PUKA INTI - Órgano de Difusión del Partido Comunista del Ecuador "Sol Rojo"
Agosto de 2006
HIROSHIMA… ¡NUNCA MÁS!
El 6 de agosto de 1945 la humanidad amaneció al uso criminal e indiscriminado de la energía atómica cuando los EEUU decidieron utilizar por primera vez dicha arma de destrucción masiva contra los japoneses.
Para esa fecha las tropas imperialistas del Japón ya estaban diezmadas, casi aniquiladas ya que su flota naval y su aparato armado aéreo estaba totalmente neutralizado, sin embargo los EEUU habían tomado ya la decisión de utilizar su nuevo armamento como una desproporcionada respuesta que tenía definitivamente otro génesis.
Los pueblos del mundo siempre debemos recordar que los EEUU elaboraron la bomba atómica a partir del apoyo de científicos alemanes y judíos. 180 científicos alemanes que trabajaban en un proyecto militar a favor de Hitler fueron secuestrados y otros asimilados por los EEUU para ponerlos al servicio de un nuevo amo cuyas oscuras pretensiones de conquista mundial no eran para nada diferentes a la de Hitler.
La utilización de la bomba atómica sobre Hiroshima no tenía como objetivo destruir las fuerzas vivas del enemigo, pues era evidente que se afectaba directamente a la población no armada. Los objetivos pasaban en primera instancia por demostrar al mundo sobre la superioridad política-militar especialmente sobre la antigua República Soviética. Pero además de ese macabro antecedente para los EEUU era importante sobre el hecho perfeccionar su nuevo dispositivo nuclear y la única manera de hacerlo era poniendo sobre el teatro de operaciones militares el uso de la bomba atómica para ponerla a prueba.
En definitiva, la voracidad norteamericana es responsable de la muerte de decenas de millones de vidas. La desproporción armada que imprimen los Israelíes hoy en día en Líbano y en Palestina no es ajena, para nada, a la desproporción utilizada por los EEUU en Japón o en Vietnam. Científicos alemanes, judíos y gringos, definitivamente un cóctel peligroso para la humanidad.
Otro Hiroshima ¡nunca más! Oponer Guerra Popular a amenaza nuclear es la única alternativa con la que contamos los pueblos del mundo.
Solamente existe una manera de confrontar la cobarde, cruenta y rastrera agresión israelí contra Líbano, y esta es desenvolviendo la lucha de clases en la arena nacional e internacional.
Hay que entender que el momento que nuestros pueblos confronten decididamente a sus burguesías, al imperialismo automáticamente estaríamos confrontando la arrogancia sionista en la medida de que su comportamiento es la esencia del pensamiento burgués-imperialista.
Las masas del Ecuador. El pueblo ecuatoriano siente en su propia carne el sufrimiento del pueblo libanés Y palestino. Sus luchas son nuestras luchas. Su dolor nuestro dolor. Sus enemigos, nuestros enemigos y no basta con proclamar una lucha santa desde la perspectiva religiosa que en suma de eventos es una manifestación de la lucha de liberación nacional cuyo elemento aglutinante es la religiosidad. Es importante levantar una lucha decidida desde la óptica de la lucha de clases y las contradicciones inherentes a nación-agresión extranjera, y no solo contra el sionismo israelita, sino contra la falsa institucionalidad de orden internacional que pregona ser la Organización de las Naciones Unidas, cómplice de dicha agresión.
Pero luchar contra las ONU no alcanza si no luchamos contra el imperialismo norteamericano matriz de todos estos engendros.
Pero veamos, si solo luchamos contra el imperialismo estamos soslayando el apoyo estratégico que le brinda la burguesía, los terratenientes, los regímenes títeres como el nuestro.
Pero luchar contra los anteriormente citados se convertiría en una lucha infecunda si no combatimos al revisionismo y al oportunismo sobre quienes descansa el apoyo estratégico de todos quienes atentan contra los pueblos del mundo.
No basta condenar la agresión israelí, es importante combatir su oprobio, su sistema, su régimen de violencia desde aquí, desde las entrañas de un sistema odioso, cruento, sanguinario que no conoce de frontera, a la final hay que recordar que son las fuerzas israelíes quienes en la actualidad asesoran militarmente a la policía nacional y al Ejército ecuatoriano. Hay que entender que esos engendros ya tuvieron una participación activa y directa en la lucha contra- revolucionaria cuando mercenarios israelíes como Gasith asesoraron al tirano León Febres Cordero en su sangrienta represión a la social revolución ecuatoriana en la década de los 80`del siglo pasado.
No esperemos a ser nosotros también quienes alimentemos la estadística de muertos y agresiones no solo de Israel, sino de todos los países cuyos designios están siendo manejados por la burguesía y el imperialismo.
Vale recordar lo que decía aquel poeta árabe:
Abrió la mano y contó con los dedos
Los nombres de los muertos
Luego uso los dedos de la otra mano
Añadió a la lista los colores que le rodeaban
Las ramas del árbol que está frente a su casa
Las plantas del camino y las hojas del bosque
Y antes de dormirse,
Añadió su propio nombre….
EL SOCIALISMO ¿ALTERNATIVA AL CAPITALISMO Y AL REFORMISMO?
En julio pasado se realizó en Quito, en la Universidad Central del Ecuador, un seminario organizado por PCML y el MPD cuya propuesta era: EL SOCIALISMO ¿ALTERNATIVA AL CAPITALISMO Y AL REFORMISMO?
Sin haber tenido la oportunidad de ser invitados y sin tener una participación activa en dicho seminario, asistimos. Sí, asistimos, siempre bañados de esa intencionalidad revolucionaria que nos empuja a participar o acudir a distintos eventos estudiantiles y populares que en alguna medida puedan o al menos es lo que esperamos, convertirse en alternativas formativas, estimulativas y directivas del quehacer revolucionario de nuestro de nuestro pueblo.
Pero empecemos por donde debemos hacerlo.
“Que se abran cien flores y compitan cien escuelas del pensamiento…” sostenía el P. Mao. Sin lugar a dudas tratar de compartir espacios de comunicación y discusión de ideas y propuestas siempre resulta beneficioso en la medida de que la confrontación de tesis siempre va a resultar un estimulo al funcionamiento de ese gran engranaje de elementos que en aditamento hacen un proyecto revolucionario. Y definitivamente la confrontación de ideas, la contradicción entre estas potencia y desarrolla cualquier aspecto social, político y aún ideológico.
Para empezar algo que nos llamó mucho la atención era la propuesta: Socialismo. ¿Alternativa al capitalismo y al reformismo? ¿Y es que acaso viniendo de “marxistas” debía ser una pregunta? ¿Acaso hay duda alguna de que el socialismo es la antitesis del capitalismo, la naturaleza contraria que más allá de ser una alternativa que se la toma o se la deja es una necesidad única para los pueblos que no nace y se desarrolla como “alternativa” sino como resultante de un proceso dialéctico que se desenvuelve a partir del fenecimiento del capitalismo?
El evento estaba “diseñado” de tal manera de que todos los expositores y aún los espontáneos manejen el mismo libreto.
Pero para no hacer largo el cuento puntualicemos en aspectos tremendamente decidores respecto de dicho suceso.
1. Al socialismo hay que darle nuevos fundamentos y nuevas manifestaciones. La construcción de un nuevo socialismo ligado a los aspectos culturales, idiosincrásicos, etc., etc., de Latinoamérica.
2. El Bolivarianismo es internacionalista
3. Es un socialismo de hombres y las mujeres libres.
4. La construcción del Partido revolucionario
5. La combinación de las formas de lucha.
Sobre estas cinco frases o postulados se desenvolvió el Seminario. Desde luego, no todos lo decían de la misma manera o utilizando las mismas palabras, no, unos le vistieron de un discurso internacionalista radical, otros de un radicalismo efusivo y algunos más de una manera convencida y ceñida a texto “oficial”.
Pero veamos. El socialismo lo hemos sostenido permanentemente y no nos aburrimos de sustentarlo es uno, no dos ni tres con sus sumas y acomodos. El socialismo es uno, es: ¡dictadura del proletariado!
Si mantenemos la esencia creadora y científica del proletariado, entenderemos que el socialismo se ceñirá la especificidad de nuestras características socio económicas, a la suma de nuestras valoraciones idiosincráticas, a nuestro devenir histórico, pero no por eso quiere decir que vamos a castrar su esencia para llamarlo “democrático” o siquiera para insinuar de la manera más torpe -como sí sucedió en el evento- que “al socialismo hay que construirlo en las entrañas del estado y divulgarlo para que el pueblo lo conozca”:
El socialismo en un país independientemente de que este sea la Rusia anterior a 1917, China de los 1940, Ecuador o Venezuela del tercer milenio es un socialismo que en primera instancia destruye el viejo estado, socializa los medios de producción bajo el ordenamiento de una nuevo estado donde el proletariado ejercita su dictadura mientras se eliminan las contradicciones de clase que aun perviven en el socialismo y se crean las condiciones para construir el comunismo.
Nunca, jamás ningún marxista que se jacte de serlo podría plantear la construcción del socialismo en el seno del viejo estado sin que éste no vea análogamente su proceso de destrucción y la toma del poder por parte del proletariado y sus aliados tome nueva forma como Nuevo Poder.
Jamás, nadie que se jacte de comunista puede sostener que el socialismo es un estadio de participación democrática que se lo conquiste a través del “gobierno” y mucho menos de las elecciones. No porque se elija un presidente que se diga marxista o socialista quiere decir que el estado tendrá esas características. Sostener eso es Revisionismo y tratar de hacer una revolución pacífica enunciando o levantando las banderas del Socialismo a partir del poder en el gobierno (que nada tiene que ver con el Poder del Estado) es REFORMISMO, entendido como uno de los objetivos a tratar y atacar de dicho seminario.
Al socialismo no se lo puede ofertar como una mercadería que de primera mana necesita publicitarlo. Nadie puede ofrecer lo que no tiene sino solo ilusiones. No podemos ofrecerle a nuestro pueblo un socialismo que no hemos construido pues estaríamos poniendo a esta categoría histórica como una meta subjetiva tal y cual lo hace la burguesía con el tema de la democracia.
El marxismo es creativo y científico. Considera de por sí el nivel de desarrollo socioeconómico, el grado desigual de madurez de los factores subjetivos y objetivos de cada revolución, su particularidad histórica y nacional. El grado de contradicciones existentes en las relaciones de producción, etc. Para ponerle los ingredientes que demanda de tal manera que se torne en un proceso irreversible. Pero esos ingredientes están marcados por las alianzas, por las aplicaciones tácticas en las consideraciones generales de la lucha, pero de ninguna manera la particularidad puede llevarnos al equívoco y absurdo de querer en nombre de lo particular acuñar la combinación de formas de lucha donde obviamente la parlamentaria, la pacifista resulta preponderante sino única el momento del inventario final.
Pero para no quedarnos cortos seguimos insistiendo con aquellos de querer ser “creativos”. Que el Bolivarianismo sea integrador, pues de pronto. El escenario Bolivariano era uno en la independencia y ahora es otro en el marco de las relaciones de producción y de la división internacional del trabajo.
El escenario del Bolivarianismo en la Independencia era el de las contradicciones interburguesas. La independencia fue una revolución, pero no olvidemos que sus actores dirigenciales física e ideológicamente fueron los felinillos y chapetones “burgueses criollos” (apoyados por ingleses y franceses que mantenían contradicciones antagónicas con los españoles). Que las contradicciones y tareas del campesinado y de los esclavos (para entonces no había en el Ecuador todavía proletariado) ha quedado postergada hasta la fecha. No olvidar jamás que a Bolívar, el Libertador, se le olvidó dar la manumisión a los esclavos. Sería recién 26 años después de la independencia de España cuando los negros e indios pudieron obtener formalmente su manumisión en el régimen de Urbina.
Que no se nos ocurra tratar de yuxtaponer el bolivarianismo al internacionalismo proletario que no tiene nada, absolutamente nada.
La corriente Bolivariana, que por cierto es una manifestación que respetamos y respaldamos, podríamos inscribirla en el marco de las contradicciones existentes entre los países del tercer mundo y las grande potencias imperialistas. La activa participación de actores ajenos al marxismo, no identificados desde la perspectiva de clase con los explotados del Ecuador y demás países latinoamericanos posibilitan cierta concordancia de discurso-acción cobijados en dichas banderas, pero lejos, muy lejos esta del internacionalismo proletario que alinea a los obreros, al proletariado ideológicamente en la senda de la liberación de clase que esta sobre la liberación nacional, regional o subregional.
Quizá la confusión más grande se presentó cuando la mayoría de los expositores declaraban la no existencia de clases en el Socialismo. Nada más falso. El Socialismo al ser la Dictadura del Proletariado está determinando la existencia de una clase hegemónica y dueña del Estado, y obviamente, al ejercitar dictadura la hace direccionando sus condiciones coercitivas hacia otra clase, en este casos los remanentes burgueses. Es decir en el Socialismo la lucha de clases pervive, quizá es más fuerte y aguda puesto que la burguesía con el apoyo del imperialismo hará lo imposible por retomar el Poder.
El socialismo no es una sociedad donde los hombres y mujeres son libres, porque de igual manera que en otras manifestaciones de nuestro Partido, hemos sostenido que aun la libertad tiene carácter de clase. Sí, en el socialismo no los hombres y las mujeres sino la clase, el proletariado en sí será liebre, pero esa libertad en una sociedad de clases es relativa, pues no habrá libertad para los remanentes burgueses, no habrá libertad para los contrarrevolucionarios, no habrá libertad para aquellos que no apuntalen la construcción del socialismo. Esa es la naturaleza de clase que tiene la libertad, la democracia. Habrá libertad y democracia para el proletariado y sus aliados. Habrá, sin lugar a dudas dictadura y restricciones para aquellos que no estén con el socialismo. Maniqueísmo dirán algunos. No, tan solo objetividad diremos nosotros.
Y por último el Partido, la construcción del Partido, tarea que quedo sembrado en el seminario del año pasado. Tarea que quedó pendiente este año, y no dudemos que es una tarea que el próximo año se seguirá estudiando, ¿por qué?
Veamos. No se puede construir el Partido que conduzca de la mano al proletariado y a las clases aliadas a la revolución si dicho Partido juega con el tacticismo, juega con la idea de que se construye un Partido que por la noche conspira y por el día juega a la democracia representativa burguesa en alianzas y comportamientos que tienen la capacidad de generar “vergüenzas ajenas”.
No se puede construir un partido sino tiene una definición ideológica plena, clara, transparente, firme, que no tenga la capacidad de permeabilizar las nuevas expresiones populistas que constriñen su desenvolvimiento y sus certeros objetivos.
No se puede construir un Partido para la revolución si concéntricamente no se construyen los otros dos elementos indispensables como lo son un Frente de clases y un Ejercito Popular.
No se puede construir un Partido revolucionario al amparo de la legalidad burguesa, caso contraria pasara lo que pasó en el seminario, un evento donde se pudo ver a toda la militancia incendiaria en su vida estudiantil en los años 80 y 90 del siglo pasado ahora acomodada de diputados, candidatos electorales a distintas “dignidades”, comunistas curuchupas y sinvergüenzas que aprovecharon de su falsa condición de comunistas para acomodarse en el viejo estado en calidad de parásitos.
“Que se abran cien flores y compitan cien escuelas del pensamiento”. De pronto el próximo seminario debería apuntar a una franca discusión política-ideológica que tenga sobre todo las características de ser generadoras, matriz de renovados conceptos y tareas objetivas para la liberación de la clase y de nuestros pueblos y no un centro de recreación de conciencia reformista a la que por cierto no nos matemos buscándola del otro lado, en la “otra orilla”, en la “otra colina” sino en el seno mismo de nuestras propias filas.
Compañeros del PCML y del MPD, de la manera más fraterna sugerimos se remitan al documento publicado por ustedes en conmemoración de los 20 AÑOS DE LUCHA JUNTO AL PUEBLO, por el Comité Provincial de Pichincha (sin fecha) donde abordan dos temas trascendentales de Stalin:
*La clase de los proletarios y el partido de los proletarios.
*Sobre la bolchevización del Partido.
Y por último en la contratapa de dicho documento citan lo siguiente, que por cierto nada, absolutamente nada tiene que ver con lo manifestado, esgrimido y propuesto en el evento referido anteriormente.
“EL PROGRAMA GENERAL DEL PARTIDO COMUNISTA MARXISTA-LENINISTA DEL ECUADOR consiste en derrocar la dominación del imperialismo, el poder de la burguesía pro imperialista y de los grandes terratenientes; realizar la Revolución Democrática Antiimperialista e instaurar un gobierno democrático-popular, que es la dictadura del proletariado y de los trabajadores de la ciudad y el campo y avanzar ininterrumpidamente, bajo dictadura del proletariado, hacia la revolución y construcción socialista, por el camino de vencer el capitalismo con el socialismo. El objetivo final del Partido es la construcción de la sociedad comunista en el Ecuador!
En verdad, un Programa serio, objetivo y coherente.
- El Partido Comunista del Ecuador, Sol Rojo, es un Partido que tiene carácter de clase en el que asisten y convergen los mejores hijos de nuestro pueblo que cobijan, defienden y desarrollan el Marxismo Leninismo Maoísmo como la doctrina científica del proletariado, único instrumento válido para lo conquista final del proletariado: el comunismo.
- El PCE-SR- es una Partido estructurado y conformado militantemente con la plena intención de atizar la lucha de clases en el Ecuador y el mundo tendientes a derrotar el poder capitalista por la única forma que objetivamente la humanidad a conocido para gestar un nuevo modo de producción: la violencia Revolucionaria.
- Consideramos que el actual régimen de explotación imperante en el mundo, manifestado desde distintas ópticas y aplicaciones como son la globalización, el modernismo, el imperialismo y que en definitiva no son otra cosa sino manifestaciones ulteriores que tienen una placenta común como lo es el capitalismo (principal objetivo de la revolución) ha generado un estadio de contradicciones antagónicas en aumento entre las fuerzas productivas y las relaciones de producción concluyendo en una confrontación de intereses entre el proletariado y sus aliados contra la burguesía y sus nefastas huestes evidenciada en una lucha de clases cruenta de la cual asumimos su esencia como motor de la historia, gestora de condiciones propicias para el erigimiento de una nueva sociedad.
- Dichas relaciones de producción cuentan con el respaldo coercitivo del poder Estatal burgués – terrateniente que viabiliza un sistema de estado manifiesto en dictadura conjunta de la burguesía y de los terratenientes y que imprimen como sistema de gobierno la democracia representativa – electiva como un elemento de disuasión política y cultural de las masas.
- El Proletariado, los campesinos pobres y determinados sectores de la pequeña burguesía, no pueden revertir o quebrantar el sistema de las relaciones capitalistas – semi feudales de producción sin la destrucción total y absoluta del viejo poder burgués terrateniente.
- El proletariado para emprender con dicha destrucción del viejo Estado y su poder no podrá ser realizar su cometido si éste no cuenta con un partido, con una maquinaria organizada científicamente para la guerra, que tenga la capacidad de levantar entre la masa la teoría revolucionaria ceñida a la aplicación del marxismo leninismo maoísmo a la realidad concreta y al momento histórico en el que vive el Ecuador, el Ecuador y el espectro internacional, la correlación de fuerzas respecto de las clases antagónicas, esto es la revolución y la contrarrevolución. Además de organizar los medios materiales de acción, de dirigir y potenciar la lucha de clases para que tome cuerpo en el direccionamiento de toda acción, de toda forma de lucha (exceptuando la electorera y pacifista) apuntándola a un solo objetivo: el desarrollo, sostenimiento e impulso de la violencia revolucionaria como Guerra Popular.
- La orientación por concepción y por aplicación del Partido deberá estar ceñida a la práctica constante del internacionalismo proletario.
- La construcción misma del Partido sin la construcción centralizada en torno a él del Ejército Popular y del Frente Único será un esfuerzo vano. Tanto el Partido como el Ejército Popular y el Frente son una analogía, una correspondencia de esfuerzos que resultan imprescindibles. Son los tres soportes del Nuevo Poder, si uno de ellos no existe o mal funciona todo el andamiaje construido en torno al Proyecto de Poder, este se verá diezmado y transitará inevitablemente el camino de la derrota.
- El abatimiento del viejo poder y de su estructura productivo – política capitalista semi feudal (capitalismo burocrático) no será un acto abrupto sino lento, a largo plazo, sistemático, donde la destrucción del viejo poder parte de la acción cotidiana hasta el desenvolvimiento mismo de la Guerra Popular en el marco de sus leyes, de sus etapas, de sus tiempos. Bajo esa misma premisa se construye el nuevo poder. Esa será la mecánica de organización y fundamentación con que contará el proletariado para la construcción en el fervor de la Guerra Popular de la Nueva Democracia, un régimen de guerra cruenta caracterizado por el ejercitamiento de un sistema de Estado basado en la dictadura tri partita del proletariado, el campesinado pobre y la pequeña burguesía, donde obviamente prevalecerá total y absolutamente la ideología del proletariado como garantía de que dicho proceso camine irreversible e ineludiblemente al socialismo, objetivo mediato del Partido.
- Sólo y únicamente con la construcción del nuevo Poder levantada sobre las ruinas de viejo poder burgués terrateniente, la consolidación de la Nueva Democracia el proletariado podrá poner en práctica sistemáticamente todas las sucesivas medidas de intervención económica, social, política cultural e ideológica haciendo uso de Revoluciones Culturales (que no son otra cosa que lucha de clases al interior del Nuevo Poder) para instaurar el Socialismo en la Nueva República Popular del Ecuador. Socialismo que esgrime una postura no europeizada pero que bajo ningún punto de vista soslaya lo fundamental de dicho estadio social que es la Dictadura del Proletariado.
Por efecto de este proceso de transformación económica y demás transformaciones en la vida social, la tendencia evidente (en medio de la lucha de la burguesía por reinstaurar su viejo poder) la necesidad del Estado como instrumento de dominación se irá diluyendo para dar paso a la racionalizada administración de todas las actividades humanas de acuerdo a las necesidades de éstas, es decir el comunismo