“En la actitud ante la mujer, botín y sierva de la voluptuosidad
común, se manifiesta la infinita degradación en que existe el hombre
para sí mismo...”
(Carlos Marx, 1844)
Desde Ciudad Juárez hasta Chiapas, cientos de mujeres han sido violadas y asesinadas. Se trata de mujeres mayoritariamente jóvenes que salen de casa y no regresan más. Mujeres que, tras indescriptible tortura -como si la muerte no bastara-, han sido arrojadas al desierto, a los basureros o a los ríos, con los cuerpos mutilados e irreconocibles, hasta encontrar en la muerte, infame e injusta, el fin de su tormento. Todas las ultrajadas y asesinadas han sido nuestras. Nuestras hijas, hermanas, amigas, compañeras, ciudadanas. Todas ellas mujeres trabajadoras.
El dolor es tan grande que desborda nuestro pecho y ya no basta con llorarlo. Vivir el sufrimiento y la desesperación de tener desaparecid@s y asesinad@s es tan lacerante, brutal e indignante que acrecienta nuestra decisión de seguir luchando por transformar radicalmente las injustas relaciones sociales que nos oprimen y contra los asesinos que, desde el poder del estado o amparados en éste, siguen agrediendo y amenazando a l@s que se atreven a alzar la voz.
Los brutales asesinos siguen actuando de manera impune. Ningún gobierno (panista, priista o perredista) se ha hecho responsable de combatir el feminicidio, la trata de mujeres, la pornografía infantil y la pederastia, “negocios” todos estos de “gobers preciosos”, de empresarios, de narcos, de misóginos, de cancerberos del poder, como Mario Marín, Jean Succar Kuri, Kamel Nacif, Miguel Ángel Yunes Linares (Secretario Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública), quienes son el prototipo de criminales que conforman la red de complicidades y abusos perpetrados contra el pueblo y contra las mujeres que se atreven a luchar, a levantar la voz diariamente, a denunciarlos y a enfrentarlos, como es el caso de la periodista Lydia Cacho Ribeiro quien de manera digna y valiente ha sostenido su denuncia contra la red de criminales pederastas. Y cuya voz se ha visto fortalecida con la solidaridad y el apoyo de miles de voces honestas.
Y ahora, el gobierno foxista, a través de la Procuraduría General de la República (PGR) pretende negar el feminicidio de Cd. Juárez, reduciéndolo a violencia intrafamiliar, para proteger a los responsables de estos crímenes, quienes en su mayoría forman parte de la estructura gubernamental y se encuentran ligados al narcotráfico, a la pornografía infantil y a la pederastia.
Nuestra palabra de mujeres insurgentes es un grito de indignación contra el poder y el sexismo que nos oprime, que nos devora amenazante, que nos convierte en mujeres rotas y nos vuelve invisibles aun para nosotras mismas.
Nuestra voz se dirige al corazón de cada madre, cada hija, cada hermana que lucha por un futuro digno para nosotras las mujeres, por un futuro sin miedo de salir a la calle, para vivir sin angustia, para ser reconocidas como seres humanos, para dejar de ser invisibles.
Compañeras mujeres:
Es necesario que nos acerquemos unas a otras, que nos hablemos y escuchemos, que analicemos la situación en que cada una se encuentra, que cuestionemos el mal-trato de que somos objeto y que muchas veces reproducimos, que construyamos formas nuevas de pensar, sentir y actuar, así como nuevas formas de relacionarnos, a fin de potenciar nuestras capacidades y hacer posible, desde hoy, una nueva sociedad digna y justa para tod@s.
Vaya nuestro saludo y nuestra solidaridad a los trabajadores de la Mina Pasta de Conchos, Coahuila y, en especial, a los familiares de los 65 mineros asesinados por la avaricia, la corrupción y la negligencia de empresarios, funcionarios gubernamentales y líderes sindicales venales.
Estructura de la Mujer
Marzo 8 de 2006
¡CONTRA EL NEOLIBERALISMO, EL PODER POPULAR!
¡POR EL SOCIALISMO: VIVIR, LUCHAR, VENCER!
¡SER PUEBLO, HACER PUEBLO, ESTAR CON EL PUEBLO!
¡¡DESPIERTA PROLETARIO!!
TENDENCIA DEMOCRÁTICA REVOLUCIONARIA-EJÉRCITO DEL PUEBLO
TDR-EP