UNA NUEVA TRAICIÓN AL PUEBLO SE HA CONSUMADO. Los partidos políticos en el Congreso, han aprobado la Ley de Implementación del Tratado de “Libre” Comercio –TLC-, un convenio impuesto por el imperialismo norteamericano y una ley que incluye nuevas normas, que profundizarán, aún más, la expoliación del país y hacen avanzar la anexión de nuestro país con Estados Unidos.
Como fieles servidores de su amo, los diputados agregaron a su descarado entreguismo y servilismo, declaraciones en el sentido de esperar que Estados Unidos “diga que si está de acuerdo con la Ley y nos Certifique”, ante lo cual el embajador yanqui, Ryan Rowlands, informó que dicho país está todavía inconforme y que Guatemala tendrá que aprobar otros tratados y modificar otras leyes para aceptar que el TLC entre en total vigencia.
Antes de resistirse y buscar otras alternativas como cambios en la estructura productiva y en los socios comerciales, antes de tomar en cuenta la voz y decisión de los ciudadanos a través de una Consulta Popular para establecer si estábamos o no de acuerdo, la burguesía y la oligarquía “guatemalteca”, las fuerzas y partidos políticos de derecha consumaron UNA NUEVA TRAICIÓN A LA PATRIA, la cual había dado inicio con la aprobación del TLC el año 2005 y en la que estuvieron de acuerdo el FRG, UNE, “Patriota”, PAN, GANA y el partido UNIONISTA.
Ya sabemos que el capital no tiene patria, que los empresarios sólo persiguen la máxima ganancia, así tengan que vender a sus progenitoras. Por consecuencia, nada les importa los graves efectos que traerá el TLC a los campesinos, a los pequeños productores y empresarios. De hecho nunca les ha importado y nunca les importará. Por eso han vendido a nuestro pueblo, por eso han transado nuestros recursos humanos y materiales, por eso se han convertido en simples sirvientes del imperialismo yanqui, de las empresas extranjeras y de los organismos financieros internacionales como el Fondo Monetario Internacional y El Banco Mundial.
La lucha del pueblo seguirá y ahí debemos estar y estaremos los comunistas. Pero esa lucha no será para lograr un diputado más en el congreso sino para construir una Guatemala mejor.
Muchas opciones pueden ser planteadas como falsas alternativas para impulsar transformaciones populares. Así se afirma: “lo que nos queda es la lucha porque el partido se convierta en una fuerza electoral importante e inclusive gane las próximas elecciones”; “debemos organizar el partido para que participe en las próximas elecciones”; “participemos con comités cívicos”. Estas son falsas alternativas porque se adentran en una concepción liberal de la política, que coopta la alternativa de lucha y de nuevo poder.
La única alternativa está en avanzar, paciente y coherentemente, en la organización integral de la revolución, que nos permita derrocar este régimen e instaurar el Socialismo. Sólo en esa medida podremos plantearnos, con seriedad y coherencia, la lucha que hoy se necesita impulsar y el proyecto alternativo que se oriente a beneficiar a los obreros, a los campesinos, a los pueblos indígenas, a las mujeres, a los jóvenes, a los adultos mayores, a los discapacitados, a los trabajadores de la economía informal.