentino, entre otros, países que la han aplicado contra sus pueblos.
En la aplicación de la GBI, intervienen diversas instituciones gubernamentales coordinándose con la SEDENA, así como el control de los medios de comunicación para darle un carácter integral, sobresaliendo los aspectos económico, político, militar, comunicaciones, antropológico, psicológico, médico, social, cultural, ideológico, etc.
En el aspecto político y militar:
Lo fundamental para la GBI es la defensa del régimen burgués establecido, utilizando los procesos electorales previamente arreglados o pactados. Garantizando el control político de las diferentes organizaciones mediante la corporativización y la corrupción a sus dirigentes; y a las organizaciones políticas y sociales les aplica la represión, la desaparición, o encarcelamiento de sus dirigentes, combinando ésta acción con programas sociales en sus comunidades y sectores
La guerra de baja intensidad con el gobierno de Fox será prioritaria, por lo cual centralizará el sistema de seguridad nacional por lo tanto el ejercito y las fuerzas armadas del estado tendrán un papel mas preponderante en la vida nacional, y de una mayor efectividad como órgano represor en contra del pueblo y del movimiento revolucionario, bajo una conducción mas amplia y descarada de los Estados Unidos.
El narcotráfico como parte orgánica del Estado se afianza como instrumento de la GBI, impulsando el cultivo y comercialización de enervantes que sirven como pretexto para que los cuerpos policiacos y militares torturen, asesinen, militaricen, hostiguen, arrasen y masacren a la población, así como fuente de descomposición y corrupción moral utilizando el narcotráfico como punta de lanza para combatir a la insurgencia armada.
La GBI tiene como objetivo principal la vigilancia y control de las organizaciones populares y ONGs progresistas, perfeccionando y ampliando la red de inteligencia en las zonas y sectores donde considere que son del movimiento revolucionario, para tratar de ubicarlo, golpearlo y aniquilarlo.
El Estado en coordinación con las dependencias civiles, policiacas y militares los servicios de inteligencia, está centralizando la información y planificando las actividades que realizarán contra el pueblo, teniendo como objetivo estratégico quitarle base social y política al movimiento revolucionario y “deslegitimarlo” ante la sociedad, que para ellos es “quitarle el agua al pez”, expulsando a la población civil de su lugar de origen, formando “aldeas modelo”, o campamentos de refugiados, así como ejecutando acciones militares de tierra arrasada que le garantice “resolver de raíz” en algunas regiones el conflicto armado
El ejército como parte fundamental de la GBI trata de cuidar su imagen, presentándose como un “trabajador social”, como dicen los norteamericanos, trata de “ganar las mentes y los corazones”, realizando patrullajes combinándolo con asistencia social (cortes de pelo, servicios dentales, servicios de salud, arreglo de caminos, entrega de despensas, pinta de escuelas, etc.), y el patrullaje que estará desarrollando la guerra psicológica intimidando a la población. Hace todo lo posible por no evidenciarse en la represión directa, su papel principal será apoyar a los diversos cuerpos policiacos mediante las bases de operaciones mixtas (BOM) y el reclutamiento, adiestramiento, organización y dirección de las bandas paramilitares y narcotraficantes encargadas de llevar la represión y el terror a los pueblos. Los medios de comunicación se encargarán de difundir enfrentamientos internos provocados de las comunidades para crear coyunturas que permitan extender la militarización.
Para poder establecer el control político, militar, social y cultural de pueblos, comunidades y regiones implementa:
-La construcción de caminos, aeropuertos, y pistas aéreas para un mayor agilidad en el desplazamiento de tropas, y se enmascara difundiendo que servirá para el desarrollo de las comunidades
-La instalación de la telefonía rural satelital para tener los informes al día de los madrinas, y espías infiltrados en las comunidades, se enmascaran difundiendo que es para integrar a las comunidades a la civilización.
El control de la población mediante programas institucionales como el PROGRESA coordinado con la SEP y el IMSS, para repartir migajas a condición de mantenerlos reunidos permanentemente quienes la reciben e induciéndoles a NO tener más familia y exigiéndoles a las mujeres hacerse la salpingoclasia y a los hombres la vasectomía como medidas para esterilizarlos. La SRA para imponer el PROCEDE para terminar con la organización ejidal y dispersar a los campesinos, inculcándoles formas individualistas de producción y la venta de sus parcelas; La SAGAR para imponer condiciones para la entrega del PROCAMPO; la SSA que implementa campañas de vacunación utilizando substancias esterilizantes en la vacuna o la exigencia a los hombres de hacerles la vasectomía como condición de entregarles el PROCAMPO.
La instalación de la energía eléctrica, agua potable, drenaje, etc. previa formación de patronatos manejados directamente por las presidencias municipales, que entregan apoyos no a toda la comunidad ni a todas las comunidades con la finalidad de generar conflictos internos y romper el tejido social.
La creación de ONGs, oficiales que son parte de los servicios de inteligencia del ejercito, PGR y del imperialismo, quienes tratan de canalizar el descontento social mediante el otorgamiento de apoyos económicos o servicio social.
La GBI se propone romper en el pueblo las buenas tradiciones culturales, usos y costumbres, introduciendo el narcotráfico; la transculturización con la cada vez mayor penetración de las sectas religiosas, para que olvide la tradición de lucha que ha tenido para liberarse, inculcan al pueblo a no rendir honores a los símbolos patrios ni a los héroes nacionales. La presencia de los cuerpos policiacos y militares que implantan el alcoholismo, la drogadicción, la prostitución así como la siembra de enervantes.
En lo ideológico y psicológico:
Un componente de la GBI es la institucionalización del terror a través de la PFP conformada por militares, vestidos de “gris”, que ejecutan los planes que se diseñan desde los centros de inteligencia de la SEDENA, SG, PGR, etc., desarrollando cursos permanentes de contrainsurgencia con asesoría de israelitas. La conformación de los consejos municipales, estatales y nacional de seguridad pública, unifica organizaciones sociales y políticas, corrompiéndolas para que traicionen y abandonen la lucha. El imperialismo y el Estado mexicano investigan a los detenidos para conocer nuestro perfil ideológico para ir suponiendo como continuaran las cosas y hasta donde pueden llegar. Por eso de la peligrosidad de los que se dividieron se pueden volver delatores en potencia por su debilidad ideológica y se puedan dar detenciones de direcciones revolucionarias. la PFP y la paramilitarización serán en la actualidad su táctica como punta de lanza de la GBI, como parte de la guerra contrainsurgente que continuará imponiéndose con el fin de destruir todo descontento social y en concreto al movimiento revolucionario. Esta seguirá implementándose con el fin de crear grupos paramilitares estatales, para posteriormente crear un grupo paramilitar nacional, combinándolo con la militarización de varias regiones del país y la incorporación de nuevos programas sociales.
Las negociaciones, el diálogo, las amnistías, las comisiones de paz, las reformas políticas y la aparente solución de las demandas populares, son instrumentos de la GBI con los que pretende quitar banderas, neutralizar y derrotar al movimiento revolucionario.
Estamos en guerra y no es la convencional, sino la guerra de baja intensidad que día a día toma nuevas formas en las políticas inquisitorias y en una total falta de respeto a los derechos de los ciudadanos y sobre todo de la mujer y que esta representado por Vicente Fox y su partido. Debemos tener claro que el enemigo hace un estudio minucioso de la historia de los movimientos revolucionarios, del proceso de la historia del pueblo para ver por donde se nos ataca para eliminarnos; por lo tanto debemos profundizar el estudio de la GPP para actuar con objetividad, desarrollando el conocimiento del enemigo, detectando sus cuadros y ejecutando la limpieza y dar respuesta a sus medidas políticas, militares y sociales.
A la GBI tenemos que contraponerle nuestro lineamiento de GPP y la teoría marxista leninista, combatiéndola en cada una de sus expresiones, con la convicción de que es una lucha constante entre la ideología proletaria y la ideología burguesa, entre la guerra sucia y la guerra de todo el pueblo, entre la mediatización y el impulso creativo de nuestras formas estratégicas de organización clandestina, entre la imposición de valores retrógradas y reaccionarios la moral revolucionaria. Ante la guerra contrainsurgente la lucha armada revolucionaria, la guerra de todo el pueblo.