Las enseñanzas y las experiencias de la lucha revolucionaria que los pueblos del mundo han desarrollado en contra del explotador y del sistema opresor, han sido justas y heroicas, por lo que han salido triunfantes bajo la aplicación correcta de una estrategia revolucionaria, entre las cuales unas han aplicado la estrategia de Guerra Popular Prolongada (GPP), la cual desarrollaron y aplicaron de forma flexible, creadora y eficaz. Con su contribución a la lucha liberadora de la revolución socialista, han enriquecido el conocimiento de la teoría revolucionaria y de la estrategia de la GPP en la práctica, en la lucha y la acción diaria contra el enemigo.
La estrategia que aplica el Partido Democrático Popular Revolucionario (PDPR) para conseguir sus objetivos es la Guerra Popular Prolongada (GPP), la que desarrolla las etapas y las formas de la guerra, aplicadas dialécticamente en los diferentes procesos históricos revolucionarios por lo que ha resuelto acertadamente las formas que se requieren para la construcción de las fuerzas que habrán de confrontar decididamente al enemigo.
Por ello como partido Marxista-Leninista aplicamos la estrategia de Guerra Popular Prolongada entendiéndola como:
La guerra popular ,es la incorporación de todo el pueblo a la guerra, donde se expresa la lucha de masas y ésta impulsa la lucha armada revolucionaria y todas las formas de lucha para poder resolver la contradicción de clase de nuestra sociedad, es decir, es el pueblo en armas como la máxima expresión política militar organizada de una manera revolucionaria.
La guerra popular es la vía de desarrollo para la acumulación de fuerzas políticas y militares que nos permitan cambiar la correlación de fuerzas a favor de las clases explotadas, es decir, se moviliza a todo el pueblo creando las condiciones para igualar nuestras fuerzas con el enemigo en un determinado tiempo.
La guerra popular es una estrategia política militar siempre y cuando sea dirigida por una conducción revolucionaria, ya que sin un verdadero partido marxista leninista la dirección de la guerra popular nos conduce a resultados muy pobres.
La participación de todo el pueblo se da a partir de la creatividad para desarrollar la lucha armada revolucionaria en colaboración con los revolucionarios para su subsistencia, el cumplimiento de las tareas y el reclutamiento para fortalecer al partido.
Los objetivos de la guerra popular es romper con el sometimiento imperialista y resolver las contradicciones de clases para abrir paso al socialismo.
Los principios de la guerra popular se basan en el hombre como factor decisivo, así como en la realización de combates ya que entre más los haya, más se fortalece la lucha revolucionaria.
Ante el arribo de fox y del PAN al gobierno federal y la globalización neoliberal en nuestro país, hoy se hace más imprescindible, desarrollar el lineamiento político de Guerra Popular Prolongada.
La guerra popular prolongada: es una teoría política militar sustentada en la experiencias de la lucha proletaria en el mundo y de nuestro pueblo, asimismo esta basada análisis marxista leninista de nuestra realidad. La GPP tiene como vía fundamental la lucha armada revolucionaria y en torno a ella todas las formas de lucha.
El carácter popular: es por la incorporación de todo el pueblo, considerando las capacidades que como individuos y colectividades tiene. Donde cada ciudadano es un combatiente, cada hogar una trinchera de lucha, cada pueblo un cuartel, especificando que lo importante es el hombre políticamente conciente que represente lo mas avanzado de las masas para conformar el partido revolucionario que sea capaz de ejercer una dirección que nos posibilite el triunfo sobre la burguesía y el imperialismo dominante. Dentro de esta guerra se reafirma la tesis marxista leninista del papel de la clase obrera como dirigente, así como su aliado estratégico el campesinado y los demás sectores populares, sus aliados. También está determinado su carácter popular porque es una guerra de clases antagónicas y es el pueblo quien principalmente la desarrolla, incorporando los recursos y las diferentes formas de organización y lucha, dirigido por el partido, por ello hay dos tipos de guerra, dos ejércitos diametralmente opuestos: unos revolucionarios, populares y justos; otros contrarrevolucionarios, antipopulares e injustos.
Es radical: porque es parte del proceso de la historia de la humanidad en su lucha que lleva a la transformación profunda de la sociedad y busca acabar con el capitalismo para construir el socialismo en nuestro país, como primer paso para llegar al comunismo.
Es integral: porque combate en todos los frentes, es decir, en lo político, ideológico, militar, económico, social, geográfico y cultural. En este combate se van derrotando las concepciones, ideas y conductas de la burguesía por las del proletariado a la misma vez que se van construyendo una nueva cultura proletaria, y en el combate un nuevo ejército revolucionario, en el territorio la dictadura del pueblo y una economía basada en las relaciones de los principios del socialismo.
La guerra es prolongada: por la necesidad de la construcción de las fuerzas de la revolución la cual llevará un tiempo determinado bajo la exigencia de nuestras fuerzas de adquirir una inquebrantable convicción para que no puedan ser destruidas por el enemigo. La superioridad del enemigo con relación a las fuerzas revolucionarias lo que nos obliga a hacer un trabajo de cantidad y calidad en nuestro partido, ejército y en las masas.
Por la situación geopolítica de México con respecto al imperialismo norteamericano, tenemos la certeza que éste intervendrá en nuestra patria al ver afectados sus intereses. La vecindad con el imperialismo norteamericano, su dominio económico, político y militar sobre nuestro país nos hace estar seguros que la intervención militar directa se dará con la pretensión de destruir el movimiento revolucionario y no permitir el triunfo de una revolución socialista.
Y porque la guerra del pueblo es una lucha de condiciones políticas, organizativas, militares y económicas desiguales, donde el enemigo es superior y nuestras fuerzas son inferiores, en proceso de construcción y desarrollo, porque sabemos que no podemos triunfar de un solo tajo, en un enfrentamiento, sino por la correlación de fuerzas que existen en el plano nacional e internacional, al enemigo se le derrotará por partes, en los puntos más débiles.
Nuestra estrategia y táctica debe ser en principio organizar a la clase obrera y reforzar nuestro trabajo con el campesinado y los demás sectores que tenemos organizados, organizar y dirigir el descontento popular a través de nuestras alternativas políticas y nuestro accionar militar cuando la población sea atacada, para defenderla de cualquier agresión o cuando las necesidades políticas así lo requieran. Así también debemos ganar a los aliados y aislar a los enemigos para derrotarlos política y militarmente en el plano local, regional y nacional.
La guerra popular prolongada comprende tres etapas.
La guerra popular prolongada tiene tres etapas, en donde se aplica en cada una de ellas una estrategia y táctica y en cada etapa de la guerra se desarrolla una forma de la guerra como la fundamental. Estas constituyen, la etapa de la inferioridad de las fuerzas revolucionarias en la cual se aplica una estrategia defensiva y una táctica ofensiva dado que las fuerzas revolucionarias se encuentran en una inferioridad estratégica con relación a las del enemigo y es necesario conservar nuestras fuerzas para desarrollarlas pero en el combate expresado en el hostigamiento al enemigo central, por ello se desarrolla la guerra de guerrillas como la principal forma de lucha; la segunda etapa la constituye el equilibrio de fuerzas en donde se aplica la estrategia defensiva y una táctica ofensiva, en esta etapa las fuerzas revolucionarias adquieren gradualmente un equilibrio de fuerzas con relación al enemigo y la principal forma de guerra que se desarrolla es la guerra de movimientos sin dejar de impulsar y desarrollar la guerra de guerrillas; en la etapa de superioridad de fuerzas, las fuerzas revolucionarias han alcanzado tal desarrollo que se impulsa una estrategia y táctica ofensiva, pasando las fuerzas revolucionarias a la ofensiva, desarrollando como forma fundamental la guerra de posiciones combinándola con la guerra de guerrillas y la guerra de movimientos, todo esto para pasar a la ofensiva final de la revolución.
Primera etapa: es de inferioridad de fuerzas.
Estrategia: defensiva y táctica ofensiva.
Forma de guerra fundamental: guerra de guerrillas.
Esta es la primera etapa del desarrollo de la guerra, su característica es que nuestras fuerzas las mantenemos replegadas en lo fundamental debido a que la correlación de fuerzas nos es desfavorable; desarrollamos el accionar revolucionario (propaganda, tareas de limpieza, expropiaciones, hostigamiento, etc.) preservando y acumulando fuerzas político militares, construyendo y preparándonos para arribar a la siguiente etapa.
[En las] organizaciones revolucionarias […] se inicia el proceso de coordinación; el desarrollo de la ideología marxista leninista en las masas es incipiente, existe una gran influencia de las posiciones reformistas y socialdemócratas en el movimiento legal y clandestino.
Segunda etapa: de equilibrio de fuerzas.
Estrategia: defensiva y táctica ofensiva.
Forma fundamental de la guerra: guerra de movimientos.
Es la segunda etapa del desarrollo de la guerra, nuestras fuerzas cuentan con un mayor desarrollo cuantitativo y cualitativo, en este período igualamos a las fuerzas enemigas en cuanto a calidad; la forma de desarrollo que adquiere la guerra es la de movimientos, manteniendo la guerra de guerrillas; las formas estratégicas de organización clandestina que se impulsan y desarrollan es la base guerrillera, sin dejar de impulsar las anteriores.
En esta etapa hay una mayor incorporación de las masas a la guerra, siendo una de sus expresiones la autodefensa armada. Nuestro partido en este período es una vanguardia de etapa, nuestro EPR alcanza características de un ejército regular, en el movimiento de masas se ha conformado el Frente Nacional de Masas. Se da la coordinación entre las diferentes fuerzas revolucionarias, haciéndose sentir el poder revolucionario, como un paso natural después de haber vivido un proceso de identificación y depuración, cimentado bases firmes para la futura unidad revolucionaria; en cuanto al desarrollo de la ideología revolucionaria, se da una mayor polarización y definición de las posiciones marxistas leninistas y revisionistas en el movimiento legal y clandestino.
Tercera etapa: superioridad de fuerzas.
Estrategia: ofensiva y táctica ofensiva.
Forma fundamental de la guerra: guerra de posiciones.
En esta tercera etapa del desarrollo de la guerra nuestras fuerzas se han consolidado y rebasan a las fuerzas enemigas, impulsamos la ofensiva en todos los campos de la lucha; la forma de desarrollo que adquiere la guerra es principalmente la guerra de posiciones manteniéndose la guerra de movimientos y guerra de guerrillas, las formas estratégicas de organización clandestina que se impulsan son las bases de apoyo o zonas liberadas. El partido ha alcanzado un desarrollo de Vanguardia Histórica, nuestro EPR se consolida en un ejército regular, además en los territorios liberados mantenemos al pueblo en armas, en el movimiento de masas el Frente Unico de Masas se ha consolidado. La unidad de las fuerzas revolucionarias se ha consumado y bajo el marxismo leninismo se está en el momento del triunfo revolucionario.
Los principios fundamentales que rigen las fases de la guerra en el combate son: si el enemigo es fuerte, se le evita; si el enemigo es débil, se le ataca; al armamento moderno se opone el heroísmo del combatiente; se hostiga o aniquila de acuerdo a las circunstancias; se combina la acción militar con la acción política, no hay una división tajante entre lo militar y lo político; el frente de guerra está donde está el enemigo y la maniobras son en secreto absoluto.
Los rasgos y cualidades que debemos desarrollar como partido revolucionario para poder cumplir con el principio fundamental de la guerra popular prolongada, en la cual cada militante es un combatiente, cada comunidad una fortaleza, cada colectivo una trinchera de lucha y cada comité un estado mayor son:
Las tres formas de la guerra popular prolongada.
Primer forma: Guerra de guerrillas.
Es la expresión armada de la lucha de masas, es la manifestación de la voluntad popular de combatir; forma fundamental de la primera etapa de la guerra.
Son unidades pequeñas de extraordinaria movilidad, diluibles en la geografía física y humana en la que operan, no defienden ningún territorio ni posición fija, operan sin retaguardia, detrás de las líneas enemigas, ya que las fuerzas guerrilleras están separadas de la retaguardia general del país, pero la guerra de guerrillas no puede desarrollarse sin bases de apoyo; estas bases constituyen, precisamente, su retaguardia.
La guerra de guerrillas se desarrolla en todas las formas estratégicas de organización clandestina y en todas las etapas de la guerra.
Segunda forma: Guerra de movimientos.
Es la expresión de la incorporación amplia de las masas a la guerra.
Es un salto cualitativo de la guerra de guerrillas, su característica es la concentración y la movilidad, lo que le permite golpear contundente y constantemente al enemigo. Se empiezan a tomar y defender posiciones fijas de manera temporal.
Se sigue impulsando y desarrollando la guerra de guerrillas. Esta forma corresponde a la organización de la base guerrillera.
Tercera forma: Guerra de posiciones.
Cuando el partido, el movimiento de masas y el ejército se consolidan se llega a la etapa de lucha donde se crean zonas liberadas o bases de apoyo, donde el pueblo ejerce el poder económico, político e implementan la autodefensa, la población aporta elementos al partido y ejército. Se mantiene un territorio donde se desarrolla la producción y el abastecimiento del frente.
La GPP no descarta ninguna forma de lucha o forma estratégica o táctica de la guerra, sino que incorpora cualquier método o forma de lucha que surja de la lucha de clases. En este sentido la insurrección parcial o general no se contrapone a la concepción de la guerra popular sino que es parte de la misma. En nuestra experiencia partidaria hemos llevado a cabo insurrecciones parciales, como parte de la guerra popular.
Dinamismo, creatividad, actitud correcta ante la vida, iniciativa, movilidad, decisión rápida, sintetizan el difícil arte de la guerra popular en sus diferentes etapas y formas.
La GPP es una necesidad que surge como réplica defensiva ante la represión, como respuesta a la GBI, que va de los combates pequeños a los medianos y a los de gran envergadura, pasando de la guerra de guerrillas a la guerra regular, de los combates de desgaste a los de aniquilamiento, de las victorias en acciones y maniobras tácticas a la derrota estratégica del enemigo que nos lleve a la victoria definitiva.
La GPP tiene que desarrollarse al ritmo que se desarrolla la lucha política, el papel de la dirección es de elevar gradualmente el nivel del ejército popular y la lucha armada, de acuerdo a las necesidades de la lucha política.
Aplicación de la GPP en nuestra experiencia partidaria.
Las acciones militares deben realizarse sobre la base de nuestro desarrollo, es decir, debemos atacar con unidades pequeñas a objetivos pequeños y unidades pequeñas del enemigo, realizar una acción de envergadura cuando esta se pueda sostener política y militarmente, requerimos de triunfos militares para convertirlos en triunfos políticos y viceversa. Nuestro principal accionar se encuentra en las zonas donde estamos construyendo para convertirlas en zonas guerrilleras por eso debemos desarticular y acabar con el poder local, donde indudablemente tenemos que hacer participar a la población mediante las milicias, la guerrilla dispersa, la guerrilla concentrada y para las acciones contra el poder central y donde sea necesario armar unidades más grandes que nos brinden el triunfo contundente y seguro, con combatientes con cierta capacidad operativa y experiencia de combate.
Requerimos también de la construcción y desarrollo del Ejército Popular Revolucionario, disciplinado, fiel a los principios del socialismo y combativo, con la ideología y moral comunista, siendo este uno de los principales instrumentos que habrá de accionar para derrotar las fuerzas militares del enemigo y que en el transcurso de la guerra éste tendrá prioridad en una etapa importante de la lucha.
La tarea del partido, de sus dirigentes y de las organizaciones de masas por medio de sus cuadros en las zonas y sectores, es la de movilizar, organizar y armar al pueblo mediante las reivindicaciones políticas y económicas, al mismo tiempo servir de instrumento de concientización política, de alternativa y de dirección a las organizaciones y al pueblo, que en ese proceso se vayan educando y construyendo política, militar, ideológica y organizativamente a los militantes de partido.
Para tener unas masas combativas es necesario que le imprimamos un carácter más clasista y político a la lucha de las masas y corregir los errores a partir de la construcción política e ideológica y la cercanía con nuestros sectores y órganos de partido. Debemos generalizar la lucha política de las masas que entiendan y comprendan la necesidad de la lucha por las transformaciones revolucionarias de la sociedad y por el socialismo, que se identifiquen con el proyecto revolucionario y lo abracen.
Debemos buscar la coordinación y la alianza con otras organizaciones, con otras fuerzas que estén de acuerdo con nuestra estrategia, táctica y metodología o con nuestros objetivos en esta transformación revolucionaria donde empleemos las diferentes formas de lucha, pero la principal para enfrentar al enemigo y detener la represión es la lucha armada revolucionaria y la autodefensa armada popular.
Cuando planteamos la política de alianzas no debemos confundir lo que es el programa máximo con lo que representa el programa mínimo, no se debe confundir la dirección que persigue un frente amplio o el frente único de Masas con los objetivos del Frente Nacional de Masas que constituyen el ejército político de masas. De la misma manera en el proceso de unidad y de coordinación que desarrollamos con las demás organizaciones insurgentes, tomamos en cuenta sus procesos y la coyuntura de la lucha o intereses de acuerdo al desarrollo político u objetivos de determinada organización.
Por eso debemos saber que los sectores sociales progresistas, de la burguesía nacional, clase media y otros luchan en tanto se ven arruinados y que no todos están en las mismas circunstancias, existen sectores e individuos que realmente en el proceso de lucha se incorporaran a la lucha por el socialismo si tenemos la capacidad de integrarlos con nuestra actitud política y nuestro accionar político-militar.
Construir las zonas de retaguardia estratégica implica una de las condiciones necesarias para ganar la guerra y llevar al triunfo la revolución. Debemos estar en proceso de construcción de las zonas de retaguardia, las que se define como la zona seguras donde el partido y el ejército se repliega sin necesidad de desconcentrarse que nos permita seguir actuando. La seguridad de nuestro ejército, antes y después de las operaciones, se basa en que el enemigo no sabe dónde se repliegan y se preparan nuestras fuerzas.
La retaguardia es el espacio geográfico-político que nos permite proteger a nuestras fuerzas, donde tiene un papel fundamental la población para cumplir con las tareas. Así la retaguardia asegura nuestra logística, es decir, los medios para el combate y para la protección de nuestras fuerzas, ayudando a desarrollarlas e incorporándose en las diferentes tareas en la creación de las unidades militares y en la formación de los cuadros políticos.
Las bases políticas y materiales de nuestra retaguardia, es el conjunto de la infraestructura construida con el apoyo de la población., apoyo que logramos al organizar y estructurar al pueblo, construyendo política e ideológicamente, con lo que nuestra retaguardia se va formando y consolidando en la capacidad organizativa, económica, política, social, material, educativa y cultural.
Le corresponde a la retaguardia las tareas de producción para el autoconsumo, el ordenamiento logístico y de protección, no sólo en las zonas controladas por la revolución, sino también en las zonas que el mismo enemigo considera su propia retaguardia, por ello debemos construir en todo territorio, lugar, sector y saber actuar donde el enemigo se encuentra, es decir no presentar un frente definido sino que el frente es todo el territorio y todo éste es nuestra retaguardia.
En la retaguardia debemos conquistar y desarrollar el poder del pueblo, mediante el desarrollo de las organizaciones, la propaganda revolucionaria y nuestra infraestructura, generando el apoyo activo de la población al proyecto de la revolución socialista.
La confrontación directa contra el enemigo y el desarrollo gradual de la guerra es lo que nos va a permitir de la manera más cabal lograr el proceso de politización, tomar mayor conciencia y la integración del pueblo al partido, de la construcción de las unidades militares y al cumplimiento de las tareas revolucionarias, a la misma vez de una mayor capacidad político-militar en la organización y construcción de las fuerzas de la revolución que darán como resultado mayor capacidad operativa con la cual se va logrando una correlación de fuerzas favorables para la revolución y dar el paso de la etapa defensiva, a la de equilibrio de fuerzas y de ésta a la de contraofensiva y el paso a la insurrección general.
La guerra popular prolongada permite al partido en las circunstancias actuales, cumplir una de las reglas fundamentales de la guerra: conservar las propias fuerzas y destruir las del enemigo. Por eso debemos entender que en nuestras condiciones, el partido sólo con una dura y larga resistencia político-militar puede desgastar poco a poco las fuerzas del enemigo, mientras se fortalecen, crecen y se desarrollan las nuestras para inclinar gradualmente las fuerzas a nuestro favor y lograr la victoria de la revolución socialista. En este proceso tendremos victorias y derrotas, pero estas no determinarán el triunfo de la revolución, lucharemos con una actitud correcta ante el enemigo, haciendo de cada derrota militar una victoria política.
Un verdadero ejército revolucionario y profesional no se construye por actitudes voluntaristas ni esquemáticas, sino que obedece a la etapa, forma, correlación de fuerzas, coyuntura, capacidades político militares, siendo lo fundamental el grado de confrontación de la lucha de clases y el método adecuado para construirlo de acuerdo a la dirección del partido. Así los pueblos no se constituyen en ejército revolucionario de la noche a la mañana, es natural que surjan pequeñas unidades con poco desarrollo y se transforman en el mismo proceso, de fuerza pequeña en ejército regular.
Para poder enfrentar al enemigo debemos desarrollar los tres pilares de la revolución que son: el Partido Marxista-Leninista, el ejército popular y el frente nacional de masas que marche y empujen en un mismo sentido y con la misma intensidad, donde todos tengan una tarea que cumplir, un objetivo y aporten para la transformación radical de la sociedad, sin uno de estos pilares es imposible derrotar al enemigo.
Principios de la guerra popular prolongada aplicada a nuestras condiciones por nuestro partido.
La guerra popular prolongada reviste vigencia en su aplicación en las condiciones histórico concretas de nuestro país por que es integral y es aplicada por nuestro partido, por que:
En las condiciones actuales que vive nuestro país la lucha armada revolucionaria es una necesidad impostergable para lograr los cambios radicales que demanda la realidad nacional, están agotadas desde hace muchos años las posibilidades de un cambio pacífico. Las matanzas de Aguas Blancas, Acteal, El Bosque y del Charco son un claro ejemplo de que el gobierno antipopular ha privilegiado como siempre la vía militar para contener y ahogar en sangre la protesta popular.
Es necesaria una nueva revolución en nuestro país y ésta se puede realizar y triunfar si nuestro pueblo tiene la VOLUNTAD DE VENCER, aún cuando en estos momentos el enemigo tenga una superioridad en recursos humanos, técnicos y económicos.
Para garantizar el triunfo de la revolución socialista que hoy se gesta en nuestras tierras es necesario consolidar los pilares de la revolución; consolidar el partido revolucionario que ha de conducir a nuestro pueblo a la toma del poder; consolidar el ejército del pueblo que derrote en la batalla a la columna vertebral del Estado mexicano, el ejército federal; y la construcción y consolidación de un ejército político de masas que organice, estructure, movilice y conduzca la voluntad política de combatir de nuestro pueblo.
Un pueblo con la voluntad de luchar y organizado revolucionariamente puede derrotar a sus explotadores aún cuando al inicio de la lucha éstos tengan una superioridad en todos los aspectos, pero que mientras ese pueblo cuente con un partido revolucionario y éste con una estrategia y una táctica correctas la victoria está asegurada.
En esta lucha revolucionaria que estamos desarrollando lo fundamental es el recurso humano, las armas sólo son un medio, cualquier cosa se puede convertir en un arma si se pone al servicio de los intereses del pueblo y del militante con conciencia proletaria.
La estrategia que está desarrollando nuestro partido y ejército es una estrategia de GUERRA POPULAR PROLONGADA la cual nos permite preservar y desarrollar nuestras fuerzas para poder aniquilar en el futuro las fuerzas enemigas.
Uno de los principios de la guerra popular es la CONCEPCION DE LA GUERRA DEL PUEBLO la cual contempla entre otros aspectos que cada habitante es un combatiente y cada organización del partido un estado Mayor; nuestras fuerzas son la fuerza política y las fuerzas militares; su carácter prolongado está condicionado por las condiciones nacionales e internacionales de la presente etapa de la lucha de clases que vivimos; nuestro desarrollo debe ser en función de nuestros propios esfuerzos; y todo el partido debe dominar la teoría de la guerra revolucionaria para que pueda enseñar a usar las armas a nuestro pueblo.
Para lograr todo esto se necesita estar estrechamente ligado a las masas, ser pueblo y estar con el pueblo por que sin organizar y dirigir la voluntad de combatir de ellas no puede existir un partido y ejército revolucionarios.
El principio de la clandestinidad de nuestras fuerzas es una necesidad para eludir la garra represiva del Estado y poder seguir estando en el seno de las masas populares, la clandestinidad no es sinónimo de anonimato sino una medida política que permite preservar y desarrollar nuestras fuerzas.
La guerra popular prolongada no se contrapone con la insurrección parcial y general, sino que es una necesidad prepararlas y dirigirlas por el partido.
Concluimos que nuestro partido, ejército y el frente de masas, deberán ser guiados por el lineamiento de guerra popular prolongada y en torno a éste todas las formas de lucha que surjan de la creatividad e iniciativa de nuestro pueblo para el triunfo de la revolución socialista.
Desde algún lugar de la republica mexicana, julio de 2000–enero de 2001.