Camaradas delegados al XII Congreso del Partido Comunista de Venezuela, síntesis de una combativa historia de resistencia antiimperialista y de construcción de un nuevo orden social justo para Venezuela y Nuestra América; desde las montañas de Colombia, reciban el abrazo bolivariano, combatiente, de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, FARC, Ejército del Pueblo.
En tiempos de recolonización neoliberal y de renovadas estrategias de predominio del imperio, la existencia de la República Bolivariana de Venezuela, la lucha por el socialismo que libran sus mejores hijos, y en especial los comunistas, se presenta como esperanzadora alternativa continental para quienes creemos en el objetivo posible de la Patria Grande, la independencia y la justicia social.
Enorme papel y compromiso el de aquellos que como ustedes participan en la conducción del proceso que lidera el Comandante Hugo Rafael Chávez Frías, en esta época en que una nueva ola revolucionaria se levanta en Nuestra América requiriendo la unidad plena de todos los componentes de la resistencia, con todas sus formas de lucha de masas, guiados por iniciativas políticas que sean el más potente fuego artillero contra la opresión.
En favor de la existencia de la especie humana, ahora amenazada como nunca por la voracidad desquiciada del imperialismo, el ideario bolivariano, su sueño posible de Patria Grande en pos del equilibrio del universo, son convicción creciente que fortifica ahora más que nunca los valiosos fundamentos del marxismo-leninismo, como elementos más característicos de la esencia del PCV. Como ha dicho Martí, somos hijos de una misma espada; por esa hermandad y por los valores que sentimos en las conciencias de ustedes, herederos del humanismo más preclaro y del internacionalismo más transparente que se vierte como solidaridad en todas las épocas, nos viene la convicción para reconocerlos como bastión fundamental del proceso de transformación social en Venezuela y su tránsito hacia el socialismo. Vemos en ustedes camaradas, la garantía para multiplicar los aciertos del camino recorrido y coadyuvar para que se impulsen las rectificaciones donde corresponda, en tanto poseen el acicate de los principios que dan fuerza a la lucha por lo imposible, por que de lo posible, como dice Bolívar, se encargan los demás todos los días.
Reconocemos en la militancia comunista de Venezuela la grandeza de su solidaridad, que no tiene fuente diferente que la de sus principios forjados en la fragua de ese internacionalismo que no ha escatimado esfuerzos para actuar en la teoría y en la práctica en favor de la resistencia del pueblo comunero y la lucha armada que encarnan las FARC. Muchas gracias compañeros y hermanos. En la resistencia antiimperialista de las FARC, en sus fusiles y en sus ideas, resisten también los pueblos de Nuestra América. Cuenten con nosotros si los halcones de Washington llegaren a agredir al bravo pueblo, a la esperanza del continente contenida en su revolución.
El Partido Comunista de Venezuela surgido y sostenido entre vicisitudes de persecución y terror, presentes durante la mayor parte de su historia, ha ido decantándose en la lucha como importantísima organización que mantiene entre las grandes masas, la fe en el triunfo de la justicia social y la libertad. Por consiguiente ahora, es baluarte fundamental para el desarrollo del proceso revolucionario en Venezuela y en el continente, más cuando ha sabido con incuestionable independencia y solidez moral reestructurarse, cualificarse e interpretar las aspiraciones populares, que se traducen en el anhelo por construir pronto el nuevo país que borre para siempre los rezagos de la IV República.
Felicitamos el fortalecimiento organizativo, ideológico y disciplinario que ha ganado el PCV, especialmente en este siglo que comienza, subordinando a la causa que enarbola su Dirección, a una militancia que sin duda está dando ejemplo de rectitud y firmeza, aspectos tan necesarios en tiempos de amenazas imperialistas y de contrarrevolución agenciadas por oligarcas y oportunistas.
De realce es el papel jugado por el PCV al identificar y señalar de manera valerosa la barbarie fascista que para su beneficio mezquino potencia el imperio contra el heroico pueblo de Irak, contra Palestina y contra los pueblos del mundo que enfrentan su terror y sus chantajes; pero especialmente valioso para nuestra causa grancolombiana ha sido su enfrentamiento al desbordado cinismo, al terrorismo y cruenta voracidad, del monstruo que desangra a Colombia, advirtiéndolo como alimaña que avanza no sólo contra la tierra de José Antonio Galán sino contra los pueblos dignos de la América Nuestra. Sin perder de vista, claro está, que en dicha escena el Uribismo no es más que uno de los tentáculos del imperio en especial acecho contra Venezuela. Es evidente que los cipayos de Washington conspiran contra la Revolución Bolivariana de diversas maneras, y han desplegando sobre la frontera a sus sicarios de todo pelambre que, incluso, han penetrado hasta las goteras mismas de Caracas. Álvaro Uribe, gobernante feroz de estas tierras, es una extensión del Comando Sur de los Estados Unidos. De eso no hay duda, como no la hay del convencimiento que el PCV ha mostrado poseer de tal realidad y de la necesidad impostergable de continuar juntos la lucha por la liberación total y definitiva del continente.
Airosos han salido los comunistas venezolanos en estos años de revolución, actuantes en su génesis y en su defensa permanente, valerosos en los tiempos de crisis, haciendo parte de cada vanguardia en el ámbito ideológico como en la batalla de calle, en el espacio interno y en el del internacionalismo de manera decidida, firme e intachable: sin pensar en reformar la propiedad privada, sino en proscribirla; no en paliar los antagonismos de clase, sino en abolir las clases; no en maquillar la sociedad existente, sino en destruir la vieja máquina del Estado hasta acabar con la explotación del hombre por el hombre; con la misma abnegación de los orígenes, con la misma abnegación que caracterizó a militantes de la talla de Pedro Ortega, a quien rendimos homenaje, y que tan genuinamente simboliza esta nueva generación de combatientes por la libertad, que representa el Comité Central encabezado por el Camarada Oscar Figueras.
Fraternalmente,
Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia/ FARC, Ejército del Pueblo
Por socialismo y Patria Grande: ¡Viva el Marxismo-leninismo!
¡Viva el internacionalismo y la solidaridad bolivariana!
¡Viva el Partido Comunista de Venezuela!