Mayo del 68: Fiesta y guerrilla urbana

Comuneros – Ln
Ecuador

Boletín comunero

MAYO DEL 68: Fiesta y guerrilla urbana.

“Corre camarada, el viejo mundo está detrás, de ti”; “la humanidad será feliz el día en que el ultimo de los burócratas habrá sido colgado con las tripas del ultimo de los capitalistas”; “Prohibido prohibir”, palabra y poesía que llenaron las paredes y las calles de Paris en mayo del 68, que se configuraron en el espacio y tiempo de rebeldía, de celebración insurgente, de posible revolución y contradicción del poder.

El graffiti, la música rock y el jean identificaron aquella utopía de fiesta y guerrilla urbana de Paris del 68, lucha juvenil contra el hastío, las náuseas del consumismo, del estatus, del divinismo al dinero y del saqueo imperial.

Evocar el mayo del 68, significa volver a encender la idea de fuego para la hoguera, reanimar los olvidos y las esperanzas de un nuevo mundo, y ahora enseñar de nuevo a los jóvenes que prender un fuego es saber también mantenerlo para que no venga el desengaño, como también saber la diferencia entre revuelta y revolución. Sin embargo la fiesta fue prendida, era preferible un fin espantoso que un espanto sin fin, un simulacro de amor en libertad que se paseo en las iglesias, del mito del tiempo sin tiempo. Solo después de mayo del 68 las sombras de rebeldía caminan, no solo por las calles de Paris, sino donde alguien niegue ese poder anti-humano del imperialismo, ahora llamado sutilmente globalización.

Ahora, después de tres decenas de años de ese lugar, de esa fecha, de esa nostalgias nuevas sombras anónimas han vuelto a grafitear muros y paredes en llamamiento al continun insurgente contra la institucionalidad capitalista, que se sirve una vez más y otra de la democracia del cajón y las urnas (se inicia la competencia electoral en el Ecuador con la misma ensambladura partidista), como conditio sine qua non del desarrollo ulterior del sistema y como vehiculo destinado no a exaltar la dignidad del ser humano sino a proteger los intereses y a fortalecer el poder de las oligarquías con el mismo voto arrancado astutamente del pueblo a cambio de unas cuantas migajas de un duro pan.

Por cc. Leo

Comuneros – Ln
Ecuador, 2006